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El perdón demanda sangre
9: 15-22

El perdón demanda sangre ESCUDRIÑAR: ¿Cómo fue salva la gente durante la Dispensación de la Torá? Describa el propósito de los sacrificios de animales. ¿Qué dos cosas declaró Dios acerca de Su carácter cuando envió al Mesías para ser el rescate por el pecado? ¿Qué tan atrás en el tiempo fue efectivo el sacrificio superior de Yeshua? ¿Qué es necesario para que un testamento sea efectivo? ¿Qué tuvo que pasar para que Cristo liberara Su herencia a Sus coherederos? ¿Cómo muestra el escritor de Hebreos que el derramamiento de sangre en el Brit Hadashah no era inusual y era de esperarse? ¿Qué identificó Jesús como la señal de confirmación del Nuevo Pacto la noche antes de Su muerte?

REFLEXIONAR: ¿De qué manera la mediación de Cristo es como un rescate por su alma? ¿Era usted un rehén? ¿Rehén de qué? ¿Cuál es el precio del rescate? ¿Los que vivieron y murieron antes de Jesús de alguna manera también están cubiertos por este rescate (vea Romanos 3:25)? ¿Cómo es la muerte del Mesías como un buen testamento hecho para usted? ¿Cuál es su herencia? ¿Qué pone en vigor el testamento? ¿Por qué el énfasis en la sangre derramada? ¿Para qué? ¿Qué tan extensa es la aplicación? ¿Qué tan efectiva?

Hay tres resultados del sacrificio del Mesías. El segundo resultado de Su sacrificio es la ratificación de un Nuevo Pacto. En el Capítulo ocho, el autor afirma que el Nuevo Sacerdocio se basa en un mejor pacto (haga clic y vea el enlace BmUn Mejor Pacto). Ahora él mostrará cómo se firmó ese pacto.

¡Cuánto más (que los sacrificios levíticos) la sangre Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de las obras muertas para servir al Dios vivo! (9:14 LBLA) siendo estas cosas verdaderas. Primero, el Mesías es el mediador de un Nuevo Pacto (Hebreos 9:15 citando a Jeremías 31:31). Un mediador es el que interviene entre dos personas ya sea para hacer la paz y la amistad o para ratificar un pacto; en este caso, ratificando el Nuevo Pacto se ve en contraste con el Primer Pacto (el Pacto Mosaico). Si bien el Pacto Mosaico pudo señalar 613 transgresiones, nunca pudo traer la herencia de la bendición prometida del perdón completo de los pecados y la vida eterna. Es por eso que un Nuevo Pacto era necesario…y Él es el mediador de este Pacto.

En segundo lugar, la muerte de Jesús pagó el rescate por la redención de los pecados cometidos bajo el Primer Pacto. Lo cierto es que los sacrificios durante la Dispensación de la Torá no quitaban los pecados de los justos del TaNaJ (vea el comentario del Éxodo Da – La Dispensación de la Torá). La palabra hebrea kippur para expiación simplemente significa cubrir. La sangre animal no podía quitar los pecados de los justos del TaNaJ. Solo los cubrió temporalmente. Es por eso que cuando los justos del TaNaJ morían, no podían ir directamente al cielo. En cambio, bajaron al Paraíso o al seno de Abraham (una sección del seol), y esperaron la muerte de Yeshua. Fue entonces cuando se quitaron los pecados de los justos del TaNaJ. Cuando el Mesías murió, no murió simplemente por todos los pecados que se cometerán después de Su muerte, Él también murió por todos los pecados que se cometieron antes de Su muerte … por los pecados cometidos bajo el Primer Pacto. El apóstol Pablo (rabino Saulo) señala lo mismo: Dios lo presentó como propiciación a quien Dios ha propuesto públicamente como sacrificio expiatorio por su sangre a través de la fe, como evidencia de su justicia, a causa de haber pasado por alto, Dios en su paciencia, los pecados pasados (Romanos 3:25).234 La palabra propiciación (del griego jilasterion), significa la cubierta del arca que era rociada con la sangre de un sacrificio en el Día de la Expiación.

