Escorpio: El ataque del enemigo
Capítulo Tres: El Conflicto del Redentor

Ahora entramos en el corazón del conflicto. Los cielos representan un enorme escorpión tratando de picar el talón de un hombre poderoso que está luchando con una serpiente, pero es aplastado por el hombre, que tiene Su pie plantado directamente en el corazón del escorpión. En el segundo libro, la Iglesia es vista en conflicto con el enemigo.

El nombre hebreo es Akrab, que es el nombre del escorpión, pero también significa el conflicto, o la guerra. David usa esta misma palabra en el Salmo 144:1, donde alaba: ¡Bendito sea YHVH, mi Roca, Que adiestra mis manos para la guerra, Y mis dedos para la batalla! El nombre copto es Isidis, que significa el ataque del enemigo, o la opresión, que se refiere a los malvados que me oprimen, De los enemigos mortales que me rodean (Salmo 17:9). El nombre árabe es Al Akrab, que significa hiriéndolo al que viene. La estrella más brillante alfa marca el corazón del escorpión y lleva el antiguo nombre árabe de Antares, que significa la herida. Brilla con una luz roja inquietante. En hebreo, el aguijón se llama lesath, que significa el perverso.

Aprendemos del apóstol Juan que el escorpión es un enemigo mortal (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Apocalipsis DaLa quinta trompeta: las langostas descendieron sobre la tierra y se les dio poder como el de los escorpiones). La picadura de veneno simboliza la hostilidad entre la serpiente y la Simiente de la mujer. Ese odio se ve más claramente en Éxodo 1:16-22, donde el enemigo intenta destruir a todos los hijos varones de la simiente de Abraham y cómo ese plan malvado fue derrotado. Vemos el esfuerzo repetido cuando la serpiente utilizó a la mujer Atalía para destruir a toda la estirpe real (II Reyes 11:1-3), y cómo el hijo del rey fue rescatado: lo quitó de entre los hijos del rey que estaban siendo asesinados, y lo escondió con su nodriza en un cuarto. La escena se repite en Ester, donde el malvado Hamán y los enemigos de los judíos (Ester 9:1), trataron de destruir a toda la nación, pero fueron derrotados. Cuando nació la Simiente de la mujer, Satanás incitó a Herodes quien mató a todos los niños menores de dos años en Bet-léhem (Mateo 2:16), pero nuevamente fue derrotado. Durante los cuarenta días en el desierto de Judea y en el juicio religioso de Yeshua, el gran conflicto se renovó. Él dijo a sus enemigos: ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas (Lucas 22:53b). Y la batalla se intensificó hasta el momento en que el escorpión golpeó la Simiente de la mujer. La herida real en el talón tuvo lugar en la cruz. Jesús Cristo murió, pero resucitó de los muertos para resolver el conflicto para siempre.

1. y 2. Serpiente y Ofiuco (Ophiuchus) (El Portador de la Serpiente): Aquí Serpens, la serpiente, se ve agarrada y luchando en vano con un hombre que se llama Ophiuchus. En latín la serpiente se llama Serpentarius (o Sepentario). Al mismo tiempo Ophiuchus está tomando la serpiente con ambas manos; está pisando el corazón mismo del escorpión, marcado por la estrella de color rojo oscuro Antares, pero simultáneamente el escorpión está tratando de herir su talón y apoderarse de la corona, que está justo encima de la cabeza de la serpiente.

Esta es la última lucha en el universo. Fue el Adversario, en la forma de una serpiente que robó al primer Adán su corona, pero luchó en vano por la corona del último Adán (I Corintios 15:45), y no sólo falla en este intento, sino que es derrotado y destruido por completo (Apocalipsis 20:10).

La estrella más brillante alfa en el cuello de la Serpiente se llama Unuk, que significa abarcando. Otro nombre hebreo es Alyah, el maldito. El nombre árabe es Al Hay, el reptil. La siguiente estrella más brillante es Beta en el cuello de la Serpiente se llama en árabe, Chelb o Chelbalrai, la serpiente que envuelve. El nombre griego Ophiuchus es el mismo nombre hebreo y árabe Afeichus, que significa la serpiente sostenida. Todo esto nos muestra la magnitud de esta gran lucha, pero el resultado de esta lucha se ve en la última de las tres constelaciones de este capítulo. ¡El hombre poderoso es el vencedor!

3. Hércules (el hombre Poderoso): Cada capítulo termina en la victoria y aquí un poderoso, que ocupa una gran parte de los cielos, es visto doblado sobre una rodilla, con su talón derecho levantado como si hubiera sido herido, mientras que el pie izquierdo se encuentra directamente sobre la cabeza del gran dragón. En su mano derecha maneja un gran mazo o palo y en su mano izquierda empuña a un monstruo de serpiente de tres cabezas llamado Cerberus.

Es fácil ver cómo se produjo la perversión de la verdad del Evangelio por parte de los griegos y cómo, cuando se perdió la verdad, inventaron otras fábulas para reemplazarlas. Había algunos griegos que entendieron esto. Aristóteles, en su Metafísica, X.8, admite que la religión y la filosofía se habían perdido y que muchas habían sido “añadidas al estilo mítico”. Por lo tanto, las autoridades antiguas diferían sobre la personalidad de Hércules y el orden de lo que a veces se llaman “los doce trabajos de Hércules”, pero no puede haber duda de las obras poderosas que la Simiente de la mujer debería realizar.

A cada paso se ve a Hércules destruyendo al enemigo: ahora es el león de Nemea, luego es la matanza del jabalí de Erymanthus, otra vez, es la conquista del toro de Creta, luego la muerte de la Hidra de tres cabezas, cuyo veneno finalmente mata a Hércules. Entonces se dice que permaneció en el vientre del mar tres días y tres noches, para volver a levantarse. Esta fue sin duda una distorsión de la historia de Jonás y el pez (vea el comentario sobre Jonás Aq – Jonás y el gran pez). Así que cuando vemos a Hércules derribando enormes enemigos y liberando cautivos, podemos también ver trabajando a ADONAI. Podemos percibir cómo la intención original de “la vieja, vieja historia” en las estrellas mostraría el empuñar de Su gran palo, victorioso sobre todos Sus enemigos, y plantando Su pie en la cabeza de la Serpiente.

Cuando el enemigo ataca, Dios es nuestro refugio. El Salmo 91 lo explica para todos nosotros: Diré yo a YHVH: ¡Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios en quien confío! Por lo tanto, Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza. Este salmo combina la cálida protección de un pájaro padre (Él con sus plumas te cubrirá Y debajo de sus alas hallarás refugio) con la fuerza dura e inquebrantable de su armadura (Su fidelidad es nuestro escudo). El salmista nos asegura que ADONAI es nuestro refugio porque a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Es el SEÑOR que va delante de nosotros Sobre el león y el áspid pisarás, Hollarás al cachorro del león y al dragón.

El salmo termina con tres simples verdades. Primero, porque amamos a ADONAI, Él dice que Él nos librará. En segundo lugar, porque reconocemos Su Nombre, lo invocaremos y El responderá. En tercer lugar, Dios promete estar con nosotros en la angustia, nos librará y nos honrará. En su denominador común, nuestro vínculo con el Señor está entre el Ayudador y el desamparo. Es una cuestión de gracia. Cuando venga el ataque del enemigo, debemos recordar que el Poderoso dice: “Lo saciaré de larga vida, Y haré que vea mi salvación(Salmo 91:16). Este es el testimonio de las estrellas.

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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