Benjamín es un lobo depredador,
devorará la presa y repartirá despojos
49: 27

Benjamín es un lobo depredador, devorará la presa y repartirá despojos ESCUDRIÑAR: ¿Quién fue la madre de Benjamín y por qué es importante? ¿Qué pasó con Benjamín cuando José dejó la escena? ¿Qué dos tribus componían el reino sur de Judá? ¿Cómo sabemos que Benjamín fue favorecido por su asignación de tierra? ¿Qué significa la palabra depredador y cómo se aplica en la Torá? ¿Quiénes fueron algunos famosos benjaminitas? ¿Quién fue el famoso benjaminita en el Nuevo Pacto y lo que tuvo que abandonar para seguir a Jesús? Aunque los benjaminitas eran muy valientes, ¿dónde estaba su seguridad? ¿Cuántos hijos de Jacob se perdieron?

REFLEXIÓN: Al igual que el apóstol Pablo (rabino Saulo), ¿tiene usted celo por lo que Yeshua ha hecho en su vida? ¿O está escondiendo su lámpara y la pone debajo del almud? ¿Qué ha dejado para seguir al Mesías? ¿A qué renunciaría usted para seguirlo? ¿Hasta dónde llegaría para proclamar Su nombre?

Benjamín, lobo depredador, En la mañana devorará la presa, Y por la tarde repartirá despojos (49:27).

En Génesis 49, el patriarca Jacob, sintiendo su muerte inminente, reunió a sus hijos en su lecho para bendecirlos. Cada hijo se convirtió en el progenitor de las doce tribus de Israel. Benjamín, como el más joven, recibió en último lugar la bendición de su padre. Él era el segundo hijo de Raquel, la esposa favorita de Jacob (vea Hg Jacob se casa con Lea y Raquel), pero ella murió en el parto (vea Ij El nacimiento de Benjamín y la muerte de Raquel).

A medida que sus hijos crecieron, el hecho de que Ya’akov favoreció a José por encima de todos sus otros hermanos hizo que estuvieran tan enojados que querían matarlo (excluyendo a su hermano Benjamín). En realidad no lo mataron, pero vendieron a Yosef a comerciantes de esclavos que iban a Egipto. Pero ellos querían que Jacob pensara que José estaba muerto, y para todos los efectos, él estaba muerto para Jacob. Como resultado, Benjamín, llamado hijo de mi mano derecha o hijo de mi fortaleza (35:18), se convirtió en el foco principal de la vida de Jacob.

El hecho de que Benjamín fuera visto como especial por Jacob se ve claramente en las asignaciones territoriales. Todas las tribus recibieron distintos territorios. Eventualmente había dos divisiones principales de la tierra. Después de la muerte de Salomón (I Reyes 11:41-43), diez de las tribus terminaron en lo que se conoció como el reino norte de Israel (I Reyes 12:1-20a), y dos de las tribus terminaron en lo que se conoció como el reino del sur de Judá (I Reyes 14:21). Las dos tribus de Judá y Benjamín constituyeron el Reino del Sur, donde Judá constituyó casi toda la tierra. Pero aunque Benjamín tenía probablemente menos del diez por ciento de todo el reino del sur de Judá, éste incluyó el lugar más santo en el planeta tierra, la ciudad sagrada de Jerusalem.

Más adelante, Moisés profetizó acerca de Benjamín: Habite el amado de YHVH confiado junto a Aquél que lo protege todo el día morando entre sus hombros (Deuteronomio 33:12). Qué manera interesante de expresarlo. Benjamín morando entre los hombros de Dios. Así que, en un sentido metafórico, Jerusalem se encuentra entre las montañas de Judea, o los hombros de Dios. En el mismo centro, o en el corazón mismo, si quiere, de Ha’Shem. Benjamín tendrá el lugar donde ’El-Shadday habita.

Benjamín, lobo depredador (49:27a). La palabra depredador viene del hebreo tref o trefah (taráf según Strong H2963), que significa un lobo que desgarra su presa. A veces tref se utiliza en un sentido genérico. Por ejemplo, hay comida kosher, y cualquier otra cosa es tref. Pero la palabra trefah realmente proviene de la palabra hebrea que significa desgarrar. En la Torá, si un animal, incluso un animal kosher, es destrozado y muerto, es trefah. En otras palabras, no hay tal cosa como carne kosher de un animal arrollado, incluso si fuera una buena costilla. No sería preparado de la manera que la Torá ordena (Levítico 11:1-46; 17:1-16), con el pensamiento en: Solamente que seas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con la carne (Deuteronomio 12:23). Es por eso que la caza no es normalmente una actividad judía. Cuando alguien dispara a su presa, se desgarra y se convierte automáticamente en no-kosher. En el TaNaJ, los judíos pondrían una trampa para un animal kosher y lo capturarían, solo entonces podrían matarlo de la manera ritual, drenando la sangre.

Así que Benjamín es un lobo que desgarra, y hay gente muy interesante de la tribu de Benjamín que cumple la profecía de Jacob. Uno es Aod, famoso guerrero y uno de los jueces (Jueces 3:15-30). Saúl, el primer rey de Israel, era también benjaminita (1 Samuel 9:1-2), y para bien o para mal, cumplió esta profecía de Jacob. El hijo de Saúl, Jonatán, un gran guerrero, cuya alma quedó ligada al alma de David (1 Samuel 18:1). Además, Mardoqueo y Ester eran de la tribu de Benjamín (Ester 2:5-7). Fueron guerreros de aquella generación a quienes ADONAI solía librar a Israel de sus enemigos como un lobo depredador (vea Ester Bm Los judíos derribaron a todos sus enemigos con la espada, matándolos y destruyéndolos).

