A las iglesias de Galacia
1: 1-5
A las iglesias de Galacia ESCUDRIÑAR: ¿Por qué Saulo (Pablo) tiene dos nombres? ¿Cómo afirmó Pablo su autoridad? ¿Cómo fue comisionado Saulo como apóstol? ¿Cómo fueron comisionados los otros doce apóstoles? ¿Por qué Pablo incluyó los ítems mencionados en su saludo? ¿Quiénes eran los hermanos? ¿Por qué la frase “Gracia y shalom” tenía un significado especial para los gálatas? ¿Cuál fue el propósito de que Pablo añadiera: “¿Quién se dio a sí mismo por nuestros pecados?” ¿Por qué no hay ninguna palabra de elogio?
REFLEXIONAR: El tono de Pablo nos recuerda que nuestra fe es un asunto que afecta el corazón, los sentimientos, así como el intelecto. ¿Cómo le anima esto? ¿Cómo lo desafía? ¿Conoce a alguien a quien le resulte difícil aceptar la autoridad de la enseñanza apostólica del Brit Hadashah (Nuevo Pacto)? ¿Cómo le desafía esto? ¿Cómo le explicaría el evangelio a alguien que le pregunte hoy en qué cree usted?
Una introducción de la carta de Pablo a los Gálatas, identificando el autor, los destinatarios y la situación para la redacción.
Una forma de negar la veracidad de un mensaje es negar la autoridad de quien lo da. La iglesia de Galacia había recibido el verdadero evangelio de la gracia de Pablo, y lo había creído hasta que algunos falsos maestros, llamados judaizantes, entraron después de que él se había ido. No solo atacaron la validez del mensaje, sino también la del mensajero. Aparentemente, los judaizantes habían convencido a algunos de los miembros de la iglesia de Galacia, de que Pablo era un apóstol autoproclamado sin comisión divina.6 Pablo comenzó su carta como todas las cartas en aquellos días: de la persona A, a la persona B, y el saludo. Pero a medida que avanza en el camino, decide agregar varios puntos que tratará más adelante. Estos puntos necesitan nuestra atención.
Pablo (un apóstol no de hombres ni por hombres, sino de Jesús el Mesías y por Dios Padre, que lo resucitó de los muertos) (1:1). De: Saulo, un apóstol (vea el comentario de Hechos Bm – El Primer Viaje Misionero: Pablo es Saulo y Saulo es Pablo). La conversión milagrosa de Pablo y su llamado al ministerio crearon algunos problemas. Desde el mismo principio, fue separado de los apóstoles originales. Sus enemigos decían que por eso no era un verdadero apóstol. Entonces, inmediatamente se llama a sí mismo apóstol y comienza a defender su autoridad apostólica. ¿De dónde vino esta autoridad?. Pablo dijo: Recibí mi comisión no de hombres ni por hombres, sino de Jesús el Mesías y por Dios Padre (1:1b) (1:10 a 2:14, 5:11, 6:12-14). Luego señala la parte más importante del libro, el evangelio, “Dios Padre, que lo resucitó de los muertos” (1:1c) Al agregar esta frase calificativa, Pablo enfatiza el hecho de que mientras que los otros apóstoles fueron comisionados por Yeshua mientras estuvo presente en la carne durante Su encarnación, él mismo recibió su comisión del Mesías resucitado y glorificado.
Habiendo establecido satisfactoriamente sus credenciales, al menos temporalmente, Pablo presenta a todos los hermanos que estaban con él (1:2a). ¿Quiénes eran los hermanos de Pablo? Pablo basó su ministerio en la ciudad de Antioquía, una antigua gran ciudad con una importante comunidad judía y más de una docena de sinagogas (vea el comentario de Hechos Bj – La Iglesia en Antioquía de Siria). En Antioquía de Siria, los creyentes fueron llamados por primera vez Cristianos (Hechos 11:26), convirtiéndose en el nombre griego de la “comunidad”. “Cristianos” no era un nombre despectivo; más bien, ese era simplemente un nombre griego de la comunidad particular del judaísmo.
