Y creyó a YHVH,
y Él se lo contó por justicia
15: 1-6

Y creyó a YHVH, y Él se lo contó por justicia ESCUDRIÑAR: ¿Cuál era el mayor temor de Abram? (ver 15:1-3 y 8) ¿Qué hay de malo en querer tranquilidad? Al adoptar un siervo como heredero, ¿es Abram infiel o fiel? ¿Qué piensa Adonai? (ver 15:4-7 y 9-21) Si el Señor le dijo una vez (12:2-3 y 7), incluso dos veces (13:14-17), ¿por qué recordarle otra vez a Abram? ¿Cómo fue posible que Dios ya protegiera a Abram y le diera gran recompensa? ¿Cómo está la fe/confianza/creencia relacionada con la justicia (ver Romanos 4:18-22 y Gálatas 3:6-9)? ¿Qué viene primero del Señor? ¿Qué es indispensable para una correcta relación con Él?

REFLEXION: En su vida ¿dónde necesita que Adonai diga: No tengas miedo. Yo soy tu escudo, tu galardón será sobremanera grande? El Señor acreditó a Abram como justo. ¿Qué palabra de afirmación podría usar Dios para describir o acreditarlo a usted hoy?

Abram fue un héroe, pero también fue un ser humano. Tal vez, después de la gran batalla y la victoria sobre los cuatro reyes del oriente y la maravillosa experiencia con Melquisedec, comenzó a deprimirse. La realidad era que él aún no tenía un hijo que se convirtiera en una gran nación (12:2) y él todavía estaba en medio de un país peligroso y malvado. Abram empezó a dudar y a tener miedo de lo que pudiera deparar el futuro para él. En ese momento la palabra hablada de Adonai, YHWH vino a Abram en una visión. La palabra hebrea para la visión es makjazé (o machveh) y se encuentra sólo otras tres veces en las Escrituras Hebreas en referencia a una visión del Señor, aquí, en Números 24:4 y 16, y Ezequiel 13:7. En hebreo esto significa, literalmente, en la visión y es la primera vez que se menciona en las Escrituras. Esta se trata de una visión específica, no un sueño, que culminó en el pacto de Dios con Abraham. El estaba despierto y la visión continuaría durante todo el día y hasta la noche (15:17).

Después de esto, la palabra del SEÑOR vino a Abram en una visión: No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa (15:1). Conociendo los mayores temores de Abram, ADONAI le dijo: “No temas, Abram.” Esta es la primera mención de la frase no temas en las Escrituras. Él dirá esto de nuevo a Isaac en 26:23 y a Jacob en 46:3. Por lo tanto, en algún momento los tres patriarcas recibieron el mismo mensaje que el Señor dio a Abram. Había dos razones para no tener miedo. En primer lugar, le dijo: Yo soy tu escudo, mencionado por primera vez aquí, recordándole que Él había protegido a Abram de los cuatro reyes orientales (De hecho, el verbo entregar en 14:20 es un juego de palabras que en hebreo, parece muy similar a la palabra escudo aquí). La segunda razón fue una gran recompensa (15:1).

Pero Abram le respondió: Adonai y Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco? (15:2). Tal vez hubiera parecido más piadoso agradecer simplemente al Señor por la visión, con estas garantías de seguridad y compensación. Pero Abram fue un hombre con una misión. No podía olvidar, ni tampoco quería olvidar, la promesa original que iba a tener un hijo (12:2). Pero a su edad, y con una esposa estéril, parecía imposible. 259 Él insinúa el verdadero problema cuando dijo: Adonai, Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco? Eliezer significa Dios ayuda o Dios conforta. Esta es la primera vez en el Tanaj donde Adonai, y las cuatro letras YHWH del nombre de Dios se combinan juntos. Se usa dos veces en este capítulo, y en el hamishah humshe él-Torah, o los cinco libros de Moisés, se utiliza sólo otras dos veces (Deuteronomio 3:24 y 9:26). Adonai es traducido en varias ocasiones por la palabra propietario o maestro. Mediante el uso de este nombre, Abram estaba reconociendo que Adonai también era su Maestro. Ciertamente Abram entendió lo que significaba esta relación; quizá mejor que nosotros hoy en día, ya que eran tiempos de esclavitud. Señorío significa la posesión completa, por una parte, y la completa sumisión por la otra. Como ya hemos visto, el propio Abram sostuvo la relación de amo y señor con un número muy considerable de personas. Por lo tanto, al dirigirse a YHWH como Adonai el reconoció Su completa posesión y perfecto derecho a todo lo que él era y tenia. 260

Sin embargo, Abram expresó su temor real cuando dijo: Como no me has dado ningún hijo, mi herencia la recibirá uno de mis criados (15:3). Lo que está implícito aquí es que una herencia que no pudiera ser transmitida a su familia sería de poco valor. La única persona que podría heredar su patrimonio era Eliezer de Damasco (Proverbios 17:2), quien fue su siervo (adoptivo) porque no tenía un hijo natural. ¿Cuántas veces nos hemos sentido igual que Abram? Nosotros llegamos al punto de la desesperación y luego el Señor nos bendice de maneras que no podemos imaginar.

Mientras hablaba: ¡No! Ese hombre no ha de ser tu heredero, le contestó ADONAI. Tu heredero será tu propio hijo (15:4). Ni siquiera usó su nombre, Él dijo ese hombre, en hebreo dice literalmente, no te heredará éste. Entonces Elohim da a Abram una ilustración en la noche.

