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Simón el mago
Los samaritanos son salvados
mediante la predicación de Pedro
8: 9-25

34 dC
Los acontecimientos de Hechos 3-8 transcurren con creciente preocupación por parte de los judíos, y especialmente de las autoridades judías en Jerusalén. La creciente tensión dio lugar a una acción de vigilancia contra Esteban, y luego a un esfuerzo autorizado bajo el mando del
(rabino) Saulo para perturbar y destruir ese nuevo movimiento mesiánico, lo que implicó persecución e incluso la muerte de los creyentes. La persecución llevó a varios creyentes como Felipe a ir a Samaria y dar testimonio de Yeshua.

Simón el mago ESCUDRIÑAR: ¿Qué tienen en común Simón y Felipe en los versículos 5-11? ¿En qué se diferencian? ¿Cómo ha respondido la multitud a ambos hombres en el pasado? ¿Por qué vendrían Pedro y Juan a ellos? ¿Por qué el Padre podría retrasar el derramamiento de Su Espíritu hasta que Pedro y Juan estuvieran en escena? ¿Cree que esto fue más una lección para los samaritanos o para los apóstoles? ¿Por qué? ¿De qué manera la reacción de Simón hacia los apóstoles en los versículos 18 y 19, muestra su profundo conocimiento del evangelio? ¿Cree que las palabras de Simón en el versículo 24 revelan un cambio en su corazón? ¿Por qué si o por qué no?

REFLEXIONAR: ¿Con qué prejuicios culturales o étnicos lo criaron a usted? ¿Cómo está el evangelio rompiendo esos prejuicios en su vida? ¿Cuál fue su principal motivación al recibir a Jesús (Yeshua el Mesías) como Salvador? ¿Cuál es su principal motivación para continuar en la fe? ¿Ha disminuido o aumentado su influencia personal desde que se convirtió en creyente? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Le han obstaculizado de alguna manera los celos hacia otros creyentes?

Después de haber introducido a Felipe, el protagonista, en la historia, Lucas recurre ahora a Simón, el antagonista. Aunque Simón tenía un nombre hebreo, era un samaritano. Al principio Parecía ser un creyente genuino. Incluso alguien tan perspicaz como Felipe, lo aceptó como tal y se apegó. Simón incluso continuó con Felipe (8:13). Así, manifestó las tres marcas de un creyente genuino: creyó, fue obediente en bautismo y se apegó a Felipe. Entonces, Simón ilustra lo difícil que es distinguir el trigo de la cizaña (vea el comentario sobre La vida de Cristo Ev La parábola del trigo y la cizaña).

Y había grande gozo en aquella ciudad. Pero cierto varón de nombre Simón, había estado practicando magia en la ciudad y asombraba a la gente de Samaria, haciéndose pasar por alguien importante (8:9-10). ¿En qué se equivocó Simón? ¿Cómo alguien que estuvo tan cerca se perdió la verdadera salvación? La fe debe estar basada en la verdad, y la suya no la estaba. Este pasaje revela cuatro fallas flagrantes en la creencia de Simón.

En primer lugar, Simón falla, él tenía una visión equivocada de sí mismo, era egoísta. Practicar magia en la ciudad y asombrar al pueblo de Samaria le llevó a afirmar que era alguien grande. Es posible que Simón fuera simplemente un mago al que le gustaba tener poderes y controlar a la gente. O pudo haber sido el líder de una secta gnóstica judía herética. Los gnósticos generalmente creían en varios seres espirituales en una cadena de mando que conducía a Dios y proponían un conjunto de prácticas como medio para alcanzar niveles espirituales más altos en su culto religioso. Es muy posible que haya estado en contacto con lo sobrenatural; pero habría sido con demonios, no con el poder de Dios. El pecado de Simón en los versículos 18-23 a continuación confirma su impiedad.171 El dominio de Simón sobre el pueblo de Samaria era total. Todos le estaban prestando especial atención. Impresionados por sus poderes de lo oculto, ellos declararon erróneamente: Éste es el llamado gran poder de Dios (8:10b). Ese título demostró que Simón reivindicaba la deidad para sí mismo. Y por haberlos embelesado bastante tiempo con artes mágicas, le prestaban gran atención (8:11). Mientras Simón creyera que era una deidad, no podría llegar a tener un sentido adecuado de sí mismo. Sólo los humildes, conscientes de sus insuficiencias y carencias, tienen ese sentimiento de estar perdidos que los impulsa hacia ADONAI. Simón, firmemente atrapado en las garras del orgullo, no lo hizo.

