La fe de Rahab en Jericó
11: 30-31
La fe de Rahab en Jericó ESCUDRIÑAR: Explique ¿por qué Rahab estaba dispuesta a ayudar a escapar a los dos espías? (Josué 2:9-11) Compare los comentarios de Rahab acerca de Dios (Josué 2:8-14) con los comentarios de los israelitas (Deuteronomio 1:27-28). ¿Cómo describiría la diferencia entre los dos? ¿Qué tiene de sorprendente que Rahab termine en el árbol genealógico mesiánico y en el Salón de la Fe?341
REFLEXIONAR: ¿Qué situación de las que se encuentran en el Salón de la Fe habría sido la más difícil para usted? ¿Por qué? ¿Qué significa para usted que no todas estas personas de fe hayan tenido “éxito” según el mundo? ¿Qué le ha costado su fe? ¿Cómo ha atraído su fe a quienes lo rodean en su vecindario o en la escuela, o en su familia, amigos o trabajo? Con respecto a las personas mencionadas en el Salón de la Fe, ¿con quién cree que tiene más en común? ¿Por qué? ¿Con quién tiene menos en común? ¿Por qué? ¿Cómo ha cambiado su vida como resultado de su fe en Dios?
Después de la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, Moisés había designado a Josué para que tomara su lugar antes de morir (vea el comentario sobre Deuteronomio Bi – El Estipulaciones del Pacto). Entonces ADONAI trajo a la nación de regreso a Cades Barnea donde habían sido desobedientes unos cuarenta años antes (vea el comentario sobre Números). La situación no era fácil. De hecho, se parecía mucho al dilema que Moisés y los israelitas enfrentaron en el Mar Rojo. En ambos casos el obstáculo ocurrió al inicio del ministerio de él. Ambos eran imposibles de superar por medios naturales. Ambos exigían una confianza tácita y una dependencia absoluta del poder obrador de milagros de Dios.
Josué había sido uno de los doce espías que habían explorado la Tierra Prometida cuarenta años antes. Ahora, mientras que él miraba hacia el oeste y veía la tierra que Dios había prometido al otro lado del río Jordán, era natural que quisiera recopilar la mayor cantidad de información posible para una batalla exitosa. Asomándose en medio de su camino estaba la ciudad amurallada de Jericó, la ciudadela clave del valle del Jordán, que controlaba los pasos hacia las tierras altas centrales. Pero antes de atacarla, Josué necesitaba información completa sobre la fortaleza: sus puertas, torres fortificadas, fuerza militar y la moral de su gente. Como resultado, dos espías secretos fueron elegidos y enviados a una misión cuidadosamente oculta. Ni siquiera los israelitas debían saberlo, a menos que un informe desfavorable los desanimara, como les sucedió a sus padres en Cades Barnea. Por la providencia de Dios, los dos hombres fueron conducidos a la casa de Rahab.342
Por fe Rahab, la ramera, no pereció junto con los que no creyeron, pues acogió a los espías en paz (11:31). Rahab era una candidata improbable para los fieles del Salón de la Fe. Para empezar, ella era una prostituta. Es más, ella era gentil, y además cananea. Ella era, de hecho, de raza amorrea, la cual YHVH había señalado mucho antes para destrucción (Génesis 15:16). Sin embargo, así es como obra la gracia de ADONAI. Su misericordia está disponible para todos los que la reciban, y Su gracia siempre ha estado disponible para los gentiles, incluso durante la Dispensación de la Torá: Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldiga, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra (Génesis 12:3).343
Rahab escondió a los espías y los ayudó a escapar. A cambio, pidió que ella y su familia se salvaran cuando la ciudad fuera tomada. Sus palabras a los espías nos dan una visión única de la diferencia entre el miedo y la fe. La suya no era una fe ciega. Ella estaba bien informada acerca de las hazañas de Israel. Yo se que YHVH os ha dado la tierra, y que el terror vuestro ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes de la tierra desfallecen ante vosotros. Porque hemos oído cómo YHVH hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que hicisteis a los dos reyes del amorreo allende el Jordán: a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo. Y cuando lo oímos, se nos derritió el corazón, y no ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque YHVH vuestro Dios, Él solo es ’Elohim arriba en los cielos y abajo en la tierra (Josué 2:9-11). Para mostrar su fe, ató una línea de hilo escarlata en su ventana, presagiando la sangre del Mesías, así cuando los israelitas regresaron y conquistaron Jericó, Rahab y su familia estaría a salvo (Josué 2:18 y 21).
