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Rubén, tú eres mi primogénito, incontrolable
como las aguas, no serás el principal
49: 3-4

Rubén, tú eres mi primogénito, incontrolable como las aguas, no serás el principal ESCUDRIÑAR: ¿Cómo decepcionó Rubén a su padre Jacob? ¿De qué manera era él inestable como agua? ¿a qué renunció Rubén? ¿A quién se le dio su herencia? ¿A quién se le dio el sacerdocio? ¿A quién se le daría el liderazgo de las tribus de Isra’el? ¿Cuál fue la causa de la maldición de Rubén? ¿Cómo se manifestó esto en su vida y en la vida de los rubenitas después de él? ¿Qué esperanza dio ADONAI a Rubén?

REFLEXIONAR: Existe un peligro para la inestabilidad, y lo vemos en Rubén. La moral y el carácter van juntos. Si somos moralmente inestables, nos abrimos al pecado. Como creyentes, debemos estar en control de nuestra carne, sus apetitos y deseos. Más importante aún, debemos ser firmes en nuestra fe para que ya no seamos niños fluctuantes, zarandeados por las olas, llevados a la deriva por todo viento de doctrina, por la astucia de hombres que emplean con maestría las artimañas del error (Efesios 4:14). ¿Cómo afecta a usted y a su familia su estabilidad o inestabilidad? ¿Cuál es el remedio para nuestra enfermedad: el pecado? ¿Qué esperanza tiene en Cristo?

Rubén, tú eres mi primogénito, Mi fuerza y primicia de mi vigor, Principal en dignidad, Principal en poderío, Incontrolable como las aguas, No serás el principal, Pues subiste al lecho de tu padre y lo profanaste: ¡Mi tálamo escaló! (49:3-4).

Rubén el mayor, naturalmente tomó su lugar más cercano a su padre al lado de la cama. El nombre Rubén significa, yo veo a un hijo. Ya’akov le miró y dijo: tú eres mi primogénito, literalmente, mi escogido, Mi fuerza y primicia de mi vigor, Principal en dignidad, Principal en poderío (49:3). El primogénito es a menudo llamado primicia de mi vigor (del padre) en las Escrituras (Deuteronomio 21:7, Salmo 78:51). Él supuso que sería el líder de las doce tribus de Jacob. Siempre queriendo el favor de su padre, pero al darse cuenta de que había perdido su derecho a ello, Rubén fue una persona y un hijo patético. Originalmente, él tenía derecho a la primogenitura natural del primogénito, que significaba una doble porción de la herencia, el derecho al sacerdocio, y liderazgo de la nación. Desafortunadamente, Rubén no cumplió su promesa, ni las esperanzas de su padre.

En el futuro cercano histórico, Rubén sería tan turbulento, o tan incontrolable como las aguas. La palabra hebrea para incontrolable es pahaz (o pakjáz). Es de la raíz que describe la multitud sin ley en Jueces 9:4 y los profetas desafiantes de Sofonías 3:4. Esto sugiere el desenfreno como una debilidad. Es ese aspecto del agua, que se está convirtiendo rápidamente en un torrente descontrolado, como se muestra en Proverbios 17:14, que sirve de punto de comparación.763 Él era apasionado, pero carecía de autocontrol. Desafortunadamente, Rubén resultó ser débil y lujurioso. (ver Ntd nº1).

Como resultado, en lugar de una bendición, recibió una maldición: No serás el principal. Rubén demostró ser inestable, y como resultado, perdió su derecho de primogenitura con José. Rubén, primogénito de Israel (porque él era el primogénito, pero habiendo profanado el lecho de su padre, su primogenitura fue dada a los hijos de José ben Israel, pues no era posible registrarlo como primogénito; y aunque la primogenitura correspondía a José, Judá fue superior entre sus hermanos, y de él proviene un príncipe) (1 Crónicas 5:1-2). José, era un hermano mucho más joven. Y sabemos por la Torá que José pasó a desempeñar un papel preeminente en la historia del pueblo judío. Había tres privilegios que recibiría el primogénito.