En aquellos días, cada sinagoga tenía un nombre, como “la sinagoga de los hebreos”, o “la sinagoga de los libertos”, o algo que denotara su comunidad particular. Originalmente, la sinagoga de Antioquía probablemente se llamaba “la sinagoga de los Cristianoi ” , en otras palabras, “la sinagoga de los cristianos”, que servía como lugar de reunión para los creyentes judíos y gentiles. Los hombres que se encontraron con Pablo en Antioquía incluyeron a Bernabé, uno de los misioneros de los primeros días del movimiento de Yeshua; a Manaén, una vez miembro de la corte de Herodes Antipas y alguien que tal vez había conocido personalmente a Yeshua; y también a Lucas el médico, compañero de viaje de Pablo y autor del Evangelio de Lucas y del libro de los Hechos (Hechos 13:1-3). Estos eran algunos de los hombres que estaban con Pablo cuando dijo: todos los hermanos conmigo.7
Pablo y Bernabé dejaron Antioquía de Siria en la costa este del Mediterráneo y pasaron algún tiempo ministrando en la isla de Chipre. Luego zarparon hacia el continente y su barco entró en la desembocadura del río Cestros. Navegaron once kilometros río arriba hasta la ciudad portuaria de Perge. Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía (la de Pisidia), y entrando a la sinagoga en el día de sábado, se sentaron (Hechos 13:14), los dos viajeros cansados. Después de leer la Ley del Señor (Torá) y a los Profetas (haftará), los ancianos de la sinagoga, como era costumbre, ofrecieron a los visitantes decir unas pocas palabras de enseñanza, (una derashah). Después de la lectura de la ley y los profetas, los principales de la sinagoga se dirigieron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad (Hechos 13:15).
Cuando Pablo comenzó una sinopsis del evangelio, dijo: Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios: Para nosotros fue enviada la palabra de esta salvación (Hechos 13:26). El triple discurso se refiere a los tres tipos de personas que uno podría encontrar en cualquier sinagoga de la diáspora del primer siglo.
Primero, los hermanos de Pablo ellos eran sus compañeros judíos, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob a través de una madre judía.
En segundo lugar, estaban los hijos de Abraham, o prosélitos. Había dos tipos de prosélitos: prosélitos de la Puerta y prosélitos del Pacto. Los prosélitos de la Puerta adoptaron muchas prácticas judías como celebrar el Shabat y las fiestas de Israel, pero no llegaron a ser prosélitos completamente. La mayoría de estos eran hombres porque no se requería la circuncisión. Pero los prosélitos del Pacto entraron en el Pacto del Sinaí como un judío completo, por así decirlo. La mayoría de estos eran mujeres porque este nivel requería la circuncisión.
En tercer lugar, estaban los temerosos de Dios. Estos eran gentiles que se convencieron de que ADONAI era el único Dios verdadero, abandonando su paganismo e idolatría, pero no eligieron convertirse en prosélitos de ninguna forma, y por lo tanto, no adoptaron las costumbres o prácticas judías (vea el comentario sobre Hechos Be – La visión del centurión).
Cuando Pablo predicó el evangelio, incluyó a los tres grupos de personas en su mensaje. La sinagoga recibió su mensaje con entusiasmo y pidió a Pablo y Bernabé que regresaran y hablaran más el sábado siguiente. Y disuelta la reunión, muchos de los judíos y de los prosélitos que adoran a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, los cuales, hablando con ellos, los persuadían a permanecer fieles a la gracia de Dios. El siguiente sábado se congregó casi toda la ciudad a oír la palabra del Señor. Pero los judíos, viendo a las multitudes, se llenaron de envidia y blasfemando, contradecían las palabras que Pablo hablaba (Hechos 13:43-45). Note que casi toda la ciudad, tanto judíos como gentiles, se reunían para escuchar la palabra del Señor. Ellos vinieron a oír la Palabra de Dios y la sinagoga estaba rebosante de gente parada afuera. Dado que los ciudadanos del pueblo tenían la oportunidad de escuchar la lectura de la Torá cada Shabat, presumiblemente se sintieron atraídos por la predicación de la Palabra de Pablo con respecto a Jesús.8
La enseñanza de la Ley de Moisés, que requiere la circuncisión, atrajo solo a unos pocos gentiles, pero la predicación de la gracia atrajo a una multitud de gentiles, que habían escuchado el sermón de Pablo el sábado (shabat) anterior y entendieron la salvación que él proclamó en el Mesías ¡los incluía a ellos! La noticia se había extendido como un reguero de pólvora a través de la comunidad gentil y estaban allí en masa. Pero cuando los líderes judíos incrédulos vieron a la multitud gentil, se llenaron de envidia (del griego: zelos, significa celo o envidia), como lo había estado anteriormente el Gran Sanedrín (Hechos 5:17). El celo de ellos era sobre la presencia de todos aquellos gentiles. Una cosa era proclamar la venida del Mesías a los judíos. Otra muy distinta era sostener que el Mesías Dios aceptaba a los gentiles en igualdad de condiciones. Para ellos esto era un poco menos que una blasfemia,9 y ellos contradecían las palabras que Pablo hablaba (Hechos 43:45b).
