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Reúnanse y escuchen hijos de Jacob,
escuchen a su Padre Israel
49: 2

Juntaos y escuchad, hijos de Jacob, Oíd a vuestro padre Israel. Jacob habla en tercera persona (él cambia a primera persona en el versículo siguiente cuando se dirige individualmente a un hijo). Se refiere a sí mismo como Jacob y como tu padre Israel, y aparece como el sabio padre de Proverbios que aconseja a sus hijos a escuchar su instrucción. Oíd, hijos, la instrucción de un padre, Y estad atentos para adquirir entendimiento, y no os apartéis de los dichos de mi boca: porque los que guardan mis caminos son bienaventurados (Proverbios 4:1; 5:7b y 8:32b).

Primero, el orden de los hijos como él les profetiza no es el mismo que se encuentra en 29:31 a 30:25, 35:16-18 excepto, para los cuatro primeros. Comienza con los hijos de Lea, Rubén, Simeón, Leví, Judá, Zabulón e Isacar. Luego trata con el hijo de Bilha, Dan, y luego con los dos hijos de Zilpa, Gad y Aser, y luego con el otro hijo de Bilha, Neftalí. Luego trata con los hijos de Raquel, Yosef y Benjamín. Efraín y Manasés estaban también junto al lecho de muerte de Jacob. Así como la bendición de los hijos se convirtió en la bendición del padre, la profecía del padre se convirtió en la profecía de los hijos. Por lo tanto, Efraín y Manasés fueron profetizados, como podría decirse, a través de José.

No fue una conversación común. Cualquier cosa que un hombre diga en su lecho de muerte es importante porque generalmente, si alguna vez dice la verdad, lo dice en su lecho de muerte. Ya’akov habló poéticamente y con gran imaginación. Sus expresiones sugieren que él estaba hablando en el Espíritu. Estaba en pleno uso de sus facultades, aunque estaba cerca de morir. Como estaba hablando en lenguaje poético, los hijos no podían dejar de reconocer la importancia de las palabras de su padre. Casi instintivamente, ellos al entrar en la habitación, se reunieron agrupados por subfamilia, en una posición circular alrededor de la cama. El resultado neto fue que catorce hijos se reunieron alrededor del lecho de muerte de su padre Israel. A medida que los oscuros ojos de Jacob los reconocieron gradualmente, procedió a hablar a uno por vez, alrededor del círculo.760

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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