Oísteis que fue dicho: No matarás
Mateo 5: 21-26
Oísteis que fue dicho: “No matarás” ESCUDRIÑAR: ¿Qué hizo el judaísmo farisaico con la Torá? ¿Por qué? ¿Cómo se ve a Jesús aquí como un “nuevo Moisés”? ¿Qué nuevo estándar de lo correcto y lo incorrecto está creando el Mesías? ¿Cómo vincula Él a la ira con el asesinato? ¿Por qué? ¿Por qué los fariseos pensaban que eran justos? ¿Cómo subrayan las declaraciones de nuestro Salvador la gravedad de albergar ira inapropiada y actuar en base a ella? ¿Qué actitudes interiores destaca aquí?
REFLEXIONAR: ¿Cómo se siente usted al tener que cumplir con una norma alta, santa y perfecta? ¿Cómo es posible que cumpla con esa norma? ¿Qué clase de noticia es esa? ¿Cuándo tuvo que posponer la participación en una reunión porque un hermano o hermana tenía algo en contra suya y primero tuvo que ir y reconciliarse con él en base a Mateo 5:23? ¿Se sintió mejor por haberlo hecho? ¿Por qué si o por qué no? ¿Qué cosas externas de su fe le hacen sentir bien? ¿Cuál es la diferencia entre sentirse bien con alguna observancia externa y pensar que le hace justo?
Como el intérprete perfecto de la Torá/Ley, Yeshua/Jesús ahora aborda varios temas morales que enfrentan las personas que vivieron en tiempos bíblicos, así como en la actualidad. Por supuesto, la Ley/Torá escrita está establecida para siempre como la Palabra de Dios. Pero, el proceso de derivar la aplicación práctica de la Torá/Ley se llama “el camino”, que significa halajá. Yeshua ahora da Su interpretación sobre varias perspectivas halájicas de Su época.521
Lo que vemos a continuación en el Sermón del Monte son dieciséis ejemplos de la interpretación de Yeshua de la verdadera justicia, en contraste con el judaísmo farisaico, que había pervertido la intención original de Dios de la Torá/Ley. Habían tomado algo que era justo y santo y lo habían pervertido en algo que podía justificar su pecado y maldad. Tomaron algo que era intencionalmente imposible de lograr (observar los 613 mandamientos), y lo distorsionaron en algo que podían hacer para parecer justos (vea el enlace, haga clic en Ei – La Ley Oral). En esta sección, Cristo elige varios mandamientos de la Torá/Ley y establece un contraste entre la interpretación farisaica de la justicia, y Su interpretación de la justicia. El contraste entre el cumplimiento externo y la motivación interna se ve en todo momento. Yeshua estaba mirando el corazón.
En su primer ejemplo de verdadera justicia, el Mesías destrozó la ilusión de la autojustificación. Como la mayoría de las personas a lo largo de la historia, los fariseos y los maestros de la Torá pensaban que, si había algún pecado del que claramente no eran culpables, era el asesinato. Cualquier otra cosa podrían haber hecho, pero al menos nunca habían cometido un asesinato. Yeshua comienza Su enseñanza con esto: Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que mate, quedará expuesto al juicio (Mateo 5:21). Esto fue dicho por medio de Moisés Mi siervo: No matarás y cualquiera que mate será sujeto a juicio (le recomiendo encarecidamente que lea el comentario sobre Éxodo Dp – No matarás). Sin embargo, cuando observamos más de cerca las palabras de Jesús, podemos ver que no solo estaba comentando sobre la Torá escrita, sino también sobre la tradición de los ancianos (Mateo 15:2; Marcos 7:5), o la Ley Oral. Los fariseos decían que las personas no eran culpables de asesinato hasta que realmente asesinaran a alguien. Redujeron este mandamiento a algo meramente externo. Mientras no matara a nadie, la persona era inocente de cualquier falta. La diferencia en todo el texto está entre la letra del mandamiento y el espíritu del mandamiento.
El Maestro tocó el corazón del asunto cuando dijo: Pero Yo os digo que cualquiera que se enfurezca contra su hermano quedará expuesto al juicio, y cualquiera que diga a su hermano: ¡Raca!, quedará expuesto ante el Sanedrín (tribunal), y cualquiera que diga: ¡Moré!, quedará expuesto al fuego del infierno (Mateo 5:22). La palabra griega para hermano (adelfós) se refiere aquí a un condiscípulo, ya sea hombre o mujer; también está esta palabra en Mateo 5:23. Jesús dijo que la justicia podía ser quebrantada incluso antes de que se cometiera el acto. No era suficiente, simplemente cumplir el mandamiento (mitzvá) de no asesinar, sino que estamos llamados a un estándar más alto de ni siquiera estar enojados con un hermano/a. Los principios del Reino van más allá de la obediencia externa a las motivaciones y pensamientos del corazón.
