Babilonia nunca jamás sea hallada
18: 21-23a

Babilonia nunca jamás sea hallada ESCUDRIÑAR: ¿Cómo describe la Biblia la destrucción de Babilonia? ¿Cuál es el destino de aquellos que seducen a las personas hacia el pecado y se alejan de la fe en Cristo?

REFLEXIONAR: Cuando nos damos cuenta del destino final de los perdidos, ¿cómo quiere Dios que esa comprensión nos afecte? Hay mucho pecado que odiar en este mundo, pero ¿lo vemos con los ojos de nuestro Padre? ¿Amamos al pecador y odiamos el pecado?

Otro ángel fuerte (5:2, 10:1) ahora apareció en la visión de Juan. En un acto dramático que representa la destrucción de Babilonia: Y un ángel fuerte levantó una piedra, como una gran piedra de molino, y la echó al mar, diciendo: ¡Así, con ímpetu, será arrojada Babilonia, la ciudad grande! ¡Que nunca jamás sea hallada! (18:21). El nombre Getsemaní (Mateo 26:36) significa prensa de aceite, es decir, un molino de piedra para moler aceitunas en pulpa para su aceite. Hasta hace muy poco, los árabes en las aldeas de Israel usaban esas prensas con el mismo propósito, y muchas de las piedras de molino todavía están alrededor. Son circulares con un agujero en el centro para el eje, el diámetro promedio de la piedra es de aproximadamente 1,5 metros, el espesor es de unos 30 centímetros y el peso es más de una tonelada.400

En un momento, como una piedra de molino que desaparece en el mar, Babilonia se habrá ido. Jeremías ordenó arrojar un pergamino envuelto en piedra al río Éufrates para simbolizar el hundimiento de la ciudad de Babilonia. Entonces Jeremías dijo a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas, dirás: ¡Oh YHVH! Tú has hablado contra este lugar para destruirlo, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni bestia, sino que sea una desolación para siempre. Y cuando acabes de leer este rollo, le atarás una piedra, y lo arrojarás en medio del Éufrates, diciendo: ¡Así se hundirá Babilonia y no se levantará, por las desgracias que Yo envío contra ella para que sean abatidos! (Jeremías 51:61-64a). Al igual que Jeremías, este poderoso ángel también arroja una piedra en el mar, del tamaño de una gran piedra de molino, que representa como desaparecerá totalmente Babilonia. Con tal violencia, la gran ciudad de Babilonia será derribada, y nunca jamás sea hallada (18:21b). Esta expresión ocurre siete veces con pequeñas variaciones.

Hay dos lugares en la tierra que serán inhabitables por los humanos durante la Gran Tribulación. Mientras Satanás es atado y arrojado al Abismo por mil años (20:2-3), y la bestia y el falso profeta arderán en el lago de fuego y azufre (20:10), los demonios en forma animal están confinados a Babilonia (vea el comentario sobre Isaías Dk – Babilonia, la joya de los reinos, será derrocada), y Edom (vea el comentario sobre Isaías Gi – Las corrientes de Edom se convertirán en brea).

La destrucción de Babilonia será tan completa que ninguna de las actividades normales de la vida humana tendrá lugar (véase también Isaías 24:8; Jeremías 7:34; Ezequiel 26:13). ¡Que nunca jamás sea oído en ti tañido de arpistas y de músicos, de flautistas y de trompetistas! ¡Que nunca jamás sea hallado en ti artífice de oficio alguno! ¡Que nunca jamás sea oído en ti sonido de molino! (18:22).

De la misma manera, ¡Que nunca jamás alumbre en ti la luz de la antorcha! ¡Que nunca jamás sea oída en ti la voz del esposo y de la esposa! (18:23a). Babilonia será tan completamente destruida que nunca más será habitada como lo profetizaron los profetas del TaNaJ (Isaías 13:17-22, 14:22-23; Jeremías 50:13 y 39, 51:37-40).

Leyendo sobre la descripción de la destrucción de Babilonia, nos quedamos sin palabras. Si alguna vez hubo una imagen de desolación, es esta. No habrá más música, no más cultura, no más industria, y la institución del matrimonio se desintegrará. Todas las cosas que asociamos con una sociedad próspera desaparecerán, y el ángel dice que nunca más se las volverá a encontrar (Isaías 13:20-22; Jeremías 51:37 y 43). ¿Nunca? Esa es una palabra dura de escuchar. Una y otra vez la Biblia nos habla de la misericordia de Dios. ¿Por qué el Señor castigará a una nación tan severamente? ¿Está ADONAI realmente tan lleno de ira y venganza?

La respuesta es un rotundo “¡No!” Sabemos que el Señor es amoroso y misericordioso, y que no quiere que nadie sea condenado, pero desea que todos se arrepientan (Segunda de Pedro 3:9). Sin embargo, Él no nos puede obligar a aceptar Su amor. La elección depende de nosotros. Tenemos libertad para rechazar Su gracia, pero cuando lo hacemos, nos metemos en problemas. Solo tenemos que mirar alrededor del mundo para ver los frutos de esa elección: pobreza desenfrenada, crimen, divorcio y muchos otros males que pueden provocar una cultura de la muerte en lugar de la vida abundante que Yeshua (Jesús) quiere para todos nosotros.

Babilonia es ciertamente culpable de pecado, y aún más, de seducir al mundo entero para que lo acepte. La gran piedra de molino nos recuerda la parábola de Jesús: Cualquiera que cause tropiezo a uno de estos pequeños que creen, mejor le fuera si le colgaran al cuello una piedra de molino de asno y lo echaran al mar (Marcos 9:42). Pero el mayor problema no fue simplemente el pecado de Babilonia, sino que Babilonia negó el remedio de Dios para el pecado, al derramar la sangre de los santos, los apóstoles y los profetas que anunciaron Su salvación (18:20). La destrucción resultante no es realmente Su obra; es lo que sucede cada vez que el hombre decide que simplemente no escuchará la voz suave y apacible del Espíritu Santo que le habla a su corazón.

Por inquietante que pueda ser el pronunciamiento del ángel, debería recordarnos cuánto necesitamos la misericordia y las bendiciones de Dios, y nuestro llamado a compartirlas con los que están perdidos. Si miramos a nuestro alrededor, seguramente encontraremos algunos lugares “desolados” que están urgidos por Su refrescante presencia. ¿Está nuestro hogar lleno de paz o está marcado por la tensión y la hostilidad? ¿Estamos conducidos por Espíritu Santo en nuestros lugares de trabajo, o seguimos los chismes, “la política de la oficina” y en la forma en que los perdidos ven el mundo? ¡Tenemos la oportunidad de traer Su agua viva a nuestras situaciones desérticas y hacer que cobren vida con Su amor!

Señor, trae a todos Tus hijos del desierto a una nueva vida. Transforma nuestros corazones, nuestros hogares y nuestras relaciones por el poder de Tu Espíritu Santo.401