Reprimenda de Jacob a Simeón y Leví
34: 30-31

Reprimenda de Jacob a Simeón y Leví ESCUDRIÑAR: ¿Cómo reprende Jacob a sus hijos? ¿Cómo los hijos de Jacob lo reprenden a él? ¿Cómo la masacre y el saqueo de Siquem afectaron la primogenitura en la familia de Jacob? ¿Quién queda con la primogenitura?

REFLEXIONAR: Jacob llegó a un punto en su vida donde estaba espiritualmente sordo. Él era un padre pasivo. ¿Cómo puede usted evitarlo en su propia vida?

Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado haciéndome apestoso ante los moradores de esta tierra: el cananeo y el ferezeo. Yo tengo escaso número de hombres, y se juntarán contra mí, me atacarán, y yo y mi casa seremos exterminados (34:30). Parece que su preocupación no era Dina sino su propia reputación. Su arrebato sugiere una mayor preocupación por las relaciones públicas que por el honor de sus hijas.

Jacob era un padre pasivo, y un padre pasivo es destructivo para el desarrollo de sus hijos. Padres pasivos destruyen a sus hijos al negarse a disciplinarlos y cambiar el curso de su dirección. Padres pasivos producen niños inseguros y enojados. Sin un plan para toda la vida, los adolescentes perecen o mueren jóvenes. Dios mató a Elí, el Sumo Sacerdote, porque no disciplinaba a sus hijos (I Samuel 2:22 y 4:4-11). David fue un padre pasivo. Mientras Absalón estaba tratando de llamar su atención, David estaba persiguiendo a Betsabé y conspirando para matar al esposo. ¿De dónde Absalón aprendió a mentir, engañar y asesinar? Hizo exactamente lo que su padre le enseñó a hacer. Sin embargo, Dios no es un Padre pasivo. Él dice: y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os habla, diciendo: Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando seas reprendido por Él. Porque el Señor al que ama disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo (Hebreos 12:5-6).

Pero los hijos de Jacob parecían tener la última palabra. Ellos dijeron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera? (34:31) Ellos creían que la preocupación de Jacob estaba fuera de lugar y estaban ofendidos por esto. Cuando Siquem ofreció pagar por Dina, a sus ojos, tornó a Dina en una prostituta y estas cabezas calientes no podían tolerarlo. Ellos sintieron que su padre había estado demasiado dispuesto a ceder, y creyeron que sus acciones de vengar a su hermana estaban justificadas.529 Pero ellos hicieron mal en nombre del bien.

Sus instintos eran correctos para no querer asimilarse a los cananeos. El hecho es que si se hubieran casado con ellos, la identidad distintiva de Israel habría sido destruida y el pacto de Dios con Abraham se habría negado. Más tarde, la nación de Israel fue instruida por Dios para evitar la contaminación con los cananeos y la política exterior de Israel era destruirlos por completo antes de que ellos pudieran contaminar a los israelitas. Dios diría: Pero de las ciudades de estos pueblos que YHVH tu Dios te da por herencia, no dejarás con vida a ninguna persona. Dedicarás al exterminio al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como YHVH tu Dios te ha mandado, a fin de que no os enseñen a imitar todas las abominaciones que cometen en honor de sus dioses, y así pequéis contra YHVH vuestro Dios (Deuteronomio 20:16-18). Pero a pesar de que sus instintos eran correctos en esta materia, sus acciones eran malas. Mintieron y actuaron sin cuidado al llevar a cabo la venganza porque Dios no les había dicho a ellos hacer algo. En su lecho de muerte, cuando Ya’akov estaba dando la bendición patriarcal, Simeón y Leví fueron maldecidos al no recibir su propio territorio en la Tierra Prometida (49:5-7).

Además, la masacre de Siquem tendría implicaciones de largo alcance con la primogenitura de la familia de Jacob. Así como la primogenitura había sido un problema entre los hijos de Abraham: Ismael e Isaac, y como había sido un problema en la familia de Isaac entre Esaú y Jacob, sería también un problema en la familia de Jacob. Rubén, que en realidad era el primogénito, perdería su primogenitura por dormir con Bilha la concubina de Jacob (35:21). Entonces Simeón y Leví, que seguían en la línea de la primogenitura, también la perderían por este incidente. El siguiente en la línea sería Judá, y se convertiría en el hijo de la Semilla, a través de quien nacería el Mesías.

Cuando los hijos malos de Jacob, justificaron su propia traición, preguntaron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?” Ya’akov no tenía respuesta. Él de hecho había fracasado, había abierto la puerta a esto, y ahora estaba en necesidad desesperada de avivamiento en su propia vida, así como una palabra fresca de guía de Elohim. Aunque la Escritura no lo diga claramente, parece muy probable que Jacob fue a su altar y clamó a Dios por el perdón y la instrucción. Y Dios, que es misericordioso y paciente, le respondió una vez más.530

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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