–Save This Page as a PDF–  
 

La autoridad del Hijo
Juan 5: 16-30

La autoridad del Hijo ESCUDRIÑAR: ¿Cuál fue el resultado de que Jesús sanara al inválido en Juan 5:1-15? ¿Cómo la forma en que respondió a los líderes judíos solo aumentó la oposición de ellos? ¿Por qué haría eso Yeshua? ¿De qué manera es el Mesías igual al Padre? ¿Qué términos se usan para demostrar la relación entre los dos? ¿Cómo se relaciona eso con Juan 1:1 y 18? ¿Qué afirmaciones hace Yeshua sobre Sí mismo en el versículo 24? ¿Cuál es la promesa? ¿Cuándo alguien comienza a poseer esta promesa? ¿Qué les sucede a los que escuchan y creen? ¿Y a los que no? ¿Cuál es exactamente el ofrecimiento que Dios le está haciendo a la humanidad?

REFLEXIONAR: Si usted tuviera que explicarle a alguien lo que significa el versículo 24 con sus propias palabras, ¿cómo lo diría? En su propio caminar con Jesús, ¿cuándo llegó a entender esta verdad? ¿Cómo influyó en su autoimagen? ¿Cambió su estilo de vida en algo? ¿Un poco? ¿Mucho? ¿Cuánto? ¿Afectó a sus metas de vida?

Después de que el Mesías sanó al inválido en Shabat, el resultado era inevitable y, por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado (Juan 5:16), vea el enlace haga clic en Cs Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda. La disputa de ellos no era una simple disputa entre teólogos; la cuestión era de autoridad. Esa curación planteaba la pregunta: “¿Quién es dueño del sábado?” El judaísmo farisaico reclamaba la propiedad del sábado al oponerse a que Yeshua hiciera estas cosas que la Ley Oral prohibía en el séptimo día (vea Ei La Ley Oral).

https://jaymack.net/wp-content/uploads/2018/11/Life-of-Christ-Ct-The-Authority-of-the-Son.jpeg

Había dos acusaciones específicas contra Yeshua.

Primero, sanar al inválido en el estanque de Betesda en el día de reposo. Comenzó Su defensa señalando que YHVH nunca había dejado de trabajar. Pero Él les decía: Mi Padre hasta ahora trabaja y Yo trabajo (Juan 5:17). El judaísmo farisaico creía que el “trabajo” incluía cualquier tipo de actividad. Según Éxodo 20:11, ADONAI ordenó a los israelitas el séptimo día es Shabat para YHVH tu Dios. No harás labor alguna, porque Él descansó después del sexto día de la creación. Esto tenía la intención de honrar la creación del mundo por parte de Elohim y recordar Su provisión. El SEÑOR cesó de trabajar porque Su creación estaba completa y el Shabat se basa en el verbo hebreo cesar. Sin embargo, ¡Él nunca dejó de proveer ni proteger! En ese sentido, Dios nunca descansa de esto. El sol sale y se pone, las mareas suben y bajan, la lluvia cae, el viento sopla, la hierba crece en el Día de Descanso semanal, así como en cualquier otro. Sin Sus continuos actos de gracia, toda la creación desaparecería inmediatamente.

Pero el Rabino renegado fue mucho más allá y afirmó Su absoluta igualdad con el Padre cuando dijo: y YO trabajo (Juan 5:17b). Esta fue una afirmación rotunda de propiedad del Shabat. Debido a que la Torá vino de ADONAI, la Torá no puede condenar a Dios. El Hijo de Dios simplemente estaba continuando con lo que Él, como Creador, había estado haciendo desde el séptimo día. Él había hecho lo que Abraham, Moisés, David o Daniel nunca habían soñado con hacer. Los líderes judíos no pasaron por alto este punto.

En segundo lugar, y por esto más procuraban los judíos matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Juan 5:18). Todos los verbos de este versículo están en tiempo imperfecto, lo que describe una acción continua. Este es un buen versículo para usar con sectas que niegan la deidad de Cristo. Las sectas utilizan la lógica que cualquier hijo es inferior a un padre, por lo que, si Jesús fuera simplemente el hijo, sería inferior a Dios. Eso puede ser cierto en el razonamiento gentil, pero en el judaísmo (contexto, contexto, contexto), ¡el primogénito era igual al padre! Necesitamos entender contexto social, histórico y cultural específico (sitz im laben) del primer siglo. Otra forma en que las sectas niegan la deidad de Cristo, es decir que Jesús nunca dijo que era Dios. O nunca afirmó ser Dios. Pero, los judíos en este pasaje no estaban tan confundidos acerca de lo que estaba diciendo. Al tener una relación de igualdad con el Padre, lo que Uno hace, lo hace el otro. Si es trabajo del Hijo, también es trabajo del Padre. Ellos se sintieron ofendidos por Su desafío a su autoridad ilícita y rechazaron Su afirmación de igualdad con ADONAI. Por eso, aún más procuraban matarlo.

El verdadero punto de discordia era éste: ¿Quién era el dueño del sábado? El Señor respondió a esa pregunta con seis afirmaciones específicas.