Rahab no tenía más luz que cualquier otro habitante de Jericó. Todos estaban asombrados por los milagros que Ha’Shem había realizado y estaban convencidos de que había dado Canaán a los israelitas y estaban aterrorizados. Sin embargo, a pesar de lo que sabían y temían, lucharon contra el pueblo de Dios y resistieron Su voluntad conocida. Oyeron la voz de YHVH pero rehusaron rendirse. Todos menos Rahab, ella reconoció a ADONAI como el Dios del cielo y de la tierra. Ella también escuchó la voz de Dios en los informes de lo que había hecho por su pueblo. Y en lugar de resistir, Rahab acudió a Dios en busca de refugio. Y por fe Rahab, la ramera, no pereció junto con los que no creyeron, pues acogió a los espías en paz. Por su valor fiel, Rahab no solo se salvó, sino que fue honrada. Ella se convirtió en la madre de Booz, quien se casó con Rut, la tatarabuela de David y por lo tanto ella llegó a ser antepasado de Jesús (Yeshua el Mesías). Vea el comentario sobre Rut Bd – Coda: La Genealogía de David y también vea el comentario sobre La Vida de Cristo Ai – Las genealogías de José y María.
Conocer la verdad acerca de Dios todavía provoca una de dos respuestas. Los seres humanos o lo rechazan y resisten Su voluntad, como los ciudadanos de Jericó, o se rinden y buscan refugio en Él por la fe, como lo hizo Rahab porque el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma (Hebreos 10:38 citando Habacuc 2:4).344
Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y he aquí que vio a un varón en pie frente a él con su espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros o de nuestros adversarios? (Josué 5:13). Este era el mismo hombre con el que se encontró Abraham sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra (Génesis 18:2). Era la segunda Persona de la Trinidad, el Mesías pre-encarnado sin él saber quién era. Y él dijo: No, Yo soy Príncipe del ejército de YHVH que he venido ahora. Y Josué cayó en tierra sobre su rostro y adoró, y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Respondió el Príncipe del ejército de YHVH a Josué: Quita el calzado de tu pie, porque el lugar donde tú estás es santo. Y Josué hizo así (Josué 5:14),
Ahora bien, a causa de los hijos de Israel, Jericó estaba cerrada y bien atrancada. Nadie salía y nadie entraba. Entonces YHVH dijo a Josué: He aquí he entregado en tu mano a Jericó con su rey y sus hombres valerosos. Rodearéis pues la ciudad todos los varones de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez, y esto harás durante seis días. Y siete sacerdotes cargarán los siete cuernos del jubileo delante del Arca. Al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes soplarán el shofar. Y sucederá que cuando hagan resonar con fuerza el cuerno del carnero, cuando escuchéis el sonido del shofar, todo el pueblo gritará con gran alarido, entonces la muralla de la ciudad caerá a plomo y el pueblo subirá, cada uno hacia el frente (Josué 6:1-5). Las instrucciones no tenían sentido militar, pero los israelitas actuaron según las órdenes de su Comandante invisible. Cuando se completó el séptimo circuito por fe cayeron los muros de Jericó después de ser rodeados durante siete días (11:30).345
Los muros de Jericó eran estructuras enormes y eran lo suficientemente anchos en la parte superior para que dos carros viajaran uno al lado del otro. Jericó era una ciudad fortaleza fronteriza, ubicada estratégicamente cerca de la desembocadura del río Jordán, y sus murallas estaban diseñadas para protegerla del ataque enemigo más fuerte. Jericó fue el primer obstáculo en Canaán, y desde una perspectiva humana parecía una tarea imposible para la multitud heterogénea de hebreos que habían estado vagando en círculos por el desierto durante tantos años. Su ubicación era estratégica; sus muros eran altos y gruesos, y sus soldados estaban bien entrenados y bien armados. Más tarde, Dios usaría el ejército de Israel para conquistar la Tierra Prometida, pero Su plan para Jericó era que el pueblo no hiciera nada más que unos pocos actos simbólicos para mostrarles a ellos y a los cananeos Su poder.
Una de las cosas más sorprendentes del plan de Dios fue que la gente no expresó ni una sola palabra de duda o queja. Creyeron en el informe de Josué de ADONAI, e inmediatamente comenzaron a prepararse para la marcha. Durante una semana completa, cuidadosa y fielmente marcharon, y esto fue un hito de fe en la vida de Israel.
El SEÑOR se deleita en matar el orgullo de la humanidad. El mató el orgullo de la ciudad de Jericó haciendo que los muros de la ciudad se derrumbaran de la manera más tonta posible, así como algunos años más tarde enviaría a un jovencito para matar al gigante Goliat y hacer huir a los filisteos. En la derrota de Jericó, Él también demolió cualquier orgullo que pudieran haber tenido los israelitas. Era obvio que la parte de ellos era bastante simbólica. No podían tomar absolutamente ningún crédito por sí mismos. Todo lo que Dios quería era su fe, y ellos se la dieron, porque por la fe cayeron los muros de Jericó.346
PÁGINA SIGUIENTE: La fe a través de las pruebas Cv
Leave A Comment