Al Dios desconocido en Atenas
17: 16-33
51-52 dC
Al Dios desconocido en Atenas ESCUDRIÑAR: Para que estos filósofos griegos se dieran cuenta, ¿cuán extensa debe haber sido la actividad de Pablo? ¿Cómo son estos filósofos (17:18-21)? Los estoicos creían que “dios” estaba en todo y por eso todo era “dios” (panteísmo); mientras que los epicúreos creían poco o nada en “dios”. ¿Qué enfatiza Pablo acerca de Dios en los versículos 23-30? ¿Cómo usa Pablo su propia cultura para ayudarlos a ver las debilidades en la forma en que se relacionaban con la deidad? ¿En qué se diferencia este sermón del de 13:16-41? ¿Por qué? ¿Es su falta de uso de las Escrituras una fortaleza o una debilidad en el Capítulo 17? ¿Por qué? ¿En qué se parecen los sermones en términos de lo que enseñan acerca de Jesús? ¿A qué llaman a la gente a hacer? ¿Cómo se compara la respuesta en Atenas (17:21, 33-34) con la de Berea (17:12) y Tesalónica (17:4)?
REFLEXIONAR: ¿Qué le angustia a usted espiritualmente de la zona en la que vive? ¿Qué necesidades específicas ve? ¿Qué siente que Dios le está llamando a hacer con respecto a ellos? ¿A quién conoce que tenga muy poca o ninguna experiencia en el evangelio? ¿En qué se diferenciaría el testimonio que usted le daría a ellos del que le daría a alguien que tiene algún trasfondo bíblico? Pablo usa ídolos y poesía griega como puntos de contacto entre estas personas y el evangelio. ¿Cómo podría utilizar las películas, etc., como una forma de relacionar el evangelio de manera más eficiente con los demás hoy? ¿Qué es lo que lo mantiene más distraído e inconsciente de las oportunidades para una conversación espiritual con los demás? ¿Qué podría mantenerlo más atento a estas oportunidades? ¿Con qué le resulta más difícil lidiar: la oposición o la apatía? ¿Cómo ha experimentado ambos?
Hay algo apasionante en Pablo en Atenas, el gran apóstol a los gentiles en medio de las glorias de la antigua Grecia. Por supuesto, Pablo sabia de Atenas desde su niñez. Todo el mundo conocía Atenas. Había sido la ciudad-estado griega más importante desde el siglo V aC. Incluso después de su incorporación al Imperio Romano, conservó una orgullosa independencia intelectual y también se convirtió en una ciudad libre. Se jactaba de su rica tradición filosófica heredada de Sócrates, Platón y Aristóteles, de su literatura y arte, y de sus notables logros en la causa de la libertad humana. Incluso en la época de Pablo vivía de su gran pasado y era una ciudad comparativamente pequeña según los criterios modernos, pero todavía tenía una reputación inigualable como metrópoli intelectual del imperio.
Los que acompañaban a Pablo lo condujeron hasta Atenas; y después de recibir orden para Silas y Timoteo, de que fueran a él lo más pronto posible, partieron (17:15). Ahora, por primera vez, Pablo visitó la Atenas de la que tanto había oído hablar, llegando por mar desde el norte. Sus amigos, que lo habían escoltado desde Berea, se habían ido. Él les había pedido que enviaran a Timoteo y Silas a reunirse con él en Atenas lo antes posible. El esperaba poder regresar a Macedonia, porque a Macedonia había sido llamado (16:10). Mientras tanto, él esperaba la llegada de ellos, encontrándose solo en la capital cultural del mundo. ¿Cuál fue su reacción? ¿Cuál debería ser la reacción de un creyente que visita o vive en una ciudad dominada por la ideología o la religión mundana, una ciudad que puede ser estéticamente magnífica y culturalmente sofisticada, pero moralmente decadente y espiritualmente engañada?410 Este fue el desafío de Pablo. Este es nuestro desafío.
