Cuando pasaban los mercaderes madianitas
sus hermanos vendieron a José
por veinte piezas de plata
37: 25-36

Cuando pasaban los mercaderes madianitas sus hermanos vendieron a José por veinte piezas de plata ESCUDRIÑAR: ¿Cómo Dios cuidó a José en medio del odio de sus hermanos? ¿Cuál fue la preocupación egoísta de Rubén? ¿Cuál fue la mentira conveniente que los hermanos estuvieron de acuerdo en contar a su padre Israel? ¿De qué cinco maneras José prefigura la vida de Cristo?

REFLEXIONAR: ¿Tiene usted la seguridad de que va a ver a sus seres queridos de nuevo y nunca se separarán? ¿En la tierra? ¿En el cielo? ¿Puede usted mirar en algunos eventos pasados de su vida y ver cómo ADONAI guió sus pasos así como Él guiaba a Yosef? ¿Cómo? ¿Cuándo?

El maltrato de los hermanos de José no disminuyó el apetito de ellos.570 Se sentaron a comer pan (37:25a), mientras que Yosef les rogaba por su vida desde el pozo (42:21). Pero ellos no escucharon. Fue a esta dureza y crueldad a la que el profeta Amós se refiere, cuando dijo: Usted beben vino en tazones y se perfuman con las esencias más finas sin afligirse por la ruina de José (Amos 6:6 NVI). Los hermanos (que habían matado a todos los hombres de Siquem) era probable que no se molestaran con los gritos de alguien al que ellos odiaban. 23. Esto nos recuerda cuando Jesús fue crucificado en la cruz. Después de que los soldados romanos lo habían despojado de Sus ropas, se sentaron y se mantuvieron en vigilancia sobre Él allí (Mateo 27:36).

En ese momento, alzando sus ojos vieron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad, donde Laban y Jacob tuvieron sus enfrentamientos algunos años antes. Ellos eran descendientes de Ismael (25:13-16); llevando en sus camellos especias, bálsamo y mirra para hacerlos bajar a Egipto para comerciar (37:25b). Es irónico que estos tres elementos fueran los mismos regalos que los hermanos de José le llevaron cuando él estaba en Egipto (43:11).

Judá ahora asume un papel de liderazgo en relación con el destino de Yosef: entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y ocultemos su sangre? (37:26) Desde este punto Judá adquiere un papel cada vez más destacado en la familia.571 Él dijo: vendámoslo a los ismaelitas, y no sea nuestra mano contra él. Sus hermanos aceptaron su sugerencia. Ellos podrían evitar el pecado de asesinato y obtener un beneficio al mismo tiempo. 24. Los hermanos de José, que hipócritamente no quisieron contaminarse con su sangre, lo vendieron a los ismaelitas, y los judíos, que hipócritamente no querían contaminarse con la sangre del Mesías, llevaron a Yeshua a Pilato (Juan 18:28). Vendámoslo a los ismaelitas y no sea nuestra mano contra él, pues es nuestro hermano, nuestra carne. Y sus hermanos obedecieron (37:27). Los rabinos enseñan que los hermanos trataron de castigarlo a él medida por medida. Debido a que José quería gobernar sobre ellos, se convertiría en un esclavo.

Y cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a José de la cisterna, lo subieron y lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto (37:28). Los ismaelitas eran descendientes de Abraham con Agar (16:15) y los madianitas descendientes de Abraham por su concubina Cetura (25:2). El término ismaelitas se convirtió en una denominación general para una tribu del desierto, por lo que los comerciantes madianitas también eran conocidos como ismaelitas. La esclavitud en la mayoría de los lugares era como una muerte en vida, por lo que ellos sentían que nunca lo volverían a ver a él. 25. Del mismo modo, Jesús salió de la boca del Seol y en el tercer día fue levantado a la vida (Mateo 17:23; Lucas 24:7; Hechos 10:40).

Después de un poco de negociación, José fue vendido por veinte piezas de plata (37:28). Más tarde, Moisés fijaría el valor de un niño entre cinco y veinte piezas de plata (Levítico 27:5); y el precio promedio de un esclavo en treinta siclos (Éxodo 21:32).572 Sus hermanos no se dieron cuenta, pero cuando vendieron a José aseguraron el cumplimiento de sus sueños. Es difícil imaginar la sensación de horror que debe haber tenido José cuando lentamente se dio cuenta del enorme odio de sus hermanos hacia él. Cuando la caravana lo llevaba paso a paso lejos de su padre, y paso a paso más cerca de la esclavitud, la angustia debe haber superado al joven adolescente.573 Tanto en la ley bíblica como en la ley cuneiforme, lo que sus hermanos le hicieron a José era considerado un crimen y una ofensa capital. 26. Jesús y José fueron traicionados a cambio de plata. Yosef fue vendido por el precio de un esclavo por su hermano Judá y Yeshua fue vendido por el precio de un esclavo por su discípulo (talmid) Judas. Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos. — He pecado — les dijo — porque he entregado sangre inocente (Mateo 27:3-4a).

Rubén no estaba presente en el momento de la venta, pero cuando regresó al pozo y vio que José no estaba allí, asumió lo peor y creyó que José estaba muerto, por lo que rasgó sus vestiduras. Volvió a sus hermanos y les dijo: ¡El muchacho no está! ¿Y ahora que voy a hacer? (37:29-30) Rubén había fallado en sus responsabilidades de primogénito y Jacob lo haría a él directamente responsable. Rubén nunca habría permitido que José fuera vendido como esclavo. Si Rubén hubiera vuelto una media hora antes, José nunca habría terminado en Egipto.

