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Requisitos para el Gran Sumo Sacerdote
5: 1-4

Requisitos para el Gran Sumo Sacerdote ESCUDRIÑAR: ¿Qué requisitos tiene un pastor o rabino mesiánico? ¿Es meramente educación o hay mucho más? ¿Qué cualidades busca usted? ¿Alguna vez faltan estas cualidades? Ya que él también está sujeto a la debilidad ¿Cómo le ayudan sus defectos a tratar con amabilidad a su congregación cuando se extravían? ¿Cómo se compara el rol de un pastor con el de Yeshua en cuanto a como es cada uno es seleccionado? ¿Cómo se relaciona cada uno con los pecadores?

REFLEXIONAR: ¿Pone usted a su pastor o rabino mesiánico en un pedestal? ¿Espera la perfección o puede permitir las imperfecciones humanas? ¿Qué expectativas tiene de la esposa de su líder espiritual? ¿Puede ella ser una persona normal en la congregación o tiene que liderar los ministerios de mujeres y tocar el teclado? ¿Y los hijos de ellos? ¿Puede su aureola deslizarse de vez en cuando, o ellos tienen que ser perfectos?

El corazón del libro de Hebreos, en los Capítulos 5 al 9, se enfoca en el gran sumo sacerdocio de Jesús (Yeshua el Mesías). Su sacerdocio superior, más que cualquier otra cosa, hace que el sumo sacerdocio de Cristo sea mejor que el sumo sacerdocio levítico. Jesús ha hecho lo que todos los sumos sacerdotes juntos en la Dispensación de la Torá no hicieron y nunca pudieron haber hecho (vea el comentario sobre Éxodo Da – La Dispensación de la Torá).

Los sacerdotes en el TaNaJ fueron constructores de puentes para YHVH. No podían entrar directamente a la presencia de Ha’Shem, y por lo tanto, Dios designó a ciertos hombres para ser ujieres, por así decirlo, para traer a la humanidad a Su presencia. El camino a ADONAI se abría solo cuando los sacerdotes ofrecían sacrificios, día tras día, año tras año, presentando la sangre de los animales al SEÑOR. Los sacerdotes eran los mediadores del Santo.

Pero con el sacrificio de Jesucristo en la cruz, terminó la necesidad del templo y del sacerdocio levítico. Ya no se necesitaba un sumo sacerdote como los que sucedieron a Aarón. Yeshua fue el Gran Sumo Sacerdote y sacrificio, y proporcionó a la humanidad una apertura eterna a la presencia de YHVH. Después de Su crucifixión, la cortina del Templo se rasgó en dos, exponiendo el Lugar Santísimo a cualquiera que llegue a Dios a través de Su Hijo (vea el comentario sobre La vida de Cristo Lw – Señales que acompañan a la muerte de Jesús). En un único sacrificio perfecto, el Cordero de Dios logró lo que millones y millones de sacrificios ofrecidos por una multitud de sacerdotes nunca lograron. Él abrió permanentemente el camino a ADONAI, para que la humanidad, en cualquier momento por la fe en Cristo, pudiera entrar en la presencia de Dios.127

Los hebreos, sin embargo, no estaban familiarizados con la idea de que el Mesías fuera un Sumo Sacerdote. Jesús no había venido de la orden de Aarón; Su sacerdocio era del Orden de Melquisedec. Mientras estuvo en la tierra, Cristo no funcionó como sacerdote en el templo de Jerusalén. Él no ejerció ningún deber sacerdotal y, por tanto, contradijo toda la concepción judía del sacerdocio. El escritor tiene la necesidad de explicar con más detalle acerca de este nuevo Sacerdote a quien algunos estaban en peligro de rechazar.128

No cualquiera podía servir a la comunidad israelita como sacerdote ordinario, y mucho menos como sumo sacerdote. Una de las primeras preguntas que haría un judío mesiánico cuando se le dijera que Yeshua ocupaba el puesto de Sumo Sacerdote sería esta: ¿Está Él calificado? El escritor de Hebreos responde a esa pregunta recordando a sus lectores que un sumo sacerdote necesitaba cuatro requisitos.

El Sumo Sacerdote debe ser humano: Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que concierne a Dios para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados (5:1). En hebreo sumo sacerdote es Cohen Rosh Gadol.

En primer lugar, para que un Cohen Rosh Gadol actúe en nombre de los hombres, debe ser tomado de entre los hombres. YHVH no escogió a los ángeles para que fueran sacerdotes. Los ángeles no tienen la misma naturaleza que los hombres, no pueden comprender verdaderamente a los hombres y no tienen una comunicación abierta con los hombres. Solo un hombre puede estar sujeto a las tentaciones de los hombres, puede experimentar el sufrimiento como los hombres y, por lo tanto, ser capaz de ministrar a los hombres de una manera comprensiva y misericordiosa. Esto, por supuesto, fue completamente claro y aceptable para los judíos. Su problema estaba en la encarnación: el hecho de que Dios se hizo hombre.

En la Dispensación de la Torá, incluso después de los pactos con Abraham y con Moisés, Ha’Shem era inaccesible. En la Caída, Dios expulsó a Adán y Eva del jardín y la humanidad ya no tuvo acceso a la presencia del Señor (Génesis 3:24). En el desierto, se le dijo al pueblo que no se acercara demasiado al Sinaí, donde ADONAI eligió revelarse a Moisés al dar el pacto de la Torá. En el Tabernáculo y en el Templo, YHVH estaba detrás de un velo y solo se podía acceder a través del sumo sacerdote.