El primer privilegio fue la doble porción de la herencia. Se prohibió al esposo seguir sus sentimientos y despreciar la Torá. Si uno tiene dos mujeres, una muy amada y otra menos, y las dos, la más amada y la otra le dan a luz hijos, y el primogénito resulta ser hijo de la menos amada, al repartir la herencia entre los hijos, no podrá constituir como primogénito al hijo de la amada con preferencia sobre el hijo de la menos amada, quien es el primogénito. Tendrá que reconocer al primogénito, hijo de la menos amada, dándole el doble de todo cuanto posea, pues es la primicia de su vigor, y tiene derecho de primogenitura (Deuteronomio 21:15-17).

El segundo privilegio era el sacerdocio. En Éxodo 12, la última terrible plaga fue la muerte del primogénito (vea el comentario sobre Éxodo Bt – A medianoche el SEÑOR hirió a todos los primogénitos en Egipto). Esto es porque Faraón estaba tomando a todos los hijos de Israel (Éxodo 1:15-16). Y debido a la redención de la Pascua, ADONAI dijo en Éxodo 13 que el primogénito de Israel son Sus sacerdotes. El primogénito sería el sacerdote de la familia y éste sería Rubén. Pero en Números 8:5-26 aprendemos que debido a la rebelión de las otras tribus en la adoración del becerro de oro, y el pecado de Rubén con Bilha, Dios separó a los levitas como la tribu sacerdotal porque sólo ellos eran fieles a Él.

El tercer privilegio era ser el líder de todas las doce tribus. Tendría que ser Principal en dignidad, Principal en poderío. En otras palabras, sería el líder de todas las tribus. Todos lo mirarían a él- el “bekor” (primogénito en hebreo). Ese era el plan, esa era la promesa, y esa era la herencia. Básicamente, Rubén debería haberlo hecho, pero fracasó. De hecho, durante la época de los Jueces la tribu de Rubén no fue a ayudar a la tribu de Isacar (Jueces 5:15-16). Eso puso en evidencia el problema básico tanto del propio Rubén como de sus descendientes. Sus defectos de carácter no le permitían estar a la altura de su elevado status de hijo primogénito. La triste profecía de Jacob para Rubén ciertamente se hizo realidad. Ningún juez, profeta o rey vino de esa tribu, ni ninguna persona de renombre, excepto Datán y Abiram, que eran infames por su participación en la rebelión de Coré contra Moisés (Números 16:1-35).

Como resultado de su fracaso de carácter, el papel de liderazgo de Rubén se daría a la tribu de Judá. Cuando Jacob llegó a Judá mientras él profetizaba alrededor de su lecho de muerte, Jacob le decía: “No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies” (49:10a). Estoy seguro que la profecía fue bastante chocante para aquellos hijos reunidos alrededor de su padre moribundo, porque esa no era la forma en que originalmente se suponía que fuera. Ellos esperaban que Jacob dijera: “Rubén, tienes el cetro, dirigirás a las tribus.” Pero debido a las fallas de Rubén, fue diciéndole implícitamente que se pusiera a un lado y le diera ese cetro a su hermano Judá. Ya ve, con Rubén, como agua incontrolable, no sabía dónde él iba a terminar. No se trataba simplemente del pecado con Bilha, sino que era un patrón de comportamiento en su vida.

Y todos podemos relacionarnos con la naturaleza de Rubén. El apóstol Pablo (rabino Saulo) lo dijo de esta manera: Porque sabemos que la ley es espiritual, pero yo, habiendo sido vendido a la esclavitud del pecado, soy carnal. Porque lo que hago no lo comprendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena. Así que ya no soy yo el que hace eso, sino el pecado que mora en mí. Porque yo sé que en mí (esto es, en mi carne) no mora el bien, porque el querer está en mí, pero no el hacer lo bueno; pues no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago (Romanos 7:14-19)! Todos tenemos un camión con una carga de pecado que queremos volcar. No hace falta mucho esfuerzo para encontrar el pecado en nuestra propia vida (y de alguna forma, a menudo en las vidas de otros también). Pecamos, lo confesamos todos los días, (o cada Shabat, y cada Yom Kippur) (1 Juan 1:8-10). No podemos poner una cinta autoadhesiva sobre el pecado, tenemos que llegar a la raíz del problema.

