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Fe a través de las pruebas
11: 32-40

La fe a través de las pruebas ESCUDRIÑAR: ¿Por qué tantas personas en nuestro mundo han sido perseguidas por su fe? ¿Deberían los creyentes sorprenderse cuando vienen las pruebas? ¿Por qué si o por qué no? En los versículos 39-40, cuando glorificamos a Dios con nuestra fe en Él, ¿cuál es el resultado de nuestra fe? ¿Cómo demostró la fe Gedeón? ¿Cuál fue la fuente del valor de Sansón? ¿Cómo fue fiel David? ¿Por qué cree que el Ruaj HaKodesh seleccionó a Samuel como ejemplo de fe? ¿Qué dio coraje a los justos del TaNaJ que sufrieron por su fe? Aunque ninguno de ellos recibió lo prometido, ¿qué era ese algo mejor que Dios tenía planeado para ellos y para nosotros?

REFLEXIONAR: En el versículo 36, piense en los otros que no recibieron milagros ni liberación por su fe. En cambio, sufrieron e incluso murieron. ¿Por qué tiene sentido aferrarse a su fe incluso si no lo libera de su sufrimiento? ¿Cómo le ayuda su fe a mantenerse firme en un mundo tan malo?

Para un judío convertirse en creyente en el primer siglo siempre fue costoso. A menudo le costó sus amigos, su familia, los privilegios de la sinagoga, el trabajo, el estatus social y el respeto de la comunidad. Quizás algunos de los judíos al borde de la salvación que recibieron esta carta a los Hebreos fueron tentados a regresar a Jerusalén y al antiguo sistema de sacrificios levíticos. En este capítulo se muestra a tales judíos vacilantes que no eran como ellos, los fieles seguidores de ADONAI. Cuando los justos del TaNaJ escogieron a Dios, estaban completamente comprometidos porque tenían una visión correcta de quién es YHVH. La fe correcta se basa en la teología correcta. Cree y obedece a Dios porque la fe sabe que Él no puede mentir, no puede equivocarse, no puede hacer el mal, no puede ser derrotado y no puede ser superado. Se puede confiar en un Dios como este. De hecho, con un Dios así, no tiene ningún sentido hacer otra cosa que confiar en Él. La incredulidad, por supuesto, es ciega a Dios y por lo tanto ve la confianza y la obediencia a Él como tonterías. Porque la palabra de la cruz ciertamente es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos, es poder de Dios (Primera Corintios 1:18). Nunca hay pruebas suficientes para la incredulidad, que se mueve por la vista.347 El justo vivirá por fe (Hebreos 10:38 citando Habacuc 2:4).

Otros innumerables: hubo demasiados héroes de la fe para que el escritor los trate en detalle. ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltará para relatar acerca de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, y también de Samuel y de los profetas (11:32). Así, el autor destaca a los tres jueces más conocidos; un general, David, que es también el rey más conocido; Samuel el juez-profeta; y otros profetas anónimos.

Gedeón (Jueces 6:11 a 8:35), juez y líder militar, había reunido a 32.000 hombres para luchar contra los madianitas y los amalecitas. Para evitar que Israel pensara que la victoria venidera fue ganada por su propio poder, Ha’Shem redujo sus fuerzas a 10.000 y luego a solo 300. Esos 300 fueron elegidos únicamente en base a cómo bebieron agua de un manantial. El enemigo, por el contrario, era como multitud de langostas, y sus camellos eran incontables como la arena que está a la orilla del mar (Jueces 7:12b). Sin embargo, los hombres de Gedeón estaban equipados solo con trompetas y cántaros con antorchas adentro. Con incluso menos hombres y menos esfuerzo que el usado para derrotar a Jericó, todo el ejército enemigo pagano fue derrotado (Jueces 7:16-22). Solo un tonto hubiera intentado un enfoque tan valiente para la batalla sin la dirección y el poder de Dios. Sin embargo, desde la perspectiva de la fe, solo un necio no intentaría tal cosa cuando tiene la dirección y el poder del SEÑOR (11:32b).348

