El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí
Lucas 4: 16-30
El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí ESCUDRIÑAR: ¿Qué fue tan diferente en lo que hizo Jesús ese Shabat? ¿Qué significaban las Buenas Nuevas para el Mesías? ¿De qué maneras proclamó libertad para los prisioneros y dio la vista a los ciegos? ¿Qué era un año del favor de ADONAI? ¿Cuál fue el significado de que el Señor se detuviera en medio de Isaías 61:2? ¿Cómo respondió la gente? ¿Por qué? ¿Por qué Yeshua usó los ejemplos de Elías y Eliseo? ¿Qué estaba tratando de decir? ¿Por qué eso convirtió el asombro de ellos en rabia? ¿Qué hicieron ellos?
REFLEXIONAR: Francisco de Asís dijo una vez: “Predica el evangelio en todo momento… y si es necesario, usa palabras”. ¿Cómo usted está “haciendo” la Buena Nueva? ¿Está el Espíritu de ADONAI en usted? ¿Está el Señor en sus labios? Su familia, sus parientes, sus vecinos o sus compañeros de trabajo dirían que usted es ¿una Buena Noticia o una “Mala Noticia”? ¿Por qué sí o por qué no? ¿A qué “gentiles” está ministrando esta semana?
A medida que las sombras del sol del viernes se iban cerrando sobre el tranquilo valle, Jesús oía el familiar doble toque de trompeta desde el tejado de la casa del líder de la sinagoga, que anunciaba la llegada del shabat. Una vez más sonó en el aire quieto del verano, para anunciar que había que dejar de trabajar.
Al amanecer del Shabat, Jesús regresó a la sinagoga donde, siendo niño, joven y hombre, tantas veces había adorado con toda humildad, sentado, no al frente entre los ancianos y los honrados, sino muy atrás (Visité la aldea de Nazaret en Jerusalén, en octubre de 2023. Para ver un video de la reconstrucción de la sinagoga del primer siglo de Yeshua en Nazaret, haga clic aquí). Los viejos rostros conocidos lo rodeaban. Yeshua Había oído las palabras familiares del servicio, pero ¡cuán diferentes habían sido siempre para Él que para ellos, con quienes se había mezclado en la reunión común! Habían pasado sólo unos meses desde que había dejado Nazaret, pero ahora estaba de nuevo en casa, verdaderamente como un extraño entre ellos. Era la primera vez, hasta donde sabemos, que el Ungido enseñaba en una sinagoga, y no por casualidad era en Su ciudad natal de Nazaret. 381
Los hombres de la pequeña sinagoga alzaban sus voces uniéndose como uno solo para cantar la Shemá (Deuteronomio 6:4) y las palabras de los Salmos. La habitación era pequeña y cuadrada, con bancos de madera pegados a cada pared. El Templo de Jerusalén, con sus sacerdotes y sacrificios de animales, era el centro de la vida judía. La sinagoga local, sin embargo, era, y sigue siendo, el alma del judaísmo. En el primer siglo, la sinagoga era un lugar íntimo que permitía a los justos del TaNaJ reunirse en un ambiente menos formal que el propio Templo. No había sumos sacerdotes, ni levitas, ni ninguna liturgia estándar. Cualquiera podía levantarse y leer los rollos sagrados.382
Y fue a Nazaret, donde había sido criado, y en el día sábado entró en la sinagoga, y conforme a su costumbre se levantó a leer (Lucas 4:16). Ir a la sinagoga, era costumbre de todo buen judío. Y se puso de pie para leer públicamente un rollo. El lector estaba de pie; el rabino sentado. Hasta el día de hoy en una sinagoga, uno se pone de pie para leer la Torá. Esto se llama la aliá ó aliyá, es el llamado al bema o plataforma en la sinagoga, para leer. En este bema se encontraba el púlpito o atril, el migdal ez, el estrado de madera de Nehemías 8:4, donde se leía la Torá y los profetas.383
Y le fue entregado el rollo del profeta Isaías; y habiendo desenrollado el volumen, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Porque me ungió para evangelizar a los pobres; Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, Y restauración de vista a los ciegos, A enviar en libertad a los oprimidos, A proclamar el año favorable del Señor (Lucas 4:17-19).
