He aquí, vengo pronto
en un abrir y cerrar de ojos
22: 6-21

Aquí Juan, el autor humano bajo la inspiración del Espíritu Santo, cierra el libro de Apocalipsis. Aunque se divide en varias secciones cortas, enfatiza dos temas principales: primero, la autenticidad del libro como una revelación divina, o viniendo de Dios mismo, y segundo, la inminencia del regreso de Yeshua el Mesías.

Después de haber llevado al lector a través del sorprendente barrido de la historia hasta el futuro Estado Eterno, todo lo que le queda a Juan para registrar es este final divino. En este punto del libro se habrán cumplido todos los gloriosos propósitos que Dios ordenó antes de la fundación del mundo. Los juicios devastadores de la Gran Tribulación se habrán llevado a cabo y su memoria olvidada desde hace mucho tiempo. El Señor Jesucristo habrá regresado en una gloria resplandeciente, ejecutado a Sus enemigos, y reinado sobre la tierra durante mil años. Todos los rebeldes, tanto ángeles como seres humanos, habrán sido condenados a su castigo eterno en el lago de fuego. El universo actual habrá sido “des-creado”, y el eterno cielo nuevo y la nueva tierra creados, en los cuales el REY de reyes y el SEÑOR de señores reinará con Su Padre. Los creyentes de todas las edades, tanto judíos como gentiles, vivirán a la luz de la gloria Shekinah. La santidad absoluta e inmutable caracterizará a todos los que viven en la ciudad capital de la Nueva Jerusalén. Alabarán, adorarán y servirán constantemente a la Trinidad durante toda la eternidad en un ambiente de perfecta paz, alegría y satisfacción.516

Querido Padre Celestial, ¡Qué maravilloso será vivir adorándote para siempre! Pero esto digo, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta (porque sonará la trompeta), y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que ha sido escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh muerte, tu aguijón? Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de Jesús el Mesías, Señor nuestro! (1Corintios 15:50-57) ¡Nos deleitamos con la idea de alabar Tu glorioso nombre para siempre! En el nombre de Tu santo Yeshua y el poder de Su resurrección. Amén.