En segundo lugar, Simón falla, él tenía una visión equivocada de la salvación. A través de la predicación de Felipe, estalló un avivamiento en la ciudad. Pero cuando creyeron a Felipe, que proclamaba las buenas nuevas acerca del reino de Dios y del nombre de Jesús el Mesías, fueron bautizados tanto hombres como mujeres (8:12). Los samaritanos necesitaban llegar a la conclusión de que el reino de Dios sería un reino judío y no un reino samaritano como habían pensado (vea el comentario sobre La vida de Cristo Ca Jesús habla con una mujer samaritana). Así, a medida que más y más personas creían en el Mesías para su salvación, Simón veía disminuir su número de seguidores. Su popularidad decreciente, su deseo de estar asociado con Dios de alguna manera y su deseo de aprender más sobre lo que percibía como el poder de Felipe, motivaron a Simón a creer. Y aun Simón mismo creyó, y habiendo sido bautizado, estaba apegado constantemente a Felipe; y se maravillaba al ver las señales milagrosas y los grandes portentos que se hacían. (8:13). Simón continuo con Felipe como una oportunidad para conseguir ese poder y tener más influencia sobre las personas. Tenía, por así decirlo, un interés profesional en descubrir la fuente del asombroso poder de Felipe. Pero su “fe” estaba basada en el poder de los milagros, no en el poder salvador del Mesías. Lo que él vio resultó en asombro, no en santidad.

Los samaritanos son salvos: Y los apóstoles que estaban en Jerusalén, al oír: ¡Samaria ha recibido la palabra de Dios! les enviaron a Pedro y a Juan, quienes, después de bajar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús (8:14-16). Pedro y Juan fueron para comprobarlo, esta es la última mención de Juan en Hechos, cuando Pedro, y luego Pablo, toman el centro del relato. Los samaritanos despreciaban a Jerusalén, ¿rechazarían a los apóstoles por ser de la Ciudad Santa? ¿Rechazarían los judíos a los samaritanos? Les sorprendió que los samaritanos pudieran ser incluidos en el Reino porque practicaban una religión híbrida (Lucas 9:54). Entonces, los apóstoles fueron enviados por tres razones. Primero, autentificar la salvación de los samaritanos. En segundo lugar, porque Pedro tenía las llaves del Reino. Y en tercer lugar, oraron para que recibieran el Ruaj HaKodesh. Aunque estos samaritanos ya habían creído y habían sido bautizados por inmersión.

Aquellos que enseñan que los creyentes reciben el Espíritu después de la salvación, recurren a este y a otros pasajes similares en busca de apoyo. Aquí hay un ejemplo claro, argumentan, de personas que fueron salvas, pero no tenían el Ruaj HaKodesh. Tal enseñanza ignora la naturaleza transitoria de Hechos (vea más abajo). También falla frente a la clara enseñanza de las Escrituras de que, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo Mesías, éste no es de Él (Romanos 8:9). No existe un creyente que aún no tenga el Ruaj HaKodesh, ya que por un Espíritu todos fuimos sumergidos en un solo cuerpo en el momento de la conversión (vea el comentario sobre La Vida de Cristo Bw – Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe).

¿Por qué los samaritanos (y más tarde los gentiles) tuvieron que esperar a los apóstoles antes de recibir al Espíritu Santo? Si los samaritanos hubieran recibido el Espíritu Santo independientes de la iglesia/Comunidad Mesiánica, la ruptura entre ellos se podría haber perpetuado. Bien podría haber habido dos entidades separadas, una Iglesia o (Congregación Mesiánica) y una Iglesia Samaritana. Pero Dios diseñó una Congregación Mesiánica/Iglesia: Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, y derribó la pared intermedia de separación, es decir, la enemistad (Efesios 2:14a).

