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Trasfondo del Brit Hadashah y el Nuevo Sacrificio

Jesús el Mesías vino como el Mediador de un mejor pacto, ya que no tenía que ser repetido cada hora, cada día, cada mes o cada año. El Señor viene como el mediador de un mejor pacto, porque Su sacrificio elimina cada pecado cometido para siempre. Yeshua viene como el mediador de un mejor pacto, porque Él es el Sumo Sacerdote y no necesita hacer ningún sacrificio por Sí mismo. Él es totalmente perfecto, el Sacerdote Perfecto y el Sacrificio Perfecto. Cristo, en Su propio sacrificio – Su sacrificio de Sí mismo – mostró la perfección que elimina el pecado. En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesús el Mesías una vez y para siempre (10:10). Una vez y para siempre, eso era algo maravillosamente nuevo en el sistema de sacrificios: un sacrificio ofrecido una sola vez.

Pero Éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio para siempre por los pecados, se sentó a la diestra de Dios (10:12). Esto era algo que ningún sacerdote podría hacer jamás. No había ningún asiento ni en el Tabernáculo ni en el Templo. El sacerdote levita nunca se sentaba, porque su trabajo nunca terminaba. Pero Yeshúa ofreció Su sacrificio y se sentó ya que terminó, ya estaba cumplido. La expiación por el pecado había sido pagada en su totalidad (vea el comentario sobre La vida de Cristo Lv – Las segundas tres horas de Jesús en la cruz: La ira de Dios). Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (10:14).

Hebreos enfatiza el contraste y todo es presentado como lo mejor: una mejor esperanza, un mejor testamento, una mejor promesa, un mejor sacrificio, una mejor sustancia, una mejor patria, una mejor resurrección, un mejor todo. A Yeshua Mesías es presentado como lo Mejor supremo. Y nosotros somos presentados como estando en Cristo (Efesios 1:3-14), en una dimensión completamente nueva – los lugares celestiales. Nosotros leemos acerca del Mesías celestial, el llamado celestial, el don celestial, la patria celestial, la Jerusalén celestial y nuestros nombres que están escritos en las regiones celestes. Todo es nuevo y es mejor. Nosotros tenemos la sustancia (Jesús Cristo), y no necesitamos la sombra (el sacerdocio levítico). Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos (Hebreos 8:1). Este es el resumen completo del libro de Hebreos en una sola frase. Nuestro es el Sumo Sacerdote de los sumos sacerdotes, y Él está sentado. Su trabajo está hecho, completamente terminado para siempre.8 Hebreos nos lleva a los recursos que están disponibles cuando la vida amenaza con abrumarnos. Aquí podemos encontrar la fuerza para resolver y superar las implacables presiones de la vida.9

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