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Priscila y Aquila le enseñan a Apolos
18: 23-28

52-53 dC

Priscila y Aquila le enseñan a Apolos ESCUDRIÑAR: Estos versículos resumen muchos viajes. ¿Qué distancia viajó Pablo en ese momento? ¿Qué opina usted de sus compañeros Priscila y Aquila? ¿Qué clase de hombre era Apolos? ¿Qué tipo de influencia tuvo Apolos en Acaya, específicamente en Corinto (vea los versículos 27-28 y también Primera de Corintios 3:4-6)? ¿Qué tan eficaz sería el en los círculos intelectuales?

REFLEXIONAR: ¿Quién le fue de gran ayuda a usted cuando era joven y estaba entusiasmado con su fe? ¿Cómo ayudó esta persona? ¿A quién está ayudando ahora? ¿Cómo lo hace? ¿Dónde siente usted que Dios le ha equipado para servir? ¿Cómo puede hacerlo esta semana? ¿Cómo equilibra su lugar de adoración, a la evangelización con el fortalecimiento y equipamiento de los creyentes? ¿Qué hace que un predicador o maestro de la Biblia sea más “popular” que otro? ¿Y cuál de estos atributos debería tener poco o nada que ver con la aceptación de su enseñanza?

Pasado algún tiempo, partió y atravesó la región de Galacia y Frigia, de lugar en lugar, fortaleciendo a todos los discípulos (18:23). Después de pasar algún tiempo en Antioquía, probablemente desde principios del verano del 52 dC hasta principios de la primavera del 53 dC, y de haberle dado sin duda a su iglesia un relato completo de su Segundo viaje misionero, Pablo partió de allí, en lo que resultó ser su Tercer viaje Misionero. Su destino final fue Éfeso. Ellos le habían impedido a Él ir allí antes (16:6). Él tuvo que acortar su primera visita allí (18:20) y estaba ansioso por comenzar su misión en la ciudad. Sin embargo, su deseo por el nuevo ministerio no le impidió descuidar el antiguo.442 Pablo regresó a sus antiguos campos y ministró de lugar en lugar, por la región de Galacia y Frigia, y fortaleciendo a todos los discípulos (18:23). En este versículo Lucas resume aproximadamente 2400 kilómetros de viajes. Lucas no nos da todas las ciudades que visitó Pablo, pero lo que sí nos dice, es que al viajar por esta región Pablo discipuló todas las iglesias que fueron plantadas durante el Primer viaje misionero. En cualquier caso, este viaje a través de las puertas de Cilicia hasta Éfeso habría ocurrido durante el verano del 53 dC, cuando el paso a través de las puertas era posible.

Éfeso era una metrópoli engañosamente hermosa. El magnífico templo dedicado a la diosa de la fertilidad Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo, dominaba el horizonte y la vida religiosa, social y económica. No se negaba a ningún placer sensual. Era un centro financiero mundial. Los sueños de éxito material y opulencia capturaron las mentes y consumieron las energías de su población. Toda la felicidad que el dinero podía comprar estaba al alcance de su mano.

Pero cuando los primeros cristianos miraron a Éfeso, vieron algo muy diferente. Vieron una cultura del miedo, apenas velada por la belleza arquitectónica, artística y sensual en exhibición. Los seguidores de Cristo vieron medio millón de almas atrapadas en un mundo dominado por Satanás de nigromancia, ocultismo, brujería y adoración inútil a una diosa sin vida e impotente. Los símbolos mágicos y los encantamientos no lograron darles control sobre su mundo. Su adoración falsa no logró conectarlos con el Único Dios Verdadero. Casi toda la población vivía en una rutina de superstición, confusión y terror. En este ambiente entró Pablo.443

Llegó entonces a Éfeso cierto judío de nombre Apolos, alejandrino de origen, varón elocuente y poderoso en las Escrituras. Éste había sido instruido en el camino del Señor, y como era ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas acerca de Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan (18:24-25). Con el conocimiento de que Pablo se dirigía hacia Éfeso, Lucas explica los antecedentes de los acontecimientos que habían estado ocurriendo en su ausencia. Entonces vino a Éfeso un hombre judío llamado Apolos, natural de Alejandría, Egipto, donde vivían un millón de judíos. Con un alto nivel educativo, el conocía bien el TaNaJ. Un orador hábil, él era un predicador apasionado y valiente. Apolos, un discípulo de Juan el bautista, conocía los conceptos básicos sobre Yeshua, pero carecía de algunos datos importantes necesarios para comunicar el evangelio de manera efectiva.

