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Si alguien derrama la sangre de un ser humano,
otro ser humano derramará la suya
9: 1-7

Si alguien derrama la sangre de un ser humano, otro ser humano derramará la suya ESCUDRIÑAR: Este es el segundo pacto que Dios hizo con Noé y sus herederos. ¿Por qué repite Dios a Noé gran parte de lo que él le dijo a Adán? ¿Qué nuevas instrucciones añade? ¿En qué difiere del pacto anterior (6:13-7:5)?

REFLEXIONAR: ¿Alguna vez ha pasado por un momento difícil y sintió que era hora de dejar de preocuparse por el pasado y pensar en el futuro? Estoy seguro de que es así como Noé y su familia se sintieron. ¿Cree usted que Elohim se preocupa por todos los aspectos de su vida? ¿Usted cree que todas las actividades, excepto el pecado, pueden ser hechas para honra de Dios si lo hace con una actitud de alabanza? ¿Por qué si o por qué no?

Durante más de un año Dios había permanecido en silencio, pero ahora Dios bendijo a Noé y a sus hijos con estas palabras (9:1a). El nombre Elohim se usa aquí, porque Él es el Dios de la Creación. Él usa en gran parte el mismo lenguaje que usó con Adán cuando da las provisiones del pacto. Había cinco aspectos de este pacto.

Primero: Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra (9:1b). Esta sección comienza y termina con esta misma frase. Hay varios paralelismos interesantes entre Noé y Adán. Porque Noé es el nuevo Adán, por lo que una vez más la tierra será llena de la humanidad. Al igual que Adán, Noé se erige como la cabeza representativa de la raza humana. Esta es una reafirmación de la alianza con Adán después de que Dios creó a Adán y Eva. Él dijo: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla (1:28). Adán tendría hijos, pero en este momento la disposición de ser fructíferos y multiplicarse será cumplida por sus tres hijos.

Segundo: ahora existe el temor al hombre en el reino animal. Todos los animales de la tierra sentirán temor y respeto ante ustedes: las aves, las bestias salvajes, los animales que se arrastran por el suelo, y los peces del mar (9:2a). Esto era necesario hasta cierto punto debido a que los animales, los peces y las aves se convirtieron en alimento para el hombre. Así que Dios crea un temor al hombre en el reino animal, por lo que al detectar un hombre, el animal podría huir y vivir. Dios dijo: todos estarán bajo su dominio (9:2b). Así, el hombre conserva su autoridad sobre el reino animal, para gran disgusto de PETA. Pero la orden de someter la tierra no se repite aquí como lo es en 1:28 porque la autoridad ahora pertenece a Satanás. Cuando el hombre cayó, Satanás usurpó su autoridad. (Vea Ntd.)

Tercero: hubo un cambio en la dieta humana. Hasta ahora el hombre era estrictamente vegetariano y los animales eran criados para la vestimenta, los productos lácteos y los sacrificios. Pero ahora Dios le dijo: Todo lo que se mueve y tiene vida, al igual que las verduras, les servirá de alimento. Yo les doy todo esto (9:3). No hay límites, ahora todos los animales pueden comerse. Si se movía, el hombre podía comerlo. Pero con este permiso, había una restricción.

Cuarto: Pero no deberán comer carne con su vida, es decir, con su sangre (9:4). Es decir, la sangre debe ser drenada antes de comer. Este principio se incorporaría a la Torá. Levítico 17:11: Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo se la he dado a ustedes sobre el altar, para que hagan propiciación (expiación) por ustedes mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre. Ver también Deuteronomio 12:15-16 y 20-24). La vida de un animal derramada sobre el altar de los sacrificios, fue aceptada por Dios como una muerte sustitutiva por la vida de un pecador culpable, que merecía la muerte, pero que se le permitió vivir por el sacrificio, la sangre cubrió los pecados. La sangre de los animales podría cubrir, por supuesto sólo figurativamente, los pecados. La realidad representada por la figura fue el sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo, que se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo (Hebreos 9:26). 160

Quinto: se estableció la pena de muerte como resultado de la anarquía que se había desarrollado antes del Diluvio (9:5-6). Pues ciertamente demandaré vuestra sangre así como vuestras vidas, la demandaré de mano de todo ser vivo, y de mano del hombre, de mano de cualquier hermano suyo, demandaré la vida del hombre (9:5 BTX). La santidad de la sangre es ahora puesta un paso más allá. Para que nadie crea que Dios tiene poco valor por la vida y que tomar una vida es un asunto menor como consecuencia de la destrucción del Diluvio, el pacto de Dios con Noé muestra que la vida es sagrada y que el hombre no debe matar al hombre. Este versículo no implica premeditación. En lo que se refiere a la Biblia, no importa. Si fue premeditado, o en un momento de pasión, la Biblia dice: El que derrame sangre de hombre, por los hombres su sangre será derramada, porque a imagen de Elohim hizo El al hombre (9:6 BTX).