El mensaje del evangelio en sí mismo no suscitó objeciones por parte de la comunidad judía. Por el contrario, el pueblo judío de Galacia escuchó con entusiasmo y quiso saber más. El mensaje de la muerte, sepultura y resurrección del Mesías, y la justificación y salvación disponible a través de Él, sonaba bien a sus oídos. No encontraron ofensa en la cruz. Esos fueron los días antes de que los argumentos cristianos instigaran la objeción judía al evangelio. Ellos no pusieron objeciones hasta que vieron la abrumadora respuesta de los gentiles. A la comunidad judía gálata de Antioquía de Pisidia, la ofensa de la cruz fue la inclusión de los gentiles.
Pablo y Bernabé se encogieron de hombros ante la preocupación y continuaron enseñando a los nuevos creyentes. Así que Pablo y Bernabé, dijeron con todo denuedo: A vosotros primero era necesario que se hablara la palabra de Dios, pero ya que la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, he aquí nos volvemos a los gentiles (Hechos 13:46), vea también Romanos 1:16. Pablo citó Isaías 49:6 como evidencia de que la salvación de los gentiles había sido el plan de ADONAI todo el tiempo. En la profecía, Dios se dirige a Su Siervo elegido y le dice al Mesías que traiga salvación a las naciones gentiles: Cosa muy liviana es que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y restaures el remanente de Israel. He aquí Yo te pongo por luz de los gentiles, Para que mi salvación alcance los confines de la tierra (Isaías 49:6). Finalmente, la presión de la comunidad judía obligó a Pablo y Bernabé a salir de Antioquía de Pisidia. Recuperados lo suficiente como para viajar más profundamente en Galacia, ellos partieron hacia otra ciudad de Galacia: Iconio. Ellos se sacudieron el polvo de los pies al marcharse.
Pablo vio que ese patrón se repetía una y otra vez de ciudad en ciudad. El éxito popular en la sinagoga solía ir seguido de la conversión de un gran número de griegos. Y algunos de ellos fueron persuadidos; y se unieron a Pablo y a Silas un gran número de griegos temerosos de Dios y no pocas mujeres prominentes. Pero los judíos, llenos de envidia, tomaron consigo a unos vagabundos perversos y, reuniendo una turba, alborotaron la ciudad y atacaron la casa de Jasón, para sacarlos ante el pueblo (Hechos 4-5). Dondequiera que iba Pablo, los gentiles parecían congregarse en la sinagoga para escucharlo hablar. En toda Asia Menor, él encontró a gentiles ansiosos por escuchar el mensaje del evangelio, y al pueblo judío ansioso por deshacerse de ese mismo mensaje, no por objeciones teológicas acerca de Yeshua, sino porque ellos se oponían a la intrusión de los gentiles en la misma fe de ellos en igualdad de condiciones. Sin embargo, Pablo pudo establecer una iglesia (de gentiles) en Galacia.
