Introducción al Libro de los Hechos
desde una perspectiva judía mesiánica
A Linda, fiel editora, amiga, animadora y guerrera de oración. Sus interesantes adiciones y eliminaciones hacen que nuestros comentarios sean más fáciles de leer y comprender.
El libro de los Hechos es el primer volumen de las congregaciones (iglesias) de Dios. Registra la historia de la comunidad mesiánica/iglesias desde su explosivo comienzo en la fiesta de Pentecostés/Shavuot, hasta el encarcelamiento de su mayor misionero en Roma. Durante esas tres décadas, la comunidad mesiánica (iglesias) explotó desde un pequeño grupo en Jerusalén a cientos de miles de creyentes en docenas de congregaciones en todo el Imperio Romano. Hechos describe cómo el Espíritu de Dios controló y dio poder a la expansión de la iglesia/comunidad mesiánica. De hecho, el libro bien podría llamarse “Los Hechos del Espíritu Santo o Ruaj HaKodesh a través de los apóstoles”.
Hechos es un libro importante por varias razones. Sin Hechos sería muy difícil entender el flujo de la historia temprana de la iglesia/comunidad mesiánica. Sin embargo, con él tenemos una historia central en torno a la cual reunir los datos de las epístolas, enriqueciendo nuestra comprensión de ellas. El libro sigue primero el ministerio de Pedro y luego el de Pablo (o Saulo). De él aprendemos principios para discipular a los creyentes, construir el Cuerpo del Cristo el Mesías y evangelizar el mundo.
Aunque es una obra de historia, no de teología, Hechos enfatiza las verdades doctrinales concernientes a la salvación, Yeshua el nazareno es proclamado audazmente como el Mesías tan esperado por Israel; y esa verdad, se defiende hábilmente desde el TaNaJ (2:22ss, 3:12ss, 4:10ss, 7:1ss, 8:26ss, 9:22, 18:5 y 24-28, 28:23).
El libro de los Hechos también enseña mucho sobre el Espíritu de Dios, a quien se menciona más de cincuenta veces. Él regenera, sumerge, llena y santifica a los creyentes. El Ruaj HaKodesh se ve eligiendo misioneros (13:2) y dirigiendo sus operaciones (8:29). Él presidió el primer concilio de la iglesia/comunidad mesiánica y básicamente dirigió y controló todas sus operaciones.
La importancia doctrinal de Hechos no se limita a su enseñanza sobre Jesucristo y el Espíritu Santo. Si bien no gira en torno a cuestiones doctrinales, sino a acontecimientos históricos, toca, sin embargo, muchas verdades teológicas. La importancia del libro de los Hechos radica en la preservación de los principales temas doctrinales presentados en la predicación de los apóstoles, aunque no hay evidencia de un intento de desarrollar una teología sistematizada.1
El uso de la versión Tree of Life Version (Árbol de la Vida)
En inglés, y debido a que estoy escribiendo este comentario sobre el libro de los Hechos desde una perspectiva judía, usaré la versión Árbol de la Vida, a menos que se indique lo contrario. Habrá ocasiones en las que sustituyo nombres en hebreo por nombres en inglés usando la Biblia judía completa (CJB) de David Stern. Pero, en general, usaré la traducción TLV para la perspectiva judía. En la traducción al español se usará la BTX 3º edición, a menos que se indique lo contrario.
Autor
El autor del evangelio de Lucas y del libro de los Hechos escribe de forma anónima. De hecho, ninguno de los escritores de los cuatro evangelios se identifica por su nombre. Pero la tradición de la iglesia, ya en la primera parte del siglo II, siempre ha estado de acuerdo en que Lucas fue el escritor tanto del evangelio de Lucas como de Hechos. En conjunto Lucas, judío helenístico, escribió más sobre el Nuevo Pacto que cualquier otro escritor, incluido Pablo. Lucas es mencionado por su nombre sólo tres veces en el Nuevo Pacto (Colosenses 4:14; Segunda Timoteo 4:11; Filemón 24). De estos pasajes y de los libros de Lucas descubrimos varias cosas. Lucas era un judío griego bien educado que vivía en Asia Menor. El uso que Lucas hacía del idioma griego era superior. Su estilo animado y entretenido se asemeja al estilo de escritura de los novelistas griegos de la época. También fue un historiador cuidadoso, y a menudo vinculaba su historia a fechas específicas e incidentes y figuras históricas. Lucas también era médico (Colosenses 4:14). Su formación médica se nota en el uso de términos médicos técnicos. Después de conocer a Pablo, Lucas fue el compañero constante del apóstol, incluso en la cárcel. En los pasajes que comienzan en Hechos 16:10, Lucas cambia a la primera persona del plural (nosotros), mostrando que él estaba allí y era parte de la acción.
