Agar e Ismael son echados
21: 8-21
Agar e Ismael son echados ESCUDRIÑAR: Desde la perspectiva de Sara, ¿por qué tienen que ser echados de inmediato Agar e Ismael? ¿y desde la perspectiva de Dios? ¿Cómo es la angustia de Abraham, debido a los errores del pasado? ¿Cómo usó Dios las emociones humanas para promover Su plan? ¿Cómo ayuda Elohim a Ismael, a pesar de que él no era el hijo que Dios había prometido a Abraham?
REFLEXIONAR: ¿Quién, como Agar o Ismael, es la persona con quien usted no se llevan bien? ¿Cómo está manejando la discordia? ¿Qué se puede hacer para cambiar la situación? ¿Hay algo o alguien de quien necesita separarse? Al igual que Agar, ¿dónde necesita la presencia reconfortante de Dios en su vida?
Isaac había traído mucha alegría a Abraham y Sara. Parecía que la risa que había llenado su hogar duraría para siempre. El niño Isaac creció y fue destetado. Ese mismo día, Abraham hizo un gran banquete (21:8). El destete se consideró como un motivo de alegría, como lo encontramos con Samuel, que al ser destetado fue llevado por su madre al Tabernáculo en Silo. Los niños eran destetados entre las edades de dos o tres años en esos días. Pero en medio de la risa, al parecer, Agar e Ismael fueron casi olvidados. Para entonces Ismael era un adolescente, probablemente tenía alrededor dieciséis años (16: 15-16). La causa de la alegría de una persona puede ser la causa del resentimiento de otra.
La ira brotó en Ismael cuando vio a Isaac convertirse en el centro de atención. Pero Sara se dio cuenta de que el hijo que Agar la egipcia le había dado a Abraham se burlaba de su hijo Isaac (21:9). La animosidad de Agar hacia Sara había sido inculcada en Ismael hacia Isaac. Los rabinos enseñan que Sara supuso que las burlas de Ismael eran el eco de lo que él había oído de su madre. La palabra hebrea para Isaac o la risa, yitzchak, y la palabra hebrea para burlarse es tsakjác (ó metzachek), tienen la misma raíz. Literalmente, significa Ismael fue “isacandose” de Isaac. Él no estaba jugando con Isaac como algunos han sugerido. En el Brit Chadashah, el Rabino Saúlo dice que Ismael lo perseguía, lo persiguió con hostilidad (Gálatas 4:28-31). Los niños a menudo hacen esto uno al otro. El problema aquí es que Ismael, que tenía de alrededor de dieciséis años de edad, se estaba burlando de Isaac, que tenía dos o tres años de edad. La palabra metzachek se encuentra varias veces en Génesis, donde se utiliza en el sentido negativo del ridículo (19:14, 39:14 y 17). Es interesante que el nombre de Ismael está ausente en toda esta sección. Se refieren a él como el hijo, su hijo, o el niño, pero nunca Ismael. Es como si él no estuviera allí, y en cuanto a ser el hijo de la promesa, el estaba ausente de la mente de Dios.
Por eso le dijo a Abraham:¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! El hijo de esa esclava jamás tendrá parte en la herencia con mi hijo Isaac (21:10).En un ataque de celos, Sara le exigió a Abraham que echara, o expulsara, a la esclava y a su hijo. Su preocupación era por la herencia. El Código de Hammurabi, decía que el hijo de una esclava tenía derecho a la herencia del padre. Pero aún sabiendo esto Sara dijo que Agar e Ismael debían ser echados. Este mismo verbo, garásh (o garas), se utilizó para describir cuando Adán fue expulsado del Jardín (3:24), y cuando Caín fue expulsado de la presencia de ADONAI (4:14). Sara no podía soportar la idea de llamar a Agar por su nombre. Sara sólo se refería a ella como la esclava. Pero lo más importante, era que ella no quería que Ismael tuviera ninguna parte de la herencia espiritual que era legítimamente de Isaac. Toda la situación era una enredada red de celos, iras y malicias que dieron malos frutos. Esta es la tercera crisis en la vida de Abraham.