La buena noticia para usted y para mí es que Dios puede arreglar nuestro problema de pecado. Pero no es fácil seguir a Yeshua. Si fuera fácil, todo el mundo lo estaría haciendo. El TaNaJ nos enseña a no menospreciar el castigo de YHVH, ni fatigarnos de su corrección, porque YHVH al que ama disciplina, como el padre al hijo en quien se complace. Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, que es árbol de vida a los que echan mano de ella, Y los que la retienen son bienaventurados (Proverbios 3:11-18). No podemos pasar por nuestras vidas poniendo bandas autoadhesivas sobre nuestros pecados. No necesitamos auto-ayuda o auto-realización, necesitamos la ayuda de Yeshua y la realización en El Mesías, suficiente para nosotros. La promesa de los profetas fue que tendríamos un corazón nuevo.

Como nosotros, Rubén tenía sus problemas. La vida no es fácil. ¿Qué se hace? Necesitamos acercarnos a Jesús que dijo: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El que permanece en mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer (Juan 15:5). ADONAI ELOHIM dijo: Por cuanto Yo os tomaré de entre las naciones, y os recogeré de todos los países, y os traeré a vuestra propia tierra. Y rociaré agua limpia sobre vosotros, y seréis limpios de todas vuestras inmundicias, y os limpiaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y Yo seré a vosotros por Dios (Ezequiel 36:24-28, también ver Jeremías 31:31-34).

Cuando la nación de Israel salió de sus cuarenta años de vagabundeo en el desierto, los rubenitas fueron la primera tribu que pidió un lugar para establecerse, impulsivamente no esperó a cruzar el río Jordán con las otras tribus (Números 32). Esto era una indicación adicional de la pérdida de la influencia misericordiosa que la tribu de Rubén tenía en la nación. Por lo tanto, cuando ADONAI trajera juicio contra la nación de Israel, los rubenitas serían los primeros golpeados porque vivían al este del río Jordán. Además, durante las guerras posteriores con los cananeos, en los días de Débora y Barac, los rubenitas no respondieron al llamado a las armas (Jueces 5:15-16). Ellos participaron en erigir un lugar de culto no autorizado (Josué 22:10-34).764 Y por lo tanto, los rubenitas fueron eclipsados ​​por Gad e invadidos por Moab (Segundo Reyes 10:32-33, Primeras Crónicas 26:31-32).

Vemos algo del futuro de los rubenitas en el libro de Números. En el primer censo, la tribu de Rubén fue cuantificada en 46.500. Pero en el segundo censo, la tribu había disminuido a 43.730. La oración de Moisés en Deuteronomio 33:6 dice: aunque sus varones sean pocos, ¡Viva Rubén y no muera! En consecuencia, Moisés tuvo que interceder en nombre de la tribu de Rubén, para que no desaparecieran. Aunque Rubén era el primogénito, el reino fue entregado a Judá y el sacerdocio a Leví, dejando a la tribu de Rubén pequeña y sin influencia.

El pecado de Rubén fue el motivo de su maldición: Pues subiste al lecho de tu padre y lo profanaste: ¡Mi tálamo escaló! (49:4). Todo este versículo es muy enfático (vea Ik Rubén entró y dormido con la Concubina de su Padre Bilha). Por ejemplo, en la última frase cambia a la tercera persona como un punto de énfasis. Jacob simplemente no puede creer lo que hizo su hijo mayor. Aunque Ya’akov nunca había dicho nada al respecto, nunca lo olvidó. En 35:22, El pecado de Rubén se explica posiblemente como desafiando la autoridad de su padre. Era una práctica bien conocida y ampliamente adoptada en el antiguo cercano Oriente que el hijo mayor debía heredar las concubinas de su padre (II Samuel 16:22). Rubén pudo haber estado diciéndose a sí mismo que él era verdadero heredero de Jacob, pero esto le salió mal y su violación sexual se convirtió en su legado duradero.765 Aquí, Jacob estaba dejando perfectamente claro por qué Rubén perdió sus tres privilegios asociados con la primogenitura.

Pero no todo era malas noticias para Rubén. Moisés profetiza una promesa posterior para él y sus descendientes. El “bekor” quien perdió tanto, quien debería haber estado liderando, y fue perdido debido a sus actos pecaminosos, todavía tendría esperanza. Moisés profetizó un solo versículo en hebreo: aunque sus varones sean pocos, ¡Viva Rubén y no muera! (Deuteronomio 33:6). Los descendientes de Rubén estarían alrededor aunque su antepasado tuviera problemas. De hecho, estarían caminando con Dios en la fe. Que bendición: la promesa y el cumplimiento.

