Después de catorce años,
Pablo subió a Jerusalén
y llevó consigo a Tito y Bernabé
2: 1-2a
Después de catorce años, Pablo subió a Jerusalén y llevó a Tito y Bernabé ESCUDRIÑAR: ¿Por qué Pablo llevaría a Bernabé con él a Jerusalén? ¿Qué historia tenían juntos? ¿Por qué los creyentes apreciaban Jerusalén? ¿Por qué dice la Biblia “sube a Jerusalén” o “baja de Jerusalén”? ¿Cuál fue esta revelación que tuvo Pablo? ¿Cómo continuaría esta forma de comunicación de Dios a lo largo de su ministerio? ¿Quién fue Agabo? ¿Qué profetizó? ¿Qué fue significativo acerca de que la ofrenda por el hambre se envió a los ancianos de la comunidad mesiánica y no a los apóstoles?
REFLEXIONAR: En los días de Pablo, la pregunta era: “¿Pueden estos gentiles realmente ser creyentes?” Hoy en día, la pregunta de muchos gentiles es: “¿Pueden estos judíos realmente ser creyentes?” ¿Por qué cree que es así? Pablo se encargó de que los gentiles enviaran alivio a los judíos que sufrían. ¿Qué están haciendo los gentiles hoy para enviar alivio, ya sea físico o espiritual, a los judíos que sufren? Después de todo, Pablo escribiría más tarde: “A los judíos primero, y luego a los gentiles” (Romanos 1:16).
Después de una ausencia de más de una década, Pablo viaja a Jerusalén en compañía de Bernabé y Tito con una ofrenda para paliar el hambre.
48 dC
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito (2:1). Esto fue a catorce años después de su encuentro en el Camino de Damasco (haga clic y vea el enlace Ai – Armonía de Hechos 9 y Gálatas 1). Trate de entender el significado de Jerusalén para los creyentes. Ellos amaban la Ciudad Santa, no sólo como el lugar del Templo, como el lugar de la tumba del Maestro y como la capital del futuro Reino Mesiánico, sino también como el hogar de los apóstoles. La Ciudad de David era donde se podían encontrar los ancianos y los originales apóstoles. No hay duda de que tenían una sinagoga propia en Sion. Estoy seguro que ellos tenían una academia de aprendizaje. Tenían su propio tribunal de juicio (beit din), y tenían a Jacob el justo (Ya’akov o Santiago), medio hermano de Yeshua (Jesús).
Pablo subió con Bernabé, el que había respondido por él en su última visita, y Tito (2:1b). Bernabé era un creyente judío que tenía buenas credenciales entre los gentiles. Tenía experiencia y había tenido mucha influencia desde los años de la muerte y resurrección del Mesías. Tito representó lo contrario: un prosélito en la Puerta de Antioquía (vea el comentario sobre Hechos Bb – El etíope pregunta sobre Isaías 53). Él no estaba circuncidado y aparentemente no tenía planes de hacerlo. Era uno de los discípulos gentiles de Pablo.
…subí otra vez a Jerusalén: No importa de dónde venga uno en sus viajes, siempre se sube a Jerusalén. Es posible que no siempre esté físicamente arriba si se viene por ejemplo de Nepal. Pero ciertamente se sube en el sentido de una peregrinación espiritual y de un acercamiento a la presencia de Dios. Salir de la Ciudad Santa siempre se conoce como bajar de Sión.
Y subí según una revelación (2:2a). Una revelación es algo declarado desde el cielo. Después del primer encuentro en el camino a Damasco (Hechos 9), otras revelaciones como esa dirigieron la vida de Pablo. El Maestro se le apareció en el Templo (Hechos 22:17-21); una visión en la cárcel (Hechos 23:11); y el Ruaj Ha-Kodesh le impidió entrar en Bitinia, pero en su lugar lo envió a Macedonia (Hechos 16:6-10).
Ahora bien, al final del primer año del co-ministerio de Bernabé y Saulo, unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía de Siria (Hechos 11:27). Un profeta era alguien que recibía revelación directa de Dios. La Comunidad Mesiánica primitiva tuvo profetas, como Judá y Silas (Hechos 15:32), y la iglesia de Antioquía tuvo profetas como Lucio el Cirene, Simón llamado Níger, Manaén (Hechos 13:1). Para que fuese profeta, tenía que dar una profecía histórica cercana. Uno de ellos, de nombre Agabo, predijo por el Espíritu que estaba a punto de ocurrir una gran hambruna en toda la tierra habitada, la cual ocurrió en el tiempo de Claudio (Hechos 11:28). La palabra griega que se usa aquí para mundo es oikoumene, que significa el mundo habitado, o el mundo romano. De hecho, esto tuvo lugar durante el reinado de Claudio (Hechos 11:28), quien fue emperador desde el 41 dC hasta el 54 dC.
