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Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu,
la noticia acerca de Él se difundió por toda la región
Marcos 1:14-15 y Lucas 4:14-15

Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las noticias acerca de Él se extendieron por toda la región ESCUDRIÑAR: Compare Lucas 3:21, 4:1, 14 y 18 y busque ¿cuál es el elemento común en cada uno de estos versículos? ¿Qué nos dice esto acerca de la fuente del poder de Jesús? ¿El arrepentimiento es lo mismo que la salvación? ¿Por qué si, o por qué no?

REFLEXIONAR: Si los apóstoles muestran lo que significa arrepentirse (hebreo: volverse o regresar) y creer, ¿dónde se ubica usted?: (a) ¿todavía está esperando como un pescador? (b) ¿manteniendo el viejo negocio en marcha y pasando noches y fines de semana con Yeshua? (c) ¿nadando hacia la orilla? Explíquelo.

Juan el Bautista fue el precursor del Rey porque anunció un “movimiento de regreso a Dios”. Era esencialmente un mensaje de arrepentimiento, y fue el mensaje central de todo el ministerio terrenal del Mesías. La palabra arrepentimiento fue su sermón de una sola palabra. El rabino inconformista se pararía con valentía ante las multitudes de dura cerviz y declararía: Antes bien, si no os arrepentís, todos pereceréis de igual manera pereceréis (Lucas 13:1-5). Las buenas noticias según Jesús son tanto un llamado al arrepentimiento o apartarse del pecado, como una invitación a creer. La palabra arrepentirse se traduce de la palabra hebrea shub, que es la palabra clave en el libro de Jeremías (vea el comentario sobre Jeremías Ac El libro de Jeremías desde una perspectiva judía).

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Después que Juan fue entregado, Jesús fue a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: ¡El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado! ¡Arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:14-15). Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda la comarca; y Él enseñaba en las sinagogas de ellos, siendo admirado por todos (Lucas 4:14-15). Así que, las noticias acerca de Él se extendieron por todas partes. Este fue el ofrecimiento oficial del Reino mesiánico, si la nación de Israel y su liderazgo, o el Sanedrín, lo aceptaban a Él.

Él estaba enseñando en sus sinagogas: ¡Arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:15; Lucas 4:15). ¿Qué es el arrepentimiento? Es el elemento crítico de la fe salvadora, pero uno nunca debe descartarlo como simplemente otra palabra para creer. Por un lado, el verdadero arrepentimiento siempre existe con la fe; por otro lado, siempre que hay verdadera fe, también hay un arrepentimiento genuino... los dos no pueden separarse. Tal arrepentimiento era lo que el apóstol Pablo/rabino Saulo tenía en mente cuando describió las acciones de los tesalonicenses...cómo os convertisteis desde los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero (Primera Tesalonicenses 1:9b). Observe los tres elementos del arrepentimiento: volverse a Dios, apartarse del pecado y servir al Dios vivo y verdadero. La verdad sencilla es que un cambio de mentalidad dará como resultado un cambio de comportamiento.

El arrepentimiento no es simplemente avergonzarse o sentirse arrepentido por haber pecado, aunque el arrepentimiento genuino siempre implica un elemento de remordimiento. Es una decisión deliberada de cambiar su vida. El arrepentimiento no es simplemente una obra humana, sino que por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). No es simplemente una actividad mental, sino que involucra el intelecto, la voluntad y las emociones.

Las emociones son parte del arrepentimiento, pero no marcan el camino. Muchos piensan que tienen que sentir algo antes de poder ser salvos. Pero es importante entender que nuestras emociones son el vagón de cola, no el motor. Las emociones vendrán, pero no marcarán el camino, ni deberían hacerlo. Sentir remordimiento por lo que usted ha hecho en su vida no es, en sí mismo, un verdadero arrepentimiento. Judas, por ejemplo, sintió remordimiento (Mateo 27:3), pero no se arrepintió. El joven rico se fue triste (Mateo 19:22), pero no se arrepintió. El arrepentimiento no es salvación... conduce a la salvación. Segunda Corintios 7:10 dice: Porque la tristeza que es según Dios, causa arrepentimiento para salvación sin remordimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Es difícil imaginar estar verdaderamente arrepentido sin al menos un elemento de tristeza, no por haber sido descubierto, no es tristeza por las consecuencias que se deben enfrentar, sino un sentimiento de tristeza por haber pecado contra Dios. El arrepentimiento cambia la esencia de quién es usted.375

El arrepentimiento no es un acto que se realiza una sola vez. Este comienza en la conversión y comienza un proceso progresivo, que dura toda la vida, para llegar a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo (Romanos 8:29b) (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe). Esta actitud continua de arrepentimiento produce pobreza de espíritu, duelo y mansedumbre de la que habló Yeshua en el Sermón del Monte (vea Da El Sermón del Monte). Esta es la marca de un verdadero creyente.

¿Qué pasa con aquellos que dicen ser creyentes, pero en realidad son lobos con piel de oveja? (vea el comentario sobre Judas Ah ¿Personas sin Dios se han infiltrado entre ustedes?). ¿Perdieron su salvación? No, Dios no lo quiera (vea Ms La seguridad eterna del creyente). Juan lo dijo de esta manera: Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestara que no todos son de nosotros (Primera Juan 2:19). En realidad, nunca fueron creyentes, para empezar. Entonces, ¿cómo podemos saber quién es creyente y quién no?

Si el arrepentimiento es genuino, podemos esperar que produzca resultados observables. No debemos juzgar a los demás, pero se supone que debemos ser inspectores de fruto, (vea el comentario sobre Judas As Son árboles de otoño sin fruto, olas frenéticas del mar que espuman su vergüenza, estrellas errantes). Jesús lo dijo de esta manera: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede un árbol bueno dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los reconoceréis (Mateo 7:15-20). En el tiempo del Señor hubo quienes, y hoy los hay, que dan la espalda al pecado, a la incredulidad y a la desobediencia, y abrazan al Mesías con una fe que obedece. El suyo es el verdadero arrepentimiento, demostrado por la justicia que produce. Ellos son los verdaderamente justos. Y ese era el objetivo último cuando Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu… proclamando el evangelio de Dios.376