Abraham era un hombre amable y generoso; sin embargo, este asunto angustió mucho a Abraham porque se trataba de (Ismael) su propio hijo (21:11). Pero, Elohim, el Dios de justicia, dejó claro a Abraham que Él no iba a aceptar a Ismael como hijo de la promesa. No fue posible para las dos familias vivir juntas. En la sexta de las siete apariciones a Abraham (12:1-7, 13, 14-17, 15:1-21, 17:1-21, 18:1-33, aquí y 22:1-18), Dios dijo: no te angusties por el muchacho ni por la esclava (21:12a). En todas las épocas el mensaje de Dios a su pueblo ha sido: No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí (BTX Juan 14:1). Dijo además: Hazle caso a Sara, porque tu descendencia se establecerá por medio de Isaac (21:12b). Sin lugar a dudas la presencia de Ismael en la casa habría hecho extremadamente difícil que se cumplan los propósitos de Dios para Isaac. No había ninguna duda al respecto, Ismael tenía que irse. El discipulado implica siempre disciplina, y la disciplina es siempre necesaria para la bendición espiritual. Dios estaba tomando los hilos enredados de la vida de Abraham, tejiéndolos en Su propio patrón divino, y anulando todo para bien. Felizmente para nosotros, como el rabino Saulo, podemos confiar en la profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios (Romanos 11:33a)!343
Como hijo de Abraham, Ismael recibiría sus propias bendiciones especiales de Dios (17:18), pero él no sería, y nunca podría haber sido, el hijo de la promesa. Después de la muerte de Sara, Abraham tendría otros seis hijos con una nueva esposa, Cetura (25:1-2); pero al igual que Ismael, ninguno podría haber sido el hijo de la promesa. Más tarde, Pablo cita a Moisés y repite una vez más: En Isaac te será llamada descendencia (Romanos 9:7-9).344
Los musulmanes enseñan que es a través de Ismael que las promesas de Dios se cumplen. Pero Pablo enseña la lección espiritual que en lo que respecta a la salvación, entre la ley y la gracia, la carne y el espíritu no pueden coexistir (Gálatas 4:21-31). Pablo argumenta que los que han nacido después de la carne, son los descendientes espirituales de Agar, grandes en número pero sin embargo tratando de guardar los mandamientos buscan la salvación a través de la imposible tarea de hacer que la carne pecaminosa siga la Torá perfectamente. La Torá habla del Pacto de Dios con Moisés, un pacto condicional, dado en el monte Sinaí en Arabia, donde vivía Ismael.
Los que han de compartir las promesas celestiales de Dios, centrados en Jerusalén, son hijos de la fe, como Isaac. La Torá no puede dar vida; pero la promesa de Dios, recibida por fe, da vida eterna (vea el comentario sobre La Vida de Cristo Ms – La Seguridad Eterna del Creyente). Estos hijos de la fe no son esclavos de la alianza de Elohim con Moisés, cuyos términos son imposibles de obedecer. Pero ellos están bajo el pacto de Dios con Abraham, dado incondicionalmente y apropiado únicamente por la fe en las promesas. Los que viven por la fe son libres al igual que Sara. Sin embargo, los que viven según la carne son los esclavos, como Agar.345 Por lo tanto, ellos no pueden coexistir; cuando Isaac (en hebreo: Yitz’chak) apareció, Ismael se tuvo que ir.
Pero debido a que Ismael era hijo de Abraham, Elohim lo hace una nación. Abraham no tenía que preocuparse de que Agar e Ismael murieran en el desierto. Dios dijo: Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, porque es hijo tuyo (21:13). Ismael se benefició del aspecto de la bendición del pacto de Dios con Abraham, y él no mostró signos de rebelión.
Por doloroso que fuera, Abraham no pospuso las cosas. Al día siguiente, Abraham se levantó de madrugada, tomó un pan y un odre de agua, y se los dio a Agar, poniéndoselos sobre el hombro. Luego le entregó a su hijo y la despidió. Agar partió y anduvo errante por el desierto de Berseba (21:14). Era una antigua costumbre egipcia que las mujeres llevaran cargas sobre sus hombros. En vista de la riqueza de Abraham, esto no era mucho. Pero Abraham tenía fe en que Dios cuidaría de ellos. Sabía que no importaba lo mucho que les diera, no sería suficiente; mas con Dios, no les faltaría. Muy posiblemente, sabía que sería para su propio bien, si querian aprender rápidamente a depender de Dios, y no de Abraham, que supliera sus necesidades. Abraham amaba a ese joven y yo no creo que nunca lo volvió a ver. Ismael era su hijo y era desgarrador para Abraham tener que renunciar a él. Por cerca de dieciséis años había sido la alegría de su vida. Pero Agar siguió su camino con Ismael y anduvo errante por el desierto de Berseba (21:14b). La comida y el agua eran sin duda suficiente para que pudieran llegar a otro asentamiento, si ellos no se hubieran perdido.346
La arqueología ha revelado que hubo numerosos asentamientos en ese momento en las inmediaciones de lo que luego sería conocido como Berseba, y parece que Agar e Ismael estaban en esa dirección. Sin embargo, perdieron su camino. Cuando se acabó el agua del odre, puso al niño debajo de un arbusto y fue a sentarse sola a cierta distancia, pues pensaba: No quiero ver morir al niño. En cuanto ella se sentó, comenzó a llorar desconsoladamente (21:15-16). El probablemente le había dado la mayor parte del agua a su madre y por último, quizás se cayó. Ella mientras estaba sentada allí cerca, comenzó a orar y a llorar. Dios los trajo al punto en que ya no podían seguir en su propia fuerza. Ellos, al igual que Abraham, tendrían que aprender a confiar en Él.
