Acordaos de los Pobres de Jerusalén
2: 6-10
Acordaos de los pobres de Jerusalén ESCUDRIÑAR: ¿Por qué Pablo, Bernabé y Tito subieron a Jerusalén? ¿Quién es Agabo? ¿Cuánto duró la hambruna? ¿Qué pasó antes o después de que Pablo fuera a Sion? ¿Por qué los creyentes judíos en Jerusalén estaban en una condición tan terrible? ¿Qué significó extender la diestra de compañerismo a Pablo desde los apóstoles, pilares de la comunidad mesiánica en Jerusalén para la difusión del evangelio? ¿Se acabó el problema de los judaizantes? ¿Por qué?
REFLEXIONAR: Cuantas veces olvidamos esta enseñanza crucial. En nuestra vida diaria, ¿cometemos el error de centrarnos únicamente en los rituales externos, pasando por alto (quizás incluso a propósito) esas áreas del TaNaJ (Deuteronomio 15:11,24:10-22) que exigen que nos preocupemos por los pobres, los necesitados y los indigentes.
Los apóstoles en Jerusalén respaldaron a Pablo como apóstol a los gentiles, y respaldaron el evangelio de salvación igual a la fe más nada con un pedido… que se acodaran de los pobres.
48 dC
Después de más de una década, Pablo subió a Jerusalén y llevó con él a Bernabé y a Tito. Pablo dijo: Subí según una revelación (2:2a). Según el libro de los Hechos, la revelación fue una profecía cercana. entregada por un profeta de Jerusalén llamado Agabo, esto es: Hechos 11:28: y levantándose uno de ellos, de nombre Agabo, predijo por el Espíritu que estaba a punto de ocurrir una gran hambruna en toda la tierra habitada, la cual ocurrió en el tiempo de Claudio. Al igual que José en Egipto preparándose para los siete años de hambre, Pablo y Bernabé recaudaron dinero de la iglesia de Antioquía para aliviar la hambruna. Ellos lo llevaron a Jerusalén para ayudar a los creyentes judíos allí.
Los creyentes judíos en Jerusalén necesitaban la ayuda. Uno solo era el corazón y el alma de la multitud de los que creyeron, y ni uno solo decía ser suyo propio algo de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común (Hechos 4:32). Y no había ningún necesitado entre ellos, pues todos los que poseían tierras o casas, las vendían y llevaban el dinero de las cosas vendidas y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad (Hechos 4:34-35). Se reunían diariamente en los atrios del Templo para adorar a ADONAI y esperar la venida del Rey Mesías. Eran llamados los pobres (evyonim). Su pobreza autoimpuesta vino de su dedicación radical a las enseñanzas de nuestro Maestro con respecto a vender las posesiones propias y dar a los pobres. Sin embargo, la pobreza autoimpuesta de ellos había hecho que en Jerusalén, los pobres especialmente vulnerables a la hambruna habían resistido del 44 al 46 dC.50
Pablo había aprovechado el viaje a Jerusalén para aliviar la hambruna y buscar una audiencia privada con Juan, Santiago y Pedro, quienes eran los pilares de la comunidad mesiánica. Reflexionando sobre su reunión, Pablo recordó que de los que parecían ser algo (lo que eran, no me importa, Dios no hace acepción de personas), a mí ciertamente, los de reputación, nada me impartieron (2:6). Pablo no estaba degradando a los líderes reconocidos, sino llamando la atención sobre el hecho de que el oficio, la posición, la eminencia, es decir, las apariencias, no importan porque Dios no hace acepción de personas, como Pedro había aprendido con cierta dificultad (Hechos 10:9-48). Pero lo que importa es el contenido y la verdad del evangelio; y en esto, aquellos líderes que Pablo conocía, de gran importancia en la vida de la Comunidad Mesiánica, nada le impartieron a él o a su mensaje. Ellos no vieron ningún defecto en el evangelio de Pablo y lo trataron como un igual de rango apostólico como ellos, y solo les pidieron que se acordaran de los pobres (2:10b).
