Isaac volvió a abrir el pozo
de su Padre Abraham
26: 12-22
Isaac volvió a abrir el pozo de su Padre Abraham ESCUDRIÑAR: ¿Qué hizo Isaac aquí por primera vez? ¿A quién pertenecen los pozos? ¿Por qué? ¿Por qué había cambiado la actitud de Abimelec hacia Isaac? ¿Por qué cree que tanto Abraham como Isaac prosperaron incluso cuando no eran veraces? ¿Cómo eligió Isaac ser un pacificador?
REFLEXIONAR: ¿Hay paz en su valle? ¿Está en paz con todo el mundo? ¿Cuando le gustaría detener en su vida la pelea, para empezar la reconciliación? ¿Qué medidas de fe podría querer el Señor que tome usted hacia ese fin?
Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el SEÑOR lo había bendecido (26:12). Antes de que Isaac hubiese planeado el engaño con su esposa Rebeca, ADONAI le había prometido: “Yo te bendeciré” (26:3). Ahora, la Palabra de Dios registra el cumplimiento de Su promesa. Isaac (hebreo: Yitz’chak) sembró por primera vez. Hasta ese momento, él y su padre parecen haber estado ocupados solamente en la crianza de animales. Ahora, sin embargo, adquirió un terreno, posiblemente por un contrato de alquiler, en el cual plantar y cultivar cosechas. Tal vez el hambre lo había convencido de que necesitaba una fuente más confiable de alimentos que sus ovejas y vacas. En cualquier caso, comenzó a practicar la agricultura, y resultó altamente exitosa. 419 El rendimiento, incluso en regiones muy fértiles, fue en general no mayor de veinticinco hasta cincuenta veces por uno. 420 Pero porque el SEÑOR lo había bendecido, Isaac cosechó al ciento por uno, tanto como él esperaba que produjera en ese año como en el de la sequía. El que prometió fue fiel (Hebreos 10:23).
Así Isaac fue acumulando riquezas, hasta que llegó a ser muy rico. Esto causó que los filisteos comenzaran a tenerle envidia, pues llegó a tener muchas ovejas, vacas y siervos. Ahora bien, los filisteos habían cegado todos los pozos de agua que los siervos del padre de Isaac habían cavado. Así que Abimélec le dijo a Isaac: Aléjate de nosotros, pues ya eres más poderoso que nosotros (26:13-16). Isaac se hizo rico, y su riqueza continuó creciendo hasta hacerse muy poderoso, tanto que su riqueza e influencia comenzaron a superar incluso la del rey de Gerar. Tenía muchas ovejas, vacas y siervos. Los filisteos, ya molestos debido de la protección de Abimelec sobre él, comenzaran a tenerle envidia y ellos empezaron a tomar represalias en su contra. Sus celos fueron tan grandes que incluso durante una hambruna, estaban dispuestos a cortar el suministro de agua vital. Así que todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado, los filisteos los cegaron llenándolos de tierra para obligar a Isaac que se fuera de su país. Debido a que Itzjak se había vuelto demasiado poderoso para ellos, recurrieron a actos de vandalismo y no a la guerra.
En el Cercano Oriente, la excavación de pozos da el título de las tierras desocupadas. Por lo tanto, Yitzjak poseía la tierra por heredad en la vecindad de la que estos pozos se habían cavado por su padre Abraham. En un país pastoral es un asunto serio cegar un pozo de agua que ha sido excavado para rebaños y vacas. Es, de hecho, una declaración de guerra, y siempre ha sido considerado como un acto hostil.421
Así que Abimélec le dijo a Isaac: Aléjate de nosotros, pues ya eres más poderoso que nosotros (26:16). Los rabinos enseñan que la gente decía: “Preferimos tener el estiércol de las mulas de Isaac que el oro de Abimelec.” De hecho él se había vuelto demasiado poderoso. Isaac podría haber resistido a esta demanda, ya que el anterior Abimelec le había dado su padre el derecho a vivir en cualquier lugar de la tierra que quisiera (20:15), y los pozos pertenecían a Abraham por derecho de construcción. También él bien podría haber sido capaz de derrotar a los colonos de los filisteos en la batalla si hubiera llegado a eso porque él se había vuelto demasiado poderoso para ellos. 422 No obstante, Yitzjak amigablemente se alejó de la capital, hacia el este: Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, donde se quedó a vivir (26:17). Él era un hombre de paz.