Pablo finalmente se abrió camino de regreso a su base de operaciones (vea el comentario sobre Hechos Br – El regreso de Pablo a Antioquía de Siria). Después de completar su Primer Viaje Misionero, Pablo recibió la noticia de que los gentiles creyentes que él había establecido en Galacia, estaban siendo hechizados por un grupo de judaizantes que se habían infiltrado en la ciudad después de que él se había marchado. Por favor vea el comentario Bf – Oh gálatas insensatos, ¿quién os ha hechizado? y vea Ag – ¿Quiénes eran los judaizantes?. Cuando Pablo se enteró de esto, bajo la influencia del Espíritu Santo (Ruaj Ha-Kodesh), Pablo se sentó y escribió una carta a los creyentes gentiles en Galacia.10
…a las iglesias de Galacia (1:2b). A diferencia de las otras cartas de Pablo, esta no fue escrita a una ciudad específica, sino a una región en lo que hoy está el centro de Turquía, donde Pablo estableció las congregaciones de Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe (Hechos 13:51 a 14:23) y más tarde volvió para fortalecerlos (Hechos 15:36, 16:1-6, 18:23) (1:2b).
Gracia a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús, el Mesías (1:3). Gracia y paz (shalom) es una combinación de saludos tradicionales grecorromanos y judíos del primer siglo. El saludo propiamente dicho que se da aquí es el mismo que se encuentra en todas las cartas de Pablo, pero tiene un significado especial en esta carta ya que los destinatarios se alejaban de la doctrina de la gracia hacia las enseñanzas legalistas de los judaizantes.
El Mesías, el cual se dio por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, según la voluntad de nuestro Dios y Padre (1:4). Aquí Pablo llama la atención de los gálatas, quienes estaban ignorando la naturaleza sustitutiva de la muerte expiatoria del Mesías, que es la verdadera base de aceptación para todos los creyentes (4:21 y 5:4). Esto se añadió a propósito porque los gálatas estaban recurriendo a las buenas obras como base para su aceptación y relación con ADONAI. Por lo tanto, Pablo contrarresta la religión de los judaizantes con la doctrina de la sustitución, que enseña que el Señor Yeshua tomó nuestro lugar en la cruz, y para salvación por fe, sustituyó nuestros pecados por Su justicia, la cual satisface perfectamente cada demanda de Dios santo.
…para librarnos del presente siglo malo (1:4b). La palabra librarnos (del griego: exaireo lleva la idea de rescatar del peligro) es la gran idea de la carta. La Buena Nueva es un rescate, una emancipación, por así decirlo, de un estado de esclavitud. La palabra malo aquí no es de kakos, sino de poneros. En esta última palabra, la intención del malo puede verse como mucho más siniestra que en la primera. El hombre kakos puede contentarse con perecer en su propia corrupción, pero el hombre poneros no está contento a menos que también esté corrompiendo a otros, y atrayéndolos a la misma destrucción que él mismo sufrirá. El Adversario no se llama el kakos, sino el poneros. El presente siglo malo es descrito por Pablo como poneros. Podríamos traducir mejor esta palabra griega como malicioso.