Mediante el envío de Su Hijo, Jesucristo, Dios ya no se mantiene a Sí mismo distante y separado de la humanidad. Él entró en el mundo humano y sintió todo lo que la humanidad alguna vez sentirá para poder ser un Sumo Sacerdote compasivo, misericordioso y fiel. Si Dios no se hubiera hecho hombre, nunca podría haber sido un sumo sacerdote, un mediador o un intercesor. Él nunca podría haber ofrecido el sacrificio perfecto y absoluto por los pecados de Su pueblo, que la justicia divina requería. Por lo tanto, el hecho de que el Mesías tomara carne humana y naciera en este mundo como un hombre no era una opción; era una necesidad absoluta si queríamos ser salvados.129

El Sumo Sacerdote debe presenta ofrendas y sacrificios por los pecados (5:1b). En segundo lugar, el sumo sacerdote debe funcionar en un orden sacerdotal que ofrezca ofrendas y sacrificios por los pecados. La palabra sacrificios refiere a las ofrendas de sangre, mientras que la palabra ofrendas se refiere a la ofrenda de cereal que se usa con los sacrificios. La ofrenda de grano fue la única ofrenda sin sangre dada por medio de Moisés en la Torá (vea el comentario sobre Éxodo Ff – La ofrenda de grano). Fue un acto voluntario de adoración y devoción, en reconocimiento de la bondad de Dios y Sus provisiones. Las ofrendas por el pecado, sin embargo, eran para el perdón temporal o para cubrir los pecados. Estas no podían quitar la naturaleza pecaminosa de una persona, sino que eran hechas para cubrir pecados particulares (vea el comentario sobre Éxodo Fb – Las cinco ofrendas del tabernáculo: Cristo, nuestra ofrenda de sacrificio). En consecuencia, esos sacrificios debían repetirse continuamente… día tras día y año tras año. Todo sacerdote necesitaba funcionar en algún tipo de orden sacerdotal: el hermano de Moisés funcionó en el Orden de Aarón y Yeshua funcionó en el Orden de Melquisedec. Por lo tanto, el Mesías era un Sumo Sacerdote superior al sacerdocio de Aarón, y ministró dentro de un pacto superior (vea BlYeshua sacerdote según el orden de Melquisedec; y vea BnLa Superioridad del Nuevo Pacto).

El Sumo Sacerdote debe ser compasivo y comprensivo: pudiendo ser indulgente con los que son ignorantes y extraviados, puesto que él mismo está sujeto a debilidades… (5:2). Indulgente deriva del griego metriopatheo, que significa tratar con compasión, con apacibilidad o moderación, ser tierno en el juicio de los errores ajenos. En tercer lugar, debido a que el sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, puede tener compasión de sus compañeros pecadores, ya que él mismo es un pecador. Esta es la ventaja de su humanidad. Metriopatheo, entonces, habla de un estado de sentimiento hacia el ignorante y el pecador que no es ni demasiado severo ni demasiado tolerante. El sumo sacerdote debe tener cuidado de no irritarse por el pecado y la ignorancia. Pero también debe tener cuidado de no volverse débilmente indulgente.

Además, debido a esta debilidad, debe ofrecer sacrificios por los pecados, tanto por el pueblo como por sí mismo (5:3), vea Ntd 1. La palabra griega debilidad, astheneia, significa carencia de fortaleza e implica debilidad moral que hace que el hombre sea capaz de pecar. En otras palabras, tener una naturaleza totalmente caída. Ofrecer sacrificios era el trabajo principal del sacerdote. Pero como él mismo tenía una naturaleza totalmente caída, tenía que hacer sacrificios por sí mismo y por el pueblo. Esta fue una de las desventajas del sacerdote humano en la tierra. Por un lado, podía ser compasivo porque se daba cuenta de que él mismo tenía la enfermedad del pecado, pero, por otro lado, primero tenía que hacer sacrificio por su propio pecado. Él tenía que obtener la pureza. Entonces, mientras que el sacerdote Levítico terrenal tenía una naturaleza pecaminosa y tenía que obtener pureza, el Sumo Sacerdote Celestial no tenía pecado y, por lo tanto, siempre tuvo pureza.

El Sumo Sacerdote debe ser designado por Dios: Y ninguno toma para sí el honor, sino el que, como Aarón, es llamado por Dios (5:4), (vea Éxodo 28; Números 16:1-40; Primera de Samuel 16:1-3). Y, por último, un verdadero sacerdote no podía ser cualquier hombre. Él debía ser designado por Dios, porque él tenía que representar al hombre ante Dios. Cuando se estableció por primera vez el sacerdocio, Aarón fue señalado por YHVH en Éxodo 16:33 para ser sacerdote. Aarón fue llamado oficialmente al sacerdocio en Éxodo 28:1 cuando Dios dijo: De entre los hijos de Israel harás que se presente delante de ti Aarón tu hermano, y sus hijos con él, para que Aarón, y Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón, sean mis sacerdotes. Más tarde fue reconfirmado en este oficio (Números 17:8). Ha’Shem rechazó a cualquiera que intentara ser sacerdote sin el nombramiento de Dios. Por ejemplo, Coré encabezó una rebelión contra Aarón y El SEÑOR lo mató haciendo que la tierra se lo tragara (Números 16:31-35). El rey Saúl intentó tomar el papel de un sacerdote y realizar su propio sacrificio, ya que no quería esperar que llegara Samuel, esto llevó a Dios a rechazar a Saúl como rey y que la unción fuera para David (Primera de Samuel 13:8-14). Cuando el rey Uzías trató de quemar el incienso, que no tenía derecho a quemar porque no era sacerdote, YHVH lo hirió con lepra (2 Crónicas 26:16-23). En consecuencia, negativamente, ninguno toma para sí el honor (5:4a), pero positivamente, Dios debe llamar a un sacerdote, y el ejemplo que da el escritor es, tal como lo fue Aarón.130

Ntd 1: Note el verbo en tiempo presente en 5:3

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