–Save This Page as a PDF–  
 

Relatos antiguos y el Libro de Ester

Es posible que hoy no nos resulte familiar contar la historia en forma de relato, pero tal vez sea una forma especialmente apropiada para contar la verdad bíblica. En escritos judíos posteriores, los rabinos hablaban de la halaka, que tenía que ver con el caminar de uno, y contiene órdenes y principios que uno debería seguir. Por otro lado, los rabinos clasificaron a Ester como hagada, una narrativa que es instructiva, por ejemplo, sobre la forma en que uno debería vivir.5 Desde nuestros primeros intentos de comunicarnos usando el lenguaje, contamos historias sobre nosotros mismos y los demás. Cuando los niños primero aprenden a leer, leen historias. Solo mucho más tarde adquieren las habilidades de pensamiento abstracto requeridas para leer, por ejemplo, un libro de texto de filosofía. En consecuencia, debido a que la narrativa es la forma de comunicación accesible para la mayoría de la gente, es apropiado que ADONAI se nos haya revelado en las historias.

Además, la narración de cuentos tiene dos efectos incluídos aparte del contenido de la historia. Define y construye relaciones, y tiene el poder de cambiar las vidas de otros a medida que se identifican con la historia. Cuando estamos conociendo a alguien, le pedimos: “Cuénteme de usted”. Esperamos escuchar una historia que narre lo que esa persona considera como acontecimientos significativos de su vida. Cuando nuestro cónyuge o hijo llega a casa al final del día, a menudo preguntamos: “¿Cómo estuvo su día?”, esperando escuchar una narración de los momentos más destacados (a veces decepciones) de los eventos del día. La narración de historias es una forma de conocernos. En consecuencia, las historias bíblicas, escritas bajo la inspiración de Dios el Espíritu Santo, nos cuentan acerca de ADONAI y su relación con Su pueblo. Leemos narraciones bíblicas con la petición implícita: “SEÑOR, cuéntame tu historia”.

Contar historias también ayuda a construir una sociedad. El libro de Ester fue la historia que surgió cuando alguien pensó en las experiencias y eventos que explicaron cómo se celebraba Purim. Esas experiencias de una generación anterior tuvieron un impacto en las generaciones siguientes. Aquellas generaciones posteriores que participaron en la celebración de Purim creyeron que el libro de Ester era significativo para ellos personalmente, y se unieron a un grupo distinto de personas que compartieron la propiedad de la historia. Cada familia, sociedad o cultura se define, al menos en parte, por las historias de experiencias pasadas que comparten. Por lo tanto, parece apropiado que el SEÑOR nos de historias bíblicas que nos llevan a una relación con Él y nos definen como personas que aman al Dios de Abraham, Isaac y Jacob.6