Fw – Entonces el ángel me mostró el río de agua de vida, resplandeciente como el cristal 22: 1-2

Entonces el ángel me mostró el río de agua de vida,
resplandeciente como el cristal
22: 1-2

Entonces el ángel me mostró el río de agua de vida, resplandeciente como el cristal ESCUDRIÑAR: ¿Cuál es la fuente del río de la vida? ¿Dónde fluirá? ¿Qué hará este rio? ¿Dónde está el Cordero? ¿Porque es esto importante? ¿Qué había a cada lado del río? ¿Hay enfermedad en el Estado Eterno? ¿Para qué son usadas las hojas del árbol? ¿Quién tendrá acceso al árbol de la vida y a la Ciudad Santa?

REFLEXIONAR: Cuando usted tiene problemas físicos, ¿cómo le alientan hoy los atributos que dan salud del árbol de vida? ¿Cómo será caminar por la calle principal de la gran Ciudad? ¿Cómo serán las hojas y los frutos del árbol?

En este capítulo final en las Sagradas Escrituras, Juan continúa describiendo la Nueva Jerusalén, y luego nos lleva a la eternidad. Cuando él cierra con la última invitación, última advertencia y la última oración, la Biblia esta entonces completa. Todo lo que necesitamos saber habrá sido revelado y registrado. Ahora debemos esperar que se cumpla.

Al principio del libro se nos dijo que hay una bendición para el que lee las palabras de esta profecía (1:3). Entonces, aquí al final de Apocalipsis, finalmente podemos comenzar a comprender, de alguna manera, el indescriptible don de la vida eterna en Cristo (Segunda Corintios 9:15) comparado con los pecadores que se habían ganado el salario de la muerte eterna (Romanos 6:23). Habiendo escuchado y creído la palabra de vida (Filipenses 2:16), habiendo festejado con el pan de vida (Juan 6:35) y bebido profundamente del agua de la vida (Apocalipsis 21:6), aseguró que sus nombres están escritos indeleblemente en el libro de la vida del Cordero (Apocalipsis 3:5), y sabiendo que recibirán la corona de la vida (Apocalipsis 2:10), tendrán acceso eterno al árbol de la vida (haga clic en el enlace y vea Ga – YO SOY el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin).⁵⁰³

Querido Padre Celestial: Cuando pienso en vivir contigo para siempre en paz y gozo eternos, mi corazón se llena y rebosa de agradecimiento por quien eres. Eres tan misericordioso al darnos la justicia de Yeshua. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21). Has dado Tu Espíritu para vivir dentro de los creyentes: el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:5). Pagaste nuestra pena por nuestro pecado. Te amamos y nos deleitamos en adorarte y servirte. En el santo nombre de Yeshua y el poder de Su resurrección. Amén.

Hasta ahora, Juan solo había descrito la belleza exterior de la Nueva Jerusalén, con solo una rápida mirada a la calle de oro dentro de sus paredes de jaspe. Ahora él entrará en la Ciudad misma, recibiendo una introducción a la gloria que ha sido preparada para nuestro deleite. El más notable de todos es el poderoso río de aguas cristalinas y brillantes (Salmo 46:4). Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como el cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero (21:1), el suministro inagotable de agua de este poderoso río abastecerá cualquier necesidad hidrológica que tenga la nueva tierra. Esta agua será tan clara como el cristal, al igual que las paredes de jaspe de la Ciudad (21:11). Seguramente habrá abundancia de hierbas, pastos y árboles lujosos en todas partes, como en el mundo original creado. Toda la tierra será un paraíso bien regado de ricos recursos, cumpliendo ministerios para Su pueblo.⁵⁰⁴

La fuente de este río no es la lluvia ni el sistema hidrológico, sino que fluirá constantemente del trono de Dios al pueblo de Dios. ¡Se nos recuerda que ADONAI hará todo nuevo (21:5)! Aprendemos de los Salmos que hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, El Santuario, la morada de Dios. Dios está en medio de ella (Salmo 46:4-5a). Entonces, si bien el río es literal, su simbolismo es claro. Del trono de Dios y del Cordero saldrá agua pura, simbólica de la santidad y pureza del Señor y de la Ciudad. Esta referencia a un río no debe confundirse con el río Milenial como se ve en Ezequiel 47:1, 12 o Zacarías 14:8. El río de la vida será parte de la Nueva Jerusalén. En medio de su calle, a uno y otro lado del río, estaba el árbol de vida, que produce doce frutos, dando su fruto según cada mes, y las hojas del árbol son para sanidad de las naciones (22:1). Fluirá por el medio de la calle, mejor traducido en medio de su camino, o por la calle principal de la Ciudad (22:1c).⁵⁰⁵

Es significativo que el Cordero esté representado en el trono. Algunos han dicho que cuando llegue el fin y Cristo entregue el Reino a Dios el Padre después de haber destruido todo dominio, autoridad y poder del diablo, que Su reino terminará. Pero el hecho de que Él sea ​​representado en el trono durante el Estado Eterno nos muestra que el Mesías es Rey de reyes y Señor de señores por toda la eternidad (17:14, 19:16).

La ubicación de la calle, el río y el árbol es poco clara… a uno y otro lado del río, estaba el árbol de vida (21:1). Parece que el árbol es lo suficientemente grande como para atravesar el río, por lo que el río está en el medio de su calle, y el árbol está a ambos lados del río. Ahora veremos el árbol de la vida que existía en el jardín del Edén (Génesis 2:9, 3:11, 22-24). Se caracterizará por la productividad, con doce tipos de fruta cada mes del año.⁵⁰⁶ Así como Jesús comió y bebió después de ser resucitado de entre los muertos, los creyentes comerán y beberán en la Ciudad Santa. El hecho de que los meses se identifiquen como tales en la Nueva Jerusalén indica que los movimientos orbitales y de rotación de la tierra continuarán como Dios estableció en el comienzo y que la luna continuará orbitando alrededor de la tierra.⁵⁰⁷

Presumiblemente, esto significa no solo que todo se hará nuevo, sino también que todo se mantendrá nuevo. La ley de la entropía ya no se aplicará. Nada se desgastará ni se deteriorará, ya nadie envejecerá ni se atrofiará. Cada árbol dará fruto abundante y eternamente. Todas las cosas permanecerán eternamente jóvenes, frescas y nuevas, tal como lo fueron en la semana de la creación misma.⁵⁰⁸

…y las hojas del árbol son para sanidad de las naciones. La palabra sanidad, o terapeuta, puede entenderse como saludable. La palabra terapéutica se deriva de esta palabra griega. Aunque no hay enfermedad en el Estado Eterno, los frutos y las hojas del árbol parecen contribuir al bienestar físico de los creyentes.⁵⁰⁹ Las hojas del árbol serán como vitaminas sobrenaturales, ya que las vitaminas no se toman para tratar enfermedades, sino para promover la salud en general. La vida en el cielo será completamente energizada, rica y emocionante.⁵¹⁰ La palabra naciones significa gentiles. Esto nuevamente muestra que la distinción judío-gentil continuará aunque no habrá diferencia funcional.

El árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 3:1-7) hizo que Adán y Eva diferenciaran lo correcto de lo incorrecto. Así es como aprendieron lo que era el pecado. Ese árbol causó su muerte espiritual (la separación de su alma y espíritu de Dios) y su muerte física (separación de su alma y espíritu del cuerpo), y como resultado les costó la inmortalidad. El árbol de la vida, sin embargo, hace lo contrario. Comer su fruto les trae inmortalidad.⁵¹¹