Dios nunca llega tarde al diferir la venida del Espíritu hasta que llegaran Pedro y Juan. ADONAI preservó la unidad de la Congregación Mesiánica/Iglesia. Los apóstoles necesitaban ver por sí mismos y dar testimonio de primera mano a la Congregación Mesiánica/Iglesia en Jerusalén, de que el Espíritu había venido a los samaritanos. Además, los samaritanos necesitaban aprender que estaban sujetos a la autoridad de los apóstoles. Los creyentes judíos y los creyentes samaritanos estaban unidos en un solo Cuerpo. Cuando llegaron Pedro y Juan, les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo (8:17).172 En ninguna parte la Biblia enseña que el don de lenguas sea otra cosa que los lenguajes humanos.173

Una mirada más cercana a las llaves del Reino: En Cesarea de Filipo, Pedro declaró que Jesús era el Mesías, el Hijo del Dios viviente. En respuesta, Jesús dice en Mateo 16:19a: te daré las llaves del reino de los Cielos (vea el comentario La Vida de Cristo Fx Sobre esta roca edificaré mi iglesia). Siempre que la palabra llave o llaves se usa simbólicamente en la Biblia, representa la autoridad para abrir o cerrar puertas (Jueces 3:25; Primera de Crónicas 9:27; Isaías 22:20-24; Mateo 16:19a; Apocalipsis 1:18, 3:7, 9:1 y 20:1). Pedro será el encargado de abrir las puertas de la Iglesia. Él tiene un papel especial en el libro de los Hechos. En la Dispensación de la Torá (Ley), la humanidad fue dividida en dos grupos, judíos y gentiles. Pero en la Dispensación de la Gracia, por lo que sucedió en el período intertestamentario, hubo tres grupos de personas, judíos, samaritanos y gentiles (Mateo 10:5-6). Pedro sería la persona clave (juego de palabras) para traer a los judíos (vea Hechos 2), a los samaritanos (vea Hechos 8), y a los gentiles (Hechos 10) a la Iglesia al recibir el Espíritu Santo. Una vez que se abrió la puerta, permaneció abierta.

A medida que avancemos en el libro de Hechos, estaremos comparando la forma en que la salvación llega a judíos, samaritanos y gentiles, mostrando, como fue el caso con la forma en que Yeshua curaba, que no hay un orden específico establecido. Hechos es un libro de transición y un libro histórico, y no se puede establecer una doctrina basada en la historia. Usted basa la doctrina en declaraciones teológicas claras. Los hechos históricos pueden ilustrar la doctrina, pero no pueden desarrollarla por sí solos.

El don de lenguas (idiomas) se puede ver cuatro veces en el libro, Hechos 2, Hechos 8, Hechos 10 y Hechos 19. No existe un orden establecido que conduzca al bautismo en el Espíritu y al posterior hablar en idiomas. En Hechos 2, cuando la salvación llegó a los judíos, el orden fue primero el arrepentimiento, luego la inmersión en agua y luego recibir la inmersión en el Espíritu mediante el Ruaj HaKodesh, como se evidencia al hablar en idiomas. Aquí en Hechos 8 con la salvación llegando a los samaritanos, el orden fue este: primero creyeron, luego vino la inmersión en agua, luego llegaron los apóstoles, luego impusieron sus manos sobre los samaritanos, y luego recibieron la inmersión en el Espíritu Santo, y en opinión de este autor habría sido demostrado por los idiomas (lenguas) que ellos hablaron. Una vez más, no se construye doctrina sobre la historia. Tenga presente este orden y veremos en qué fue diferente con los samaritanos, los gentiles y los discípulos de Juan.

Para comprender las diferencias en las cuatro apariciones de los idiomas en Hechos, haremos seis preguntas a medida que lleguemos a cada pasaje. Sin embargo, el elemento común clave en los cuatro casos es que los idiomas (es decir, las lenguas) tienen como finalidad la autenticación.

1. ¿Quién lo recibió? Los creyentes de Samaria.

2. ¿Qué eran ellos? Eran samaritanos, a quienes históricamente no les agradaban los judíos y eran antagónicos hacia Jerusalén. De hecho, a menudo atacaron e incluso mataron a judíos que se dirigían desde Galilea a Jerusalén a través de Samaria (Lucas 9:51-53).

3. ¿Cuáles fueron las circunstancias? Felipe predicó a los samaritanos que creyeron y fueron salvos. Pero esto generó algunas preguntas por parte de los apóstoles en Sión que tenían en mente el viejo antagonismo samaritano. Entonces Pedro y Juan fueron enviados para autenticar estos informes.

4. ¿Cuál fue el medio? La imposición de manos de Pedro y Juan, apóstoles, que vinieron de Jerusalén.

