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La superioridad del Mesías sobre los ángeles
1:4 a 2:18

Ahora el autor comienza a tratar con el primero de los tres pilares del judaísmo de su época: los ángeles. Como John MacArthur registra en su comentario, debido a las interpretaciones populares rabínicas, el pueblo judío de la época en que Hebreos fue escrito tenía exageradas las enseñanzas básicas del TaNaJ sobre ángeles.

La mayoría de los judíos creían que los ángeles eran muy importantes en el TaNaJ. Ellos los honraban como los seres más altos junto a YHVH. Creían que los ángeles que rodeaban a Ha’Shem eran los instrumentos para llevar Su palabra a la humanidad y trabajar en llevar Su voluntad al universo. En ese tiempo, se pensaba a los ángeles como espeluznantes criaturas de una sustancia llameante como ardiente luz, que no comían ni bebían o se reproducían. Muchos creían que los ángeles actuaban como consejeros de Dios y Él no hacía nada sin consultarlo con ellos, por ejemplo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26a), este hagamos, decían que se refiere a ese consejo angelical.

Creían que dos centenares de ángeles controlaban las estrellas y que un ángel muy especial controlaba el calendario, quien supervisaba la interminable sucesión de días, meses, y años. Un ángel poderoso se habría hecho cargo de los mares, mientras que otros supervisaron la escarcha, el rocío, la lluvia, la nieve, el granizo, los truenos y los relámpagos. Aún otros eran guardianes del Seol y torturadores de los condenados. Incluso había ángeles que escribían cada palabra que las personas hablaban. Había un ángel de la muerte, y, en el otro lado, un ángel guardián para cada nación y cada niño. Ellos decían que había tantos que un rabino afirmó que cada hoja de hierba tenía su ángel.

Muchos judíos creían que la Torá fue llevada desde Dios a ellos por medio de los ángeles. Sobre todo, esto último exaltó a los ángeles en la mente de los israelitas. Se cree que los ángeles eran los mediadores de su pacto con ADONAI, y que los ángeles continuamente ministraban la bendición del SEÑOR hacia ellos como fue aludido por el sermón de Esteban ante el Sanedrín en Hechos 7:51-53. En consecuencia, algunos adoraban tanto a los ángeles que incluso los veneraban. El gnosticismo implicó, entre otras cosas, el culto a los ángeles.

Por lo tanto, para la mente judía, los ángeles eran extremadamente exaltados e inconmensurablemente importantes. Si el escritor a los Hebreos iba a convencer a sus compañeros judíos que Yeshua es el mediador de un mejor Pacto, incluso superior al dado a través de Moisés, tendría que demostrar, entre otras cosas, que Cristo es superiores a los ángeles.32

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