Testimonio de Pablo: Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu estaba enardecido dentro de sí, al observar que la ciudad estaba llena de ídolos (17:16). Estos evidentemente eran gentiles que adoraban a esos ídolos porque la idolatría dejó de ser un problema para los judíos después del cautiverio babilónico (vea el comentario sobre Jeremías, Gu – Setenta años de dominio del imperio babilónico). Sin embargo, el principio de Romanos 1:16: “primero al judío”, debe mantenerse. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y los que temían a Dios, y en la plaza cada día con los que acudían casualmente (17:17). Entonces, primero comenzó a debatir en la sinagoga con ellos. El resto de la semana, se enfrentaba a todos los asistentes a la plaza (mercado), el famoso ágora de Atenas, todos los días. El mercado no era sólo un lugar para comprar y vender, sino también un lugar público para todos los que deseaban escuchar las noticias del día o debatir diferentes ideas. Entre aquellos con quienes participó en el debate se encontraban incluso algunos de los filósofos epicúreos y estoicos debatían con él (17:18a). Ellos, junto con los cínicos, representaban las tres escuelas de filosofía contemporáneas más populares.
Los seguidores de Epicuro (341-270 aC) negaron la existencia de Dios y creían que el universo se originó por casualidad a partir de la caída del reino de los átomos (suena bastante cercano a los evolucionistas de hoy). Ellos enseñaban que la búsqueda de la verdad pura era inútil y que, por tanto, el placer, y no el conocimiento, es la principal meta de la vida. Su visión del alma era materialista y enseñaba que, al morir, el cuerpo y el alma (ambos compuestos de átomos) se desintegraban en la nada. Creían que no había vida después de la muerte que temer o esperar y, por tanto, debían aprovecharla al máximo en esta vida. Ellos burlaban de los dioses paganos populares creyendo que vivían en eterna calma, alejados de la vida de la humanidad con la que nunca intervenían. Los epicúreos de hoy hablan de “hace lo tuyo”.411
Los filósofos estoicos, por otra parte, veían el autodominio como la mayor virtud. Ellos sentían que la sabiduría provenía de estar libre de un emocionalismo intenso. La filosofía estoica enseñaba que las personas debían someterse a la ley natural. La máxima expresión de esto, según el estoicismo, era la razón, que llevaría a ser justo, y ser justo era vivir en armonía con la razón (un pensamiento circular). Éste era el único bien verdadero. En su forma de pensar, el único mal en la vida era no ser justo. Todo lo demás, como la muerte, el placer y el dolor, eran en sí mismos indiferentes. En contraste con el ateísmo práctico de los epicúreos, los estoicos eran panteístas (creían que todo es dios). Enseñaban que el propósito de los dioses era dirigir la historia y que la humanidad debía alinearse con ese propósito. Entendían que el alma era física y, al morir, de alguna manera era absorbida por este “dios” borroso. Todas las principales religiones orientales, y ciertas ramas aparentemente occidentales tienen en el fondo una teología similar: que no existe un Dios trascendente que creó y gobierna el universo independientemente de la humanidad.412 Los extremos del estoicismo y el epicureísmo resumen la inutilidad de la existencia de la humanidad separada de Dios.
