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Sean misericordiosos con los que vacilan,
arrebaten a otros del fuego,
a otros muestren compasión con temor
Judas 22-23

Sean misericordiosos con los que vacilan, arrebaten a otros del fuego, a otros muestren compasión con temor. ESCUDRIÑAR: ¿Cuál es el deber de un creyente con el escéptico que duda y que simplemente está coqueteando con la falsa enseñanza? ¿Y cuál es el deber con aquél que está chamuscado con el mal? ¿Cómo evita sucumbir el rescatador ante el mismo peligro que los que juegan con fuego?

REFLEXIONAR: ¿Qué sucede en su familia personal o su familia extendida, en el trabajo, en su comunidad o incluso en su propia iglesia o sinagoga mesiánica, que estaría dentro del rango del sermón de acusación de Judas? ¿Cómo se siente al dar testimonio a tales como estos? ¿Es una opción, o es una responsabilidad?

Tened misericordia con algunos que vacilan; a otros salvad, arrebatándolos del fuego; de otros tened compasión, con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne (Judas 22-23).

Los que aman al Dios de Abraham, Isaac y Jacob tienen el deber vinculante de salvar y no de destruir incluso a los peores apóstatas, a los que están más equivocados y a aquellos cuyas creencias son más peligrosas. Nuestro objetivo no debe ser desterrarlos de las congregaciones de Dios, sino volverlos a tener en comunión con nosotros. En un sentido real, cuando el poder de recuperar a los perdidos desaparece de la Iglesia, deja de ser la Iglesia.118 Judas utiliza la terna trece para clasificar el ministerio a tres categorías de personas no creyentes que, desde la perspectiva del creyente, son una amenaza y un campo misionero. Ellos son los confundidos, los convencidos y los comprometidos.

Primero, para los confundidos, Judas dice: Tened misericordia con algunos que vacilan o dudan (Judas 22). Hay quienes están coqueteando con la falsedad. Obviamente están confundidos y atraídos por el error doctrinal de los falsos maestros, pero están dudando. No han perdido su enseñanza básica, pero se les debe mostrar su error mientras aún hay tiempo. Porque, en efecto, es imposible que los que una vez fueron iluminados… sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando otra vez para sí mismos al Hijo de Dios, habiéndolo expuesto a la ignominia pública (Hebreos 6:4a-6). La palabra traducida una vez es literalmente una vez por todas, lo que significa que nunca fue necesario repetirla. Mientras esos Hebreos escuchaban el evangelio, una vez fueron iluminados por el Espíritu Santo para que lo entendieran claramente. Ellos probaron el don celestial (Hebreos 6:4b) del Mesías (Segunda a Corintios 9:15) y la salvación que Él trajo (Efesios 2:8). Este gran regalo, sin embargo, no fue recibido. La degustación no es comer. El Ruaj HaKodesh nos dará un sabor, pero Él no nos hará comer.

Estos incrédulos llegaron a ser partícipes del Espíritu Santo (Hebreos 6:4c). La palabra griega para ser partícipes es metocos y tiene que ver con asociación, no posesión. Estos judíos nunca poseyeron el Espíritu Santo, simplemente estaban alrededor cuando Él estaba cerca. Esta palabra se usa para los compañeros de pesca en Lucas 5:7, y de Cristo en relación con los ángeles en Hebreos 1:9. Tiene que ver con compartir la actividad en común. En el contexto de Hebreos 6:4, se refiere a cualquiera que haya estado donde el Espíritu ha estado ministrando.119 Ellos compartieron el ministerio con el Ruaj HaKodesh en la medida en que una persona no salva puede hacerlo, es decir, que voluntariamente recibieron la verdad del evangelio, lo que debió haberlos llevado a la fe. Pero estaban confundidos y en peligro de volver la espalda al Espíritu Santo y regresar a los sacrificios inútiles del Templo. El Espíritu los había llevado al borde del arrepentimiento. Se dieron cuenta y reconocieron su pecado. Estaban convencidos intelectualmente, pero tenían que pasar de la línea del conocimiento a la fe.120

Como los lobos vestidos de ovejas, estos apóstatas se aprovechan de los débiles (Segunda a Timoteo 3:6), que son indecisos, inseguros y se ahogan en la duda (Santiago 1:6-8; Salmos 73:13-16, 77:7-9). De hecho, eso fue exactamente lo que sucedió tanto en Corinto (Segunda a Corintios 11:3) como en Galacia (Gálatas 3:1-5). Y todavía sucede hoy. Atrapados en la red del engaño, algunos se encuentran completamente confundidos, inseguros de lo que es verdad y de lo que no lo es. Aquellos que son fuertes deben mostrar misericordia a los que están vacilando entre la verdad y el error (Efesios 4:14), el compromiso y el no compromiso (Hebreos 3:7 a 4:13, 6:1-12). Para llegar a ellos, Judas nos llama a ser misericordiosos, mostrando amabilidad, compasión y interés hacia aquellos que vacilan o dudan. Pero mostrar misericordia no significa ignorar la gravedad de su pecado. Debemos amar al pecador arrepentido y odiar el pecado.