La profecía de Jacob de Rubén continuó siendo cumplida, y debido a su inestabilidad, los rubenitas se desvanecieron sin hacer ningún impacto significativo en la historia de la nación de Isra’el. Sin embargo, su futuro escatológico lejano será mucho más brillante. Debido a la gracia del Señor, la tribu de Rubén está incluida en la división de la tierra en el reino mesiánico. Junto al límite de Efraín, desde el lado oriental hasta el lado del mar, Rubén tendrá otra parte (Ezequiel 48:6). La división de la Tierra durante el reino mesiánico será diferente de la del tiempo de Josué en estas formas.

Primero, todas las porciones tribales de Dan, Aser, Neftalí, Manasés, Efraín, Rubén y Judá se extenderán a través de la anchura de la Tierra desde el límite oriental hasta el Mediterráneo, formando tramos de tierra paralelos. Esas siete tribus heredarán áreas en la parte norte de la Tierra, corriendo de este a oeste.

Segundo, todas las siete tribus estarán al oeste del Jordán, mientras que sólo dos tribus y media estaban al oeste del Jordán en los días de Josué.

Tercero, hay un tramo central de tierra que está separado del todo para los santos propósitos de Dios. El Templo (y los cuarteles para los hijos de Sadoc), la tierra para la tribu de Leví, la tierra para el cultivo de alimentos, y la Jerusalén milenial ocuparán ese lugar sagrado. A ambos lados de ella estará la porción de tierra que pertenece al Príncipe, o al resucitado rey David (vea el comentario sobre Apocalipsis FiEl Gobierno del Reino Mesiánico), continuando por un lado al límite este, y por el otro lado al mar Mediterráneo (ver el comentario sobre Isaías Ge – Tus ojos verán el Rey y su belleza).

La distribución debe ser por suerte (Ezequiel 47:22), pero sabemos que las suertes se echan en el regazo, Pero la decisión es de YHVH (Proverbios 16:33). Observe que las tribus que son descendientes de Lea (Judá) y Raquel (Benjamín) son las más cercanas al Templo, pero las tribus que son descendientes de Bilha (Dan) y Zilpa (Gad), son las más lejanas. Debido a que el territorio es designado como una ofrenda, cada una de las doce tribus recibirá una porción de tierra que será algo menos de dos tercios de lo originalmente asignado por Josué.

También aprendemos de Rubén que los que se meten en el pecado no deben esperar tener buena reputación o mantener una influencia positiva sobre los demás. Aunque intelectualmente sabemos que nuestros pecados fueron clavados en la cruz, y que estamos perdonados para siempre por los pecados pasados, todavía tenemos que sufrir las consecuencias de esos pecados, que incluyen remordimiento y pérdida de reputación e influencia. Y el pecado de Rubén dejó una marca indeleble sobre él y su familia. Como creyentes, debemos entender que la deshonra es una herida que no será sanada sin una cicatriz.766

El reino de Dios, sin embargo, estará lleno de muchos parecidos a Rubén. Hay un sentido en el que todos podemos relacionarnos con él al no cumplir con nuestra llamada piadosa de alguna manera. Aquellos de nosotros en Yeshua somos llamados los hijos de Dios (Juan 1:12). Por favor recuerden que el SEÑOR nunca repudió a Rubénél todavía era Su hijo. La pregunta fue ¿qué tipo de niño era él? Esta pregunta es también nuestra pregunta. ¿Amén? ¿Qué clase de hijo ha sido usted? Hay un montón de “Rubén” por ahí – decepciones, opciones pecaminosas, y arrepentimiento. Sin embargo, Dios nunca se rindió con él, y Él nunca se rendirá si usted es verdaderamente Su hijo. Puede usted haber caído y caído mal. Pero ADONAI es un Dios de restauración. El libro de Apocalipsis nos dice que habrá 12.000 sellados de la tribu de Rubén que serán parte del renacimiento mesiánico durante la Gran Tribulación (vea el comentario sobre Apocalipsis CrEntonces oí el Número de aquellos que fueron sellados, 144.000 de todas las tribus de Israel). Por lo tanto, podemos decir con confianza que si alguno es nueva criatura en el Mesías, las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas (2 Corintios 5:17)!

De pie junto a Rubén estaban los hermanos inseparables, Simeón y Leví.

Ntd 1: La palabra pahaz o pakjáz más que al agua desbordante de un rio impetuoso o una represa que colapsa, aquí podría referirse a la energía visible en el proceso de ebullición del agua.

Ntd 2: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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