Barac (Jueces 4-5): es desconocido en las Escrituras fuera del breve relato en Jueces 4-5 y la mención de su nombre en Hebreos 12:32. No se nos dice nada de sus antecedentes o formación. A través de Débora, la jueza, Ha’Shem prometió que Israel sería librado de Jabín, el rey cananeo, cuyo gran comandante, Sísara, tenía un ejército grande y poderoso que se jactaba de sus 900 carros. De acuerdo con las instrucciones del SEÑOR, Débora le pidió a Barac que reuniera un ejército israelita de solo 10.000 hombres, tomados de dos tribus, Neftalí y Zabulón. Al resto de las tribus no se les pidió que participaran, aparentemente para mostrarles a Israel y a los cananeos que YHVH podía salir victorioso con solo un ejército simbólico de una pequeña parte de Israel. Barac reunió a sus hombres en el monte Tabor y atacó a Sísara como Dios le había mandado. Y YHVH destrozó a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército a filo de espada delante de Barac; y Sísara bajándose del carro, huyó a pie (Jueces 4:15). Barac y sus hombres sin duda lucharon valientemente, pero el éxito de la campaña fue de ADONAI. De lo contrario, Israel habría sido sacrificado. A Barac se le dijo de antemano que la gloria de la victoria no sería suya. Dios no solo peleó la batalla por su pueblo, sino que permitió que una mujer, Débora, matara a Sísara (Jueces 4:9), de modo que Barac tendría aún menos motivos para reclamar el crédito para sí mismo.

Y Barac le respondió: Si tú vas conmigo, entonces iré, pero si no vas conmigo, no iré (4:8). Barac creyó en la promesa de victoria de Dios y no le preocupaba en lo más mínimo que una mujer se llevara el crédito por matar a Sísara. De hecho, insistió en que Débora fuera a la batalla con él (Jueces 4:8). Él quería su ayuda espiritual, no militar. Ella era la ungida del SEÑOR en aquellos días y Barac quería al ungido del SEÑOR con él. El hecho de que él la quisiera consigo era otra indicación de su confianza en ADONAI. Como profeta de Dios, ella era de mayor valor para él que sus 10.000 hombres. A Barac no le preocupaba el poder de Sísara porque él tenía el poder de Dios. Con tan valiente fe el conquistó reinos (11:32b).349

Jefté precedió a Sansón como juez de Israel, y su responsabilidad era someter a los amonitas, uno de los muchos enemigos de Israel. A pesar de su tonto voto (Jueces 11:30-31), la confianza de Jefté estaba en ADONAI (Jueces 29 y 32). Incluso la gente de fe comete errores, y Dios honró a Jefté por su fe (11:32b).

Sansón (Jueces 13-16); no es más recordado por su fe, sino por su fuerza física y ingenuidad personal. En muchos sentidos era inmaduro y egocéntrico, incapaz de hacer frente al poder milagroso que Ha’Shem le había dado. Sin embargo, era un hombre de fe. Nunca dudó de que Dios era la fuente de su poder, del cual su cabello era solo un símbolo.

Sansón fue juez de Israel y se le dio la tarea especial de oponerse a los filisteos, quienes entonces gobernaban sobre Israel. Los propios motivos de Sansón para luchar contra los filisteos a menudo eran mixtos, pero él sabía que estaba haciendo la voluntad de ADONAI en el poder de ADONAI. Desde su temprana edad adulta, el Ruaj HaKodesh había estado con él, y se nos dice específicamente que fue el Espiritu Santo quien lo fortaleció en sus asombrosas batallas individuales (Jueces 13:25, 14:19, 15:14, 16:28).

Sansón sabía que Ha’Shem lo había llamado y que Ha’Shem lo había facultado para que él comenzara a librar a Israel de mano de los filisteos (Jueces 13:5b). Dios le había prometido ese poder y Sansón confió en Dios para ese poder. Se enfrentó a los filisteos no con el valor de su destreza física sino con el valor de la fe. Nos inclinamos a juzgar a Sansón por su debilidad. Pero YHVH lo alaba por su fe (11:32b).350

David se destaca como uno de los obviamente grandes hombres del TaNaJ. Su confianza en ADONAI comenzó cuando era niño, cuidando ovejas, matando leones y osos, y derrotando a Goliat con una honda. Cuando David enfrentó a Goliat, estaba sumamente seguro de que Ha’Shem le daría el poder para derrotar al gigante filisteo. Mientras el resto de Israel, incluyendo al Rey Saúl y los propios hermanos de David, temblaban de miedo, David caminó valientemente hacia Goliat y anunció: Hoy YHVH te entregará en mi mano, y yo te heriré, y te cortaré la cabeza, y entregaré la carroña del campamento de los filisteos a las aves de los cielos y a las bestias de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel (1 Samuel 17:46). Parece que a David nunca se le ocurrió no confiar en el SEÑOR. Como los otros héroes de la fe, David no era perfecto, sin embargo, Dios levantó a David como rey, de quien dio también testimonio, diciendo: Hallé a David, el de Isaí, un varón conforme a mi corazón, el cual hará todos mis deseos (Hechos 13:22). Agradó a Dios por el valor de su fe para confiar en Él y hacer Su voluntad (11:32b).