La burla hacia Pablo: Aunque ellos diferían radicalmente en sus creencias filosóficas, tanto los estoicos como los epicúreos estaban unidos en su desprecio por las enseñanzas de Pablo. Algunos filósofos decían: ¿Qué querrá decir este charlatán? Y otros: Parece ser predicador de dioses extraños (porque les predicaba a Jesús y la resurrección) (17:18b). Al malinterpretar totalmente el mensaje de Pablo, es posible que hayan pensado que usaba la palabra griega anastasis (resurrección) como el nombre propio de alguna una supuesta diosa (Anastasis). Entonces Tomándolo pues, lo condujeron al Areópago, y le preguntaron: ¿Podemos saber qué es esta nueva doctrina que enseñas? (17:19). El Areópago es una colina en Atenas de 115 metros de altura. En tiempos de Pablo, este tribunal se reunía en la Basílica de Stoa, debajo de la colina. El consejo del Areópago (Colina de Marte) era responsable de supervisar la religión, la cultura y la educación en Atenas.413 Tenía control total sobre todos los conferencistas itinerantes y, según la ley romana, era ilegal que cualquiera presentara un nuevo dios. Pablo no fue juzgado formalmente ante este concilio (varios siglos antes habían condenado a Sócrates), pero se le pidió informalmente que diera cuenta de su enseñanza. El procedimiento se abrió con una pregunta sarcástica. Porque traes a nuestros oídos algunas cosas que sorprenden. Queremos saber pues, qué significa esto (17:20). Las cosas que sorprenden, se refiere cosas extrañas o impactantes). Sin embargo, ellos realmente no tenían ningún interés genuino en el evangelio, como lo muestra el comentario entre paréntesis de Lucas en 17:21: (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes, en ninguna otra cosa pasaban el tiempo, sino en decir o en oír novedades).
El tema del discurso de Pablo fue una obra maestra de comunicación sobre cómo conocer al Dios desconocido. Eso implica tres pasos: reconocer que Dios es, reconocer quién es Él y reconocer lo que dijo.
Reconocer que Dios Es
Pablo entonces, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todas las cosas os observo como muy religiosos (17:22). La palabra griega para religioso es deisidaimonesteros, que en Brit Hadashah normalmente significa miedo a las cosas demoníacas. Así la usaban los judíos. Pero los griegos usaban la misma palabra de dos maneras diferentes: en el buen sentido, significa piadoso o religioso, y en el mal sentido, que significa supersticioso. Pablo usó intencionalmente esta palabra de manera ambigua para que los griegos pudieran interpretarla como ellos quisieran. Pablo podía decir que ellos eran muy supersticiosos, mientras que los griegos podían pensar que eran muy religiosos. Por lo tanto, desde el marco de referencia judío de Pablo, estaba insinuando que la reverencia griega por sus dioses era en realidad una reverencia a los demonios.414
Porque pasando y viendo de cerca vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba inscrito: AL DIOS DESCONOCIDO. El que adoráis, pues, a pesar de no conocerlo, a Ése os anuncio yo (17:23). El antecedente de ese altar lo registra un antiguo escritor griego, Diógenes Laercio, en sus Vidas de los filósofos (1100 dC). Según su relato, alrededor del año 600 aC estalló una terrible plaga en Atenas. Los líderes de la ciudad creían que uno de los muchos dioses había sido ofendido y había provocado la plaga. Se ofrecieron sacrificios a los dioses, pero fue en vano. Entonces Epiménides, un famoso sacerdote del culto a Zeus en Creta, sugirió que los atenienses posiblemente habían ofendido a un dios desconocido. Ordenó que se soltara un número de ovejas en Atenas y que dondequiera que se tumbaran se ofreciera un sacrificio a un dios desconocido. Se construyeron altares y se ofrecieron sacrificios. Pronto terminó la plaga. Cuando Pablo visitó Atenas, uno de estos altares todavía estaba en pie. Él lo usó como punto de referencia en la predicación ante el consejo de destacados epicúreos y estoicos.415
Por tanto, el que adoráis, pues, a pesar de no conocerlo, a Ése os anuncio yo (17:23b). Pablo estaba usando un método judío de enseñanza, yendo de lo conocido a lo desconocido. Lo que se sabía era que ellos tenían un altar a un dios desconocido, por lo que en lo que a los griegos concernía había algún dios por ahí que no conocían. En esencia, Pablo estaba diciendo: “Voy a decirles quién es este dios desconocido“. Por lo tanto, no se podía condenar a Pablo por introducir un nuevo dios que violaría la ley romana, ya que afirmó que su dios desconocido era el mismo Dios que él representaba, y que lo adoraban sin darse cuenta. Sin embargo, no usó el TaNaJ en su discurso porque habría sido irrelevante para aquellos paganos altamente educados. Este fue su primer discurso ante una audiencia gentil totalmente pagana. En cambio, utilizó sus propias creencias como gancho para ganar su interés en el Único Dios Verdadero. Los epicúreos atacaron la creencia supersticiosa e irracional en los dioses, expresada en la idolatría, mientras que los estoicos enfatizaron la unidad de la humanidad y su relación con Dios. Lo que hizo Pablo fue ponerse del lado de los filósofos y luego demostrar que ellos no habían ido lo suficientemente lejos. Él no estaba introduciendo una religión nueva, sino algo que era muy, muy antiguo. 416
Los atenienses habían dado el primer paso porque creían en lo sobrenatural. Es obviamente imposible que quienes niegan la existencia de Dios lo conozcan, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe, y que es galardonador de los que lo buscan (Hebreos 11:6b). Nadie buscará un camino hacia un destino que cree que no existe. Y debieron haber creído que había un dios (entre todas sus deidades) que ellos no conocían.
