y dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen
y semejanza
1: 24-31

y dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza ESCUDRIÑAR: ¿Qué pasó en el sexto día de la creación? ¿Cómo el sexto día llenó el tercer día? ¿Qué dos acciones se toman en ese día? ¿Cuáles son las tres categorías de seres vivos? ¿Por qué el pronombre plural, nosotros, es significativo en 1:26a? ¿Cuál es la relación de la humanidad con respecto a: los peces del mar y las aves de los cielos, las bestias en toda la tierra y todo animal que se arrastra sobre la tierra (1:26c parafraseado)? ¿Cuáles son las implicaciones de Dios creándonos, a su imagen, varón y mujer (1:27)? ¿Cuál fue el pacto de Dios con Adán? ¿Cuál es la evaluación del SEÑOR y cuál Su expresión de Divina satisfacción, diferente en el sexto día de todos los demás?

REFLEXIONAR: ¿Qué significa para usted ser creado a imagen de Dios? El hecho de conocer esto, lo ayuda a sentirse mejor consigo mismo? ¿Por qué si o por qué no? ¿Cómo afectaría esto tu relación con Elohim y con otras personas? ¿Cómo Génesis 1 nos equipa para contradecir las creencias mundanas en nuestra cultura? Usando las ideas de Génesis 1, ¿cómo contrarrestar el agnosticismo que cree sólo en los asuntos del alma, porque el cuerpo humano y las cosas materiales son decadentes o no espirituales? ¿Cómo contrarrestar el ateísmo que cree que somos el producto de un accidente casual? ¿Cómo contrarrestar la adivinación del horóscopo diario, al creer que la posición del sol, la luna y las estrellas ordenan nuestra personalidad y el destino?

Como hemos dicho antes, hay simetría en este primer capítulo de Génesis. Los primeros tres días son días de formación, y los últimos tres días son días de llenado. Por lo tanto, el sexto día llena el tercer día de la creación de la misma manera los días cuatro y cinco llenan los días uno y dos respectivamente. En el primer día Dios creó la luz; en el cuarto día creó el sol, la luna y las estrellas. En el segundo día separó el mar del cielo; en el quinto día llenó el mar con peces y el cielo con las aves. Y ahora en el sexto día Él llena la tierra que Él creó en el tercer día, de criaturas vivientes. Hubo dos acciones en el tercer día y hay dos acciones en el sexto día, que es el punto culminante de la actividad creadora de Elohim donde Él incluyó la humanidad. Y aunque el hombre fue la última criatura mencionada en el relato de la creación, no evolucionó; sino que fue creado.

Y dijo Dios: marca el inicio de un sexto día.

Produzca la tierra seres vivientes, o almas (néfesh) según su especie (1:24a). Todos estos seres vivos fueron creados de la tierra, lo que significa que sus cuerpos se componen de los mismos elementos que la tierra. Ahora ADONAI formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo (2:19). Cuando mueren vuelven a la tierra. Este es el caso de la humanidad, así pues Adán fue formado del polvo de la tierra (2:7). Y cuando morimos, “nuestro polvo” también vuelve a la tierra.

El cumplimiento: Y sucedió así (1:24b), porque el SEÑOR habló a existencia.

La primera acción: Dios creó tres categorías de seres vivos. Al igual que las estrellas, las criaturas marinas y aves, la variedad de lo que ADONAI creó fue increíble. Él creó: (1) los animales silvestres según sus especies, (2) el ganado según sus especies, y (3) todas las criaturas que se arrastran por la tierra según sus especies (1:25a). Una vez más, la Biblia es absolutamente clara que estos seres vivientes no evolucionaron de formas de vida inferiores, pero si fueron todas creadas al mismo tiempo. Dios hizo a cada categoría según su especie. Esta frase aparece un total de diez veces en el primer capítulo del Génesis, y pone de relieve, en repetidas ocasiones, las limitaciones puestas por el Señor a las variaciones de cada especie. El código genético incorporado en cada forma de vida mantiene las características de esa especie. Se descarta la generación espontánea, y se descarta la macro evolución. Aquí tanto la Escritura como la ciencia están de acuerdo en contra de la teoría de la evolución (vea más en https://creation.com/spanish/).34

La evaluación: Y Dios consideró que esto era bueno (1:25b) porque Él lo había hecho.

