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La suegra de Simón estaba en cama con mucha fiebre
Mateo 8:14-17; Marcos 1:29-34; Lucas 4:38-41

La suegra de Simón estaba en cama con mucha fiebre ESCUDRIÑAR: ¿Cómo se compara la sanación de Jesús aquí con Su expulsión de un demonio en Marcos 1:25? ¿A quién sanó el Mesías en el día de reposo? ¿Por qué es importante saberlo? ¿A quién sanó el Señor después de que se puso el sol? ¿A cuántos sanó? ¿Cómo imagina esa escena? ¿Por qué silencia a los demonios? ¿Por qué la gente acudía a Él?

REFLEXIONAR: Si usted estuviera entre la multitud, ¿qué le pediría a Yeshua que le sanara a usted? Sin embargo, si ora por sanación y, como al rabino Saulo (Segunda Corintios 12:1-10), Yeshua decidió no sanarle, ¿cómo respondería usted? ¿Dios todavía sana hoy? ¿Según qué? ¿Cómo utilizan las personas al Señor, consciente o inconscientemente? ¿Qué cree que Él siente al respecto? ¿Qué puede hacer al respecto?

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Era el Santo Shabat, el primero después que Yeshua había llamado a la mayoría de Sus apóstoles a su alrededor; el primero, también, después de Su regreso de Pesaj en Jerusalén (vea el enlace haga clic en Bs La primera purificación del templo). Pero, una vez terminado el servicio de la sinagoga, Jesús fue a la casa de Pedro. Según la costumbre judía, la comida principal del Shabat se celebraba inmediatamente después del servicio de la sinagoga, a la hora sexta, que es a las doce del mediodía. Y saliendo de la sinagoga, fueron enseguida con Jacobo y Juan a la casa de Simón y Andrés (Marcos 1:29) con el resto de los apóstoles. Y llegando Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama y con fiebre (Mateo 8:14; Marcos 1:30; Lucas 4:38). El doctor Lucas notó que ella tenía fiebre alta. El tiempo imperfecto del verbo significa que era continua, no transitoria.

Y levantándose de la sinagoga, entró en la casa de Simón, y la suegra de Simón estaba enferma con una gran fiebre y le rogaron por ella (Lucas 4:38; Marcos 1:30). Es muy importante notar que Simón tenía una suegra porque eso significa que Simón estaba casado. Si Pedro se suponía que fuera el primer papa, como afirma la Iglesia Católica, ¿por qué estaba casado? El hecho de que Pedro estaba casado lo confirma Pablo cuando escribió a los creyentes de Corinto: ¿Acaso no tenemos derecho de llevar con nosotros una hermana como esposa, como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? (Primera Corintios 9:5), la palabra griega aquí es guné, o esposa, no adelfé o hermana). La Iglesia Católica enseña que esta era la hermana de Simón.

Durante los primeros siglos de la era cristiana, al clero se le permitió casarse y tener familias. El celibato del sacerdocio en la Iglesia Católica Romana fue decretado por el papa Gregorio VII en 1079, más de mil años después de la época de Cristo. Jesús no impuso ninguna regla contra el matrimonio de los apóstoles. Por el contrario, Pedro fue un hombre casado durante al menos veinticinco años, y su esposa lo acompañó en sus viajes misioneros. Por lo tanto, Pedro fue un hombre casado durante una parte considerable del tiempo que la Iglesia Romana dice que fue papa en Roma. Pero nunca estuvo en Roma en absoluto (vea Fx  Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia). Si el celibato tiene el lugar que le corresponde en la Iglesia romana, no es creíble que el Mesías haya elegido como piedra fundacional y primer Papa a un hombre casado. El hecho es que, cuando Cristo constituyó Su Iglesia, no tuvo en cuenta en absoluto el celibato, sino que eligió (o habría elegido) para Su colegio apostólico a hombres casados.403

La suegra de Pedro estaba muy enferma y Jesús la sanó. Pero cada evangelista lo relata de forma un poco diferente, basándose en su tema particular. Mateo presenta a Jesús como Rey de los judíos, y aquí un simple toque del Rey es suficiente para sanarla. No fue insignificante que el rabino hacedor de milagros tocara su mano, la fiebre la dejó; y fue levantada, y lo servía (Mateo 8:15). La enseñanza del Talmud es que un hombre (y mucho más un rabino) no debe hacer contacto con la mano de una mujer, incluso cuando esté contando dinero de su mano a la de ella (Tratado Berajot 61a).

Marcos presenta a nuestro Señor en el papel de siervo y dice: Y se acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó, y los servía (Marcos 1:31). Lucas presenta a Jesús como el hombre perfecto. E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre, y la dejó; e inmediatamente, habiéndose levantado, los servía (Lucas 4:39). Sólo Lucas nota el cambio inmediato para que ella pudiera servir la comida del shabat. El término servir (griego: diakonéo ó diekonei), aunque no es un término técnico, se usa en otras partes del Nuevo Pacto para referirse al servicio para Cristo (Lucas 8:3, 17:8; Hechos 6:2-4, 19:22). La curación debió haber sido instantánea, para que la suegra de Pedro pudiera cocinar una comida para el Señor y los hombres que lo acompañaban. Pero el verbo está en tiempo imperfecto, lo que indica una acción progresiva. En otras palabras, tomó algún tiempo preparar la comida.