El rollo del profeta Isaías fue entregado a Yeshua (vea Isaías 61:1-2a). Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque:
(1) Me ungió para evangelizar a los pobres de espíritu (o anunciar la Buena Nueva). Aunque se dice que sólo Jesús fue ungido por el Ruaj HaKodesh (Lucas 3:22; Hechos 4:26-27, 10:38), Él sirve aquí como modelo para los predicadores y maestros llenos del Espíritu hoy en día.
(2) Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos. Esto se entiende metafóricamente, y se refiere al perdón de los pecados (Lucas 1:77, 3:3, 24:47; Hechos 2:38, 5:31, 10:43, 13:38 y 26:18).
(3) Y para restauración de la vista a los ciegos. Esto puede ser una referencia a los ciegos que el Señor sanó durante Su ministerio: vea el enlace haga clic Ek – El Segundo Milagro Mesiánico: Jesús sana a ciego y mudo; Fi – Jesús sana al ciego y al mudo; Fw – La levadura de los fariseos y los saduceos; Gt – El tercer milagro mesiánico: Jesús sana a un hombre que nació ciego; e In – Bartimeo recibe la vista. Sin embargo, en otro sentido, también puede referirse metafóricamente a aquellos que están espiritualmente ciegos (Lucas 1:78-79, 2:30-32, 3:6, 6:39; Hechos 9:8-18, 13:47, 22:11-13 y 26:17-18).
(4) Para enviar en libertad a los oprimidos. La misma palabra traducida aquí como libetad se tradujo como perdón en otros versículos. Por lo tanto, es paralela a las declaraciones anteriores (especialmente Hechos 26:18, donde el perdón de pecados es paralelo a libertad a los oprimidos).
(5) A proclamar el año favorable del Señor. Básicamente, esto es un sinónimo de las Buenas Nuevas del Reino de Dios (vea Lucas 4:43). Yeshua afirmaba que el Reino de Dios había llegado en cumplimiento de los profetas del TaNaJ, ahora se ofrecía la salvación a todos.384
Con cada porción de la Torá/Ley hay también una porción correspondiente de los profetas que se lee. Es posible que haya leído tanto la porción de la Torá como la porción de los profetas, pero aquí solo se menciona la porción profética. Lo que hace Jesús es leer todo el versículo 1, pero solo la primera mitad del versículo 2 (Isaías 61:1-2a).
La razón por la que Cristo se detuvo donde lo hizo fue porque la primera mitad del versículo se cumpliría con Su Primera Venida: Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, A vendar los corazones desgarrados, A proclamar libertad a los cautivos Y a los presos apertura de la cárcel; A promulgar el año de gracia de YHVH (Isaías 61:1b-2a) Y la segunda mitad del versículo se cumplirá con Su Segunda Venida: Y el día de la venganza de nuestro Dios; A consolar a todos los que lloran (Isaías 61:2b). Vea el comentario sobre Isaías Ka – Y el día de la venganza de nuestro Dios.
Y habiendo envuelto el rollo, lo devolvió al asistente, y se sentó (Lucas 4:20a). El lector se puso de pie; el rabino se sentó. Aquí Jesús asumió la posición de un rabino, sentándose mientras enseñaba. Ellos se ponían de pie para leer la Torá y se sentaban para enseñar la Torá. Hasta aquí todo estaba de acuerdo con la práctica judía en ese momento, excepto que Jesús no cumplió con el número aceptado de versículos requeridos para la lectura. Se requería un mínimo de tres versículos y Él leyó solo uno y medio.
Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él (Lucas 4:20b), porque, en primer lugar, leyó sólo la mitad de lo que debía leer y, en segundo lugar, ¿qué iba a decir? Los rabinos enseñaban que estos dos versículos eran una profecía mesiánica. Entonces, comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos (Lucas 4:21), ellos comprendieron que Él decía ser el Mesías.
Y todos daban testimonio de Él, y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de su boca, pero decían: ¿No es éste el hijo de José? (Lucas 4:22). Pero, en voz baja, se susurraban unos a otros: ¿No es éste el hijo de José?, preguntando retóricamente. Es como si dijeran: “¿Quién se cree que es este presumido?”. Para ellos, Él era el hijo de José y nada más. Ellos se sintieron ofendidos. Al ser hipócritas, inmediatamente lo rechazaron a Él y a Su mensaje. Habían oído hablar de Sus milagros en toda Galilea, pero, nunca habían visto que se realizara ninguno.
Entonces les dijo: Sin duda me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo. Cuantas cosas oímos que se han hecho en Cafarnaum, hazlas también aquí en tu tierra, haz los milagros (vea Br – La primera estancia de Jesús en Capernaúm, y Cg – Jesús sana al hijo de un funcionario). Pero Él no satisfizo su curiosidad ociosa y no se echó atrás (Lucas 4:23).
Y añadió: En verdad os digo que ningún profeta es grato en su tierra (Lucas 4:24). En respuesta a su incredulidad, Cristo les recordó que Israel había respondido a menudo a los profetas de HaShem con incredulidad. Elías se había aparecido a una nación apóstata con el mensaje de Dios de un juicio inminente para llamar al pueblo al arrepentimiento. Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, mientras hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón (Lucas 4:24-26). Este incidente se describe en Primera Reyes 17:1, 7, 9-24 y 18:1. El pueblo de Israel no recibió el mensaje del profeta y, por lo tanto, no recibió ningún beneficio de su ministerio, pero una viuda gentil creyó en el mensaje del profeta y recibió beneficio.
De la misma manera, muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio (Lucas 4:27), vea Segunda Reyes 5:1-14. En ese tiempo había muchos leprosos en Israel. Pero los israelitas no creyeron en la palabra del profeta ni acudieron a Él en busca de ayuda. El único que recibió ayuda del ministerio de Eliseo, fue de nuevo un gentil.385 Aquí Jesús ya está empezando a dar a entender que lo que los judíos rechazarán… los gentiles lo aceptarán. Así como Israel era indigno en los días de Elías y Eliseo, también lo era en los días de Cristo.
Oyendo estas cosas, todos se llenaron de ira en la sinagoga (Lucas 4:28). Yeshua les dice que Dios había tratado favorablemente a los gentiles en el pasado. Hay quienes hoy afirman que en ninguna parte del Nuevo Pacto Jesús dice específicamente “YO SOY Dios”. Bueno, el pueblo de Nazaret no estaba tan confundido al respecto. Ellos entendieron exactamente quién decía ser. Su respuesta fue que se levantaron y lo expulsaron de la ciudad, lo que presagiaba el día de Su crucifixión porque las ejecuciones no se llevaban a cabo dentro de los muros de la ciudad (vea Levítico 24:14).
…y levantándose, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo (Lucas 4:29). Los rabinos llamaron a esto “muerte por mano de Dios” Pero, irónicamente, en realidad el castigo estaba en manos del pueblo. Ellos podían administrar “el castigo a los blasfemos” en el lugar, sin juicio, si alguien era sorprendido desafiando abiertamente alguna enseñanza positiva, ya fuera de la Torá o de la Ley Oral (vea Ei – La Ley Oral). La paliza a los rebeldes era hasta la muerte. 386
Pero Jesús, pasando por en medio de ellos, prosiguió (Lucas 4:30). En otras dos ocasiones el pueblo tomó piedras en el templo para matarlo (Juan 8:59 y 10:31) El adversario siempre trató de acortar el camino del plan de Dios ordenado para Su Hijo. Pero Jesús estaba destinado a morir en una cruz en Jerusalén, no en un acantilado en Nazaret. No era el momento señalado para morir.