La segunda acción: Hagamos (naaseh) al hombre (1:26a). La palabra hombre (adám) es un término general que significa la humanidad. Hay un cambio de “haya” a “hagamos”. Este cambio apunta al hecho de que algo muy importante va a ocurrir. El pronombre plural, nosotros, es significativo porque apunta a una pluralidad en la Deidad. Esto no prueba la Trinidad, sino que abre claramente la puerta a la pluralidad en la Deidad, además de la palabra Elohim. Los judíos no creen en la Trinidad, y han tenido siempre dificultades al tratar de explicar que significa este versículo.

Debido a esta dificultad, no es de extrañar que la teología judía tenga dos interpretaciones como las más populares de este pasaje. En primer lugar, algunos rabinos enseñan que se refiere a Dios y a los ángeles. Ellos creen que esto nos enseña la humildad de Elohim, porque el hombre fue hecho a semejanza de los ángeles. Primero les consultó a los ángeles, a pesar de que esto podría ser mal interpretado en el sentido de que Él hizo al hombre con su ayuda. Por lo que las Escrituras enseñan que lo que nos informa que el mayor siempre deben consultar y recibir el permiso del menor. En segundo lugar, otros rabinos enseñan que el plural denota (a dos) el Señor y a la tierra, ya que el cuerpo del hombre vendría de la tierra y su espíritu (alma) de Dios.

Pero no se refiere a los ángeles porque no hay ángeles en el contexto, ni puede referirse a la tierra, porque sólo Dios hizo la obra de la creación. La expresión: Hagamos no es una consulta, ya que si Elohim lo hubiera consultado con alguien más que la Divinidad, lo habría dicho en I Reyes 22:19-23.

En el sexto día de la creación , estamos viendo inesperadamente detrás de la escena en el consejo secreto de Elohim, en el que escuchamos una conversación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ya que elaboran planes para crear al hombre y la mujer: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (1:26b). Casi se puede sentir la emoción. Este es uno de varios pasajes que indican que estamos hechos a imagen de Dios (II Corintios 4:4, Filipenses 2:6, Colosenses 1:15, Hebreos 1:3). La raíz de la frase a nuestra imagen (betzalmeinu) es tsélem, que hace referencia a una imagen original o talla. La misma palabra se usa en Éxodo 20:4 para hablar de los ídolos tallados. La palabra imagen debe ser entendida principalmente aquí en un sentido espiritual, incluyendo cualidades como el conocimiento (Colosenses 3:10), justicia y santidad (Efesios 4:24). La raíz de la frase conforme a nuestra semejanza (kidmuteinu) es demút y se refiere a un modelo o una copia. Porque estamos hechos a la semejanza de Dios, cada uno de nosotros es digno de honor y respeto. Al igual que una moneda puede tener una estampa con la semejanza de un rey que representa su autoridad, todos nosotros estamos estampadas con la imagen de Dios. Nosotros, los que somos creyentes debemos ser conformes a la imagen del Mesías (Romanos 8:29), y algún día seremos como Él (Primera Juan 3:2).

Todos nosotros hemos sido formados por Dios. La próxima vez que usted esté listo para encontrar fallas en usted o en los demás, recuerde que todo lo que Elohim hizo es agradable para Él, incluido usted.

Esta relación que Dios tiene con el hombre es totalmente .única y personal, a diferencia de cualquier otra. Es una relación diferente con la de la luz, el agua, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, los planetas, y ni siquiera con los otros seres vivientes que Él creo. Sí, Dios llamó a todas estas a la existencia, pero nunca hay una sugerencia de una relación personal entre Dios y esas entidades. Pero con el hombre es diferente. El salmista se pregunta: Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y de honra (Salmo 8:4-5).