Primero, el REY de reyes dijo: “YO SOY igual a Dios”. Yeshua presentó la verdad de Su deidad en términos que nadie en Su época podría confundir. Jesús comenzó con un doble amén: de cierto, de cierto, es decir, es verdad. Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también hace igualmente el Hijo (Juan 5:19). Esto no implica ningún defecto o limitación, significa que el Hijo no puede actuar independientemente del Padre. Luego afirmó ser igual a Dios, llamándose a Sí mismo Hijo de Dios y refiriéndose a Dios como Su Padre. Mientras que el Padre y el Hijo son personas distintas, Padre e Hijo son el mismo Dios. Como tal, el Padre y el Hijo son Uno; por lo tanto, estas dos personas de la Trinidad (Juan habla del Espíritu Santo más adelante en 16:1-15) no pueden actuar en oposición uno a otro. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que Él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, para que vosotros os maravilléis (Juan 5:20). El Hijo es el reflejo perfecto del Padre aquí en la tierra en forma humana. Todo lo que Él refleja son las intenciones y acciones del Padre.452

En segundo lugar, el Pan de Vida dijo: “YO SOY el dador de vida”. Porque como el Padre levanta y da vida a los muertos, así también el Hijo da vida a los que quiere (Juan 5:21). Para poder dar vida, debe ser la fuente de la vida. Nadie en el TaNaJ afirmó dar vida, excepto Dios mismo. Esto sería una afirmación escandalosa para cualquier ser humano común. Los médicos pueden recetar medicamentos o dar tratamientos para posponer la muerte, pero no pueden dar vida a los muertos. ADONAI había usado a los profetas del TaNaJ para resucitar a los muertos, pero ninguno se atrevió a atribuirse el mérito. Solo Dios puede crear algo de la nada: En el principio Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1). Nunca nos sentimos tan impotentes como cuando muere un ser querido. Podemos llevar medicinas, ofrecer descanso y brindar aliento y consuelo. Tal vez incluso algún apoyo financiero. Pero, cuando esa persona muere, todo lo que podemos hacer es lamentar nuestra pérdida. Solo Dios tiene el poder de restaurar la vida.

En tercer lugar, el Hijo de Dios dijo: “YO SOY el Juez final”. En el TaNaJ el juicio final estaba reservado a Dios Padre. Si ahora es el Hijo quien juzga, el Hijo tiene que ser Dios. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio lo encomendó al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió (Juan 5:22-23), vea el comentario sobre el Apocalipsis Fo El Juicio del Gran Trono Blanco. Y la razón de esto es todos honren al Hijo como honran al Padre. Solo Yeshua puede discernir las intenciones del corazón, porque Él es omnisciente. Solo Cristo puede pesar el valor de una persona sin pretensiones, porque Él es perfectamente justo. Solo el Maestro Constructor puede decidir nuestro destino, porque Él nos hizo y es soberano sobre nosotros. Dios Padre ha delegado todo el juicio a Dios Hijo, porque El Hijo es igual al Padre. Por eso, Cristo afirmó merecer el mismo honor que se le debe al Padre.

En cuarto lugar, el Salvador de los pecadores dijo: “Yo determinaré el destino eterno de la humanidad”. Yeshua tiene el poder de dar vida eterna. En el TaNaJ, el poder de dar vida eterna estaba reservado solo para Dios. Por lo tanto, si Jesús tiene este poder, también debe ser Dios. El Señor una vez más resaltó Su declaración con un doble amén. Normalmente, el Santo llamó a creer en Sí mismo (Juan 3:16); sin embargo, en este caso Él llamó a creer en el Padre para reforzar el tema de la unidad completa del Padre y el Hijo. Creer en uno es creer en el otro. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida (Juan 5:24), vea Ms La seguridad eterna del creyente. Nunca moriremos, solo cambiaremos nuestra dirección a la presencia de Dios. La vida eterna sólo puede ser una condición presente sobre una base justa. Ser justificado significa ser declarado justo. Somos eternamente justos porque [ya] hemos sido justificados en el momento en que fuimos salvos (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe).

Muchos creyentes temen la perspectiva de enfrentarse a un Dios enojado; sabiendo que Él es santo y nosotros somos pecadores. No han comprendido el hecho de que [ya] hemos sido justificados. El idioma griego deja muy claro el concepto de nuestra justificación. Debido a la precisión de los verbos, el lenguaje es explícito al describir cuándo algo fue hecho (tiempo pasado), se está haciendo (tiempo presente), se hará (tiempo futuro) y es una acción continua (tiempo imperfecto). En Romanos 5:1, dice claramente que [ya] hemos sido justificados ante nuestro Padre Santo, porque Jesús ya pagó el castigo por nuestros pecados, estableciendo nuestra paz con Dios. El texto griego de Romanos 5:1 comienza con dikaiothentes que significa haber sido justificado. El verbo es un aoristo culminativo, participio pasivo, que enfatiza la finalización de una acción, especialmente los resultados que se derivan de ella.453 Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