Fecha
La fecha del evangelio de Lucas está estrechamente ligada a su libro compañero Hechos. Dado que Pablo estaba en prisión en Roma al final de Hechos (alrededor del año 62 dC), es posible que Lucas haya terminado Hechos antes de la liberación de Pablo y su posterior martirio. Esto situaría Hechos alrededor del año 62 dC, y el Evangelio de Lucas probablemente se escribió a principios de los años 60 dC.
Dónde y cómo obtuvo Lucas su información
Lucas no fue testigo ocular de nada de lo que describe en su evangelio, ni de la mayor parte de lo que escribió en los primeros quince capítulos de Hechos. Nunca vio a Jesús. En el párrafo inicial de su evangelio, Lucas cuenta dónde y cómo obtuvo su información (Lucas 1:1-5). Escuchó acerca de Jesús por boca de los apóstoles y de otras personas que le contaron lo que habían visto y oído. Los dos libros de Lucas fueron escritos probablemente unos treinta años después de que Jesús resucitara de entre los muertos.2
Estilo
A Lucas le gusta escribir las cosas en secuencia. Desde el principio, en el prefacio de su evangelio (Lucas 1:1-3), afirma que está escribiendo una narración, y que va a contar las cosas en secuencia, en orden consecutivo (griego: kathexes). De hecho, Lucas es el único autor de un evangelio que afirma escribir de esa manera. Construye su relato de manera meticulosa, y el orden de los eventos y las historias juega un papel importante en la estructura y el estilo. La misma razón también se esconde detrás de la costumbre de Lucas de presentar primero a sus personajes importantes de manera pasajera, volviendo a ellos más tarde como si ya fueran una parte conocida de su historia (ver Bernabé, Pablo, Apolos y Agripa).
Lucas también adopta el típico estilo retórico griego en la narración de los discursos de defensa de Pablo (22:3-21, 24:10-21, 26:4-23). El uso que hace de estos discursos refleja el propósito del libro, permitiéndole presentar a Pablo como un judío leal que se ha dedicado a cumplir las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Asimismo, presenta sus escritos como “historia” según el género bíblico. Esto le permite fundamentar los eventos que registra como el cumplimiento del mandato de Yeshua a sus discípulos de testificar hasta los confines de la tierra. De esta manera demuestra cómo los gentiles han llegado a ser incluidos en el Reino de Dios, en total acuerdo con las creencias más básicas de Israel, escritas en la Torá y habladas por los profetas.
Además, Lucas frecuentemente introduce resúmenes y declaraciones breves a través de las cuales el lector puede concentrarse en su objetivo (2:42-47, 4:32-35, 5:12-16, 6:7, 9:31 y 42, 11:21 y 24, 12:24, 14:1, 16:5, 19:20, 28:31). Esto da una sensación de progreso e impulso histórico exclusivo de Lucas-Hechos en el Brit Hadashah. Lo mismo se aplica a los informes de señales y prodigios que siguen a los apóstoles en su obra evangelística.3
El uso de ADONAI
Mucho antes de los días de Yeshua (Jesús), y por respeto al nombre de DIOS, la palabra ADONAI sustituyo, al hablar y al leer en voz alta, el nombre personal de DIOS formado por las cuatro letras hebreas YHVH (las cuatro letras hebreas Yod-Heh-Vav-Heh). El Talmud (Pesachim 50a) hizo que fuera un requisito no pronunciar el Tetragramaton, que es el nombre de Dios de cuatro letras, y esto sigue siendo la regla en la mayoría de los entornos judíos modernos. En deferencia a esta tradición, que es innecesaria pero inofensiva, usaré ADONAI en el sentido de YHVH.1 En la antigüedad, cuando los escribas traducían las Escrituras hebreas, reverenciaban el nombre de YHVH tanto, que usaban una pluma para un trazo del nombre y luego la tiraban. Luego harían otro trazo y tirarían esa pluma hasta que el nombre estuviera completo. Su nombre se volvió tan sagrado para ellos que comenzaron a sustituir la frase el Nombre, en lugar de escribir o pronunciar Su Nombre. Al hacer esto durante siglos, se perdieron las letras y la pronunciación de Su Nombre. Lo más cercano que podemos llegar es YHVH, sin sílabas. La pronunciación se ha perdido totalmente. Por lo tanto, el nombre Yahweh o Yahvé es solo una conjetura de cómo sonaba el nombre original. Tanto ADONAI como Ha-Shem son nombres sustitutos para YHVH. ADONAI es más un nombre cariñoso como papi, mientras que Ha-Shem es un nombre más formal como señor.