El rumor de que Jesús había echado fuera demonios y sanado a los enfermos circuló rápidamente. Y por la tarde, al ponerse el sol, le traían todos los enfermos y los endemoniados, y la ciudad entera se agolpaba ante la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas dolencias, y echó fuera muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque éstos lo reconocían (Marcos 1:32-34). Era sábado ese día, como lo demuestra el hecho de que salieron de la sinagoga. El sábado terminaba al ponerse el sol, por lo que la gente era libre de traer a sus amigos y parientes enfermos y poseídos por demonios. La Biblia hace una distinción entre enfermedad y posesión demoníaca. No existe el demonio de la lujuria, ni el demonio de la glotonería, ni el demonio de esto ni el demonio de aquello. Los demonios no se especializan en ciertas enfermedades. No hay evidencia bíblica de eso. Podemos estar enfermos simplemente por la fragilidad humana o por malos genes. El verbo traían es imperfecto, y habla de una acción continua. Siguieron trayendo y trayendo y trayendo gente.

Todo el pueblo se reunió a la puerta y ninguno se fue decepcionado por El Gran Médico. Y cuando el sol se estaba poniendo, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias los llevaron a Él, e imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba (Lucas 4:40, Mateo 8:16). Yeshua sanó con una palabra o un toque, sanó instantáneamente, sanó enfermedades orgánicas desde el nacimiento (Juan 9:1-41), y resucitó a los muertos (Marcos 5:21-43; Juan 11:1-44). Cualquiera que afirme tener el don de sanar hoy, debería poder hacer lo mismo. Estas curaciones tenían un propósito particular: esto era para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, que dice: Él tomó nuestras debilidades y llevó las enfermedades (Mateo 8:17). Este pasaje de Isaías 53 todavía se aplica en muchos comentarios rabínicos a la venida del Mesías (Sanedrín 98a). Nuestro Salvador sigue sanando hoy, pero como resultado de Su propia voluntad soberana, no de nuestras exigencias.

En el hebreo de Isaías 53 para las enfermedades, permite la curación tanto física como espiritual. Sin duda, una obra importantísima de Yeshua sería quitar nuestros pecados como ofrenda por la culpa (Isaías 53:11). Debemos recordar que la sanidad física no está necesariamente garantizada en la expiación del Mesías en el Brit Hadashah (vea el comentario sobre Hebreos BpLa Dispensación de la Gracia). Cristo murió por nuestros pecados, pero los creyentes todavía caen en pecado; Él venció el dolor y la enfermedad, pero, Su pueblo todavía sufre y se enferma; Él conquistó la muerte, pero Sus seguidores aún mueren. Hay demasiados ejemplos de sanidades no realizadas tanto en la Biblia como en la vida de los creyentes piadosos (Segunda Corintios 12:1-10). Existe cierto misterio en cuanto a por qué Dios no sana en todos los casos, aunque claramente Él usa estos casos muchas veces para enseñar a Sus hijos diferentes lecciones. No obstante, llegará un día en que el aspecto físico de la obra de Jesús será plenamente realizado por todos los que invoquen Su nombre, pues Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4).404

Aquellos que afirman que los creyentes nunca deberían enfermarse debido a su sanidad en la expiación, también deberían afirmar que los creyentes nunca deberían morir, porque Jesús también conquistó la muerte en la expiación. El mensaje central del evangelio es la liberación del pecado. Es una buena noticia sobre el perdón, no sobre la salud. El Ungido fue hecho pecadoÉl murió en la cruz por nuestro pecado, no por nuestra enfermedad. Como Pedro lo deja claro cuando escribe: Él mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas fuisteis sanados (1 Pedro 2:24b). 405

También salían demonios de muchos, vociferando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero reprendiéndolos, no les permitía hablar estas cosas, porque sabían que Él era el Mesías (Lucas 4:41; Marcos 1:34). Pero Él les puso bozal y no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Mesías. No les dio a quienes sopesaban la evidencia de Sus milagros, la oportunidad de rechazarlo porque el testimonio provenía de fuentes tan cuestionables. Por lo tanto, no permitió que los demonios testificaran a Su favor.

Observe que todos los enfermos fueron sanados. Pero, ahí estaba el comienzo de la tragedia. Sin embargo, las multitudes vinieron, y vinieron, porque querían algo de Yeshua. No vinieron porque lo amaran; no vinieron porque hubieran vislumbrado Su deidad; en última instancia, ellos no lo querían a Él, querían lo que Él podía hacer por ellos.

En realidad, esto no era (o no es) tan poco común. Porque por cada plegaria que se eleva a HaShem en los días de prosperidad, se elevan diez mil en tiempos de adversidad. Muchos, que nunca han orado cuando el sol brillaba sobre la vida comienzan a rezar fervientemente cuando llegan los vientos fríos. Alguien ha dicho que mucha gente considera que la religión pertenece “al cuerpo de ambulancias y no a la línea de fuego de la vida”. Para ellos, la religión es mera gestión de crisis. Es sólo cuando sus vidas se desmoronan que recuerdan a Dios.

Siempre debemos recordar acudir a Jesús, porque Él solo puede darnos las cosas que necesitamos para la vida, aun cuando no entendamos la respuesta. Necesitamos tener la confianza inquebrantable de Job en la bondad de ADONAI, sin importar las circunstancias. Él dijo: Aunque me mate, en Él esperaré, Con tal de defenderme ante Él (Job 13:15a). Como Sus hijos, al ser adoptados en la familia de Dios, Él siempre está velando por nuestros mejores intereses, como lo haría cualquier Padre amoroso. Pero, YHVH no es alguien para ser usado en el día de la desgracia; Él es alguien para ser amado y recordado todos los días de nuestras vidas.406