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Mientras que José estaba en prisión
el SEÑOR estaba con él,
y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel
39: 19-23

Mientras que José estaba en prisión el SEÑOR estaba con él, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel ESCUDRIÑAR: ¿Tiene Potifar que comprar la historia de su mujer? Si es así, ¿por qué José no recibió la pena de muerte? ¿Cuál fue la base de la “buena suerte” de José en la cárcel? ¿Cuál fue el punto de inflexión allí? ¿En cuales cuatro maneras hicieron de José una prefigura de la vida de Cristo?

REFLEXIONAR: ¿Puede usted reflexionar sobre un momento en que mirando hacia atrás, se dio cuenta de que el Señor lo había protegido? ¿Cómo afecta eso su fe? José pudo haber convertido las heridas de su vida en amargura, pero en su lugar encontró la sanidad. ¿Qué hizo toda la diferencia para él y qué hace toda la diferencia para usted?

Ocurrió entonces que al oír su amo las palabras que su mujer le había hablado, diciendo: Así me ha tratado tu esclavo, se encendió su furor (39:19). Aunque parte de Potifar sospechaba que ella estaba mintiendo. Observe que no dice: se encendió su furor contra José. Potifar conocía a José y a su esposa demasiado bien como para realmente creer toda la historia que había oído. En Potifar probablemente se encendió su furor contra su esposa porque quizás esta no era la primera vez que sospechaba de algo como esto y porque se dio cuenta de que además iba a perder un esclavo de confianza. Pero más que nada, se dio cuenta de que iba a perder los servicios de alguien que había sido muy rentable para él. Sin embargo, por el bien de las apariencias, tenía que hacer algo.

34. Ni José ni Jesús dijeron una palabra para defenderse a sí mismos. En el capítulo 37 nos dimos cuenta de que la sumisión pasiva de José le hizo sufrir a él por sus hermanos sin corazón. Así que aquí, cuando es falsamente acusado por la esposa de Potifar, no dice ni una palabra de apelación, ni hay ninguna murmuración contra la cruel injusticia cometida contra él cuando estaba a punto de ser echado en la cárcel. Cuando se le odiaba, como nuestro Salvador, él no odiaba a las espaldas. Así nos recuerda lo que escribió el profeta Isaías: Siendo oprimido (aunque fue Él quien se humilló a sí mismo), No abrió su boca; Como cordero fue llevado al matadero, Y como la oveja enmudece ante sus trasquiladores, Así no abrió su boca (Isaías 53:7).

Si Potifar le hubiera creído a su esposa y estuviera realmente enojado con él, José habría sido ejecutado en el acto, sin cuestionamientos. Por el contrario, la prisión era un lugar para los presos políticos y difícilmente podría haberse esperado dar cabida a los esclavos extranjeros culpables de crímenes contra sus amos. Potifar estaba en una posición difícil. Él no podía ignorar la acusación de su esposa sin que ella y él mismo se sintieran humillados públicamente, incluso si fuera cierto que ella estaba mintiendo. La acción que tomó contra José decía mucho y era tan mínima como podría haber sido para seguir manteniendo el honor de la familia.604

Tomó su amo a José y lo echó en la cárcel donde estaban encerrados los presos del rey. Así fue a parar a la cárcel (39:20); (vea el comentario sobre la Vida de Solomon Af – Prisioneros por ADONAI). 35. Para guardar las apariencias, José y Jesús, fueron echados en la cárcel. Es evidente que Potifar no creía en la acusación de su esposa contra Yosef. Esta podría no haber sido la única vez en que el bajo carácter de ella se hizo evidente. Potifar probablemente había sospechado esto muchas veces antes. Además, si realmente le creyó, el jefe de los verdugos tendría que matar inmediatamente a su esclavo hebreo. ¡Cómo llama la atención el paralelo entre los actos de Potifar y los de Pilato! Él tampoco creía en la culpabilidad de nuestro Señor, dijo: Yo no hallo en él ningún delito (Juan 18:38). Él sabía del bajo carácter de los que acusaron al Salvador. Pero, como oficial del Imperio Romano había sido acusado de rebelarse contra César (Juan 19:12) entonces, ya sea por conveniencia política o por el bien de las apariencias, avanzó hacia el juicio sobre Él.

36. Ambos eran inocentes, Yosef y Yeshua sufrieron severamente a manos de los gentiles. No sólo era José envidiado y odiado por sus propios hermanos, y vendido por ellos a los gentiles, sino que también fue tratado injustamente por los gentiles e injustamente enviado a prisión. Inicialmente, afligieron sus pies con grilletes en hierro fue puesta su alma (Salmo 105:18). Pero Dios estaba con él y la respuesta de José a esta tortura ablandó el corazón del guardia de la prisión. Por lo tanto, Dios lo libró de todas sus tribulaciones (Hechos 7:9b-10a). Y Jesús también se vio seriamente afectado. Ahora bien, como Yeshúa iba a Jerusalén, tomó aparte a los doce, y en el camino les dijo: He aquí, subimos a Jerusalem, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los gentiles para que sea escarnecido, y azotado, y crucificado, pero al tercer día será resucitado (Mateo 20:17-19).

La vida de José había tocado fondo. Él se sentó en la oscuridad en grilletes, aplastado, en la hora más oscura de su vida, estaba viviendo un infierno. Después de diez años en un país extranjero se encontraba en prisión sin un amigo en el mundo. ¿Levantó los ojos a un Dios que no podía ver y gritó, “por qué”? Trató de ajustar los grilletes en sus pies para que no lo cortaran cuando caminaba y sintió el yugo de hierro alrededor de su cuello. La oscuridad ocultaba las lágrimas que corrían por su rostro, y él comenzó a revisar su vida. ¿Cómo pude llegar a este agujero negro? ¿Alguna vez se ha hecho esa pregunta? ¿Cómo he llegado a este lío? Años de dolor constante, años de un fracaso tras otro. Usted grita: “Dios, ¿dónde estás?”