La palabra hebrea para derramar es shafák (o shaphak), y se utiliza aquí por primera vez en la Biblia. A menudo se traduce derramar, derramado o derramando. Se utiliza con frecuencia para el derramamiento de la ira de Dios (Salmo 69:24), pero también puede ser usado para el derramamiento del Ruaj HaKodesh (Joel 2:28). Se utiliza muchas veces para referirse al derramamiento de la sangre de los animales en el altar de bronce del tabernáculo o el Templo (Levítico 4:30). Es la misma palabra usada por Cristo en la cruz, cuando Él clamó: Como agua he sido derramado; dislocados están todos mis huesos. Mi corazón se ha vuelto como cera, y se derrite en mis entrañas (Salmo 22:14).

El poder para llevar a cabo este juicio de Elohim sobre un asesino (y otras leyes que regulen las actividades humanas que, si se deja sin regular, podrían conducir al asesinato) fue por lo tanto, delegado al hombre (vea comentario sobre Éxodo DpNo matarás). Esto prepara el escenario para la Dispensación del Gobierno Civil o humano. Bajo el pacto de Dios con Noé, la pena de muerte era obligatoria por el delito de asesinato. El objetivo fue y no es para disuadir a la delincuencia, no para reformar a él o a ella, sino para castigar al asesino. La gente de hoy se distrae en el debate de la rehabilitación. ¿La prisión tiene que rehabilitar al asesino? Aquí, Dios dice que no es la cuestión. Y ¿por qué hay retribución por el derramamiento de sangre humana? Porque a imagen de Elohim hizo El al hombre (9:6b).

Este versículo no sólo hace hincapié en la santidad de la vida humana, sino también nos recuerda a Jesús, que fue la más perfecta representación de la imagen de Dios. Su sangre inocente derramada sería Su vida en expiación por el pecado (Isaías 53:10).

Pero ¿por qué no castigó Elohim a los asesinos directamente? ¿Por qué delegar un trabajo tan importante en un sistema imperfecto dirigido por personas imperfectas? Nosotros podemos estar seguros de que cuando Dios hace algo como esto, es para nuestro beneficio. Dios sabe que vamos a tener un interés mucho mayor en el mantenimiento de la justicia y hacer cumplir las leyes si tenemos la responsabilidad total por el sistema. Alguien que sea dueño de su propio negocio tiene mayor responsabilidad que alguien que simplemente trabaja para una gran empresa. Y en lo que a Dios se refiere, todo gran maestro conoce el valor de la delegación de responsabilidades. Incluso si el maestro puede hacer algo mejor que el estudiante, es importante que el estudiante haga las cosas para que pueda aprender. En otras palabras, Elohim quiere que aprendamos el valor y el ejercicio de la justicia. Es un Mentor práctico, pero la responsabilidad se ha dado a nosotros y somos libres de tener éxito o fallar.161

Entonces tenemos una reafirmación de la primera disposición que repite en el primer versículo de esta sección. En cuanto a ustedes, sean fecundos y multiplíquense; sí, multiplíquense y llenen la tierra (9:7). En el hebreo esto es claramente el uso de la semejanza. Pero la orden de someter la tierra no se repite aquí como está en 1:28 porque la autoridad ahora pertenece a Satanás. Cuando el hombre cayó, Satanás usurpó su autoridad. Por lo tanto, el hombre tiene la autoridad sobre el reino animal, pero no sobre la tierra. Jesús llama a Satanás: El príncipe de este mundo (Juan 12:31); el rabino Saulo (Pablo) lo llama: El dios de este mundo (II Corintios 4:4); Lucas y Juan nos dice que Satanás tiene autoridad sobre los reinos del mundo (Lucas 4:5-6; I Juan 5:19).

En esencia, entonces, se estableció este pacto para garantizar la estabilidad de la naturaleza. Esto ayudó a garantizar el orden del mundo. La gente también conoce que, el derecho civil, o humano era necesario para la estabilidad de la vida y que la maldad no debe quedar impune, como fue antes. Así comenzó el gobierno civil o humano.162

Ntd: PETA: (People for the Ethical Treatment of Animals), un grupo radical norteamericano que considera la vida animal prácticamente igual a la vida humana.

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