Hasta este punto, todo lo que había sucedido sólo sentó las bases para lo que sucedería al final del sexto día. La humanidad ha sido y es la pieza central de la creación de Dios. Sabemos esto porque todo lo demás se extingue, excepto el hombre (Marcos 13:24-25, Apocalipsis 13:24-25; II Pedro 3:10). Elohim nos creó para glorificarlo y gozarnos con Él para siempre. Y cuando todo lo demás se haya ido, eso es exactamente lo que vamos a hacer. En otras palabras, la creación es como una obra que se está exponiendo en un teatro. El personaje principal es el hombre. Incluso el propio Hijo de Dios se convierte en un hombre. La trama gira en torno a la gracia de Dios, la misericordia y la compasión que se vierten sobre los que Él ha creado a su imagen y semejanza. Pero después del último acto, el teatro se quema completamente y no queda más que nuestra relación con Elohim. De hecho, ya que este último acto de la creación es tan importante, todo el capítulo 2 está dedicado a ampliar sobre él. La mayor parte de la Escritura se ha dedicado a la creación de la humanidad más que a cualquier otro aspecto de la creación.

PETA (ver Ntd) no será muy feliz por esto, pero la Biblia declara: Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre el suelo (1:26c). Los rabinos enseñan que cuando el hombre es digno, reina sobre el reino animal; pero cuando él no es digno, desciende por debajo de su nivel y los animales gobiernan sobre él.

El cumplimiento: Así Adonai O’saynu, el Señor nuestro Hacedor creó (bara) al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creó (bara), varón y hembra los creó (bara) a ellos (Mateo 19:4, Marcos 10:6). Dios creó a Adán y Eva para que llevaran Su imagen – el ser como Él. Este es el punto de partida para una definición de lo que significa ser un hombre o una mujer. Portador de Su imagen. Como creyentes, esta es la única manera de descubrir lo que realmente somos y descubrir nuestro propósito en Cristo (Efesios 1:1-9). Y esto es accesible a todos.

Este puede ser uno de los más bellos versos de la Biblia (1:27). Esta es la tercera vez que nos encontramos con la palabra bara, que significa crear de la nada. Es notable que tres veces se dice que Dios creó (bara) al hombre a Su propia imagen. Cristo es la imagen de Dios (Hebreos 1:3, Colosenses 1:15; II Corintios 4:4). Por lo tanto, no parece excesivo llegar a la conclusión de que Dios creó al hombre a la imagen del cuerpo que Él iba a tomar un día. En este sentido, parece que el hombre fue creado a imagen de Dios el Hijo. Los rabinos enseñan que el hombre fue creado último para que no se sintiera orgulloso. En el estado del hombre antes de la Caída, fue posse non peccare, lo que significa que él fue capaz de no pecar. También fue posse peccare; lo que significa que él era capaz de pecar. Pero después de la caída, el hombre fue non posse no peccare, que significa que no era capaz de no pecar.

La bendición: y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla” (1:28a). ADONAI, puso un signo de exclamación al lado de Su elección de hombre y mujer. Y los bendijo antes de la presentación de su misión global. Eran una alianza bendecida. Dios estaba forjando una poderosa unión para afrontar los retos que enfrentarían juntos. En ningún lugar la imagen de Dios brilla más brillante que cuando los hombres y las mujeres le sirven juntos a Él.

El Pacto con Adán se ve en 1:28-30. Se presenta en dos partes, la primera parte está aquí y la segunda parte está en 2:15-17. El Pacto se hace entre el Señor y Adán, y Adán se erige como el representante de toda la raza humana. Esto será especialmente importante cuando se llega a la caída del hombre en el capítulo 3. Moisés menciona cuatro disposiciones específicas del presente Pacto. En primer lugar, el hombre ha de poblar la tierra. Los niños constituyen uno de los grandes dones de Dios para nosotros (Salmo 127:3-5). En segundo lugar, el hombre tiene autoridad sobre la tierra y tenía dominio.

