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El nuevo sacerdocio es inmutable
7: 20-22

El nuevo sacerdocio es inmutable ESCUDRIÑAR: ¿Qué es lo que dijo el Ruaj Ha-Kodesh acerca del Mesías que nunca dijo de Aarón? ¿Qué tipo de transacción está a la vista cuando Dios hace un juramento? ¿Por qué Dios tuvo que hacer un juramento por Sí mismo (Hebreos 6:13)? Cuando Dios hace un juramento en relación con una promesa, ¿con qué está siempre conectado? ¿Por qué el pacto hecho mediante Jesús fue mucho mejor que el anterior? ¿Para qué sirvió Judá como garantía? ¿Qué significa la palabra griega enguos? ¿Cómo sirve el Mesías como enguos del Padre?

REFLEXIONAR: Si comenzara usted a vivir su vida más consciente de la realidad de que tiene a Cristo de su lado, sentado a la diestra del Padre intercediendo por usted (Romanos 8:34), ¿cuáles podrían ser algunas de las formas en que su vida sería cambiada? Hemos visto que cuando Dios hace un juramento, tiene que ver con cosas eternas. Aunque nuestras promesas no pueden ser eternas, podemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que se cumplan las promesas que hemos hecho. ¿Cómo le va en ese sentido (Eclesiastés 5:4-5)? ¿Ha sido negligente en cumplir sus promesas a sus amigos, a sus colegas de trabajo o en el hogar? Si está casado, ¿cuán fiel ha sido con respecto a sus votos matrimoniales? Comprometámonos a ser hombres y mujeres íntegros, conocidos por la confiabilidad de nuestras palabras, para que podamos reflejar el carácter perfecto de Aquel que nunca rompe una promesa.

Ha’Shem no le juró a Aarón que su sacerdocio duraría para siempre. De hecho, YHVH nunca sugirió, a Aarón ni a nadie más, que el sacerdocio sería perpetuo. Pero ese pensamiento nunca entró en la mente de los judíos, porque el Brit Hadashah era un misterio para ellos (Efesios 5:32), y no podían imaginar que terminaría. De hecho, los justos del TaNaJ creían que cuando llegara el Mesías, el Reino Mesiánico comenzaría de inmediato. Además, Dios nunca hizo un juramento cuando se estableció el sacerdocio levítico (vea el comentario sobre Éxodo Fv – La selección de Aarón y sus hijos como sacerdotes). Y por cuanto no fue sin juramento, porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes, pero Éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre (Hebreos 7:20-21 citando el Salmo 110:4, al que el escritor se refiere aquí por cuarta vez en la carta: 5:6, 6:20, 7:17).” Y para hacer el punto más enfático, David dijo en el salmo: y no se arrepentirá. El hecho de que Dios haya hecho un juramento prueba que el nuevo sacerdocio del Orden de Melquisedec será eterno, permanente e inmutable. En hebreo sacerdotes es cohanim y sacerdote cohen.

Ni David (en el salmo 110) ni el escritor de Hebreos sugieren que el juramento de Dios fuera más confiable o válido que Su mera palabra. Es más bien que, cuando Él hace compromisos eternos, Él ha elegido hacerlo con un juramento. El juramento no representa una mayor veracidad, pero pone el énfasis en la permanencia de lo que Él ha dicho. Por ejemplo, cuando Dios hizo Su pacto con Abraham, Él lo hizo con un juramento (Génesis 22:16-18; Hebreos 6:13). Esta promesa fue incondicional y eterna. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más plenamente a los herederos de la promesa lo inmutable de su plan, interpuso juramento (6:17). ADONAI quería que Abraham, y eventualmente todo Israel, y todo el resto del mundo, supieran que Su promesa era permanente. Fue a través de Abraham que el Mesías vendría, y, como resultado, la bendición que cada creyente experimentaría por toda la eternidad es un cumplimiento permanente del pacto con Abraham.

