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José tranquiliza a sus hermanos
50: 15-21

José tranquiliza a sus hermanos ESCUDRIÑAR: ¿Qué piensa del miedo de los hermanos que se describe aquí? ¿Está justificado? ¿Por qué si o por qué no? ¿Cómo revela la historia de José la verdad de la respuesta de Yosef? ¿En cuáles cuatro maneras José prefiguró la vida de Cristo?

REFLEXIÓN: Cuando lee estos versículos, ¿qué luchas y triunfos vienen a la mente en su propia vida? ¿Cuándo fue la última vez que fue tentado a reemplazar a Dios al juzgar a los demás? ¿Al juzgarse a sí mismo?

Cuando los hermanos de José vieron que su padre había muerto, dijeron: Quizá José nos guarde rencor, y ciertamente nos devolverá todo el mal que le hicimos (50:15). A su regreso a Egipto, los hermanos de José comenzaron a preocuparse de que guardara rencor contra ellos por todo lo que ellos le habían hecho. Claramente, los hermanos no habían tratado completamente con su propia culpa, y no habían comprendido plenamente el perdón de Yosef a ellos.817 En realidad, nunca le habían hecho a él una confesión completa de culpa, aunque habían demostrado por sus acciones que lo sentían. Una combinación de orgullo y temor parecieron detenerlos de decir algo más, siempre y cuando Jacob estuviera vivo. Asumieron que José no les haría nada, por causa de Jacob. Como Ya’akov ya no podía contener a Yosef, sus miedos crecían y sabían que algo tenía que ser dicho.818

Temerosos de enfrentarlo, los hermanos inventaron un mensaje de Jacob para protegerse. Ellos lo enviaron a José, probablemente por Benjamín, diciendo: Tu padre dio órdenes antes de su muerte diciendo: Así diréis a José: Te ruego que perdones la transgresión de tus hermanos y su pecado, pues te pagaron con mal. Y ahora, te rogamos que perdones la transgresión de los siervos del Dios de tu padre. Y mientras hablaban con él, José lloraba (50:16-17). ¿Por qué lloraba?

Cuando él se había revelado previamente a sus hermanos les dijo: ¡Acercaos a mí, os ruego! Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano José, a quien vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os enojéis con vosotros mismos por haberme vendido acá, pues para preservar la vida me envió Elohim delante de vosotros (45:4-5). Había intentado calmar sus temores y enfatizado la soberanía de Dios que había experimentado. Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos. Después sus hermanos hablaron con él (45:15). Pero este reciente mensaje parecía decir que ellos no lo le habían creído o no habían aprendido nada de su verdadero carácter en los últimos diecisiete años. Los había perdonado hacía mucho tiempo. ¿No se habían dado cuenta? Por lo tanto, Yosef lloró.

Al oír la reacción de José a sus palabras, es decir sus lágrimas, los hermanos se sintieron lo suficientemente valientes como para presentarse a él en persona. Llegaron a él con humildad, inclinándose ante él y anunciando su servidumbre.819

79. Todos los hijos de Israel se postraron ante José y Cristo. Entonces sus hermanos fueron y se postraron ante él, y dijeron: ¡Henos aquí por esclavos tuyos! (50:18). Así que en aquél día se inclinarán ante Él y dirán: ¡He aquí nuestro Dios! ¡Lo esperamos, y nos ha salvado! ¡Éste es YHVH, en quien esperamos! ¡Regocijémonos y alegrémonos por su salvación! (Isaías 25:9) (vea el comentario sobre Isaías Fc – Seguramente este es nuestro Dios; confiamos en Él).

Pero José los consoló y los tranquilizó y les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de ’Elohim? Se dio cuenta de que no era soberano. De hecho, todo lo que había ocurrido se debió a la providencia de ADONAI. ¿Cómo podría él, un simple humano, cambiarlo? No sólo eso, José les dijo: No temáis, pues ¿acaso estoy yo en lugar de ’Elohim? Aunque vosotros pensasteis mal contra mí, ’Elohim lo encaminó para bien, para hacer como en el presente, para mantener vivo a un pueblo numeroso (50:19-20). José creía que Dios incluso utiliza la pecaminosidad de los seres humanos para llevar a cabo Sus buenos propósitos en el mundo. Esta verdad está tejida a lo largo de la Escritura (Proverbios 16:1, 20:24; Salmo 37:23). Como Proverbios 16:9 dice: El corazón del hombre traza su camino, Pero YHVH establece sus pasos. No hay ninguna declaración más fuerte en las Escrituras sobre el verdadero significado de la soberanía de Dios que lo que José dijo a sus hermanos.820

¿Qué le dio a Yosef la gracia de dar esta notable contestación? Sólo puede haber una respuesta: José conocía Dios. En particular, conocía dos verdades acerca de Dios.