Si bien no es su capital (Pérgamo era la capital oficial de la provincia), Éfeso (2:1b) era la ciudad más importante de Asia Menor. De hecho, dado que allí vivía el gobernador romano, se podría argumentar que Éfeso era la capital de facto. Tenía un puerto natural situado en la desembocadura del río Caistro en un golfo del mar Egeo.444 Ubicada en la carretera principal, Éfeso conectaba las cuatro grandes rutas comerciales en el este y, como resultado, era el principal centro comercial de Asia. De hecho, no se podría haber elegido mejor lugar para la evangelización de toda Asia Menor que Éfeso. Las siete iglesias allí bien pueden haber debido su origen al ministerio de Pablo en Efeso (vea el comentario, haga clic en el enlace Apocalipsis Ay Escribe, pues, lo que es ahora).445

El teatro de la ciudad, donde fueron arrastrados Pablo y sus compañeros (Hechos 19:29), tenía capacidad para unas 25.000 personas. En el estadio se celebraban allí eventos atléticos que rivalizaban con los Juegos Olímpicos. Como ciudad libre, Roma le concedió el autogobierno y no había tropas romanas estacionadas allí. También sirvió como centro legal en el que los romanos juzgaban casos importantes e impartían justicia de forma regular.446

También fue un centro religioso. El culto al emperador era muy fuerte allí y se construyeron templos para Claudio, Adriano y Severo. No importaba a qué dioses adoraran, cada individuo debía jurar lealtad a César como señor supremo de todo. También era conocida por sus artes mágicas y era uno de los centros del ocultismo. Durante mucho tiempo había sido el hogar de la Diosa Madre, a quien los griegos identificaban como Artemisa o Diana en latín (Hechos 19:35). A esta diosa se le dedicó un enorme templo conocido como una de las maravillas del mundo antiguo con un árbol de la “salvación” en medio. Aproximadamente cuatro veces el tamaño del Partenón, tenía 130 metros de largo, 61 metros de ancho y 18 metros de alto. Tenía 127 pilares de mármol, 36 de ellos recubiertos de oro y joyas. Debido a que su santuario interior era supuestamente sagrado, este templo sirvió como uno de los bancos más importantes del mundo mediterráneo. El templo también proporcionó refugio contra los criminales. Además, la venta de pequeños ídolos utilizados en la adoración de Artemisa proporcionó una importante fuente de ingresos para la ciudad (Hechos 19:24). Cada primavera se celebraba un festival de un mes de duración en honor a la diosa, con eventos deportivos, dramáticos y musicales. 447

El culto a Artemisa era indescriptiblemente malvado. La inmoralidad sexual estaba muy extendida en Éfeso, y era una de las ciudades más inmorales del mundo antiguo. Este templo también se convirtió en el lugar de culto de la diosa Roma y del emperador romano.448 Miles de sacerdotisas, que eran poco más que prostitutas rituales, desempeñaron un papel importante en el culto a Artemisa. Los terrenos del templo eran un escenario caótico formado por sacerdotes, prostitutas, banqueros, criminales, músicos, bailarines y adoradores frenéticos e histéricos. Al filósofo Heráclito se lo llamó el filósofo llorón, porque dijo que nadie podía vivir en Éfeso y no llorar por su inmoralidad. Acurrucados en medio de la idolatría pagana que caracterizaba Éfeso, había un grupo de creyentes fieles. Fue a ellos a quienes el Mesías dirigió la primera de sus siete cartas (vea el comentario del Apocalipsis Az – La Iglesia de Éfeso).449