Samuel se agrega a esta lista de guerreros, aunque no era un guerrero. Pero peleó una batalla igual a cualquiera que enfrente soldados. Sus mayores enemigos fueron la idolatría y la inmoralidad. Tuvo que ponerse de pie en medio de una sociedad contaminada (suena familiar, ¿no es así?) y proclamar sin temor la verdad de Dios. Con frecuencia, sus oponentes más severos no eran los filisteos, los amorreos o los amonitas, sino su propio pueblo. A menudo se necesita más coraje para enfrentarse a nuestros amigos que a nuestros enemigos. La presión social puede ser más aterradora que el poder militar. Este profeta de Dios, que también era el último juez de Israel comenzó cuando Samuel ministraba en presencia de YHVH siendo niño, ceñido de un éfod de lino (1 Samuel 2:18), y continuó siendo fiel a ADONAI durante toda su vida. Él gobernó con fe y profetizó (11:32b).

…los profetas (11:32b); quienes por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas… (11:33a). Note que los profetas no tienen nombre excepto Samuel. Como el escritor había mencionado anteriormente que llevaría demasiado tiempo contar todas las historias de fe (11:32a), no tiene tiempo para entrar en detalles sobre las muchas otras personas fieles del TaNaJ, o incluso mencionarlos a todos por su nombre. Estos profetas, al igual que Gedeón, Barac y los demás, arriesgaron todo por el SEÑOR. Aceptaron alegre, valiente y confiadamente las órdenes de Ha’Shem y enfrentaron cualquier oposición que se presentara. No pelearon en los campos de batalla, pero tuvieron muchas victorias en ADONAI porque creyeron en Él; vencieron por el valor de la fe (11:32b). 351

Las proezas de 11:33-34 son generales y se refieren colectivamente a las personas de arriba. Por la fe conquistaron (griego: katagonizomai que significa literalmente pelear, por lo tanto, luchar contra o vencer y significa una contienda desesperada) reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, cerraron bocas de leones (11:33), extinguieron la violencia del fuego, escaparon al filo de espada, recibieron poder en su debilidad, se hicieron fuertes en la batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Cuando dice: cerraron bocas de leones cita a Daniel 6:22 y extinguieron la violencia del fuego (Daniel 1:6, 3:1-30). Elías y Eliseo estuvieron entre los que escaparon al filo de la espada (Primera de Reyes 17:8-24; Segunda de Reyes 6:31ss). Dios se especializa en convertir las debilidades en fortalezas. Él quiere tomar su mayor debilidad y transformarla.

Continuaron en sufrimiento: No todos los que tenían fe experimentaron una liberación milagrosa. Mujeres hubo que recibieron por resurrección a sus muertos; otros fueron torturados al no aceptar liberación, para alcanzar otra resurrección mejor (11:35), refiriéndose a la resurrección inmortal352. Aunque la viuda de Sarepta de Sidón y las mujeres de Sunem recibieron por resurrección a sus muertos, que resucitaron a través de los ministerios de Elías y Eliseo, muchos no lo hicieron. De los libros apócrifos aprendemos cómo en los días de los macabeos, el maestro de la Torá El’azar, de noventa años, voluntariamente eligió morir ‘al Kidush Ha’Shem (“para santificar el nombre de Dios como en Hechos 7:59-60), en lugar de comer carne de cerdo y parecer públicamente que había abandonado el judaísmo. La palabra torturado del griego: tumpanizo, significa tortura con un instrumento en forma de rueda, sobre el cual se estiraba a los criminales y luego se golpeaba horriblemente con garrotes. …Y otros sufrieron la prueba de escarnios públicos y azotes, además de cadenas y cárcel (11:36) como se ve en Jeremías 20:2, 37:15 y 38:6.

Otros…fueron apedreados (11:37a) esto es muerte por lapidación, un método de ejecución bien establecido como se ve en la lapidación de Acán después de la caída de Jericó (Josué 7:24-26). Zacarías, uno de los justos del TaNaJ, un hombre fiel, también fue apedreado (2 Crónicas 24:20-22). Era, de hecho, el medio para ejecutar la pena de muerte en Israel. Sin embargo, cuando nació Jesús, los romanos quitaron el derecho de los judíos a usar su método de ejecución y en su lugar implementaron la cruz, el método romano de ejecución. Es por eso que Jesús fue ejecutado en la cruz y no apedreado hasta la muerte.