Después de llegar a ser el segundo hombre más poderoso del mundo, José miraría hacia atrás y vería que desde el momento en que fue echado en el foso, hasta ese momento, ADONAI utilizó cada circunstancia en su vida. Permítame decirle a usted que usted es tan precioso/a para Dios como lo fue Yosef. Usted puede sentir que la vida lo está arrastrado como si fuera una marioneta, o como un perro en el extremo de una cuerda. Pero como niño del Señor no es manipulado por nadie; son las manos divinas de Dios las que lo controlan. Su vida, su negocio, su salud, su familia están siendo estructuradas por Él. Puede parecer como si estuviera en el pozo ahora, puede parecer que las cosas no están bien y usted puede preguntar: “¿Dónde está ADONAI?” Le voy a decir dónde está. La mano invisible del Señor lo está arrastrando hacia el palacio. Él lo está arrastrando a través del pozo hacia el palacio. No es por lo que está pasando, es hacia dónde va, lo que hace toda la diferencia en el mundo, el pozo no es su destino. Cuando se hagan añicos sus sueños, levante su voz en fe y diga: “Este no es mi destino.” Cuando su negocio está fallando, ese no es su destino. Cuando su matrimonio empieza a desintegrarse, ese no es su destino. Cuando su salud falla, eso no es su destino. Cuando sus hijos mayores rompen su corazón, ese no es su destino. Su destino está en el palacio con el Rey.

Una vez que le dijeron a Rubén que José había sido vendido, todos ellos se establecieron en una conveniente mentira. Entonces tomaron la túnica de José, y degollando un chivo de las cabras (Levítico 16:10), empaparon la túnica con la sangre (37:31). 27. la túnica salpicada de sangre de José se presentó a su padre Jacob, y la sangre de Cristo se presentó a Dios Padre habiendo ofrecido un solo sacrificio para siempre por los pecados ya que sin derramamiento de sangre no hay remisión (Hebreos 10:12 y 9:22b).

Luego enviaron la túnica de rayas de colores y la hicieron llegar a su padre, y dijeron: Hemos hallado esto, reconoce pues, y ve si es la túnica de tu hijo o no (37:32). Los hermanos sabían muy bien que era la túnica de José, pero no dijeron que fuera su sangre. Ellos permitieron que Israel sacara esa conclusión. Israel nunca pensó que sus hijos fueran los culpables de la muerte aparente de José. Él la reconoció, y exclamó: ¡Es la túnica de mi hijo! Alguna mala bestia lo habrá devorado. ¡Sin duda José fue despedazado! (37:33), y debe estar muerto. En su dolor no dejó de notar que la túnica de su hijo no se rompió en pedazos. Es irónico que años antes Jacob engañó a su padre por el derramamiento de la sangre de una cabra (27:9-10 y 16), ahora él es el padre, siendo engañado por sus hijos, por la sangre de una cabra.

Entonces Jacob (Israel) abrumado por el dolor rasgó sus ropas, puso tela de saco en sus lomos e hizo duelo por su hijo durante muchos días (37:34). Él había perdido a Raquel sólo unos pocos años antes. Ahora había perdido aparentemente a su hijo primogénito, la persona a quien había tenido la intención de transmitir la primogenitura y que sería el mejor equipado para llevar a cabo las responsabilidades del liderazgo espiritual en la familia y la nación que iba a establecer.574 Y se levantaron todos sus hijos e hijas a consolarlo, pero él rehusó ser consolado y dijo: ¡Descenderé enlutado junto a mi hijo hasta el Seol! Y su padre lloraba por él (37:35). Todos sus hijos y sus hijas (46:7 y 15) querían consolarlo, aunque algunos de ellos tenían el pequeño secreto y fueron hábiles en poner una fachada. Sin embargo, se negó a ser consolado. No, dijo: ¡Descenderé enlutado junto a mi hijo hasta el Seol! Israel propuso en su propia mente llorar por José por el resto de su vida, hasta que él mismo fuera al Seol.575 Y su padre lloraba por él. No había ninguna expresión de sumisión a la voluntad de Dios, ningún testimonio de fe y ninguna alusión a su nuevo nombre Israel porque todavía no había aprendido a caminar por fe.576 Compare su dolor aquí con el dolor de un hombre como David (II Samuel 12:15-23). David se entristeció y lloró sobre el bebé fallecido. Amaba a aquél pequeño tanto como Israel amaba a José, pero David era un hombre de fe. Él sabía que el bebé no podía volver a él, pero también sabía que iba a estar con él un día. Estimado amigo/a, tal vez usted ha perdido a un ser querido. Aférrese al Señor, aflíjase, y luego camine por fe siguiendo su vida. Si es salvo, verá a su ser querido de nuevo y no se separarán. El mundo no tiene fe. Se afligen como los que no tienen esperanza. Sin embargo, se puede caminar por fe.577

Mientras tanto, los madianitas lo habían vendido en Egipto a Potifar, eunuco de Faraón, jefe de los guardias (37:36). José obviamente era un joven sano e inteligente, y Potifar, uno de los funcionarios del faraón, el capitán de la guardia, en otras palabras, el jefe de los verdugos. Aquí, pues, es el comienzo del sufrimiento de José, el obediente servidor. ADONAI pondría a prueba su carácter a través de su sufrimiento, de modo que pudiera ser exaltado.578

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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