5. ¿Cuál fue el propósito en este contexto? Como ocurre en todos los casos en el libro de los Hechos, hablar en lenguas se utiliza con fines de autenticación. Eso fue cierto en Hechos 2, es cierto aquí en Hechos 8, y será cierto en Hechos 10 y Hechos 19, los cuatro lugares donde se encuentra. Para los apóstoles judíos demostró que los samaritanos pudieron ser salvos. Fue difícil para ellos creerlo, pero eso es lo que autenticaría para los apóstoles en Sión. Y para los samaritanos autentificó la autoridad de los apóstoles judíos. Esto fue para enseñar a los samaritanos que no debían crear una Iglesia Samaritana separada, porque eso es exactamente lo que habían hecho, cuando los judíos los rechazaron en el tiempo que Esdras regresó a Palestina del cautiverio babilónico para reconstruir el Templo (vea el comentario sobre Esdras-Nehemías As Oposición a la reconstrucción del Templo). Ellos construyeron su propio templo rival en el monte Gerizim con un lugar santo y un lugar santísimo. Entonces, no debían construir una Iglesia Samaritana en oposición a la Iglesia/Comunidad Mesiánica.

6. ¿Cuáles fueron los resultados? Los samaritanos recibieron la inmersión del Espíritu Santo y se convirtieron en miembros del Cuerpo del Mesías, y nunca se estableció ninguna Iglesia Samaritana rival.174

En tercer lugar, Simón falla, él tenía una visión equivocada del Espíritu. Este pasaje revela el tercero de cuatro fallos flagrantes en la teología de Simón. Y viendo Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles era dado el Espíritu, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también este poder, para que a cualquiera que imponga las manos reciba el Espíritu Santo (18-19) como lo demuestra el hecho de hablar en otros idiomas, fue demasiado para él. Felipe lo había impresionado, pero Pedro y Juan lo habían abrumado. Era obvio que algo sobrenatural debía haber ocurrido. Simón les ofreció dinero para recibirlo. Trató a los dos apóstoles como si fueran compañeros practicantes de magia, y estaba dispuesto a negociar el precio para comprar el secreto de su poder. Sin embargo, nada de lo que Dios tiene está a la venta. Ciertamente no el Ruaj HaKodesh. Por lo tanto, Pedro se enojó y le dijo: “Tu plata sea contigo para destrucción, porque pensaste obtener el don de Dios por dinero. (la interpretación de JB Phillips, “¡Al diablo contigo y tu dinero!” transmite el sentido real de las palabras de Pedro) – porque pensabas que se podía comprar el don de Dios con dinero. La visión de Simón del Espíritu Santo como una mercancía que debía comprarse y agregarse a su repertorio de trucos espirituales, era completamente detestable y mostraba su condición perdida.

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En cuarto lugar, Simón falla, él tenía una visión equivocada del pecado. Pedro luego de su condena a Simón, le hace un llamado a la salvación. Arrepiéntete pues, de esta tu maldad, y ruega al Señor, por si acaso te será perdonado el pensamiento de tu corazón; porque veo que estás en hiel de amargura y en prisiones de maldad (22-23). Pedro, usando la expresión para las ofensas más graves contra Dios en el TaNaJ (Deuteronomio 18:18-20), le advierte a Simón de la gravedad de su situación: que estás en hiel de amargura y en prisiones de maldad. Simón, sin embargo, no se dejó convencer. Aunque probablemente conmocionado y asustado, se negó a pedir perdón al Señor. En cambio, dijo: ¡Rogad vosotros por mí al Señor, para que ninguna de las cosas que habéis dicho venga sobre mí!”. Su única preocupación era escapar de las consecuencias de su pecado. Sin embargo, el verdadero arrepentimiento consiste en algo más que el mero dolor por el pecado. (Segunda Corintios 7:9-10).175

Ellos entonces, después de testificar fielmente y hablar la palabra del Señor, regresaron a Jerusalén evangelizando muchas aldeas de los samaritanos (8:25). En resumen, este archivo muestra el evangelio a medida que comienza a alejarse de una ocupación exclusiva por Israel. El evangelio es para cada persona, para que cada uno lo considere, se espera, con un oído y corazón que responda. Esto es tan cierto hoy como lo era entonces. Aquí vemos a los judíos cruzando fronteras raciales y étnicas con el evangelio, llevando el mensaje de esperanza a los samaritanos. Y tomar esa iniciativa está en el corazón de la misión de la Iglesia/Comunidad Mesiánica en el mundo: Entonces Jesús se acercó y les habló, diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra, Id pues, discipulad a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las cosas que os mandé. He aquí Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de los siglos (Mateo 28:18b-20).176

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