Al contrario, viendo que me había sido confiado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (2:7), lejos de exigir concesiones, vieron que a Pablo se le había confiado el evangelio a los incircuncisos. En ese momento, la afirmación de los judaizantes de que Pablo estaba predicando un mensaje evangélico desviado fue refutada de una vez por todas. Como explica Lucas, el Concilio de Jerusalén no solo reivindicó que el mensaje de salvación de Pablo es igual a la fe más nada, sino que también le confió la responsabilidad principal de informar su decisión a las iglesias en Antioquía de Pisidia, Siria y Cilicia, áreas donde su evangelio había sido severamente criticado por los judaizantes (Hechos 15:22-24).
Porque el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para los gentiles (2:8). Pablo volvió a Jerusalén varios años más tarde y dice: cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron cordialmente. Y al día siguiente, Pablo entró con nosotros ante Jacobo, y se reunieron todos los ancianos. Y después de saludarlos, les fue refiriendo, una por una, las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por medio de su ministerio, y ellos, al oírlo, glorificaron a Dios. Luego le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares hay entre los judíos que han creído, pero todos son celosos observantes de la ley (Hechos 21:17-20). Contrariamente a la afirmación de parte de la comunidad judía tradicional de hoy, que no se debe acercar a los judíos con el evangelio, las Escrituras nos enseñan precisamente lo contrario. ADONAI comisionó específicamente a Pedro para evangelizar a los circuncisos, los judíos.51
Dice Pablo: y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Pedro y Juan, quienes parecían ser las columnas, nos dieron la diestra a mí y a Bernabé en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a la circuncisión (2:9). La iglesia primitiva (comunidad mesiánica), era “liderada” por Jacobo, Pedro y Juan. Por lo tanto, el acuerdo fue que Pablo y Bernabé debían ir como apóstoles a los gentiles, y los apóstoles de Jerusalén debían ir como apóstoles a los judíos, ambos grupos con el mismo evangelio. Pablo no solo estaba en armonía doctrinal con ellos, sino también en armonía personal con ellos.
Santiago, Pedro y Juan extendieron la diestra a mí y a Bernabé en señal de compañerismo (griego: koinonia). Esto fue muy serio. Desde la perspectiva judía del primer siglo, esto era mucho más significativo que “nos dimos la mano”, ya que la mano derecha en el pensamiento semítico tenía un significado importante con respecto a la aprobación. En común con la mayoría de las culturas, el TaNaJ y el Brit Hadashah asigna un significado especial de fuerza a la mano derecha, la mano derecha de bendición. Esto significaba que los detractores de Pablo ya no podían afirmar que él era una especie de pícaro que operaba sin el conocimiento o la aprobación de Jerusalén.
El siguiente paso fue de lo teológico a lo práctico. Ayudando a los pobres. Ciertamente esas cosas van juntas. La doctrina correcta nunca sustituye las buenas obras (Santiago 2:14-26). Pablo siempre había estado interesado en ayudar a los pobres (Hechos 11:27-30), así que se alegró de seguir la sugerencia de los líderes. Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, y eso fue precisamente lo que me esforcé en hacer (2:10). Significativamente, el verbo aoristo me esforcé en hacer (griego: espoudasa) indica una acción que había estado acostumbrado a tomar en el pasado. La frase expresa así la práctica regular de Pablo de tener en el corazón el bienestar de los creyentes judíos.52
Además, Pablo consideró como una cuestión de principio que los gentiles dieran apoyo material a los judíos. Fue a Jerusalén, llevando ayuda a los santos (kedoshim): Porque Macedonia y Acaya decidieron proveer alguna contribución para los pobres de los santos que están en Jerusalén; pues les pareció bien, y están en deuda con ellos; porque si los gentiles han participado de los bienes espirituales de ellos, también deben servirlos con los materiales (Romanos 15:25-27).