Esos hebreos habían permitido que el Espíritu Santo los llevara al lugar del arrepentimiento. Ahora, si ellos se cayeran y rechazaran la fe mediante la cual podrían apoderarse de su Salvador y regresaran a los sacrificios inútiles del TaNaJ, sería imposible regresarlos para arrepentimiento nuevamente (Hebreos 6:6a). Por lo tanto, hoy, debemos mostrar misericordia, hablando claramente con mansedumbre y paciencia, siendo diligentes en presentar la verdad de la Buena Nueva a los confundidos para que ellos no se pierdan.121

Segundo, a los convencidos, Judas declara: arrebata a otros del fuego y sálvalos (Judas 23a). Este segundo grupo de incrédulos ha progresado más allá de dudar, confundir y plantear preguntas. Ya no se trata simplemente de mostrar misericordia; toma un enfoque más directo y se convierte en la difícil tarea de rescatar a quienes ya están convencidos de las falsas doctrinas.

Arrebata es la traducción de la palabra griega arpazo, y es la misma palabra que se usa para mostrar a los creyentes que son arrebatados fuera de este mundo en el arrebatamiento (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Apocalipsis ByEl Arrebamiento de la Iglesia). Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en el Mesías resucitarán primero. Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados (de la Vulgata latina: rapturo, o del griego: arpazo) simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (Primera a Tesalonicenses 4:16-17). Arpazo puede traducirse, llevado por la fuerza, arrebatar del peligro, o agarrar y llevar rápidamente.

Sin duda, Judas estaba pensando en las imágenes de los profetas. Os destruí como ’Elohim destruyó a Sodoma y a Gomorra, Y fuisteis como un tizón salvado del fuego, Pero no os volvisteis a mí, dice YHVH (Amós 4:11). Debido a la negativa de esas ciudades malvadas a arrepentirse, ADONAI finalmente destruyó algunas de sus ciudades con la misma devastación que Él había causado a Sodoma y Gomorra. La destrucción por un asedio militar había sido tan profunda, que ciertas ciudades habían dejado de existir. Todo el reino del norte de Isra’el había estado peligrosamente cerca de la destrucción, apenas escapando como un tizón salvado del fuego.

En su cuarta visión, Zacarías vio la limpieza y la coronación de Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote de la restauración que regresó con Zorobabel de Babilonia. Luego, Dios el Padre le mostró al profeta Josué de pie ante el Ángel del SEÑOR (Cristo pre-encarnado), con Satanás estaba a su mano derecha para acusarlo y a la nación que representaba. Después me mostró al sumo sacerdote Josué, colocado delante del ángel de YHVH, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarlo. Pero dijo YHVH a Satanás: ¡YHVH te reprenda, Satanás! YHVH, que ha escogido a Jerusalem, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego? (Zacarías 3:1-2a). El Ángel del SEÑOR procedió a absolver a Josué, no porque las acusaciones de Satanás fueran falsas, sino debido a Su amor bondadoso y a la elección de Su pueblo, Israel. La elección de Dios de Jerusalén, no específicamente Josué, fue la base de la reprensión.122 Y luego Él le dijo a Satanás: “¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?” (Zacarías 3:2b)? Él dijo esto porque los judíos fueron arrebatados del fuego de la cautividad babilónica para llevar a cabo el futuro propósito de Dios para ellos.

Aun cuando Judas escribió su carta, parecía conocer a algunos que ya habían sido atraídos por la llama de los apóstatas. Los imaginó como si estuvieran chamuscados por el mismísimo fuego del infierno, una imagen premonitoria de la eterna agonía que un día los vencerá si continúan abrazando las falsas enseñanzas. Como en la parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13:42), los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el crujido de los dientes.