Abrió nuevamente los pozos de agua que habían sido cavados en tiempos de su padre Abraham, y que los filisteos habían tapado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado (26:18). Para su crédito, Isaac no responde airadamente contra los que cegaron los pozos de su padre. En lugar de ello, Isaac comenzó a reabrir estos pozos. Los colonos filisteos no estaban usando la tierra, por lo que pensó que no se opondrían. Para enfatizar su derecho a los pozos debido a la herencia, les puso los mismos nombres que su padre les había dado (26:18b).
Además de los pozos de su padre, los siervos de Isaac cavaron otro pozo en el valle bajo: Cierta vez, cuando los siervos de Isaac estaban cavando en el valle, encontraron un manantial. Pero los pastores de Gerar discutieron acaloradamente con los pastores de Isaac, alegando que el agua era de ellos. Por eso Isaac llamó a ese pozo Pleito, porque habían peleado con él (26:19-20).
Descubrieron un manantial que les proporcionaría un suministro constante de agua corriente. Pero los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, y dijeron: El agua es nuestra. Este fue probablemente el argumento de que Yitzjak no tenía derecho a excavar nuevos pozos en su país. Así que él se lo dio a ellos y llamó al pozo Eseq, que significa la lucha o el Pozo de la Pelea, porque habían peleado con él (26:20). Toda esta contienda finalmente conduciría a la guerra continua entre los filisteos y el rey David (vea el comentario sobre La vida de David, Cn – David derrota a los filisteos).
Y abrieron otro pozo, y también riñeron por él, y llamó su nombre Sitna (26:21 BTX). Isaac se trasladó de nuevo al este lejos de Gerar y abrió otro pozo, pero los colonos filisteos también pelearon. Así que él les dio el segundo pozo y lo nombró Sitna, que es de la misma raíz que la palabra hebrea para Satanás, que significa oposición, acusación o pozo del odio. No obstante, Yitzjak se negó a defenderse.
Se apartó entonces de allí y abrió otro pozo, y por éste no riñeron. Y lo llamó Rehobot diciendo: EL SEÑOR nos ha hecho ensanchar, y fructificaremos en la tierra (26:22 BTX). Él siguió adelante mucho más lejos de allí, y cavó otro pozo, pero esta vez no hubo ninguna disputa. Los colonos filisteos, en su frustración, finalmente lo dejaron solo. Isaac consideró esto como una señal del favor de Dios y la llamó Rehobot, lo que significa un amplio lugar, o el Pozo de la amplia habitación, diciendo: Ahora ADONAI nos ha hecho ensanchar, y fructificaremos en la tierra. Yitz’chak luego dejó a algunos de sus rebaños y manadas bajo el cuidado de sus pastores, y él se fue más allá. El Señor iba con suavidad, pero con firmeza, llevando a Isaac de Berseba.
Debido a que estamos en paz con Dios, debemos ser constructores de paz; porque somos contados como justos, debemos vivir rectamente. Pero la paz es una calle de dos vías. No es posible que dos personas, o dos naciones, vivan en paz unos con otros si uno de ellos es persistentemente beligerante (atestiguado por el dilema de Israel con Palestina en la actualidad). Jesús fue pacífico hacia todos los hombres, pero no todos los hombres eran pacíficos hacia Él. Rabino Saulo aclara este principio: Busquen la paz con todos, y la santidad (Hebreos 12:14a). Somos responsables de nuestro lado del proceso de paz, pero no podemos usar la hostilidad de los otros, como una excusa para responder de esa forma a menos que, por supuesto, estén tratando de matarnos. Luego tenemos el derecho a defendernos (vea el comentario sobre Éxodo Dp – No matarás). En consecuencia, en circunstancias normales, tenemos la obligación de vivir en paz si los que nos rodean nos tratan pacíficamente.423 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9).
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