Aunque el Concilio de Jerusalén terminó con Pablo y los líderes de la comunidad mesiánica con un acuerdo, no se resolvió el problema de forma permanente. Los judaizantes no se dieron por vencidos, sino que persistieron en interferir con el ministerio de Pablo e invadir las iglesias que él fundó. Pablo llevó la Buena Nueva de la decisión del Concilio a las iglesias de Antioquía de Pisidia, Siria y Cilicia (Hechos 15:23), y otras áreas donde había ministrado (Hechos 16:4). Pero dondequiera que fuera Pablo, los judaizantes seguramente lo seguirían, sembrando sus semillas de discordia. El telón cae sobre este drama, pero se levantará para revelar otro. Una vez más el “luchador por la libertad” en Dios tendrá que defender la sencillez del evangelio, esta vez ante Pedro.53
Querido Padre Celestial. ¡Cuánto te amamos! Gracias porque la buena nueva de Tu evangelio está abierta no solo a los judíos, Tu hijo primogénito (Éxodo 4:22); sino también, a los gentiles. Te alabo porque nombraste y preparaste a un mensajero especial, Pablo, para dar Tu mensaje a los gentiles”. Pero, el Señor le dijo [a Ananías]: Ve, porque instrumento de elección me es éste para llevar mi nombre delante de las naciones, y también de reyes, y de los hijos de Israel (Hechos 9:15).
¡Qué alegría es compartir Tus buenas noticias! Aunque a veces compartir Tu amor trae burlas y calumnias, cuando pensamos en lo larga que es la eternidad, por favor danos un corazón de compasión con palabras sabias, para compartir sobre la realidad del cielo y el infierno. Que la duración eterna de la eternidad y el gozo eterno que la persona tendría en el cielo, nos dé el gozo y el valor para compartir, a pesar de cualquier persecución. Por favor, guíanos a orar primero y luego a compartir Tu evangelio con un amigo. Ayúdanos a recordar que el infierno es por la eternidad y aunque se rían de nosotros cuando compartimos acerca de Dios, está bien porque sabemos que por toda la eternidad tendremos gozo en Tu presencia.
En este momento querido Padre, pedimos que ablandes el corazón de nuestro amigo llamado…………….. Por favor, trae a otras personas a su vida para que también compartan sobre Ti. Que Tú trabajes en su mente para atraerlos hacia Ti durante todo el día e incluso durante la noche. ¡Por favor, elimina las distracciones, las mentiras engañosas y cualquier otra cosa que los esté cegando del gozo de aceptarte como su Señor y Salvador y recibir el gozo eterno! Ayúdalos a buscarte, a escuchar Tus palabras y a ver la gran paz que proviene de seguirte. Te alabo porque amas a todos y todos pueden venir a Ti, si están dispuestos a escuchar y aprender de Ti, como dijo Jesús (Yeshua): Está escrito en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Todo el que oyó de parte del Padre, y aprendió, viene a mí (Juan 6:45). Por favor, riega abundantemente la semilla que el Espíritu Santo ayuda a plantar y continúa trayendo personas y experiencias a sus vidas para que crezcan fuertes en Ti, produciendo mucho fruto para Ti (Mateo 13:23).
¡Qué maravilloso será ver a nuestro amigo en el cielo por toda la eternidad! Alabado sea Tu gran poder que nos liberó y rescató de las garras del pecado y por Tu vida en aquellos que te siguen (Romanos 8:9). Qué bueno que no vivimos la vida de fe solos, ya que Tú siempre estás ahí con nosotros para ayudarnos y guiarnos. Porque Dios Él mismo ha dicho: Nunca te dejaré ni te desampararé (Hebreos 13:5b). ¡Nos encanta hablar de Ti porque eres tan asombroso! ¡En el santo Nombre de Tu hijo y el poder de Su resurrección! Amén.
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