Jacob adoptó a los dos hijos de José:
Efraín y Manasés
48: 1-7

Jacob adoptó a los dos hijos de José: Efraín y Manasés ESCUDRIÑAR: ¿Por qué Jacob optó por adoptar a Manasés y Efraín? ¿Qué tiene que ver Raquel con esta adopción?

REFLEXIÓN: ¿Tiene usted la seguridad que ha sido adoptado en la familia de Dios (Efesios 1:4-5, Juan 1:12, Gálatas 3:26-29)?

Después de estos sucesos, se le avisó a José: Mira, tu padre está grave. Entonces él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín (48:1). José sabía que su padre postrado en cama era viejo y estaba listo para morir cuando se vio obligado a aceptar enterrarlo en la Tierra Prometida (47:28-31); entonces cuando llegó la noticia de que su padre estaba enfermo y cerca de morir, esto no fue una sorpresa. Así que Yosef respondió llevando a sus dos hijos Manasés y Efraín junto con él mientras la vida de Jacob llegaba a su fin. Jacobo ahora adoptaría a sus dos nietos como a sus propios hijos. Esta era una ocasión tan importante que el silencio de José, y el hecho de que sólo trajo a sus dos hijos y no a sus hermanos, parece indicar que Ya’akov, después de mucha oración, había discutido anteriormente la adopción de Manasés y Efraín con José. Ellos tenían aproximadamente dieciocho o veinte años en ese tiempo, habiendo nacido antes de que Jacob volviera a Egipto. Yosef se casó cuando tenía unos treinta años de edad, y habría tenido alrededor de cincuenta y seis años en este momento.

Le informaron a Jacob diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. E Isra’el se esforzó, y se sentó en la cama (48:2) con los pies sobre el suelo. Cuando su hijo llegó, Jacob le recordó quizás el acontecimiento más importante de toda su vida, la aparición de El Shaddai, el Dios fuerte y poderoso, que se le apareció en un sueño en Betel (28:10-22).743 Y dijo Jacob a José: ’El-Shadday se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo, y me dijo: He aquí Yo te haré fructificar, te multiplicaré, te pondré por congregación de pueblos y a tu descendencia después de ti daré esta tierra por posesión perpetua (48:3-4). Serás cabeza de doce tribus, y daré esta tierra como posesión eterna a tu descendencia después de ti. Egipto era sólo su hogar temporal porque su verdadera herencia sería Canaán.

Pues bien, los dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto antes de venir yo a vivir contigo en Egipto, serán míos. Efraín y Manasés, serán para mí como Rubén y Simeón (48:5). Ya’akov reemplazó a Rubén y Simeón, los primeros hijos nacidos de Lea, con Efraín y Manasés. Es obvio que José había criado a sus hijos con temor a Dios. Porque si bien ellos eran muy favorecidos por la posición de su padre, cuando Jacob los adoptó, ellos tomaron la misma decisión que Moisés tomó, para entregar las riquezas de Egipto al pueblo de Dios.

Sólo hay dos familias espirituales en el mundo: está la familia de Dios y la familia de Satanás. Nadie nace en la familia de Dios; la única manera de entrar en Su familia es ser adoptado. ¿Cuándo tuvo lugar esta adopción? Por parte de Dios, tuvo lugar en toda la eternidad pasada: según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él; habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías (Efesios 1:4-5a). Sin embargo, por nuestra parte, tuvo lugar en el momento de la fe en Cristo. Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no nacieron de sangres, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Juan 1:12-13).

Cuando hoy los padres adoptan a un niño, eligen a un muchacho o una muchacha que deseen adoptar en su familia. Se necesita una gran cantidad de planificación y preparación. Este niño, sin su adopción, puede tener un futuro extremadamente sombrío. El niño puede pasar la mayor parte de su vida sin hermanos o padres. Pero cuando se adopta, todo lo que es verdad de los padres es verdad del niño adoptado. En otras palabras, el niño adoptado tiene todos los derechos y privilegios de la familia. Y aunque los padres pueden estar decepcionados o incluso enojados con el niño por un tiempo, él o ella sigue siendo su hijo. Nadie es “des-adoptado”, esto también es cierto en la familia de Dios. Cuando somos adoptados, somos transformados de la esclavitud a hijos del Rey, de ser completamente maldecidos, al consuelo total.

Como vimos en el caso de Esaú y Jacob, era costumbre que el hijo mayor recibiera una doble porción de la herencia, pero el padre, como cabeza de la familia, podría alterar este arreglo si la situación, en su opinión, necesitaba ser cambiada. Jacob, por lo tanto, estaba perfectamente en su derecho de transferir la primogenitura de Rubén a José. Hijos de Rubén, primogénito de Isra’el (porque él era el primogénito, pero habiendo profanado el lecho de su padre, su primogenitura fue dada a los hijos de José ben Isra’el, pues no era posible registrarlo como primogénito (1 Crónicas 5:1). Ya’akov decidió que la manera más fácil de hacerlo era dar la doble herencia directamente a los dos hijos de José, en lugar de al mismo Yosef. Esto lo haría adoptándolos como sus propios hijos, de modo que cada uno tuviera el mismo estatus que Rubén y Simeón.744

Jacob le explicó a Yosef: En cambio, la descendencia que habrás engendrado después de ellos, serán tuyos, y en nombre de sus hermanos recibirán su heredad (48:6). Legalmente, en ese momento, Efraín y Manasés eran hijos de Jacob. Si José tuviera más hijos, su herencia sería de ellos, no de Ya’akov. Estos otros hijos de Yosef no se mencionan en ninguna parte de la Biblia, pero sus descendientes están incluidos en las familias de Efraín y Manasés en Números 26:28-37 y I Crónicas 7:14-29.745

Al recibir la doble porción y la primogenitura, José guardó silencio. No hay sentido de aprecio aquí porque probablemente ya había expresado su agradecimiento a su padre antes. Es más que probable, que ya lo habían discutido muchas veces antes. Si Manasés y Efraín también lo sabían, no lo sabemos. Pero a diferencia de Ya’akov, que había engañado a su padre para obtener la bendición, Yosef había dejado el futuro con ADONAI. Era muy sabio, pues no tenía que manipular ni engañar a su padre para obtener la bendición.746

Así como Jacob recordaba en su lecho de muerte, él se acordó de su primer amor, Raquel y el lugar donde la enterró: en cuanto a mí, cuando venía de Padam, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como a media legua para entrar en Efrata, en Ramá (haga clic en el enlace vea Ij – El nacimiento de Benjamín y la muerte de Raquel), y la sepulté allí, camino de Efrata (es decir, Bet-léhem) (48:7). Raquel murió demasiado pronto, así que no habría más hijos de ella. Pero Ya’akov quería honrar el recuerdo de Raquel poniendo a Manasés y Efraín ante Rubén y Simeón de Lea. Raquel siempre sería el amor de su vida, y siempre supo que si no fuera por las artimañas de Labán, habría sido su única esposa.

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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