La Biblia no ofrece argumentos formales a favor de la existencia de Dios. Su existencia es, en última instancia, una cuestión de iluminación y fe (Juan 1:18 y 20:29). Sin embargo, esa fe no es un salto ciego en la oscuridad, sino que está basada en hechos. Es cierto que, si bien la existencia de Dios no es demostrable en el sentido de un experimento científico o una ecuación matemática, es racional y lógica en un mundo de causa y efecto.
La Biblia revela evidencia poderosa y convincente de la existencia de Dios: Salmo 19:1; Romanos 1:19. Un plan requiere un Planificador, un programa requiere un Programador y el diseño requiere un Diseñador. Ésta es la esencia del argumento teológico a favor de la existencia de Dios: el orden y la complejidad del universo no podrían haber surgido por casualidad como proponen los evolucionistas. La Biblia también presenta la verdad en el Salmo 94:9 el salmista escribió: El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? La inteligencia proviene del “Inteligente” y el juicio moral del Ser Moral. Argumentar que provinieron de materia muerta es el colmo de la tontería. Sólo Dios puede crear vida de la nada y en el principio Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1).
Dado que la evidencia de la existencia de Dios es tan abrumadora, surge la pregunta de por qué hay ateos. La Biblia enseña que la razón no es intelectual y racional, sino moral y espiritual. El rey David escribió: El necio dice en su corazón: “No hay Dios”. Que la necedad en cuestión es moral, no intelectual, queda claro por el resto del versículo: Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables. No hay quien haga el bien (Salmo 14:1). El rechazo de Dios por parte del ateísmo atrae a las personas que desean evitar el juicio por el estilo de vida pecaminoso. Pablo deja en claro que el rechazo de Dios es voluntario y se debe al amor al pecado (vea el comentario sobre Romanos Ak – La ira de Dios contra la humanidad pecadora). 417
Reconocer Quién es Dios
Habiendo establecido que Dios existe y es conocido por la humanidad, Pablo lo presenta a Él ante el consejo del Areópago. Habiendo establecido que Dios existe y puede ser conocido, Pablo lo presenta a sus oyentes. El enviado a los gentiles presenta a Dios como Creador, Gobernante, Dador, Controlador y Revelador. En cada una de estas ideas, Pablo cuestionó ideas griegas claves.
Creador: El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él (17:24a). Este apuntaba a los estoicos y hablaba contra la eternidad de toda la materia, y no era el demiurgo o un ser cósmico, que era el punto de vista de la filosofía griega. Los atenienses tenían 30.000 dioses, por lo que la declaración de Pablo desafió esa afirmación.
Gobernante: Siendo Señor de cielo y tierra, no habita en templos hechos por manos, como el Partenón de Atenas (17:24b).