Y en el Nuevo Pacto, el rabino Saulo, un hijo de Benjamín (Romano 11:1), pasó a ser conocido como el apóstol Pablo (Hechos 9:1-18). En Filipenses él da un breve testimonio de su fondo ultra ortodoxo. Aunque también yo puedo confiar en la carne. Si algún otro cree poder confiar en la carne, yo más: Circuncidado al octavo día; del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que hay en la ley, irreprensible (Filipenses 3:4-6). Pablo pensaba que estaba siendo fiel a Dios. En otras palabras, un fanático de la tribu de los fanáticos; un guerrero de la tribu de los guerreros. Pero, en la frase siguiente describe las consecuencias de su vida más antigua.

Pero, ¡cuántas cosas que eran para mí ganancias, las he estimado como pérdida por amor al Mesías! (Filipenses 3:7). Normalmente es lo que sucede en la comunidad judía en estas situaciones, ésta le da la espalda, sus hijos no quieren tener nada con usted y su cónyuge se quiere divorciar. No es un bonito panorama. En I Corintios 7, Pablo parece hablar sobre esto. Cuando el incrédulo deja al creyente, ¿qué puede hacer? Tal vez esto formaba parte de su testimonio. Estoy seguro que una hipotética señora de Saulo, esposa de un rabino ultra-ortodoxo, no estaría satisfecha con su revelación y probablemente no podría estar junto a él con su cambio de teología. Por lo tanto, es como si él estuviese diciendo, “cualquiera que sea el costo, he dejado esas cosas para mi relación con el Mesías.Jesús mismo había dicho El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí (Mateo 10:37). Saulo entendió esto y dio todo para seguir al Mesías. Y como un lobo depredador, este hijo de Benjamín desgarró las cosas y las tornó para Yeshua en el primer siglo. Esto parece ser parte de la bendición de Benjamín.

La naturaleza guerrera de la pequeña tribu de Benjamín llegó a ser bien conocida, según lo exhibido por sus espadachines. Esta tribu era tan agresiva y exitosa que iban a ser capaces de compartir su botín con otras tribus. Esto parece una extraña profecía para un hijo a quien Jacob especialmente amó, pero era tanto una promesa como una advertencia. La tribu de Benjamín sería valiente y fuerte, exitosa en la guerra, pero al mismo tiempo podría llegar a ser cruel y depredadora.

Así que parece que la tribu de Benjamín tenía su lado oscuro. La naturaleza belicosa no sólo surgió en defensa de su tierra, sino también en la depravación dentro de su tierra. En Jueces 19-21 los benjaminitas ofendieron a las otras once tribus de Israel, y comenzó una guerra civil. Este período tuvo la reputación de que todos hicieron lo que era correcto a sus propios ojos (Jueces 21:25). Lo que llevó a esto fue el horrible abuso y asesinato de una concubina de un Levita no mencionado (Jueces 19:10-28). Las once tribus se volvieron contra la tribu de Benjamín y casi los aniquilan a causa de su negativa de entregar a los autores (Jueces 20:1 a 21:25).801 Eventualmente todos ellos restauraron la tribu de Benjamín que se vio disminuida en gran medida debido a la guerra, y al país reunido en su contra.

Aunque los benjaminitas eran muy valientes, no era allí donde estaba su seguridad. La profecía de Moisés arrojó alguna luz sobre esto. Él profetizó: Habite el amado de YHVH confiado junto a Aquél Que lo protege todo el día morando entre sus hombros (Deuteronomio 33:12). Esta última frase literalmente significa que descansa en la espalda del Señor. Esto representa a un Padre que lleva a Su amado hijo en Su espalda, y por lo tanto una hermosa metáfora para el cuidado protector y paternal de Dios a Benjamín.802

En la mañana devorará la presa, Y por la tarde repartirá despojos (49:27b). Ambos atributos, devorar la presa y repartir despojos, fueron más tarde evidentes en la tribu. Aunque era la más pequeña de las tribus, en el futuro histórico cercano, se haría famosa por su coraje, ferocidad y su poder. Después de la conquista de Canaán, recibieron el territorio entre las tribus de Efraín y Judá, el cual ha sido una zona de guerra a lo largo de la historia de Israel. La tribu de Benjamín se reconocía a sí misma como una tribu guerrera (Jueces 5:14, 20:14-21; II Samuel 2; I Crónicas 8:40 y 12; II Crónicas 14:8, 17:7; Salmo 68:27).

En el futuro escatológico lejano, la tribu de Benjamín tendrá una porción en el reino mesiánico, extendiéndose desde el lado oriental hasta el lado del mar (Ezequiel 48:23). Cuando miramos la familia de Jacob creo que sería justo decir que era muy disfuncional, pero incluso con todos sus problemas, los hijos de Israel creyeron en el Dios de Abraham e Isaac, y los catorce hijos se encuentran en el reino milenial (Ezequiel 47:13, 48:1-29), ninguno se perdió. Jesús habló acerca de la seguridad eterna para aquellos que creen, confían y tienen fe en Él. Él dijo: Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen, y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que me ha dado mi Padre es mayor que todas las cosas, y nadie puede arrebatarlo de la mano del Padre (Juan 10:27-30).

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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