Apolos (una forma abreviada de Apolonio) era un judío elocuente y poderoso en las Escrituras. Éste había sido instruido en el camino del Señor, y como era ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas acerca de Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan (18:25). Había sido instruido oralmente en el camino del Señor en general en lo que respecta al TaNaJ. Y comenzó a hablar osadamente en la sinagoga, pero al oírlo Priscila y Aquila, lo tomaron aparte, y le explicaron el Camino más exactamente (18:26). Con un espíritu ferviente, estaba hablando y enseñando con precisión los hechos acerca de Yeshua, aunque sólo conocía el bautismo de Juan. Este ferviente erudito explotó como una bomba contra la comunidad judía no convertida de Corinto. ¿Pero cuál fue su mensaje? Primero, Juan fue el precursor del Mesías. En segundo lugar, Juan enseñaba que: Yeshua era el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (vea el comentario sobre La Vida de Cristo Bm – Juan identifica a Jesús como el Cordero de Dios). Y en tercer lugar, sabía que Yeshua era el Mesías. Entonces, Apolos no tenía el bautismo de los creyentes, sólo la inmersión de Juan de regreso a Dios. Sin embargo, este hombre comenzó a hablar con valentía en la sinagoga (18:24-26a). En otras palabras, fue fiel en lo que sabía. Su error fue no comprender el bautismo de los creyentes.

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Priscila y Aquila habían permanecido en Éfeso para continuar el ministerio hasta que Pablo regresara (18:18ss). Evidentemente el ministerio allí aún no se había extendido más allá de la sinagoga. Pero cuando Priscila y Aquila escucharon la predicación de Apolos, inmediatamente lo llevaron aparte en privado y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios con respecto al bautismo (18:26b). El hecho de que tanto Priscila como Aquila instruyeran a Apolo es significativo. Tanto hombres como mujeres pueden tener el don de enseñanza del Nuevo Pacto. Cuando Pablo escribe: No permito a la mujer enseñar (Primera Timoteo 2:12a), usa el presente infinitivo y no prohíbe a la mujer enseñar universalmente. En otras palabras, él no prohíbe toda enseñanza, pero debido a que se usa el tiempo presente, Pablo está diciendo: no se convierta en el maestro. Priscila no fue la única maestra de Apolos, ella enseñó junto a su esposo (aunque parezca contradictorio, vea el comentario sobre Génesis Lv – La mujer y los dones espirituales). Además, Lucas desea mostrar la variedad de roles que desempeñaban las mujeres en la Iglesia primitiva. Lucas presenta cinco cameos (apariciones breves) de importantes mujeres creyentes en una variedad de roles que asumieron y Priscilla fue una de ellas (vea BdSeñales y milagros siguen a Pedro: Una mirada más cercana a Lucas, Mujeres y Ministerio). Después de eso, Apolos fue un apologista imparable del Mesías.

Quiso él pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos para que lo recibieran. Así, después de llegar, contribuyó mucho a los que habían creído por medio de la gracia; porque vehementemente refutaba a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías (18:27-28). Una vez que Apolo entendió acerca del bautismo de los creyentes, quiso cruzar la región de Acaya en su camino hacia donde estaban ubicadas Corinto (19:1) y Atenas. Los hermanos de Éfeso lo animaron y escribieron una carta de recomendación a los creyentes de Corinto para que lo recibieran. Al llegar, ayudó mucho a los que por gracia habían creído (Primera de Corintios 3:5-6 y 4:6). El poder de Apolos en la interpretación de las Escrituras (18:24) le convenía para debatir con los judíos de Corinto. Al igual que Pedro con los judíos de Jerusalén (vea AnPedro habla a la multitud en Pentecostes o Shavuot), el habría usado el TaNaJ para demostrar que el Mesías debe sufrir y resucitar de entre los muertos, lo cual era, en última instancia, el cumplimiento de las Escrituras judías.450 Y también vehementemente refutaba a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías (18:27-28). La palabra refutar, del griego: diakatelégjomai ó diakatelencheto, significa probar por completo o refutar a alguien en una discusión.

Dios está llamando a la gente a Su mesa para la carne de Su Palabra como nunca antes. Él está utilizando con alegría muchos métodos y estilos diferentes para lograr su objetivo de equipar a su Iglesia para que sea eficaz y santa durante los días difíciles. Dios ha levantado muchos excelentes maestros y predicadores para nuestros días. Cosechemos el beneficio de tantos como sea posible y valoremos sus contribuciones, ya sean magnéticas como Apolos, analíticas como Lucas, directas como Pablo o cálidas como Priscila y Aquila.

En las sabias palabras de Pablo, sabemos que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que está dando el crecimiento (Primera Corintios 3:7). Que nuestro enfoque esté enteramente en Ti – en el Espíritu Santo, quien es fiel para guiarnos a toda verdad (Juan 16:13a) – que nos protejas de ser engañados para abrazar un evangelio diferente (Gálatas 1:6). Me aferro a Tu Palabra, Señor, y encuentro confianza en Tu camino.451

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