El sacerdocio de Jesús (Yeshua) también se basa en un juramento de YHVH y, por lo tanto, se demuestra que es eterno o inmutable. De igual manera Jesús ha sido constituido garante de un mejor pacto (7:22). La palabra garante en griego es enguos. Siempre que Ha’Shem hace un juramento en relación con una promesa, está conectado con el Mesías, quien es el cumplimiento eterno de todas las promesas de Dios. Por qué el Nuevo Pacto es un mejor pacto que el hecho con Moisés en el Sinaí, se explica con mayor detalle más adelante en el libro (vea Bo – Prueba de la superioridad del Nuevo Pacto). El Nuevo Pacto que ADONAI hizo con Yeshua es mejor que el primer pacto en el Sinaí porque el pacto en el desierto fue solo temporal y el Nuevo Pacto es eterno (vea el comentario sobre Jeremías Eo – He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá).

No debe haber confusión; la Torá sigue siendo importante para nuestras vidas. En mi opinión es el corazón del Sermón del Monte cuando el Señor dijo: No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir (Mateo 5:17). Estas palabras deben entenderse en su contexto. Yeshua todavía está vivo hoy y la Torá todavía está vigente, no para la salvación, sino para una vida piadosa. Todos los creyentes, judíos o gentiles, deben amar la Torá. ¡Cuán bienaventurado es el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni se detuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado! Sino que en la Ley de YHVH está su delicia, Y en su Ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, Que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita, Y todo lo que hace prosperará (Salmo 1:1-3, 19:8, 40:9). Unos veinticinco años después del comienzo de la Comunidad Mesiánica en Shavuot (vea el comentario sobre Hechos Al – El Ruaj HaKodesh viene en Pentecostes) había millares entre los judíos que habían creído, pero todos eran celosos de la ley (o Tora) (Hechos 21:20b LBLA). Ellos no habían perdido su condición judía cuando llegaron a creer en Yeshua como Su Mesías. Fueron salvados por gracia, y creyeron que los principios de la Torá eran un modelo para vivir.

Hay una hermosa ilustración de garantía que se encuentra en Génesis. Los hijos de Jacob se estaban preparando para regresar a Egipto por segunda vez para conseguir grano para sus familias hambrientas, cuando Judá le recordó a su padre que el gobernante egipcio (quien, sin saberlo, era José) les dijo que no podían esperar obtener más grano, a menos que trajeran a su hermano menor, Benjamín, con ellos a Egipto. Pero solo después de que Judá se ofreció a ser el seguro de Benjamín, Jacob aceptó a regañadientes. Yo salgo fiador por él, a mí mismo me pedirás cuentas de él. Si no te lo devuelvo y te lo pongo delante, seré culpable ante ti todos los días (Génesis 43:9). Después de que los hermanos obtuvieron su grano de José, los soldados egipcios los detuvieron en el camino a casa y los registraron. José tenía un plan, no estaba seguro de poder confiar en sus hermanos. De modo que había plantado un tazón de plata en el costal de grano de Benjamín, por el cual podía ser enviado a prisión. La prueba fue para ver si los hermanos abandonarían a Benjamín como una vez abandonaron a José. Entonces fueron llevados de regreso a José en Egipto. Consternado por lo que había sucedido y apesadumbrado por lo que le haría a su padre la pérdida de Benjamín, Judá se ofreció nuevamente a ser una garantía para su hermano. Después de una larga explicación a José de su preocupación, Judá dijo: Y ahora, te ruego que tu siervo quede en lugar del joven por esclavo de mi señor, y el joven suba con sus hermanos (Génesis 44:33). Judá estaba dispuesto a hacer todo lo posible para cumplir la promesa hecha a su padre de que Benjamín regresaría sano y salvo a casa. Esto ilustra la idea de Cristo como la garantía del Nuevo Pacto.184

Yeshua es el mediador del Brit Hadashah (Primera de Timoteo 2:5), y nos ha proporcionado la vida eterna (vea el comentario sobre La vida de Cristo Ms – La seguridad eterna del creyente). Sin embargo, Él hace más que mediar en el Nuevo Pacto… Él lo garantiza. Porque todas las promesas de Dios en el Brit Hadashah están garantizadas por Jesús mismo y el Ruaj Ha-Kodesh nos ha sido dado (vea el comentario sobre La vida de Cristo Bw – Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe). Y el que nos confirma con vosotros en el Mesías y el que nos ungió, es Dios; quien también nos selló y nos dio como garantía al Espíritu en nuestros corazones (Segunda Corintios 1:21-22); fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido, que es arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión, para alabanza de su gloria (Efesios 1:13b-14). Por lo tanto, Yeshua garantiza el cumplimiento del Nuevo Pacto.

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