Debido a que su hermana Dina había sido profanada,
los hijos de Jacob respondieron con engaño
34: 8-17
Debido a que su hermana Dina había sido profanada, los hijos de Jacob respondieron con engaño ESCUDRIÑAR: ¿Por qué estuvo Jacob en silencio durante estas negociaciones? No se dice nada de él.
REFLEXIONAR: ¿Qué piensa Dios acerca del matrimonio con el cananeo en su comunidad (II Corintios 6:14-18)? ¿Por qué el fin no justifica los medios aquí?
La familia real de Siquem se acercó a los Hebreos con una propuesta. En primer lugar el rey Hamor tomó la palabra y dijo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija, os ruego se la deis por mujer. Hamor ofrece un estímulo a la familia de Jacob diciendo que este matrimonio sólo será el comienzo de una relación estrecha y próspera entre las personas de la familia de Siquem y de Jacob. El matrimonio entre Siquem y Dina, en otras palabras, será el primero con el derecho a emparentar. Hamor dijo: Emparentad con nosotros, dadnos vuestras hijas y tomad nuestras hijas para vosotros (34:8-9).
Habitad con nosotros, y la tierra estará delante de vosotros, morad y negociad en ella, y adquirid posesión en ella (34:10). Esta fue una oferta de ciudadanía a Jacob y su familia, algo que los nómadas de esta época no lo veian bien. Abraham e Isaac nunca recibieron tal oferta. En lo que a la tierra se refiere, Dios ya la había dado a Ya’akov, y no necesitaba que Hamor se la ofreciera a él. De todas formas no podía confiarse en Hamor; él dio una historia completamente diferente a su propio pueblo más tarde (34:23). Estaba mintiendo a Jacob y a sus hijos con el fin de adquirir, en última instancia, todo lo que tenían. Es evidente que nada bueno podría venir de esta propuesta.
Y dijo Siquem al padre de ella y a sus hermanos: Halle yo gracia ante vuestros ojos, y daré lo que me digáis (34:11). Siquem pidió a su padre hacer el contacto oficial con Ya’akov, porque habría estado fuera de lugar que Siquem fuera solo. Así que se fue con su padre y habló tan pronto como tuvo la oportunidad.524 Luego Siquem, que habría estado de pie en silencio junto a Hamor, al padre de ella y a sus hermanos: Halle yo gracia ante vuestros ojos, y daré lo que me digáis. Para un mal comienzo en su relación, Siquem ahora parece correcto. Pero no tiene sentido de remordimiento o arrepentimiento con respecto a la violación, ya que no ofreció ninguna disculpa. Parece como si él los esperara para darles la bienvenida con los brazos abiertos. Él estaba totalmente desorientado. Es como si esperase que los hermanos de Dina dijeran: “Sí, tu nos agradas. Todo lo que hiciste fue sólo violar a nuestra hermana. ¿Por qué debemos tener algo contra ti?”
Siquem continuó su desesperada apelación: Aumentad a cargo mío mucha dote y regalos, que yo daré cuanto me digáis, pero dadme la muchacha por mujer (34:12). Este era el pago que el marido daba a los padres por su hija. En el Cercano Oriente, el precio de la novia (dote) no es por la novia, sino para la novia. Normalmente, había una tarifa fijada por la comunidad, pero Siquem estaba dispuesto a ir mucho más allá de ella. A pesar de que la violación de una futura novia pudo haber sido la norma en la civilización cananea, el príncipe malcriado parecía pensar que podía comprar cualquier cosa: pero dadme la muchacha por mujer. Él estaba románticamente atraído por Dina, pero desde la perspectiva hebrea, iba por el camino equivocado. Él a ella ya la había deshonrado a cada paso.
Siquem debe haber asumido que estaba negociando desde una posición de fuerza. Después de haber violado a Dina, la mantuvo como rehén en su casa (35:26). Había mucho en juego. Es evidente que se trataba de una situación muy peligrosa para todos los involucrados. Pero Jacob estuvo completamente ausente de estas negociaciones. ¿Dónde estaba el líder espiritual de la familia?
Los hermanos tomaron la delantera en las negociaciones, lo que no era inusual en esa sociedad. Más temprano, Labán había tomado la delantera en las negociaciones por causa de Rebeca (24:50; 55-59). Pero en lugar de hacerse cargo de lo que era claramente una situación peligrosa, Ya’akov permitió a sus hijos negociar con la familia real de Siquem.525 Los hijos de Jacob respondieron con doblez (engaño) a Siquem y a Hamor su padre, pues había violado a su hermana Dina (34:13). Los hermanos tuvieron cuidado de no mostrar su pensamiento, y mientras caminaban juntos de regreso a sus campos desarrollaron un plan malvado.
No contentos con dejar el juicio de la ciudad a Dios, al igual que las ciudades de Sodoma y Gomorra, Simeón y Leví resolvieron tomar el asunto en sus propias manos. Ellos dijeron a los hombres de la ciudad: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a un hombre que tenga prepucio, porque es afrenta para nosotros para siempre. Sólo con esto os consentiremos: que lleguéis a ser como nosotros, circuncidando entre vosotros a todo varón (de la ciudad). Esa sería la condición para los matrimonios mixtos. Entonces os daremos nuestras hijas y tomaremos las vuestras, y habitaremos con vosotros y llegaremos a ser un pueblo. Esta demanda fue muy creíble porque en ese momento algunos paganos hicieron de la circuncisión una condición para el matrimonio. Pero si no aceptáis ser circuncidados, entonces tomaremos nuestra hija, y nos iremos (34:14-17).
A través de la unión con Dina, la familia real de Siquem quería hacer una oferta económica a los Hebreos que no pudieran rechazar. Pero no tenían ni idea de lo que se trataba, o de la magnitud del peligro que corrían. Las condiciones establecidas por los hijos de Jacob sonaban bastante justas y honestas, pero su propuesta destilaba alevosía. La verdadera intención de ellos era el asesinato.
Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.
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