Por supuesto, el acto de asesinar tiene sus semillas en actitudes impías. La animosidad precede a la acción. El lenguaje de uno puede revelar, y a menudo lo hace, actitudes del corazón. Luego Jesús continuó Su enseñanza cuando dijo: y cualquiera que diga a su hermano: ¡Raca!, quedará expuesto ante el Sanedrín, y cualquiera que diga: ¡Moré!, quedará expuesto al fuego del infierno (Mateo 5:22b). Ntd1 (vea Lg – El Gran Sanedrín). El término anterior (hebreo reyk) de “eres un inútil” se utiliza en la literatura talmúdica como insulto que significa vacío o cabeza hueca. El último, “tonto” (hebreo evilí) tiene el fuerte significado de “elmal”. Así que, la justicia de este mandamiento ya estaba quebrantada internamente.522
El valle de Hinom (un nombre personal) se encuentra ahora como entonces, al sur de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Allí siempre ardían hogueras de basura; de ahí su uso como metáfora del infierno, con su fuego ardiente de castigo para los injustos, como se enseña en Isaías 66:24. En otra parte del TaNaJ, Deuteronomio 32:22 habla de un infierno ardiente; 2 Samuel 22:6, Salmo 18:5 y Salmo 116:3 muestran que el infierno es un lugar triste; el Salmo 9:17 dice que los malvados van al infierno; y Job 26:6 muestra que el infierno es un lugar de destrucción. La palabra hebrea en todos estos versículos es seol. Por lo general corresponde a la palabra griega hades. Por lo tanto, el infierno no es exclusivo del Nuevo Testamento/Brit Hadashah.523
Sin duda, las declaraciones de Jesús subrayan la gravedad de albergar y actuar en base a una ira inapropiada. El Mesías no deja a sus oyentes sin un par de ejemplos concretos de enojo inapropiado.
En primer lugar, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y luego regresa y presenta tu ofrenda (Mateo 5:23-24). Mientras haya pecado interno, los actos externos de adoración no son aceptables para Dios. La Mishná dice que Yom-Kippur (el Día de la Expiación) se expía las transgresiones de una persona contra Dios, pero no expía sus transgresiones contra su prójimo hasta que lo apacigua (Yoma 8:9). Por muy importantes que sean las ofrendas al SEÑOR, el verdadero espíritu detrás de tal sacrificio requiere que la persona haga las paces con la persona ofendida hermano o hermana. Sólo después de que se restablezca la paz se puede ofrecer el sacrificio.
En segundo lugar, el mismo principio se aplica si resulta que usted es objeto de un proceso judicial. La directiva del Rabino Galileo es: Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que de ninguna manera saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante (Mateo 5:25-26). Dado que el precio de la ira impía es tan alto, es en beneficio de todos buscar una solución pacífica con las partes ofendidas.
En el sentido más pleno, por supuesto, ya que nadie tiene actitudes totalmente correctas hacia los demás, ninguna adoración es aceptable. Por lo tanto, todo lo que el Rabino enseña en este pasaje, como en el resto del Sermón del Monte, es para mostrar el estándar absolutamente perfecto de la justicia de Dios, y la tarea absolutamente imposible de que alcancemos ese estándar con nuestras propias fuerzas, separados del Señor. Cristo hace añicos nuestra justicia propia para llevarnos a Su justicia imputada (es decir, toda la justicia del Mesías que ha sido transferida a nuestra cuenta espiritual), que es la única que es aceptable para ADONAI.524
Padre Celestial, por la obra del Espíritu Santo, dame la capacidad de ver los enojos y resentimientos que albergo hacia los demás. Ayúdame a mirar a través de los años para recordar a las personas a las que no he perdonado, especialmente a mis familiares. Te pido el deseo y el coraje para buscar la reconciliación. Derrite mi orgullo y ayúdame a no demorarme más. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén. 525
Ntd1: ¡Raca! Es una palabra de sumo menosprecio, probablemente imbécil o estúpido, y ¡Moré! probablemente necio o cabeza hueca.
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