Primero, él sabía que ADONAI es soberano, que nada pasa en la vida de ninguno de Sus hijos que Él no haya aprobado primero. En otras palabras, no hay accidentes.821 Segundo, él sabía que el SEÑOR es fiel; por lo tanto, cuando el bien y el mal llegaron al camino de José, él sabía que Dios estaría con él. En otras palabras, Él nunca dejará o abandonará a Sus hijos (Hebreos 13:5b). Estas dos verdades son tan reales para nosotros hoy como lo fueron para Yosef. Jesús el Mesías es el mismo, ayer, y hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8).

80. Tanto Yosef como Yeshua dan prueba de que están completamente reconciliados con su familia. No temáis, yo os sustentaré a vosotros y a vuestros pequeños. Besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos (50:21a y 45:15). El hecho de que besó y lloró por sus hermanos demostró que les perdonaba y hablaba de su amor. Fue con un beso que su padre saludó al hijo pródigo cuando volvía de un tiempo de pecado (Lucas 15:17-21). Fíjense, fue José quien los besó, y no al revés. Dios siempre toma la iniciativa. Cuan bendecidas, también, son las palabras que siguen: Y los tranquilizó y les habló amablemente (50:21b). Sus temores habían desaparecido. Reconciliados con Yosef, ahora podían disfrutar de su compañerismo y hablar con él. Así es con el pecador salvado y con el Señor.

No hay doctrina tan claramente enseñada en la Biblia como la providencia de Dios. ADONAI es retratado grandemente como el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los que reinan y Señor de los que gobiernan, el Único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible (1 Timoteo 6:15b-16a). En su libro de teología sistemática, Berkhof resume la doctrina de la soberanía de la siguiente manera: “La soberanía de Dios está fuertemente enfatizada en la Escritura. Él es representado como Creador y Su voluntad como la causa de todas las cosas. . . Está vestido con autoridad absoluta sobre las huestes del cielo y los habitantes de la tierra. Él sostiene todas las cosas con Su poder omnipotente, y determina los fines a los que ellos están destinados a servir. Él gobierna como Rey en el sentido más absoluto de la palabra, y todas las cosas dependen de Él y le sirven.” La Biblia enseña que en este mismo momento el Señor está sentado en el trono sobre el universo. Él está preservando y manteniendo Su creación con Su mano soberana. Todo en el universo: los cuando, los cómo y los porqués, están determinados y dirigidos por el incomparable y supremo Dios. ¿Pero eso significa que somos meros robots sin opciones propias?

No, aquí está implícita la íntima relación entre la soberanía divina y la responsabilidad humana. Nunca podremos comprender plenamente cómo ambas se mantienen unidas, pero ambas están claramente afirmadas en la Escritura. Cualquier intento de enfatizar una a expensas de la otra resultará en un malentendido de cómo nos relacionamos con Dios. Así, por ejemplo, enfatizar la predestinación divina a tal grado que usted y yo no somos realmente responsables de nuestras acciones, es poner demasiado énfasis en la soberanía.823 Igualmente, afirmar nuestra libertad humana, de una manera que implica que cualquiera de nuestras acciones están fuera del control del SEÑOR, es malinterpretar nuestra responsabilidad ante Dios. La historia de José ilustra bellamente que ambas son verdaderas y ambas deben mantenerse en equilibrio. Las experiencias de vida de Yosef le enseñaron bien. La mala traición de sus hermanos, las mentiras de la esposa de Potifar, la negligencia del copero, habían enseñado a José que ADONAI podía anular el mal de los humanos para lograr el bien de los que le sirven a Él.824

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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