Cuando Dios oyó al niño sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño (21:17). Entonces el Ángel de Dios, el Cristo pre-encarnado, llamó a Agar desde el cielo. Esta es la segunda vez que el Cristo pre-encarnado había rescatado a Agar. Antes, cuando ella corrió hacia el desierto a causa de su maltrato a manos de Sara, Agar fue encontrada por el Ángel del Señor cerca de un manantial en el desierto (16:7a). Allí, Él fue llamado el Ángel del Señor, el redentor, porque ella todavía estaba bajo el techo y la protección de Abraham. Aquí, Él es llamado el Ángel de Dios, porque Agar era entonces una extranjera para el pacto de la promesa (Efesios 2:12). Pero Él es Dios de toda la humanidad, y le habló amablemente.
Le dijo: Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación. En ese momento Dios le abrió a Agar los ojos, y ella vio un pozo de agua. En seguida fue a llenar el odre y le dio de beber al niño (21:18-19).
Y Dios cumpliría su promesa: Dios acompañó al niño, y éste fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero (21:20). En el libro de los Hechos está escrito que ADONAI estaba con José (Hechos 7:9) y estaba con Jesús (Hechos 10:38). A menudo nos animamos unos a otros con las palabras del Mesías: estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20b). Qué maravilloso es saber la aceptación de Dios por medio de Cristo y que Su presencia está con nosotros siempre. Aquí leemos que la misma presencia estaba con Ismael. Dios debe haberlo amado mucho. Él oyó su llanto cuando él estaba en los arbustos y realizó un milagro para su madre con el fin de hacerse cargo de él, al igual que Elohim lo hizo con Abraham, David y otros conforme a Su corazón. Él estaba con Ismael. Dios nunca dijo nada malo de Ismael.
Como no había agricultura, Ismael para proveer para él y su madre se convirtió en un arquero, ya que vivían en el desierto (21:20b).
Los musulmanes enseñan que Abraham tomó a Ismael y Agar e hizo un nuevo asentamiento en La Meca, llamada Parán, debido a una instrucción divina dada a Abraham como parte del plan de Dios. Ellos enseñan que Agar corrió siete veces alrededor de entre dos colinas, Sofá y Marwa, en busca de agua; esto se convirtió entonces en un ritual islámico para la peregrinación anual a La Meca para millones de musulmanes de todo el mundo. El pozo de agua (21:19) todavía está presente, ahora llamado Zamzam. También enseñan que tanto Abraham como Ismael luego construyeron la santa piedra Kaaba en La Meca. El supuesto lugar que Abraham utilizó para realizar oraciones cerca de la Kaaba está todavía presente, ahora se llama Maqam Ibrahim, o la Estación de Abraham. Por lo tanto, durante el día de la peregrinación, los peregrinos en la Meca y los musulmanes de todo el mundo conmemoran la supuesta ofrenda de Abraham e Ismael, por el sacrificio de ganado. 347
Habitó en el desierto de Parán y su madre lo casó con una egipcia (21:21). El desierto de Parán hoy es la península del Sinaí, su madre consiguió para él una mujer de Egipto, la tierra idólatra de su nacimiento. Ella llegó a estar tan identificada con esta región que Pablo decía de ella: “Agar representa el monte Sinaí en Arabia” (Gálatas 4:25). La obtención de una esposa para un hijo sigue siendo la práctica común en el Cercano Oriente. Génesis 10 nos dice que los egipcios eran descendientes de Cam, que eran antisemitas, que se suma al antagonismo que ya estaba allí. Aquí, Ismael se retira de la escena hasta que sabemos de su muerte después de tener doce hijos (25:12-18). Pero la gran nación que Dios había prometido había comenzado.
En cierto sentido, Ismael era un símbolo de la falta de fe de Abraham y Sara. Dios sabía que ellos deberían haber esperado fielmente por el hijo prometido. Sin embargo, cuando Ismael fue concebido, Dios no lo rechazó ni lo lanzó a un lado con rabia. En cambio, Dios amó al niño y acordó bendecirlo. Cuando nuestra fe débil se traduce en errores costosos, Dios puede cambiar nuestro penitente pesar en bendición para Sus propios fines.348
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