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La gente se convirtió en agricultores
arrendatarios en la tierra
que pertenecía al Faraón
47: 23-26

La gente se convirtió en agricultores arrendatarios en la tierra que pertenecía al Faraón ESCUDRIÑAR: Cuando los siete años de hambre llegaban a su fin, ¿cuál fue el plan de José para que el pueblo se auto sustentara a partir de entonces? ¿Era justo para Faraón? ¿Era justo para la gente? ¿Cuál fue la respuesta de la gente?

REFLEXIONAR: ¿Es usted una persona agradecida? ¿Está agradecido por el ochenta por ciento que el Señor le da en su vida, o le molesta el veinte por ciento al que tiene que renunciar? ¿De qué maneras ha salvado ADONAI su vida? ¿Cómo puede seguir buscando gracia ante los ojos del SEÑOR?

José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado a vosotros con vuestra tierra para Faraón. Ahí tenéis semilla para sembrar la tierra (47:23). Después que pasaron los siete años de hambre, José permitió que la gente regresara a la tierra. Sin embargo, no regresaron como dueños, sino como arrendatarios que trabajaban la tierra para Faraón.

En la cuarta etapa (vea KqJosé y la hambruna), el pueblo fue gravado con un impuesto. Cuando llegue la cosecha daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar el campo, para alimento vuestro, para los que están en vuestras casas y para alimento de vuestros pequeños (47:24). Ahora que Faraón poseía la mayor parte de la tierra, el plan era que cuando se cosechara la cosecha, la gente diera el veinte por ciento de ella a Faraón. Podían mantener el otro ochenta por ciento como semilla y como alimento. Su renta por la tierra, el veinte por ciento de la producción, era la más baja de lo común en el mundo antiguo. Esto fue un impuesto proporcional según la producción. Es muy probable que se hiciera un arreglo similar para aquellos que tenían otras ocupaciones que no fueran la agricultura, como los hermanos de José.

La gente no se quejó de estos términos. Ellos dijeron: ¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia a ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. Reconocían que estaban siendo tratados de manera justa y generosa y que realmente no podía haber otro plan que funcionara tan bien en esas circunstancias. Trabajarían la misma tierra que antes y vivirían en la misma casa. No tendrían gastos generales, sus vidas fueron salvadas de la muerte, y ellos mantuvieron el ochenta por ciento de lo que cosecharon. Su único deseo era seguir encontrando gracia a los ojos de Yosef. A pesar de las dificultades personales, estaban agradecidos por sus vidas y dispuestos a ser siervos del Faraón.737 Y José lo estableció por estatuto sobre la tierra de Egipto hasta este día (durante el tiempo de Moisés): Faraón recibe la quinta parte. Sólo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón (47:25-26).

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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