La superioridad del Mesías a Moisés
3: 1-6
Después de haber mostrado que el Mesías es mejor que los ángeles, el primer pilar del judaísmo de su época (1:4 a 2:18), el escritor ahora demuestra que Jesucristo es mejor que Moisés, el segundo pilar del judaísmo de su época (3:1-6). El trasfondo de esta sección es Números 12:5-8. El hermano y la hermana de Moisés desafiaron su autoridad y el SEÑOR intervino, y señaló la fidelidad de Moisés y su singularidad como un profeta con quien Él había hablado cara a cara. Después de Abraham, Moisés fue sin duda el hombre más admirado por el pueblo judío. Volver al sistema levítico significaba volver a Moisés, y los destinatarios de esta carta estaban muy cerca de hacer precisamente eso. Era de vital importancia que el escritor convenciera a sus lectores de que Yeshua el Mesías es mayor que Moisés.74
Moisés era extremadamente estimado por el pueblo judío. YHVH lo había protegido milagrosamente a él como bebé y personalmente proveyó para su entierro (vea el comentario sobre Judas, haga clic en el enlace Ao – Miguel disputó con el Diablo acerca del cuerpo de Moisés). Entre aquellos dos puntos de su vida, vemos milagro tras milagro tras milagro. Él fue el hombre con quien ADONAI hablaba cara a cara. Él había visto la gloria Shekinah de Dios, y, en realidad, incluso la Shekinah se había reflejado en su propio rostro por un breve tiempo. Y aconteció que cuando Moisés descendía del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio (las que estaban en mano de Moisés al bajar del monte), no advirtió Moisés que la tez de su rostro resplandecía por haber hablado con Él (Éxodo 34:29). Él fue aquel que sacó a Israel de Egipto. Como enfatiza el apóstol Pablo (rabino Saulo) en Romanos 2, los israelitas tenían una gran confianza en la Torá. Los israelitas vivían sus vidas según los 365 mandamientos y las 248 prohibiciones de la Torá, y para ellos Moisés y la Torá eran sinónimos. El Nuevo Pacto (Brit Hadashah) a menudo se refiere a los mandamientos y prohibiciones de YHVH como la Ley (Torá) de Moisés (Lucas 2:22, 24:44; Juan 7:23; Hechos 13:38, 15:5, 28:23; 1 Corintios 9:9; Hebreos 10:28). Moisés no solo trajo los Diez Mandamientos (vea el comentario sobre Éxodo Dh – Moisés y la Torá), sino que también escribió los cinco libros de Moisés (Bereshit o Génesis; Shemot o Éxodo; Vayikra o Levítico; Bamidbar o Números; y Devarim o Deuteronomio).
Dios habló a los profetas en visiones, pero con Moisés habló cara a cara. YHVH le habló a él en la zarza ardiente. Él habló desde el cielo y le dio los planes para el Tabernáculo y el Arca del Pacto. Él habló con él en el Monte Sinaí y escribió los mandamientos con un dedo de fuego. Moisés era, sobre todos los demás, un hombre de Dios.75
Debido a la gran importancia de Moisés y de llevar la Torá a los hijos de Israel, una comparación entre él y Jesús habría sido de gran importancia para la comunidad mesiánica de Hebreos.76 El contraste aquí, sin embargo, no es para denigrar a Moisés, sino para exaltar a Jesús. Tampoco lo hace el libro de Hebreos denigrando el TaNaJ; más bien se trata de exaltar el Brit Hadashah (Nuevo Pacto). Más que eso, en lugar de denigrar el acceso que Moisés tenía a Dios, Hebreos exalta el acceso que los creyentes ahora tienen a ADONAI. Y en lugar de denigrar la fidelidad de Moisés como siervo de Dios, Hebreos exalta la fidelidad de Yeshua como Siervo sufriente de Dios (Isaías 52:13 a 53:12). Y Moisés, en verdad fue fiel sobre toda la Casa como siervo, para testimonio de las cosas que se habían de decir, pero el Mesías, como Hijo sobre su Casa, la cual casa somos nosotros, si nos aferramos a la confianza y a gloriarnos en la esperanza (3:5-6). La intimidad de Moisés con la Torá, su acceso cara a cara a Ha’Shem, y su posición como un fiel siervo en toda la casa de Dios, todo apunta a Aquel que sería mayor en todas estas áreas.77
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