En algún momento de su vida usted tendrá una experiencia similar a José en la cárcel. Si usted no ha estado allí, un día va a ir allí. Será el momento más oscuro en su vida. Puede ser el día que concluye su divorcio. Puede haber sido el día del entierro de su precioso niño. Puede ser el día en que su hija adolescente vino a usted con la noticia de que estaba embarazada. Puede haber sido el día en que su hijo fue enviado a prisión, para nunca volver a casa. Puede ser el día en que descubre que su cónyuge le está engañando a usted.

Ese día es necesario recordar que los campeones no se eligen entre las filas de los sin cicatrices. José murió con cicatrices en las piernas y en el cuello. Jesús murió con las cicatrices de Su flagelación y la cruz. Pablo tenía cicatrices en la espalda del látigo romano. Y en esta vida, usted tendrá cicatrices. Nadie llega al cielo sin cicatrices, ya que tendrá problemas en esta vida. Pero eso no quiere decir que Dios no le ama; esto significa que usted es un ser humano. Los problemas nos fortalecen, enseñan, y nos recuerdan que necesitamos Su ayuda. ADONAI nos dice: Clama a mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jeremías 33:3). Llame a Dios porque Él es YHVHSama (Ezequiel 48:35), o el SEÑOR que está allí. Él está allí en el pozo, está allí en la cárcel, está allí cuando ora, y está allí cuando se siente solo y olvidado. Es entonces cuando se oye un suave susurro diciendo: No te dejaré ni te desampararé (Hebreos 13:5b). El rey Salomón dijo: De lo profundo del sepulcro, oh YHVH, invoqué tu Nombre, Y oíste mi voz: ¡No cierres tu oído al clamor de mis suspiros! El día que te invoqué, te acercaste y dijiste: ¡No temas! (Lamentaciones 3:55-57).605 Y en su hora más oscura, José llamó a la Piedra de Israel (49:24c) y Dios estaba con él.

José pudo haber sido consumido por la forma en que había sido tratado, primero por sus hermanos, y luego por la esposa de Potifar. Él podría haber puesto mala cara. Las heridas podrían haber enconado su corazón hasta convertirlo en amargo. En lugar de ello, José encontró curación. Vio más allá de sus cicatrices y permitió que Dios lo bendijera y le prosperara.606 No se nos dice exactamente en qué momento José se dio cuenta de que Dios le había enviado por delante de su familia para guardarlos (45:5); pero para darle esperanza a él, pudo haber sucedido aquí, en su punto más bajo cuando estaba en la cárcel y humanamente hablando, no tenía ninguna posibilidad de liberación.

37. Tanto José como Jesús ganaron el respeto de sus carceleros, pero mientras Yosef fue echado a la cárcel, YHVH estaba con José, y le extendió su misericordia y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel (39:20b-21). E incluso el centurión romano, el que estaba a cargo de la crucifixión del Salvador dijo: ¡Realmente este hombre era justo! (Lucas 23:47).

El párrafo final (39:20b-23) crea una simetría perfecta para este capítulo. Cada frase coincide casi perfectamente con una frase correspondiente en el párrafo de apertura (39:1-6a). Una vez más, el narrador afirma: YHVH estaba con José mientras estaba en la cárcel, así como Él había estado con él en la casa de Potifar (39:2). Le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel, tal como con Potifar. El jefe de la cárcel puso a José a cargo de todo lo que ocurría allí, tal como Potifar había colocado a Yosef a cargo de toda su casa (39:4). Dios bendijo el trabajo de José e hizo que todo lo que hiciera prosperara en prisión, tal como lo Él lo había hecho antes, cuando José estaba en la casa de Potifar (39:5). Esta simetría ilustra que el SEÑOR estaba en control de cada aspecto de la vida de José.607

Pero YHVH estaba con José, y le extendió su misericordia y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel (39:21). Allí en la cárcel, ADONAI, el SEÑOR de la misericordia le extendió su misericordia. Misericordia o bondad en hebreo es hesed (ó kjésed) y lleva un significado muy complejo. Por lo general, significa la fidelidad y el amor firme en una relación. Pero también se refiere específicamente a la parte superior en la relación y a la protección ofrecida a la parte inferior,  (ver el comentario sobre Ruth Af – El concepto de Chesed).En otras palabras, el SEÑOR protegía a José. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel. Todo lo que hacían allí, él lo dirigía (39:22). El alcaide nunca haría eso si él fuera un rebelde con una mala actitud; confiaba totalmente en José.

El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera en su mano, porque YHVH estaba con él, y lo que él emprendía, YHVH lo hacía prosperar (39:23). Una vez más, no muy diferente de la casa de Potifar, la prisión fue bendecida por José y José fue bendecido por causa del SEÑOR. Corrie Ten Boom, autora y sobreviviente del infame campo de Concentración Ravensbrück, dijo una vez: “No hay foso lo suficientemente profundo de tal forma, que el amor de Dios no sea aún más profundo.”608 Yosef ciertamente habría estado de acuerdo con eso porque ADONAI era la fuente de su éxito. Pero, ¿fue Su voluntad que José estuviera en la cárcel? Bueno, era realmente necesario que él estuviera ahí, como veremos en el siguiente tema.

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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