La única forma de rescatar a esas personas es destruir completamente sus falsas ideologías antes de que sea demasiado tarde. Solo el poder de ADONAI puede hacer esto (Segunda a Corintios 10:3-5). Yeshua dio forma a este principio durante Su ministerio terrenal. A aquellos que estaban confundidos, inseguros y llenos de dudas, Él presentó pacientemente el evangelio (Juan 4:10-26, 6:26-59). Pero, para aquellos que se habían convencido a sí mismos de que el error era verdad, como los escribas, los fariseos y sus seguidores, Él les recordó sin rodeos la realidad de su verdadera condición espiritual (Mateo 12:1-37, 15: 1-14; Lucas 11:37-54; Juan 8:12-59). Por lo tanto, al igual que los creyentes van a ser arrebatados de la ira de la Gran Tribulación por el rapto de la Iglesia (Primera a Tesalonicenses 5:9), los incrédulos deben ser arrebatados del fuego del infierno.123

En humildad y fe debemos estar dispuestos a ser usados ​​por Dios para arrebatarlos del fuego. ADONAI sigue siendo la fuente última de salvación (Salmo 3:8; Jonás 2:9; Juan 1:12-13, 3:6-8; Efesios 2:8), pero Él nos usa para alcanzar a los pecadores (Hechos 2:37-41, 4:1-4, 8:26-38, 13:46-48; 16:13-14). Santiago escribió: Hermanos míos, si alguno entre vosotros se extravía de la verdad, y alguno lo hace volver, sepa que el que haga volver a un pecador del extravío de su camino, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados (Santiago 5:19).

En tercer lugar, a los comprometidos, Judas pronuncia: de otros tened compasión, con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne (Judas 23b). Hay por quienes debemos orar y temer al mismo tiempo, estos son los devotos de la falsa enseñanza. Aquí, Judas está pensando en algo que siempre es cierto. Hay peligro para el pecador, pero también hay peligro para el creyente rescatador. Cualquier persona que quiera curar una enfermedad infecciosa corre el riesgo de infección. Judas nos dice que debemos aborrecer aun la ropa contaminada por su carne. Es casi seguro que él estaba pensando en las regulaciones de Levítico 13:47-52, donde se nos dice que la ropa que llevaba una persona con lepra tenía que quemarse.124

Antes de que podamos rescatar a otros, nuestra propia fe debe ser fuerte. Nuestros pies deben estar firmes en la tierra seca antes de poder lanzar un salvavidas a alguien que probablemente será arrastrado. Si mostramos verdadero temor piadoso al tratar con personas cuyo pecado podría contaminarnos, debemos evitar su forma de pecado como la plaga. Dice esquívalo, no pases por él, Desvíate de él, pasa de largo (Proverbios 4:15) por temor a que nos encontremos infectados. Sin embargo, debemos ser tan misericordiosos y compasivos como podamos ser, en vista de lo que la Biblia ordena, y el Ruaj Ha Kodesh nos permite hacer.

Sin embargo, cuando las congregaciones de Dios no tratan adecuadamente la contaminación espiritual que los falsos maestros pueden propagar, los resultados pueden ser devastadores. Por ejemplo, el Señor le dijo a la iglesia en Sardis… sé tus obras, que tienes reputación de que vives, pero estás muerto (Apocalipsis 3:1a-b). La enfermedad espiritual en este cuerpo no era obvia para el observador externo. De hecho, era conocido por sus buenas obras. Tenían una reputación de estar vivos, pero estaban espiritualmente muertos. Dispersas como algunas flores en el desierto, había algunas personas en Sardis que se habían mantenido leales a Cristo (Apocalipsis 4:1). Los demás se comprometieron con la apostasía, que los separó de Dios y mató a la iglesia.

La supervivencia espiritual y la prosperidad de aquellos que aman a Jesús, especialmente en tiempos de apostasía en crecimiento, requieren la mayor perseverancia y cuidado. Debemos estar a la defensiva: recordando lo que enseñan las Escrituras acerca de la presencia de falsos maestros. Y también debemos ser proactivos: practicando diligentemente las disciplinas del estudio de la Biblia, la oración y la obediencia mientras esperamos el regreso del Mesías. Debemos recordar la advertencia del apóstol Pablo (Saulo): Os ruego, hermanos, que pongáis atención a los que causan disensiones y tropiezos contra la doctrina que vosotros aprendisteis, y apartaos de ellos. Porque los tales no sirven al Mesías nuestro Señor, sino a su propio vientre, y con palabras suaves y lisonjas seducen los corazones de los ingenuos (Romanos 16:17-18).125