Dios El Señor hizo ropa de pieles
para Adán y su esposa
3: 20-24

Dios El Señor hizo ropa de pieles para Adán y su esposa ESCUDRIÑAR: ¿Cuál era el sentido de Adán al nombrar a su esposa Eva? ¿Qué indican las vestiduras de piel? ¿Por qué Dios sacó a Adán y Eva del Jardín? ¿Cómo Él proporciona un camino alternativo de regreso?

REFLEXIONAR: ¿Está usando hojas de higuera cosidas por usted, o las prendas de piel de Dios en un área determinada de su vida? Si es así, ¿por qué tiene miedo de dar ese aspecto de su vida al Señor? ¿Cuándo fue la última vez que Elohim lo expulsó para su propia protección?

La fe de Adán y la provisión de Dios se ven en estos versículos. Elohim los salvaría y se aseguraría de que no iban a vivir para siempre en ese estado.73 Sería fácil ver la caída de Adán como un final amargamente decepcionante para la historia de la creación. Es destruida la perfección de la gloriosa creación de Dios. Ha caído la humanidad, creada a su imagen. La muerte y la decadencia ya infectaron toda la vida. En estos versículos, Adán y Eva son expulsados ​​del paraíso y enviados a un mundo maldito por el hostil pecado. Pero esto no es solo el triste final de la historia de la creación; sino también es el glorioso comienzo de la historia redentora. Génesis 3 contiene la primera promesa de un Redentor, y el resto de la Biblia está dedicada a contar la antigua historia de cómo Dios, por ese Libertador, en última instancia, redime a la humanidad caída y al resto de la creación, del estado de maldición en la que el pecado de Adán había sumido al mundo y a todos en el mundo.74

En primer lugar, Dios proveyó los medios para sostener la vida física (3:20). La fe de Adán se ve en el nombramiento de su mujer Eva (v. 20a). Antes de la caída, ella fue simplemente llamada mujer (2:23), pero ahora se llamará Kjavvá que significa vida (o dadora de vida). El hecho de que Adán la llamo vida muestra su fe en la Simiente prometida en 3:15.

Ella sería la madre de todos los vivientes (v. 20b). Una vez más tenemos un juego de palabras entre su nombre hebreo, Kjavvá, y la madre de todos los vivientes. Esto demuestra que el hebreo era el idioma original. Kjavvá viene de la raíz hebrea kjavá, que significa vivir. Y la palabra hebrea para vivir aquí es kjai, de nuevo de la misma raíz de la palabra kjavá, para vivir. A pesar de que la muerte física es la consecuencia de la violación de Adán de su pacto con Dios, la mujer sostiene la vida a través de su maternidad. Así Eva, Kjavvá, produciría la vida, kjai. Hoy en día, hay un grupo de biólogos moleculares que apoyan el concepto de lo que se llama “Eva mitocondrial”. Esta es la creencia de que todos los humanos modernos descienden de una sola mujer. Es interesante que todos heredamos el complemento habitual de ADN (nuclear ADN) de nuestros padres y madres, pero sólo se hereda el ADN mitocondrial (ADNmit) de nuestras madres. La Biblia no es un libro de ciencia per se, pero cuando uno se acerca con mente abierta, sí se confirman muchos de los hechos respaldados por la investigaciones científicas imparciales. Eso no debería ser una gran sorpresa, porque Dios es el Autor de las Escrituras y el universo.

En segundo lugar, Dios proveyó gracia en el contexto del juicio (3:21). Dios rechazó sus hojas de higuera (3:7) y sacrificó un animal para ofrecer ropa de piel. La misma palabra se usa en 27:16 para pieles de cabritos. Por primera vez, Adán y Eva vieron lo que significaba la muerte física. Cuando ellos fueron testigos de la muerte del animal, se dieron cuenta de que lo mismo les sucedería con el tiempo a ellos. Este es el comienzo del sistema de sacrificios en Levítico. Más tarde, los sacrificios de animales serían esenciales para la provisión de Dios de un antídoto temporal contra la maldición, una vida pagando por otra vida. Ezequiel dice que todo el que peque merece la muerte (Ezequiel 18:20; Romanos 6:23). Sin embargo, el que pone su fe en Elohim vivirá, porque Él ha provisto un Sustituto (22:1-19). Los rabinos tienen una leyenda sobre las ropa de pieles. Ellos enseñan que Adán se las dio a Caín. Y cuando Caín fue asesinado, pasaron a ser propiedad de Nimrod. Esaú la tomó de Nimrod y Jacob finalmente las llevaba en el momento de la bendición de Isaac (27:1-40).

Y Dios los vistió. Físicamente, Él vistió su desnudez, y espiritualmente cubrió su pecado. Elohim mismo proporcionaría una cobertura por el derramamiento de sangre inocente. Este es el comienzo de la revelación progresiva. Se señala el hecho de que debía ser hecha la expiación. La sangre tenía que ser derramada para perdonar sus pecados. Más luz se derrama sobre este tema en la Nuevo Pacto, donde aprendemos que sin derramamiento de sangre no hay perdón de los pecados (Hebreos 9:22b). Hay cuatro grandes lecciones aquí. En primer lugar, la humanidad debe tener la cobertura adecuada para acercarse a Elohim. No se puede llegar a Él en base a buenas obras. Usted debe ir tal como es: un pecador. En segundo lugar, las hojas de higuera son inaceptables. Dios no toma una vestidura hecha por el hombre. En tercer lugar, Dios mismo debe proporcionar la vestidura o cobertura. En cuarto lugar, una vestidura aceptable sólo se puede obtener a través de la muerte del Señor Jesús Cristo.75 Los vestidos de pieles que Dios les dio, continuamente les recuerdan Su disposición. Del mismo modo, Dios el Padre algún día aceptó el sacrificio de Cristo, y sobre esa base, Dios el Padre por gracia viste a los que creen en la justicia de su Hijo (Romanos 3:21-26).