Los registros contemporáneos demuestran que una serie de hambrunas afectaron la agricultura mediterránea durante su reinado. En el invierno del 40/41 dC, Roma experimentó tal falta de alimentos que las tiendas solo se abastecieron durante una semana. Esta crisis continuó al menos hasta el segundo año de Claudio, 41/42 dC. El estatus de Jerusalén como el “centro de la tierra” lamentablemente no incluye las ventajas de una ciudad dotada de recursos naturales o materiales comerciales. Las montañas producen solo piedra en grandes cantidades y falta la mayoría de las materias primas. Más significativamente, Jerusalén posee naturalmente solo una fuente de agua real, el manantial de Siloé (Segunda de Reyes 20:20; Segunda de Crónicas 32:2-4; Nehemías 3:15; Isaías 8:6, 22:8-11; Juan 9:7-41).
En tiempos de hambruna, los suministros de granos fueron los primeros en verse afectados, y aquí también Sión está mal atendido por su ubicación geográfica, el suelo en los alrededores es notoriamente de mala calidad. Los principales suministros de la ciudad debían importarse de Galilea, Samaria y Transjordania. Sin embargo, la capital producía frutas y verduras, como aceitunas, dátiles, vides y miel. Si bien Jerusalén disfrutó de un alto nivel de vida, sus ciudadanos también sufrieron un costo de vida más alto que el resto del país. En épocas de sequía y hambruna, estos precios se disparaban y la ciudad experimentaba especiales penurias. Cualquier perturbación grave en la producción y/o el transporte de trigo y cebada podría hacer que el precio se disparara más de dieciséis veces. Solo unos pocos centros urbanos excepcionales en el mundo antiguo dependían de las importaciones extranjeras para su alimentación. Desafortunadamente, Jerusalén fue uno de ellos. En momentos de necesidad, la ayuda de la diáspora proporcionó una fuente vital de sustento, y las comunidades de la diáspora sintieron un fuerte sentido de responsabilidad hacia los creyentes en Judea.42
La hambruna profetizada llegó a Judea en el 44 dC y duró tres años hasta finales del 46 dC. El Talmud se refiere a ella como “los años de escasez”. Josefo informa que la comida escaseaba, era extremadamente cara y, como resultado, muchas personas murieron. Los pobres de Jerusalén se vieron especialmente afectados. Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas en común; y vendían las propiedades y las posesiones, y las distribuían a todos según la necesidad de cada cual (Hechos 2:44-45). La comunidad empobrecida no tenía los medios para acumular provisiones para sí mismos. De acuerdo con las enseñanzas de nuestro Señor acerca de dar la riqueza de uno a los pobres, los primeros creyentes judíos llegaron a ser conocidos como los evyonim, es decir, los pobres. Serían los más afectados por la hambruna que se avecinaba.
Los discípulos entonces, según cada uno de ellos prosperaba, determinaron enviar ayuda para los hermanos que habitaban en Judea lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo (Hechos 11:29-30), esto podría haber sido siguiendo el ejemplo de José de prepararse para una hambruna de siete años (vea el comentario sobre Génesis Kq – José y el hambre). El Talmud habla de varios casos similares de colectas para caridad en la diáspora. Entonces la comunidad mesiánica en Jerusalén envió a Bernabé como maestro en Antioquía, y la iglesia en Antioquía envió a la comunidad mesiánica en Jerusalén el alivio para la hambruna. Esto está de acuerdo con Romanos 15:25-27, cuando los gentiles reciben bendiciones espirituales de los judíos, están obligados a compartir sus bendiciones materiales con ellos. No enviaron ayuda a los apóstoles, sino a los ancianos. Este es el primer uso de la palabra ancianos. Esto muestra que Hechos es un libro de transición, y el liderazgo en Jerusalén se estaba transformando de apóstoles a ancianos, que es un cargo permanente; el liderazgo de los apóstoles terminó con la muerte de Juan alrededor del año 98 dC.
Después del Primer Viaje Misionero de Pablo, Pablo y Bernabé recolectaron fondos de la iglesia en Antioquía para sus hermanos en Jerusalén (vea el comentario de Hechos Bm – El Primer Viaje Misionero de Pablo). Esta ofrenda cumplió un doble propósito. Por un lado, proveyó a hermanos de Jerusalén, así como los cuidadosos preparativos de José habían provisto para sus hermanos (vea el comentario sobre Génesis Lt – José tranquiliza a sus hermanos); por otro lado, la colecta fue una dosis de realidad espiritual para los judíos en Jerusalén de que los gentiles eran en realidad sus hermanos espirituales.
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