Nazaret está construida en un pequeño valle sobre una montaña que domina el valle de Jezreel. La tradición católica enseña que María, la madre de Jesús, estaba presente cuando intentaron matarlo. Cuando su Hijo fue conducido al borde del acantilado, la tradición dice que ella se asustó. Por lo tanto, construyeron allí una iglesia católica llamada “La Capilla de Nuestra Señora del Miedo”. Sin detenerse allí, también afirman que Jesús saltó al Monte Tabor, que está a unos seis kilómetros de distancia. Hoy los católicos llaman al Monte Tabor el Monte del Salto.
La declaración del Señor de que Él era en verdad el Mesías prometido desde hacía mucho tiempo, fue significativa porque fue como una muestra de aquello que se desarrollaría a medida que se desarrollaba el Evangelio. El anuncio de que ningún profeta es grato en su tierra (Lucas 4:24) se convirtió en una predicción de Su propia muerte en Jerusalén. Sin embargo, mediante la resurrección de Cristo, Él proveyó liberación tanto para judíos como para gentiles.
Jesús sigue anunciando las buenas nuevas a los abatidos de espíritu y proclamando la libertad a los cautivos. Hoy, sin embargo, ¿se imagina a usted mismo como uno de aquellos que estaban en la sinagoga de Nazaret, escuchando al Señor anunciar por primera vez que la profecía de Isaías se estaba cumpliendo ante sus ojos? Probablemente habría pensado: “¿Cómo puedo realmente ser liberado del pecado, o ser liberado de la tentación?” ¿Y de la culpa y la desesperanza? ¿Cuándo fue la última vez que se sintió favorecido por alguien, y mucho menos por ADONAI?
Para un israelita en los días de Yeshua, el año de la gracia de YHVH hacia referencia al año del Jubileo en Levítico 25. Cada quincuagésimo año, todas las deudas debían ser perdonadas y todos los esclavos liberados. Además, todos en Israel estaban llamados a celebrar y descansar, a disfrutar de los frutos de seis años de cosecha. Gracias a Jesucristo, nuestra deuda de pecado puede ser eliminada de nosotros todos los días; y la esclavitud de las viejas costumbres puede ser eliminada en cualquier momento por el poder del Espíritu Santo. ¡Todos podemos regocijarnos al escuchar estas palabras!
El hecho de que el ministerio del Mesías fuera aceptado en su mayor parte por los marginados de la sociedad, incluso por los gentiles incrédulos, amenazó a algunos judíos y despertó pensamientos asesinos entre ellos. Entre los nazarenos, el hecho de que el rabino inconformista fuera tan popular fuera de su ciudad natal, era difícil de aceptar. “¿Por qué debería Capernaúm recibir todos los milagros?” (Lucas 4:23). Sin embargo, la respuesta de ellos no lo perturbó. Este sería solo el comienzo de la oposición que enfrentaría Jesús mientras avanzaba hacia Su destino en Jerusalén.
A veces podemos pensar que al rabino renegado en realidad, le gustaba provocar controversias. Él sabía que Sus palabras no siempre serían bien recibidas, pero, nunca intentó suavizarlas. El hecho es que Jesús sí quiere sacudir las cosas para poder llamar nuestra atención. Él vino a proclamar la Buena Nueva a diferencia de todo lo que podríamos esperar, y si hemos de escucharlo adecuadamente, necesitaremos que nos hagan sentir incómodos. ¿De qué otra manera querremos desprendernos del pecado y seguirlo en el camino a la cruz?
Señor Jesús, hoy nos ofreces una elección: aceptar Tus palabras o escuchar los deseos de nuestra propia naturaleza caída. Ayúdanos a ser generosos receptores de Tu gracia e instrumentos de Tu paz. Amén. Él es capaz.387
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