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Antioquía de Siria durante la época de Pablo

Durante la dinastía Seléucida, numerosas ciudades a lo largo de Eretz (la Tierra de) Israel, Siria y Pisidia, fueron nombradas en honor a Antíoco. Seleuco Nicator fundó Antioquía en la ribera del rio Orontes en el 300 aC, nombrándola en honor a su padre, donde esta sirvió como capital seléucida. Rápidamente se convirtió en una ciudad de importancia y en el 165 aC ya era la tercera ciudad más grande después de Roma y Alejandría. Los eruditos modernos estiman su población en el primer siglo en alrededor de 100.000 habitantes. Tras la reorganización de toda la región por parte de Pompeyo, se convirtió en una ciudad libre en el 64 aC, sirviendo como sede de la administración de la provincia romana de Siria. Su posición a orillas del río Orontes favoreció su crecimiento como centro comercial, pasando por la ciudad los productos de Siria, en su camino hacia otros países mediterráneos. Ampliada y adornada por Augusto y Tiberio, Herodes el Grande contribuyó a la gloria de la ciudad al pavimentar su calle principal con mármol y revestirla a ambos lados con columnatas de mármol. Se llamaba Antioquía la grande, Antioquía la Hermosa y la Reina de Oriente.

Los judíos se habían asentado en Antioquía de Siria desde su fundación, siendo incluidos entre los colonos militares que establecieron la ciudad. De acuerdo con la importancia política de la ciudad, su comunidad judía se clasificó en su estatus junto a Alejandría y Roma. El crecimiento de la población judía, presumiblemente, fue estimulado por las ventajas materiales que ofrecía la ciudad, así como por sus atractivos de un importante centro urbano. Muchos judíos parecen haber emigrado de Israel, y los judíos de la propia Siria también tendieron a congregarse en la capital, junto con inmigrantes de Babilonia y otras partes del Imperio Parto.56

La anexión de Eretz (la Tierra de) Israel por parte de los seléucidas alrededor del año 200 aC, intensificó los contratos entre Antioquía y Jerusalén. Los representantes judíos eran visitantes frecuentes en la capital seléucida y Onías III, aparentemente, buscó refugio de sus oponentes en el famoso templo de Apolo en Dafne cerca de Antioquía (Segunda Macabeos 4:33). El libro de los Hechos da testimonio del tráfico entre Antioquía y Jerusalén, así como del carácter cosmopolita de ambas, señalando: en aquellos días unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía (Hechos 11:27) y Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo (LBLA Hechos 13:1). 54

La persecución dispersó a los primeros creyentes helenos a la ciudad de Antioquía. La moderna Antioquia, que se convirtió en la iglesia local de las misiones a los gentiles, tenía una escuela de teología y se convirtió en el hogar de la iglesia de los “padres de la iglesia católica”, Ignacio y Juan Crisóstomo. Es allí donde vemos el primer evangelismo generalizado a los gentiles. Como resultado, Antioquía de Siria se convirtió en el centro del cristianismo gentil, así como Jerusalén se había convertido en el centro de la Comunidad Mesiánica. Al principio, la ciudad se convirtió en una de las principales bases de la Iglesia (vea el comentario de Hechos Bj – La Iglesia en Antioquía de Siria). Y fue en Antioquía de Siria donde sucedió que se reunieron con la iglesia aun por un año entero, y enseñaron a una multitud considerable, y los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26b). Esto puede aclarar cómo la iglesia en Antioquía pudo enviar ayuda de socorro a los creyentes judíos en Jerusalén (vea AuDespués de 14 años, Pablo subió a Jerusalén y llevó consigo a Tito y Bernabé).

Antioquía estaba formada por una mayoría siria de habla griega, con una gran minoría judía y probablemente, más de una docena de sinagogas. Pero, era una ciudad importante de adoración pagana. Su diosa patrona era Tique, pero al ser politeístas, también rendían culto a Astoret (o Astarté), lo que implicaba festivales inmorales y rituales de prostitución. A solo 8 kilómetros de distancia estaba la ciudad de Dafne, que era el centro del culto de Apolo y Artemisa, y se destacaba por su Templo buscador de placeres. Antioquía de Siria era una ciudad tan malvada que tal vez solo fue eclipsada en su depravación por Corinto. Era tan corrupta moralmente que el escritor griego Juvenal escribió en su sátira que “las aguas residuales del rio sirio Orontes desembocaban en el río Tíber”. Estaba describiendo la degradación de Roma, pero culpó a Antioquía.55

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