Lh – Las normas del Gran Sanedrín respecto a los juicios

Las normas del Gran Sanedrín respecto a los juicios

(1) no se permitiría ningún arresto que se efectuara mediante soborno,

(2) no se realizarían diligencias penales después de la puesta del sol,

(3) A los miembros del Sanedrín no se les permitía participar en el arresto,

(4) no debía haber juicios antes del sacrificio de la mañana,

(5) no habría juicios secretos, sino sólo públicos,

(6) Los juicios del Sanedrín sólo podían llevarse a cabo en la sala de juicio del Templo,

(7) Primero hablaría la defensa y luego se haría la acusación,

(8) todos podrían argumentar a favor de la absolución, pero no todos podrían argumentar a favor de una condena,

(9) Debía haber dos o tres testigos y su testimonio tenía que coincidir en cada detalle para poder condenar,

(10) no se debía permitir que el acusado testificara en contra sí mismo,

(11) al Sumo Sacerdote se le prohibía rasgar sus vestiduras,

(12) Los cargos no podían provenir de los jueces, éstos sólo podían investigar los cargos o acusaciones,

(13) La acusación de blasfemia sólo era válida si pronunciaba el nombre de Dios mismo,

(14) una persona no puede ser condenada sobre la base de sus propias palabras,

(15) el veredicto no podía ser anunciado de noche, sino sólo durante el día,

(16) en los casos de pena capital, el juicio y el veredicto de culpabilidad no podrán tener lugar al mismo tiempo, sino que deberán estar separados por al menos veinticuatro horas,

(17) la votación a favor de la pena de muerte debía hacerse mediante recuento individual comenzando por los más jóvenes para que los mayores no influyeran en los jóvenes,

(18) una decisión unánime de culpabilidad demostraba la inocencia ya que era imposible que 71 hombres se pusieran de acuerdo sin conspirar,

(19) la sentencia sólo podrá ser pronunciada tres días después del veredicto de culpabilidad,

(20) los jueces debían ser amables y humanos,

(21) El condenado a muerte no debía ser azotado ni golpeado previamente (Tratado Sanhedrin). Por eso, a pesar de su opresión y aflicción, Jesús no luchó contra ellas, sino que se entregó voluntariamente a ellas. ¹⁵¹⁵