Es importante que Pablo declare con franqueza que Jesús, el Mesías se dio por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo (1:4a). Los creyentes que son rescatados del pecado es por la obra de Jesús (Yeshua), no algo que ocurre a través del esfuerzo humano. En demasiados casos a lo largo de la historia religiosa, tanto antes como después de la carta de Pablo a los Gálatas, innumerables multitudes han pensado que sus propias acciones en asociación con la obediencia a los 613 mandamientos de Moisés, es lo que los rescatará del mal y los traerá al lado de Abraham. Aquellos que piensan así han olvidado que no fue la Ley de Moisés que liberó al Antiguo Israel de la esclavitud egipcia, fue ADONAI quien lo liberó.11
Los Pergaminos entienden que este presente siglo malo está bajo el dominio de Belial, el Ángel de la Oscuridad. “Y la mano del Ángel de las Tinieblas tiene dominio total sobre los hijos del engaño; caminan por senderos de tinieblas. Del Ángel de las tinieblas procede la corrupción de todos los hijos de justicia, y todos sus pecados, sus iniquidades, sus culpas y sus afrentas están bajo su dominio en cumplimiento de los misterios de Dios, hasta su momento; y todas sus aflicciones y sus períodos de dolor son causados por el dominio de su enemigo; y todos los espíritus de su suerte hacen caer a los hijos de la luz» (Regla de la Comunidad 3:20-24).12
Según la voluntad de nuestro Dios y Padre (1:4c). Pero Pablo se apresura a agregar que el acto del Mesías rescatándonos, no es según nuestro plan, o en proporción a nuestra obediencia a un conjunto de reglas, o por alguna buena cualidad en nosotros, sino según la voluntad soberana del Padre. Por lo tanto, este rescate está de acuerdo con Su plan, no con el nuestro. Todo lo cual significa que la salvación asegurada para nosotros en la cruz por nuestro Señor, debe ser recibida por fe, independientemente de cualquier mérito propio. No podemos ganar lo que el Mesías ha asegurado para nosotros. La salvación es un regalo gratuito. Por gracia sois salvos por medio de la fe. Y esto no de vosotros, es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
Pablo concluye su introducción con una doxología apropiada para tal Dios salvador. ¡Su motivo para escribir a las iglesias de Galacia fue que pudieran reconocer a ADONAI a quien sea la gloria por los siglos de los siglos, amén (1:5a)! El propósito supremo del apóstol era glorificar a su Señor, y llama a todos los creyentes a hacer todo para la gloria de Dios (Primera Corintios 10:31). En estos cinco versículos iniciales, Pablo cubre las cuatro etapas de nuestra salvación. La primera etapa fue el decreto soberano de YHVH para salvar, la segunda fue la muerte del Mesías por nuestros pecados, la tercera fue el nombramiento de apóstoles para dar testimonio del evangelio, y la cuarta fue el don de Su gracia a los que creerían en Yeshua Mesías. En cada una de estas etapas está obrando la Trinidad, porque Su voluntad y Su obra son siempre una. Juntos planearon la salvación, juntos brindan la salvación, juntos anuncian la salvación y juntos conceden la salvación a todo aquel que se acerca a Ellos en la fe.13
La brusquedad del lenguaje es notable. En otras cartas de Pablo, él siempre tiene una palabra de elogio para las iglesias a las que está escribiendo, incluso en el caso de la iglesia de Corinto, a la que estaba reprendiendo severamente debido a graves desórdenes entre sus miembros. Ni siquiera se dirige a ellos como los que confían en el Mesías Yeshua, los santos (kedoshim), aunque lo eran. Esto muestra la extensión y seriedad de la deserción de ellos, también el estado de turbación de la mente del apóstol mezclado con su indignación por las acciones de sus conversos. 14
Amén (1:5b). Esto implica juramento, aceptación de palabras y confirmación de palabras. Implica juramento, como está escrito: La mujer dirá: “Amén, amén” (Números 5:22c). Implica aceptación de palabras, como está escrito: ¡Maldito el que no persevere en las palabras de esta Ley para cumplirlas! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén! (Deuteronomio 27:26). E implica confirmación de palabras, como está escrito: Dijo pues el profeta Jeremías: ¡Amén, así lo haga YHVH! (Jeremías 28:6a).15
Por lo tanto, Pablo ya había trazado las líneas de batalla al tocar dos preocupaciones vitales. Él había afirmado su propio apostolado y había declarado que, la base de la salvación de la humanidad, se basa únicamente en la obra del Mesías y no en alguna obra humana.
Querido Padre Dios, te alabamos y te agradecemos que hayas enviado el mensaje de tu gran amor/evangelio a todos para librarnos del presente siglo malo (1:4b). ¡El regalo de Tu amor fue un gran sacrificio para Ti! Aunque das Tu regalo libremente a todos los que creen, Te costó tanto dolor y tristeza. ¡Nos inclinamos en alabanza y adoración hacia Ti! Por favor danos oportunidades y las palabras correctas para compartir tu don con otros, y puedas ir delante de nosotros para ablandar sus corazones, para que estén dispuestos a seguirte como su Señor y Salvador. ¡Te amamos Padre! En el nombre y poder de resurrección de Tu Santo Hijo, Amén.
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