Luego el SEÑOR lo llevó afuera y le dijo: Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. Así de numerosa será tu descendencia (15:5). Para hacer su promesa aún más clara, el Señor fue mucho más allá de la preocupación de Abram por un solo hijo cuando Él lo llevó afuera de su tienda por la noche, bajo el cielo abierto. Por supuesto que Abram no podía contar todas las estrellas que había visto. De vuelta en 13:16 la ilustración era que si alguien puede contar el polvo, también podrá contar tus descendientes. También utiliza un tercer ejemplo de la arena del mar (22:17). Los tres ejemplos señalan el hecho de que su descendencia no se podía contar.

Y creyó a YHVH, y Él se lo contó por justicia (15:6 RVG). Entonces el corazón de Abram respondió: él creyó, tenía confianza en, o tenía fe en ADONAI. Esta es la primera mención de la palabra, creer en las Escrituras. En el Nuevo Pacto es la palabra griega pisteo, y ocurre solo noventa y nueve veces en el libro de Juan. La forma particular utilizada aquí implica una acción continua, lo que significa que la respuesta normal de Abram a Dios era que él creyó y seguía creyendo. Pero ¿qué le creyó? ¿Abram creyó en la venida del Mesías? No. ¿Creía que el Mesías iba a morir por sus pecados? No. Abram creyó en el Señor y en Sus promesas. Y en este contexto, lo que Abram creyó es que era Adonai, YHWH quien lo convertiría en una gran nación, haría grande su nombre y que sería una bendición. Elohim dijo: Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra (12:2-3). La palabra hebrea para cree es la raíz primaria de la palabra hebrea amán, que se utiliza dos veces más en 42:20 y 45:26. A medida que avanzamos a través de la Escritura, la luz del Evangelio será más y más clara.

Y como resultado de la fe de Abram, ADONAI: “se lo contó” o imputa (la palabra hebrea kjasháb (o chashad) Su fe por justicia (Romanos 15:6 también lea 4:1-25). Esta es la primera aparición de la palabra imputa en la Biblia. El Señor imputa o transfiriere Su justicia a Abram, a fin de que Abram tuviera una posición perfecta delante de Dios.

Cuando Juan dice que el Espíritu es el que da vida (Juan 6:63a), quiere decir que toda la justicia de Cristo se transfiere a nuestra cuenta espiritual en el momento de la fe (vea el comentario sobre La vida de Cristo Bw – Lo que Dios hace por nosotros en el Momento de la Fe). El nombre teológico de esto es imputación. La Biblia nos enseña que todos hemos heredado la naturaleza pecaminosa de Adán. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12). Se ha manifestado la justicia de Dios: la justicia divina mediante la fe de Jesús el Mesías, para todos los que creen (porque no hay distinción alguna, por cuanto todos pecaron, y están privados de la gloria de Dios (Romanos 3:22-23) En el TaNaJ, tenía que haber un sacrificio para que el pecado fuera expiado temporalmente. Había que derramar sangre y tenía que ocurrir una muerte; por lo tanto, debido a la muerte del Mesías Jesús en la cruz, tenemos una justicia perfecta y absoluta que Dios el Padre nos imputa a través de Su Hijo. Debido a la fe (recibida), hemos pasado el examen final de ADONAI con un cien por ciento. Cuando Ha’Shem nos ve, no ve nuestro pecado, ve la justicia de Su Hijo. Estamos en el Santo y Él está en nosotros. La única forma en que llegamos al cielo es el resultado de la perfecta justicia de Jesucristo.

Así que la salvación, ya sea en el Antiguo Pacto o Nuevo Pacto, era, y es, por gracia por fe. De hecho los rabinos enseñan que Abram, después de haber recibido la garantía de Dios, cree que la profecía ciertamente sería cumplida, y que no tiene por qué temer que pudiera perderla por el pecado. Porque ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte (gloríe) (Efesios 2:8-9). Eso no cambia. Pero lo que sí cambia es el contenido de esa fe. En otras palabras, ¿qué es lo que hay que creer para ser salvo? Y eso cambia de dispensación en dispensación, dependiendo de lo que Elohim ha revelado hasta el momento.

Este versículo es uno de los versículos más importantes, en toda la Biblia, ya que le dice por primera vez cómo el hombre pecador o la mujer pueden llegar a ser justos ante Dios. Por nosotros mismos no estamos bien con Dios. Estamos separados de Él por nuestra naturaleza pecaminosa y por decisiones pecaminosas deliberadas. Nosotros estamos bajo la ira de ADONAI, y sin Él estamos destinados a perecer miserablemente. Sí, es posible que podamos llegar a ser justos con Dios una vez más, ya que este verso dice que podemos, pasando de ese modo de pecado a la santidad y de la ira a la bendición. Se trata claramente de una gran noticia, y el versículo que nos dice cómo puede ocurrir esto es de suprema importancia.261 La influencia de este versículo en el Nuevo Pacto no puede ser exagerada. Se cita en tres ocasiones (Romanos 4:3, Gálatas 3:6; Santiago 2:23) y en cada caso se hace hincapié en que la salvación viene por la fe, y que Abram era un tipo de todos los que creyeran.

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