Libra: El precio que cubre
Capítulo Dos: La Obra de la Gracia en la Cruz

En el primer capítulo del libro vimos que la Simiente de la mujer vino a dar Su vida por los demás. En este capítulo vamos a ver la obra de la gracia necesaria para sostener la profecía del Mesías venidero. Esa obra de gracia fue Cristo comprando de nuevo, o redimiendo, nuestro derecho ante Dios por Su muerte en la cruz. En el segundo libro esta gracia se verá en el derramamiento del Espíritu Santo (Ruaj HaKodesh) para la Iglesia.

El nombre hebreo es Mozanaim, o las Balanzas, o pesando. Su nombre en árabe es Al Zubena, que significa compra, o redención. El nombre por el cual ha llegado hasta nosotros es el latín Libra, que significa pesar. El signo de Libra se representa como dos escalas, una escala superior y una escala inferior, y contiene tres estrellas brillantes cuyos nombres explican el significado de las dos escalas. La primera estrella, alfa, en la escala inferior, se llama Zuben al Genubi, que significa la compra, o el precio que es deficiente. Esto señala el hecho de que la humanidad está completamente perdida, siendo pesada en estas escalas y no dando el peso. Ninguno de ellos podrá en modo alguno redimir al hermano, Ni pagar a ’Elohim su rescate (porque la redención de su alma es de tan alto precio, que no se logrará jamás) (Salmo 49:7-8). Y no sólo eso, sino que: sólo Vanidad son los del vulgo, Mentira son los nobles. Puestos en balanza, suben, Pero serán más livianos que un soplo (Salmos 62:9). Este es el veredicto pronunciado por esta primera estrella.

Esto plantea la pregunta, ¿no hay esperanza? ¿No hay nadie que pueda pagar el precio? ¡Sí! Sí lo hay: la Simiente de la mujer. Él no viene meramente como un niño; Él viene como “el” sacrificio expiatorio. Él viene para el propósito de la redención. Él viene en gracia. Así que tenemos el testimonio de una segunda estrella brillante, beta, en la escala superior llamada Zuben al Chemali, que significa el precio que cubre. Esto apunta al hecho de que Dios es capaz de redimir a Sus hijos. Y cantan un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre redimiste para Dios, De toda tribu y lengua y pueblo y nación (Apocalipsis 5:9). Esta estrella tiene otro nombre, al Gubi, o amontonada, o altos. Esta segunda estrella nos habla del infinito precio que costará nuestra redención.

Pero hay una tercera estrella, gamma, abajo, hacia Centaurus y la Víctima inmolada, diciéndonos acerca del conflicto por el cual esa redención sería cumplida. Se llama Zuben Akrabi o Zuben al Akrab, que significa el precio del conflicto. Por lo tanto, el precio que cubre los pecados del mundo fue pagado, y era más que el precio que era deficiente. Que precio debía ser, como iba a ser pagado y cuál iba a ser el resultado del pago se ve en Las tres constelaciones de Libra.

1. Crux (La Cruz): La primera constelación se llamó Adom, que en hebreo significa cortar (Daniel 9:26). Otro nombre para esta es la última letra del alfabeto hebreo, Tav, y hasta el día de hoy significa una marca; especialmente una marca de límite, límite o un acabado. Cuando Cristo pagó el precio que cubre en la cruz, Jesús clamó: consumado está (Juan 19:30). Yeshua habló en arameo, no en griego. La traducción aramea aquí es: Pagado en su totalidad. ¿Qué fue pagado en su totalidad? El pago por nuestros pecados, es perfecto, completo, terminado, nunca debe ser repetido o agregado.

2. Lupus (La Víctima): El nombre moderno es Lupus (lobo), porque se parece a uno, pero podría ser cualquier animal. El punto principal de esta antigua constelación es que el animal ha sido sacrificado y está en el acto de caer muerto. Su nombre griego es Thera, una bestia, y Lycos, un lobo. La antigua palabra hebrea Asedah y la palabra árabe Asedaton, ambas significan ser asesinado. Porque Él es asesinado aquí por el Centauro, esto indica que fue Su propio acto. El Mesías diría: y pongo mi vida por las ovejas. . . Nadie me la quita, sino que Yo la pongo de mí mismo (Juan 10:15 y 18).

3. Corona (Corona): Cada capítulo termina con gloria, y aquí la cruz vergonzosa es seguida de cerca por la gloriosa corona. Pero vemos a Aquél…a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustara la muerte por todos (Hebreos 2:9). El nombre hebreo para la constelación es Atara, una corona real, y sus estrellas se conocen hoy en el Oriente por el plural, Atarot. Su nombre árabe es Al Iclil, un ornamento o joya. Así termina el segundo capítulo, que describe la gran obra de la redención, comenzando con la cruz y terminando con la corona. Solo Jesús es visto como el sustituto de los pecadores perdidos. Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz afilada (Apocalipsis 14:14).

Como seguidores del Mesías, también recibimos una corona o coronas. La corona es stephanos, que tiene el significado literal de alrededor y se utilizó para las coronas o guirnaldas que se colocaban en las cabezas de los dignatarios, vencedores militares y ganadores de competencias deportivos como una marca de gran honor. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal del Mesías, para que cada uno recoja lo que practicó estando en el cuerpo, sea bueno o malo (2 Corintios 5:10 y 1 Corintios 3:11-15). Así que ciertas recompensas que los creyentes recibirán o no recibirán serán individuales, basadas en su propia fidelidad.

La imagen de la corona en el Nuevo Pacto se desarrolla en detalle en I Corintios 9:24-27 con una imagen de una carrera y la corona perecedera que el vencedor gana. Pero Pablo escribe a los creyentes que corren la carrera para obtener una corona que durará para siempre (I Corintios 9:25). Estas no son coronas literales, pero la característica de la corona será verdadera para el creyente por toda la eternidad (haga clic en el enlace vea el comentario sobre Apocalipsis CcDebemos todos comparecer ante el tribunal de Cristo). Todos esperamos el tiempo cuando Jesús nos diga: Bien, siervo bueno y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor (Mateo 25:21).

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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