Vi a los que habían sido decapitados
por su testimonio de Jesús
20: 4
No solo habrá una resurrección de los justos del TaNaJ, sino que también se producirá una resurrección de los mártires de la tribulación durante el intervalo de setenta y cinco días (haga clic en el enlace y vea Ey – El intervalo de setenta y cinco días). En esta sección, Juan ve dos grupos que reinarán con Cristo durante el Reino Mesiánico.
Y vi tronos, y se sentaron en ellos, y les fue concedido juzgar. Vi también las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir para reinar con el Mesías mil años: Ésta es la primera resurrección (20:4).
Primero, hay tronos en los que se sentaron creyentes (Daniel 7:27; Mateo 19:28; Primera Corintios 6:2) a quienes se les había concedido juzgar (20:4a) por el Señor mismo en el tribunal de Cristo (Segunda Corintios 5:10). Cuando Juan los vio, ya habían recibido sus coronas para dejarlas a los pies del Señor (vea Cc – Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo). Los resucitado en el Arrebatamiento, habían recibido sus recompensas y reinaban con el Mesías en el cielo.
El segundo grupo, sin embargo, fueron los mártires de la tribulación (vea Cp – El quinto sello: vi bajo el altar a los que habían sido asesinados). Los vimos antes debajo del altar en el cielo (Hebreos 9:4). Habían sido decapitados porque se negaron a adorar al anticristo o a su imagen, ni estaban dispuestos a aceptar su marca. Serán resucitados en ese momento. Vi también las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir para reinar con el Mesías mil años durante el Reino Mesiánico (20:4b).
Querido Impresionante Padre Celestial, ¡Qué maravilloso eres! Tomas lo que Satanás significa para el mal y lo usas para el bien. Los mártires que te adoraron ahora serán recompensados reinando contigo. ¡Qué placer y alegría es que siempre se pueda confiar en ti! Incluso cuando todo parece sombrío y el mal parece estar ganando, ¡tienes todos los detalles resueltos y Tu nombre ya debe ser exaltado por ganar la batalla final de las edades (Apocalipsis 20:7-9)! Eres totalmente poderoso sobre cualquier otro poder que se ponga en tu contra, ya sea terrenal o demoníaco. Siempre has sido el más grande y poderoso; Tu eres ahora y serás el más grande y poderoso en el futuro. ¡Reinarás eternamente! ¡Te amamos y te adoramos! En el santo nombre de Tu Hijo y Su poder de resurrección. Amén.
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