Dador: ni es servido por manos humanas, ni tiene necesidad de cosa alguna, pues Él da a todos vida y aliento y todas las cosas (17:25). Tampoco es servido por manos humanas (como en el Partenón que domina la ciudad) este fue un llamamiento a los epicúreos. Porque Dios es totalmente autosuficiente y no necesitaba ofrendas para ser feliz. Esta afirmación estaba a favor de los estoicos y en contra de los epicúreos que colocaban a Dios totalmente fuera del universo.
Controlador: de uno hizo todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra, prefijándoles el orden de los tiempos y los límites de su habitación (17:26). Este Dios es el directo Creador de la humanidad. Esto también desafió ciertas ideas griegas. Los atenienses afirmaban haber surgido de su tierra natal. Pero Pablo dijo, no, Dios es el Creador, y todo el género humano surgió de un solo hombre. Habiendo fijado tiempos señalados y los límites de su territorio; por lo tanto, Grecia no tiene un lugar especial en el mundo. Dios controla la historia humana.
Nada en la vida de usted sucede por casualidad. Todo tiene un propósito. Lo más sorprendente es que Dios decidió cómo nacería usted. Independientemente de las circunstancias de su nacimiento o de quiénes sean sus padres, Dios tenía un plan al crearlo. No importa si sus padres fueron buenos, malos o indiferentes. Dios sabía que esas dos personas poseían exactamente la estructura genética adecuada para crear el “su yo” personalizado, que Él tenía en mente. Tenían el ADN que Dios quería hacerle a usted.
Si bien hay padres ilegítimos, no hay hijos ilegítimos. Muchos niños no son planeados por sus padres, pero no son algo que Dios no haya planeado. Su propósito tomó en cuenta el error humano e incluso el pecado. Dios nunca hace nada por accidente y nunca comete errores. Él tiene una razón para todo lo que crea. Cada planta y cada animal fue planeado por Dios, y cada persona fue diseñada con un propósito en mente.
El motivo de Dios para crearlo fue Su amor. La Biblia dice: nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él; habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías, según la complacencia de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, que nos concedió gratuitamente en el Amado (Efesios 1:4-6). Dios estaba pensando en usted incluso antes de crear el mundo. De hecho, ¡es por eso que lo creó! Dios diseñó el medio ambiente de este planeta sólo para que pudiéramos vivir en él. Somos el foco de Su amor y lo más valioso de toda la creación: Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas (Santiago 1:18). ¡Eso es lo mucho que Dios lo ama y lo valora! 418
Revelador: para que busquen a Dios, por si tal vez, palpando, puedan hallarlo; aunque no está lejos de cada uno de nosotros (17:27) Debían buscarlo, no alejarse de Él como las naciones gentiles lo habían hecho. Pero tal vez lo busquen a Él en la oscuridad espiritual y lo hallen. Entonces podemos encontrar a Dios si nos acercamos y lo buscamos por fe (Hebreos 11:6). Sin embargo, Él no está lejos de cada uno de nosotros… esa es la evidencia de la cercanía de Dios. Esto no es panteísmo estoico, sino inmanencia real, o existencia en todas partes del universo. Como han dicho algunos de sus propios poetas, como Epiménides, luego Arato y Cleantes: “Porque también nosotros somos su descendencia”. Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, como incluso algunos de vuestros poetas han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo pues linaje de Dios, no debemos suponer que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres (17:28-29). Dado que la conexión entre Dios y la humanidad es la vida derivada de Dios, entonces es una tontería representar la imagen de Dios con ídolos que se originan en la mente de la humanidad y son elaborados por manos humanas.