Cuando algo ya se ha hecho, no queda nada más por hacer. Muchos creyentes tratan desesperadamente de convertirse en algo que ya son. La Biblia declara que no puede hacer por usted mismo lo que Cristo ya hizo por usted. Otra forma de decirlo es que usted no puede deshacer lo que el Mesías ya hizo. La mentira de Satanás es que debe expiar su pecado con obras de algún tipo y así demostrar su amor por Dios.454

La Iglesia Católica Romana ha desarrollado una doctrina según la cual, todos los que no son perfectos deben sufrir un sufrimiento penal y purificador en un estado intermedio conocido como el purgatorio. Esta doctrina se basa en el supuesto de que, si bien Dios, aunque perdona los pecados, Su justicia exige que el pecador sufra el castigo completo que le corresponde antes de poder entrar en el cielo. Según la Iglesia católica, el fuego del purgatorio no difiere del fuego del infierno, excepto en su duración. Se ha dicho que el catolicismo es una religión de miedo: miedo al sacerdote, miedo al confesionario, miedo a las consecuencias de faltar a misa, miedo a la disciplina de la penitencia, miedo a la muerte, miedo al purgatorio y miedo al justo juicio de un Dios airado.455

Todo este temor, sin embargo, es innecesario porque Cristo [ya] nos ha imputado Su justicia por la fe (Romanos 5:2-19). Como una cuenta bancaria espiritual, el Mesías nos ha imputado o transferido toda Su justicia a nosotros. Y como resultado, [ya] hemos sido justificados por nuestra fe. En consecuencia, cuando ADONAI nos mira después de la salvación, Él no ve nuestro pecado… Él ve a Su Hijo.

En quinto lugar, el Rabino hacedor de milagros dijo: “Yo resucitaré a los muertos”. De cierto, de cierto os digo, que llega la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo tener vida en sí mismo. Y le dio autoridad para hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre (Juan 5:25-27). Jesús es el que hará que los muertos sean resucitados. En el TaNaJ, sólo Dios mismo provocó la resurrección de los muertos. Así que, si Yeshua puede resucitar a los muertos, Él debe ser Dios. Al decir: Hijo de Dios se enfatiza Su deidad, al decir Hijo del Hombre, se enfatiza Su humanidad. YHVH validó la cualificación de Yeshua para juzgar a toda la humanidad, porque Él es a la vez el Hijo de Dios, que puede dar vida, y el Hijo del Hombre, que experimentó la vida como ser humano, pero sin pecado.456

No os maravilléis de esto, pues llega la hora en que todos los que yacen en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida, pero los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio (Juan 5:28-29). Un día en el que todas las demás voces serán silenciadas; Su voz – y sólo Su vozserá escuchada. Algunos oirán Su voz por primera vez. No es que nunca les haya hablado, es que nunca le han escuchado. Para ellos, la voz de Dios será la voz de un extraño. Ellos lo oirán una vez, y nunca más lo escucharán. Ellos pasarán la eternidad defendiéndose de “la voz” que siguieron en la tierra. Pero otros serán llamados de sus tumbas por una voz familiar. Porque son ovejas que conocen a su Pastor. Son los siervos que abrieron la puerta cuando el Espíritu Santo tocó. Algún día esa puerta se abrirá de nuevo. Sólo que esta vez, no será Jesús quien entre en nuestra casa; seremos nosotros, quienes entremos en la Suya.457 En Juan 5:28-29 el Señor le habla a los líderes judíos, vea Santiago 2:14 y vea el comentario sobre Apocalipsis 1:14 Ff Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección, también vea el comentario sobre Apocalipsis Fn La Segunda Resurrección.

Sexto, Yeshua ben David dijo: “YO SIEMPRE hago la voluntad de Elohim”. En la afirmación final del Mesías, Él vinculó Sus acciones en la tierra a la voluntad de Su Padre en el cielo. Ahora hay un cambio repentino en la perspectiva. A lo largo de Su enfrentamiento con los líderes religiosos judíos, el Rabino Galileo se refirió a Sí mismo en tercera persona, usando títulos como el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre. Pero, cuando pasó a la siguiente fase de la confrontación entre Él y los líderes judíos, reafirmo Su afirmación original del versículo 19, solo hablando en primera persona: No puedo Yo hacer nada de mí mismo. Según oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 5:30), vea Cu Si creyeran a Moisés, creerían en mí. Su punto era clarísimo: Jesús no se refería a otra persona, sino que hacía afirmaciones sobre Sí mismo. Esto dejó a Sus oponentes sin margen para una “solución de compromiso””, sin un punto medio en el que apoyarse. Y lo mismo se aplica a nosotros hoy, debemos aceptar o rechazar Su declaración.

Padre celestial, te agradezco por enviar a Tu único Hijo a pagar el precio para que yo pueda ser justificado. Ahora acepto por fe que tengo paz contigo por mi Señor Jesucristo. Renuncio a la mentira de que somos enemigos y afirmo la verdad de que somos amigos, reconciliados por la muerte de Tu Hijo. Me regocijo en la vida que ahora tengo en el Mesías y espero con ansias el día en que Te veré cara a cara. En el precioso nombre de Yeshua, oro. Amén. 458