La tercera disposición es la autoridad para gobernar sobre el reino animal. Dios dijo al hombre: dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo (1:28b). Esto tiene que ver con la administración en lugar de la explotación de la tierra o su contaminación. A continuación, al más complejo de todos los seres vivientes que Dios había hecho, se le mandó a gobernar sobre todo el resto. El primer ejercicio de esta autoridad se verá en el próximo capítulo, cuando Adán nombra a los animales.

La cuarta disposición es la dieta humana. Lo que Elohim crea Él preserva. A lo que Él da vida Él provee. El hombre tiene comida en la semilla y plantas frutales. Los animales y las aves han de tener plantas para comer.35 Entonces Dios dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento (1:29). Tanto el hombre como los animales eran vegetarianos porque la muerte física no podía venir hasta después de la Caída del hombre. Y a toda bestia de la tierra y todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra – todo lo que tiene el aliento de vida en él – doy la hierba verde como alimento (1:30). Esto comienza la dispensación de la inocencia (haga clic en el enlace y vea ApLas dispensaciones de Dios).

La evaluación y la expresión de la satisfacción divina: Dios miró todo lo que había hecho, y era muy bueno (1,31). Todo lo que es muy bueno, tiene al Señor en su origen: Todo don bueno y perfecto viene de lo alto, que desciende del Padre de las luces (Santiago 1:7). Todos los días eran buenos, pero la palabra muy se agrega para subrayar la singularidad del sexto día. El adverbio “muy” se añade para denotar que la perfección de la creación total superó la de sus partes separadas. Se podría encontrar una analogía en un artista que, tras completar su obra maestra, da un paso atrás y contempla su obra con deleite, en detalle y en su totalidad se ha convertido en una perfecta obra de sus manos. A juicio de Dios, todo en el universo era muy bueno. No había lucha por la supervivencia, ni enfermedad, ni contaminación, ni terremotos, ni inundaciones, ni desorden, ni pecado, y lo más importante, sin la muerte. Eso vendría más tarde, después de la caída.

La numeración de cada día: Y vino la noche y llegó la mañana: ese fue el sexto día. Hay tres aspectos únicos de este día. En primer lugar, Dios dijo que era muy bueno, en comparación con los días anteriores que eran buenos. En segundo lugar, es la primera vez que añade el artículo definido por lo que no es un día, pero si el sexto día. Al parecer, cada uno de los días anteriores, no era más que uno de los días de la serie de los días de la creación, mientras que este fue el último día de la secuencia, el día fijado para la finalización de la tarea. Y en tercer lugar, ese día se trata con mayor detalle que el resto de los días.

Los rabinos enseñan que el artículo definido se agrega aquí para enseñar que toda la creación dependía del sexto día, es decir, el sexto parte de Sivan (que es el nombre de un mes judío), cuando Israel aceptó la Torá. Como Israel la había rechazado, el universo habría sido arrojada de vuelta a su estado original de ser desordenada y vacía (1:1).

Cuando Dios el Espíritu Santo inspiró al autor humano Moisés a escribir sobre estos primeros seis días de la creación, Él no nos dio muchos detalles. Como resultado, nuestra fe se pone a prueba y nos encontramos de vuelta con la verdad más importante en Hebreos 11:3 que dice: Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. El origen del universo ha sido un problema de larga data para filósofos y científicos. Si ellos no pueden entenderlo lógicamente con la mente humana, no quieren ser parte de eso. El intento de explicar el universo, o de nuestro propio ser y la naturaleza, por fuera de Elohim es el esfuerzo de un tonto. Pero el creyente insiste en que toda verdad es la verdad del Señor revelada en Su Palabra. La fe comprende lo que la mente natural del hombre, sin importar lo brillante que sea, no puede comprender. Grandes verdades de Dios se descubren simplemente por fe.36

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