Ellos fueron aserrados (11:37b). Esta era una forma comúnmente conocida de torturar a la gente hasta la muerte, y según el libro del primer siglo, La Ascensión de Isaías, el profeta Isaías fue asesinado de esta manera. El Talmud da esta descripción, Rabí Shim’on ben-‘Azzai dijo: “Encontré un rollo genealógico en Yerushalayim (Jerusalén) y está escrito allí que el Rey Manasés asesinó a Isaías.” Raba dijo: “Antes de matarlo, Manasés organizó un juicio y dijo: “Porque los hombres no me verán y vivirán (Éxodo 33:20); pero tú dices: vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo (Isaías 6:1b).” Isaías respondió: “Es bien sabido que no aceptas lo que la gente te dice; así que, si respondo a tus acusaciones, solo te convertiré en un asesino voluntario”. Entonces Isaías dijo un Nombre [de Dios, considerado como un poder sobrenatural] y fue tragado por un cedro. Sin embargo, el cedro fue traído y aserrado en dos; y cuando la sierra alcanzó la boca de Isaías murió; [este fue su castigo] por haber dicho: Vivo entre un pueblo de labios inmundos (Isaías 6:5a) (Yevamot 49b).353 Sin embargo, como Abel, continúa hablándonos incluso después de la muerte.

Y… murieron porque no negaron su fe (11:37c). La gran fe vence al gran miedo. Pero debemos recordar que más creyentes han sido asesinados y aún hoy están siendo asesinados.

Estos fieles anduvieron errantes vestidos con pieles de ovejas, con pieles de cabras, indigentes, afligidos, maltratados (11:37d); ¡el mundo no era digno de ellos!, deambulando por desiertos y montes, en las cuevas y cavernas de la tierra (11:38). La descripción encaja con Elías (1 Reyes 19:9), así como con los judíos piadosos que huyeron de la persecución de Antíoco IV en la época de los Macabeos (1 Macabeos 2:38). Juan tenía su vestido de pelos de camello y un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre (Mateo 3:4) y llevaba una vida similar, mientras que Jesús dijo: Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza (Lucas 9:58). En otras palabras, los justos del TaNaJ no fueron recompensados ni apreciados durante su vida; la otra cara de esa moneda se ve cuando el autor escribe que ¡el mundo no era digno de ellos! (11:38a).354

El mundo no es digno de tener gente así en medio de él, así como estas personas no merecían los sufrimientos recibieron. Por infligir sufrimiento, el mundo será juzgado y castigado; por haber soportado el sufrimiento, los fieles serán recompensados. Ellos sabían, como el apóstol Pablo (rabino Saulo), que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria venidera que va a ser revelada en nosotros (Romanos 8:18), y esperaban como Pedro una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros (Primera Pedro 1:4). Dios no nos promete la liberación de todo sufrimiento. Yeshua dijo: un siervo no es mayor que su señor. Si a mí me persiguieron, también a vosotros os perseguirán; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra (Juan 15:20).355

Contando con la Salvación: La fe verdadera tiene el coraje de contar con la salvación. Ellos sabían muy poco sobre la naturaleza del momento o los medios de la salvación de Dios. Pero ellos sabían que vendría, y esta era la base de su confianza. Tenían una confianza permanente en que un día ADONAI haría lo necesario para redimirlos y recompensarlos. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron la promesa (11:39), es decir, solo previeron que se cumpliría y murieron en fe: habiendo Dios provisto para nosotros alguna cosa mejor, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros (11:40). ADONAI proporcionará algo mejor también para nosotros eso es para aquellos bajo el Brit Hadashah. Es decir, no fue sino hasta después de la cruz que su salvación pudo completarse o perfeccionarse. Hasta el derramamiento de la sangre más superior del Mesías ninguna salvación era completa, por grande que fuera la fe que los justos del TaNaJ pudieron haber tenido (haga clic en el enlace y vea Bz El mejor tabernáculo purificado con mejor Sangre). La salvación de ellos se basó en lo que Cristo haría, la nuestra se basa en lo que Cristo ha hecho. Su fe esperaba una promesa futura; la nuestra se remonta a un hecho histórico.356

Como aprendemos de este capítulo, la vida de fe no siempre es fácil. Muchos de los héroes de la fe han sufrido persecución, privaciones o martirio. Sabiendo esto, no se sorprenda cuando las pruebas se le presenten, sino espérelas como una parte normal de la vida de fe. Medite en los siguientes versículos para prepararse para enfrentar su próxima prueba: Hechos 14:22; Romanos 8:18; Primera Corintios 10:13; Filipenses 1:29-30; Santiago 1:2-4; Primera de Pedro 2:20-21 y 5:10.357

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