Por tanto es mediador de un nuevo pacto, para que habiendo ocurrido una muerte para la remisión de las transgresiones cometidas durante el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna (9:15). En consecuencia, los justos del TaNaJ que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que Él ha muerto como rescate para liberarlos de los pecados cometidos bajo el Primer Pacto. La muerte de Jesús proporcionó los medios para su herencia eterna prometida. Estas palabras se pueden rastrear a lo largo del TaNaJ, ya que describen uno de sus temas principales. Dios le prometió a Adán la vida eterna, condicionada a la obediencia (Génesis 2:16-17 y 3:22). El pacto de ADONAI con Noé incluye muchas promesas y se llama eterno (Génesis 9:16). YHVH le prometió a Abraham y a su simiente la Tierra de Israel para siempre (Génesis 13:15), y el término heredar se usa por primera vez en la Biblia en relación con esta promesa (Génesis 15:7). Las promesas de Ha’Shem a Abraham son reconfirmadas en el pacto con Moisés (Gálatas 3:6 a 4:7, constituyen un comentario indispensable sobre este versículo), pero los pecados del pueblo los descalificaban para recibir lo prometido. Aquellos que entran en el trato eterno de Yeshua con el pecado, como se explica en estos capítulos, pueden recibir la herencia eterna prometida.235 Nuevamente, lea atentamente Gálatas 3:6 a 4:7.

Un testamento exige una muerte: Ahora el escritor cambia su pensamiento del concepto de un Pacto al concepto de testamento. La conexión entre los dos es el concepto de herencia. Un testamento prevé una herencia. Y por eso Él es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay un testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador (9:16-17 LBLA). La palabra griega para pacto, diatheke, corresponde estrechamente a nuestra palabra testamento. Un testamento no tiene lugar hasta que muere el que lo hizo. Hasta ese momento, sus beneficios y disposiciones son solo promesas, y necesariamente a futuro. El punto que el escritor está marcando aquí es simple y obvio para nosotros hoy. Pero su relevancia para la Torá fue cualquier cosa menos obvia para los judíos a los que se dirige aquí. Así que el escritor explica brevemente cómo se aplica. Basándose en el versículo 15, está diciendo que Dios le dio una herencia eterna a Israel en forma de pacto o testamento. Como con cualquier testamento, era solo un tipo de pagaré hasta que el proveedor del testamento muriera. En este punto, no se menciona quién es el que murió o cómo Cristo cumple ese papel.236

Ahora bien, un testamento es unilateral, pero un pacto es bilateral. Obviamente fue Dios quien estableció los términos de estos pactos con Adán, Abraham y Moisés, quienes murieron. Fue el receptor del pacto quien murió, no una muerte física real, sino simbólicamente a través de la identificación con la sangre derramada de Jesús el Mesías en la cruz en el momento de la salvación. En el pacto de Dios con Moisés, los animales muertos representan al pueblo de Israel como habiendo muerto a su antigua forma de vida pecaminosa; mientras que la sangre rociada representa la nueva vida ofrecida a través del Primer Pacto; porque es la sangre, en razón de la vida, la que hace expiación (Levítico 17:11c). La conexión necesaria entre muertes y pactos en el TaNaJ significa, literalmente, cortar un pacto. Un día ADONAI haría un pacto con Abram que sus descendientes heredarán la Tierra, entonces Abram cortó animales en pedazos y vio un horno humeante y una antorcha de fuego pasar entre las mitades (vea el comentario sobre Génesis EgYo soy el SEÑOR, que te hice salir de Ur de los caldeos, para darte esta tierra).237