Reconocer lo que Dios ha dicho
Pues bien, Dios, pasando por alto esos tiempos de ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual va a juzgar a la humanidad con justicia, por medio del Varón que designó, presentando a todos garantía de ello cuando lo resucitó de entre los muertos (17:30-31). Aunque Dios pasó por alto los tiempos de ignorancia de los gentiles antes de la venida del Mesías. La palabra ahora, del griego: nun significa ahora en cuanto a las cosas nuevas. Antes de Cristo, los gentiles sólo eran responsables de la revelación natural (Romanos 1:18-32), pero ahora son responsables de la revelación especial, lo que significa que Dios ha venido con pleno conocimiento. Porque Dios ha fijado un día en el que juzgará a la humanidad con absoluta justicia (vea el comentario del Apocalipsis Fo – El Juicio del Gran Trono Blanco), por medio de Jesucristo, un Varón que designó, Él ha presentado evidencia de esto a todos los hombres al resucitarlo de entre los muertos.
En ese momento Pablo fue interrumpido y no pudo terminar su presentación del evangelio porque los griegos creían que el alma era eterna. Pero cuando oyeron: Resurrección de muertos, unos se burlaban, y otros dijeron: ¡Ya te oiremos acerca de esto en otra ocasión! (17:32). Pero no tenían ningún concepto de la resurrección del cuerpo. Esta burla provino de los epicúreos que negaban tanto la resurrección como la inmortalidad del alma. Los estoicos, sin embargo, no estaban convencidos, pero tenían una mentalidad más abierta y dijeron: ya te oiremos acerca de esto en otra ocasión, pero sin ninguna intención real de hacerlo. Esta fue una desestimación oficial del asunto. La misma división señalada anteriormente entre judíos de mentalidad abierta y cerrada no se ve entre los gentiles. Así que, Pablo salió de en medio de ellos. No obstante, algunos varones creyeron y se unieron a él, entre ellos, Dionisio el areopagita y una mujer de nombre Dámaris, y otros con ellos (17:33-34). La palabra unieron, del griego: kollao significa pegar como pegamento). Dionisio era miembro del consejo del Areópago, y Dámaris era una mujer prominente. Aunque ocasionalmente se dice que Pablo no tuvo éxito en Atenas, este versículo prueba lo contrario. Por cuanto en la sabiduría de Dios el mundo dejó de conocer a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por medio de la necedad de la predicación (Primera Corintios 1:21).
Cuando se comparan los aparentemente magros resultados en Atenas con las grandes cosechas en Tesalónica y Berea, uno podría verse tentado a concluir que el ministerio de Pablo allí fue un fracaso. Si lo hace, es posible que llegue a una conclusión apresurada y falsa. A Pablo no se le dijo que se fuera, por lo que suponemos que se quedó en Atenas y continuó ministrando a muchos incrédulos y a unos pocos creyentes. Los orgullosos, sofisticados y sabios atenienses no aceptarían fácilmente el humilde mensaje del evangelio de Pablo., especialmente cuando él resumió toda la historia griega con la frase por alto esos tiempos de ignorancia. La tierra allí no era profunda y contenía mucha maleza (vea el comentario sobre La Vida de Cristo Et – La Parábola de los terrenos). Pero hubo una pequeña cosecha.
Y después de todo, un alma vale el mundo entero.
Todavía necesitamos testigos que invadan a los sofisticados ambientes académicos y presenten a Cristo a personas que son sabias a sus propios ojos, pero ignorantes de la verdadera sabiduría del evangelio. Porque, mirad hermanos vuestro llamamiento, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a los fuertes; y lo vil del mundo, y lo tenido en nada escogió Dios; lo que no es, para anular lo que es (Primera Corintios 1:26b-27). Pero algunos son llamados, y Dios puede usarte para llamarlos.
Lleve usted el evangelio a su “Atenas”. ¡Sea audaz! 419
Señor: Tú nos has encomendado tus preceptos Para que sean muy guardados (Salmo 119:4). Y nos dice: guárdate a ti mismo, y guarda mucho tu alma. No olvides las cosas que vieron tus ojos, ni se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida. Las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos (Deuteronomio 4:9), animándolos que no nos cansemos pues de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos (Gálatas 6:9).420
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