En tercer lugar, Dios proveyó un camino alternativo de regreso al paraíso (3:22-24). Como un Padre amoroso, Dios sabe lo que es mejor para sus hijos, incluso en Su disciplina. Él ya tenía un plan para restaurar el paraíso (Apocalipsis 2:7). Por lo tanto, Elohim no pone una barricada aquí, sino que mantiene abierto un camino de vida para Adán y Eva. Pero ahora el camino de la vida no es a través del árbol de la vida, si no a través de un sacrificio.

Entonces el Señor Dios dijo: El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal (versículo 22a). Note cómo Elohim hace a Adán responsable. Eva ni siquiera se menciona, sin embargo, el hombre es juzgado. Porque aunque él conocía el bien, fue incapaz de hacerlo, y conociendo lo malo, no pudo resistir (Romanos 7:18-19). Antes de la caída, el hombre sólo conocía la bondad de Dios, pero ahora conocía el mal que experimentó al rechazar su Palabra. Así que su deseo de ser como Dios, conocedores del bien y del mal (3:4b), lo dejó con algo mucho menor que Elohim. Esto en cuanto a la divinidad. Él quería ser como Dios, ¡y terminó como el polvo! ¿No es igual a Satanás? Lleno de promesas, vacio de cumplimiento.

No vaya a ser que extienda su mano y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre físicamente (3:22b). Una vez más, Dios está pensando en beneficios a largo plazo para Adán. Si fuera capaz de comer del árbol de la vida, Adán viviría para siempre en un estado de eterno pecado. Sería como un zombi espiritual, en un continuo caminar por la tierra, pero nunca disfrutando de la comunión con Elohim. No habría habido ninguna posibilidad de redención. Sólo la salvación de Dios en Cristo le permitiría el acceso al árbol de la vida otra vez. Jesús dijo: Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios (Apocalipsis 2:7, 22:2 y 14). Por lo tanto, era por su propio bien que se le expulsa del jardín.

Entonces el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. Así Adán comenzó su doloroso trabajo porque consideró personalmente responsable: al hombre: Y dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre. Entonces Dios el SEÑOR expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho (3:22-23). No se hace mención de Eva en absoluto, sin embargo, ambos eran igualmente culpables del pecado (haga clic en el enlace y vea Bf Tu deseo será para tu marido, y él te dominará).

Y después de expulsarlo colocó en el lado oriente del huerto de Edén querubines (3:24a). Hay aquí por lo menos dos querubines porque la palabra esta en plural. También había dos querubines sobre el propiciatorio en el tabernáculo en el desierto (vea el comentario sobre el Éxodo Fs – El propiciatorio en el Lugar Santísimo: Cristo en el Trono de la Gracia), y más tarde en el Templo de Jerusalén. El propósito de los querubines sobre el propiciatorio era simbolizar el trono de Dios. Ellos protegen y vigilan el camino a Su presencia.

Y una espada ardiente que se movía por todos lados, la gloria Shekinah, o la presencia visible de Dios mismo, se colocó allí para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida (3:24b). El hombre había pecado y Dios, en Su juicio, tenía que sacar al hombre y a la mujer fuera del jardín. Pero fue por misericordia y no por castigo que los echó, ¡no olvidemos eso! Para estar de nuevo bajo las condiciones adecuadas se necesitaría un sacrificio inocente, un sustituto de sangre.

Por lo tanto, después de la Caída (3:6), Adán y Eva pronto tenían un sentimiento de culpa (3:8). Luego siguió un sentimiento de condenación (3:17). Después de todo llegaron a la realidad de la separación (3:24). Era imposible para ellos permanecer en el jardín, y en un estado de comunión con Dios. El pecado y el paraíso no se mezclan. Así que Dios expulsó al hombre y a la mujer. La separación de Elohim es siempre el resultado del pecado. El profeta Isaías dijo: Tus pecados te han separado de su Dios (Isaías 59:2). Por lo tanto, la consecuencia triple de culpa, condenación y separación se apilaron en el hombre a causa de su pecado. ¿Hay alguna esperanza?

Mirando hacia el Nuevo Pacto, el rabino Saúlo (Pablo) contesta a la triple consecuencia con tres preguntas retóricas. A la pregunta: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? (Romanos 8:33) la respuesta es la siguiente, ¡no hay culpa! A la pregunta: ¿Quién los condena? (Romanos 8:34) la respuesta es, ¡no hay condenación! Y a la pregunta: ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? (Romanos 8:35), la respuesta es, no hay separación!76 Esta es sin duda una buena noticia para todos los que están en Cristo (Efesios 1:3-14).

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