El uso de TaNaJ
La palabra hebrea para TaNaJ es un acrónimo, basado en la letras T (para “Tora“), N (para “Nevi’im” o los Profetas), y J (para “Ketuvim” o los Escritos Sagrados). Esto es la colección de las enseñanzas de Dios a los seres humanos en forma de documento. El término “Antiguo Pacto” implica que ya no es válido, o al menos está desactualizado. Algo viejo, para ser ignorado o descartado. Pero Jesús mismo dijo: No penséis que vine a abrogar la ley o los profetas; no vine a abrogar, sino a dar cumplimiento (Mateo 5:17). Usaré el acrónimo hebreo TaNaJ (a veces podría usar la frase el Antiguo Pacto al comparar algo con el Nuevo Pacto) en lugar de la frase, el Antiguo Testamento en este comentario devocional.
El uso de la frase “los justos del TaNaJ”, en lugar de usar los santos del Antiguo Testamento
Las sinagogas mesiánicas, y la comunidad mesiánica judía en general, nunca usan la frase santos del Antiguo Testamento. Desde una perspectiva judía, prefieren usar la frase “justo del TaNaJ”. Por lo tanto, a lo largo de este comentario devocional, utilizaré “los justos del TaNaJ”, en lugar de los santos del Antiguo Testamento.
El uso de discípulo y apóstol
Lucas indica que Jesús escogió doce de entre Sus discípulos, y que a estos los nombró apóstoles. En consecuencia, usaré la palabra discípulos como término general para aquellos que se comprometieron a seguir a su Maestro para aprender de Él. Y usaré la palabra apóstoles para los Doce en quienes el Mesías invirtió Su tiempo y envió con Su autoridad delegada. Obviamente, Yeshua escogió doce discípulos especiales para ser Sus apóstoles. Además, en ocasiones, también usaré la palabra hebrea talmid (singular) o talmidim (plural), que significa estudiante o aprendiz, para referirme a Sus Doce apóstoles. Fortalecidos por el Espíritu Santo, continuaron Su ministerio después de que Él ascendió de regreso al Padre en el cielo.
El propósito de Hechos
Cada una de las cartas del Brit Hadashah fue escrita para abordar una serie de problemas que enfrentaba una congregación específica, o refleja la relación del escritor con una comunidad en particular. Uno de los propósitos principales del libro de los Hechos, es explicar la relación entre los grupos judíos y gentiles de la comunidad primitiva, y reconciliar el ministerio de Pablo con el de Pedro. Lucas comienza con la historia de la proclamación del evangelio en Jerusalén, que luego se extiende hasta los confines de la tierra en cumplimiento de las palabras de los profetas (Isaías 2:3; Hechos 1:8). El libro de los Hechos puede verse en muchos sentidos, como una apología de la paz entre judíos y gentiles en el cuerpo del Mesías. Lucas es discípulo de Pablo y se ha esforzado en investigar y ordenar el material escrito y oral que reunió en Israel y en la diáspora.
Pedro – Apóstol a los judíos: La primera curación de Pedro fue a un lisiado (vea Ap – Pedro sana a un mendigo cojo), sanó a través de una sombra (5:15), su éxito provocó los celos judíos (5:15-17), trató con Simón el mago (8: 9-24), resucitó a Dorcas (9:36-41), fue liberado milagrosamente de la prisión (12:7). Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecían a la fe (6:7).
Pablo – Apóstol a los gentiles: La primera curación de Pablo también fue la de un lisiado (14:8-18); sanó a través de pañuelos y delantales (19:11-12), su éxito también provocó los celos judíos (13:45), también trató con un hechicero llamado Bar-Jesús (13:6-11), también resucitó a Eutico (20:9-12), también salió milagrosamente de prisión (23:26). Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor (19:20).
Las similitudes entre los dos hombres indican una comparación entre el ministerio a los judíos y a los gentiles en el libro de los Hechos. Es importante señalar que el Capítulo 15 – que trata de los problemas entre las partes judía y gentil del cuerpo del Mesías – divide al libro de Hechos por la mitad. Estas indicaciones sugieren que Hechos fue escrito para lograr los siguientes objetivos:
1. Demostrar la validez e igualdad de los ministerios de Pedro y Pablo.
2. Colocar el ministerio a los gentiles en su perspectiva adecuada con respecto a la Comunidad Mesiánica.
3. Mostrar que el ministerio a los gentiles fue parte del diseño de Dios desde el comienzo del ministerio apostólico, ordenado por Yeshua mismo.
4. Comunicar a los lectores que, aunque Dios ha ordenado la predicación del evangelio a los gentiles, esto de ninguna manera amenaza el carácter judío o judeidad de la misión apostólica, ni la adhesión a la Torá y las costumbres judías. El libro de los Hechos comienza en Jerusalén, con una visión de la restauración del Reino de Dios a Israel y termina con Pablo asegurando al liderazgo judío en Roma: Hermanos, sin haber hecho yo nada contra nuestro pueblo ni contra las tradiciones de nuestros padres, desde Jerusalén fui entregado preso en manos de los romanos (28:17b).4
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