El perdón demanda sangre: Ahora el escritor ilustra el principio y vuelve del concepto del testamento al concepto de pacto. El trasfondo de estos versículos se puede encontrar en Éxodo 24:3-8. Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre (9:18 LBLA). Aquí también se había producido una muerte, pero era la muerte de un animal. El Pacto Mosaico fue ratificado por el derramamiento de sangre, pero la sangre era sangre animal. Así que no fue tan impactante que el segundo pacto fuera ratificado de la misma manera. Pero Yeshua ratificó el Nuevo Pacto con Su propia sangre. Su sangre es mejor que la sangre animal. Como en el caso de la ratificación Mosaica, donde la muerte de un animal dio validez al Primer Pacto y lo hizo inmutable, lo mismo es cierto del Nuevo Pacto.

Porque habiendo sido proclamados por Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros, con agua y lana escarlata e hisopo, roció el rollo mismo, y a todo el pueblo (9:19). El Testador del Primer Pacto fue YHVH, pues fue Dios quien fue la fuente de salvación durante la Dispensación de la Torá. Pero el SEÑOR aún no vendría en la Persona de Su Hijo a morir en la cruz por la humanidad. Por lo tanto, Él proveyó un sustituto que lo representaría en la muerte, una muerte que haría efectivo el Pacto. El sustituto era un animal. Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay remisión (9:22).238

Moisés usó una ceremonia solemne de sangre para sellar el Primer Pacto después que él pronunció las palabras de la Torá (Éxodo, capítulos 20 al 23). Luego ratificó el Primer Pacto rociando tanto el rollo del Pacto como al pueblo con sangre (vea el comentario sobre Éxodo Ek – La Ratificación del Pacto del Sinaí). Él usó la sangre de un animal. Esta aspersión de sangre significaba que el pueblo debía obedecer, y si obedecían, ADONAI los bendeciría.239

Y Moisés dijo: Esto es la sangre del pacto que Dios os mandó (Hebreos 9:20 citando Éxodo 24:8). La sangre era la señal de confirmación. Recuerde usted las sorprendentes palabras de Yeshua (Jesús): Y tomando una copa, dio gracias y se la dio, diciendo: Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de pecados (Mateo 26:27-28); Marcos 14:23-24; Lucas 22:20; 1 Corintios 11:25). El Mesías estaba ratificando el Nuevo Pacto siguiendo el patrón de Éxodo 24:8, excepto que este sería confirmado a través del derramamiento de Su propia sangre, simbolizando Su muerte expiatoria por el pecado.

Y de la misma manera, roció con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del ministerio (9:21). Dado que el Tabernáculo aún no estaba construido cuando Moisés ratificó el Primer Pacto, su rociado tanto del Tabernáculo como de todos los vasos del ministerio con sangre obviamente tenía la intención de ser anticipatorio. La sangre rociada al inicio del Primer Pacto continuó, en cierto sentido, siendo rociada por los sacerdotes del Tabernáculo, y más tarde del Templo, mientras el Primer Pacto estuvo en vigor.

El propósito de la sangre era simbolizar el sacrificio por el pecado, lo que provocaba la limpieza del pecado. Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay remisión (9:22). El perdón es muy, muy costoso. El Padre no perdona el pecado mirando hacia abajo y diciendo: “Bueno, está bien. Como te amo tanto, pasaré por alto tu pecado.” La justicia y la santidad de ADONAI no le permitirán hacer eso. El pecado exige el pago por muerte. Y la única muerte suficientemente grande para pagar por todos los pecados de la humanidad es la muerte de Su Hijo. Si con tu boca confiesas a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para salvación (Romanos 10:9-10). El gran amor de Dios por nosotros no lo llevará a pasar por alto nuestro pecado, sino que lo ha llevado a proporcionar el pago por nuestro pecado, como nos lo recuerda maravillosamente Juan 3:16. YHVH no puede ignorar nuestro pecado; pero Él perdonará nuestro pecado si confiamos en la muerte de Su Hijo para ese perdón.240

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