–Save This Page as a PDF–  
 

No hay judío ni griego
en el Cuerpo de Cristo
3: 26-29

No hay judíos ni griegos en el cuerpo de Cristo ESCUDRIÑAR: ¿Cuál es la única condición para ser parte de la familia de Dios? ¿Cómo respondió Pablo a la afirmación de los judaizantes de que necesitaban ser circuncidados, y obedecer los 613 mandamientos de la Torá para ser parte de la familia de Dios? ¿De qué manera el estar “revestido del Mesías” en el versículo 27 elimina las principales barreras culturales en el versículo 28? ¿Cómo es que algunas personas confunden la unidad con la igualdad? ¿En qué sentido somos todos uno en el Cuerpo de Cristo el Mesías de Israel? ¿Qué distinciones existen todavía? ¿Cómo pueden ser todos hijos de Abraham, judíos y gentiles?

REFLEXIONAR: ¿Cómo se siente acerca de ser adoptado en la familia de Dios? ¿En qué área de su vida le cuesta más recordar que está “revestido del Mesías”? ¿Tuvo un pedagogo, una disciplina dura o un momento difícil en su vida que lo llevó a Yeshua? ¿Cuándo fue sumergido en el Cuerpo de Cristo el Mesías? ¿Qué nueve cosas hizo Dios por usted en el momento de la fe? ¿Puede deshacer alguna de las nueve? ¿Qué significa eso para usted? Si es judío, ¿asiste a una sinagoga mesiánica o a una iglesia? Si es gentil, ¿asiste a una sinagoga mesiánica o una iglesia? ¿Por qué un judío asistiría a una iglesia? ¿Por qué un gentil asistiría a una sinagoga mesiánica? Cuando usted hereda la promesa de Dios, hereda la promesa que Dios quiere bendecirlo, para que pueda bendecir a otros. ¿A quién puede bendecir esta semana?

Cuando Pablo declara que no hay diferencia entre judíos y gentiles en el Mesías, no quiere decir que judíos y gentiles pierdan sus identidades y roles únicos.

La vindicación de Pablo de la doctrina de la justificación por la fe, alcanzó un clímax aquí cuando contrastó la posición de un pecador justificado con lo que había sido bajo la Ley (Torá). Notemos tres cambios.

Primero, todos los que creen en Jesús el Mesías son hechos hijos de Dios: Era muy importante para Pablo asegurarse de que los gálatas supieran lo que significaba que los pedagogos los hubieran guiado al Mesías (vea el enlace, haga clic en Bm La Ley (Torá) ha sido nuestro tutor hasta el Mesías). La invitación a ser parte de la familia de Dios es universal, pero hay una condición: pues todos sois hijos de Dios por la fe en Jesús el Mesías (3:26); hijos (del griego: huios), significa alguien mayor de edad, que ya no está bajo tutela).

Los judaizantes en Galacia habían enfatizado la circuncisión ritual de los prosélitos como necesaria para la salvación. Pablo, sin embargo, declaró Porque todos los que fuisteis bautizados en el Mesías, del Mesías estáis revestidos (3:27). De lo que Pablo está hablando aquí es de inmersión espiritual. Esta inmersión en el Cuerpo del Mesías se produce no a través de mojarse, sino a través de aceptar a Yeshua en la expiación y el Señorío del Mesías, orando a ADONAI. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu (Primera Corintios 12:13).96 La definición más simple de un creyente, es una persona que está vestida de Cristo. Un Corazón ahora late en todos. La vida palpitante del Señor nos da una vida impulsada por un propósito. Una mente ahora guía a todos, la mente del Mesías. Una Vida es vivida por todos, la vida de Yeshua Mesías producida por el Ruaj Ha-Kodesh en nuestras vidas. 97 En el momento de la fe, Dios hace nueve cosas por nosotros (vea el comentario sobre La vida de Cristo Bw – Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe). No existe tal cosa como un creyente que no ha sido sumergido en el Espíritu. Ninguna adición es necesaria para la salvación, ni hablar en lenguas, ni nada más, porque la salvación es fe, más nada.

Volviendo a la ilustración de un pedagogo, cuando un niño alcanzaba la edad de madurez, por decisión del padre, simbolizaba el paso a la edad adulta vistiendo a su hijo con una toga especial, marca de su hombría. De la misma manera, al creer en Yeshua hemos sido revestidos del Mesías. Él es la toga de nuestra madurez espiritual. Volver a los 613 mandamientos de Moisés significaba que los gálatas se estaban quitando las togas y volviendo a un estado de inmadurez espiritual.

Segundo, los creyentes en Yeshua son todos uno en Yeshua: En lo que se refiere a la justificación, No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús (Gálatas 3:28 LBLA). Vea Efesios 2:14-18. Esto no era cierto en la Dispensación de la Torá, solo los judíos podían pasar el muro de separación en el recinto del Templo (vea el comentario sobre Hechos Cn – El consejo a Pablo de Jacob y los ancianos en Jerusalén). Si entraba un gentil, podía ser ejecutado. Además, los esclavos no ofrecían sacrificios bajo la Torá, pero los libres sí. Las mujeres no tenían que traer sacrificio (aunque muchas lo hicieron voluntariamente), pero los hombres sí. Estas son referencias a una oración que todo hombre judío rezaba todas las mañanas de su vida: “ADONAI, te doy gracias porque no soy gentil, ni esclavo, ni mujer”. Ahora, los judíos hicieron esas distinciones, pero el evangelio de Yeshua el Mesías no las hace. Todos son justificados de la misma manera. Por lo tanto, los creyentes judíos y gentiles son tratados como iguales ante ADONAI. Lo mismo deben hacer los esclavos y los creyentes libres, y también los hombres y mujeres creyentes. En el Cuerpo del Mesías, todos debemos ser uno también hoy. El suelo está nivelado al pie de la cruz.

Sin embargo, este versículo a veces se usa incorrectamente como un ataque contra el judaísmo mesiánico de la siguiente manera, cuando los cristianos gentiles insisten erróneamente: “¡Ustedes judíos mesiánicos no deben separarse de nosotros los cristianos gentiles para tener sinagogas mesiánicas! ¡Cuando los judíos son salvos, necesitan venir a la iglesia! ¿No sabéis que en Cristo no hay judío ni griego? Así que sean como nosotros, renuncien a sus distintivos judíos, dejen de observar la Ley (Torá) y las festividades judías, y déjenlo todo atrás. Adoren con nosotros y vivan nuestro estilo de vida”. Pero confunden unidad con igualdad. Irónicamente, la insistencia cristiana en la igualdad entre judaísmo y la comunidad judía mesiánica, en realidad ha levantado un muro divisorio entre el judaísmo y la comunidad judía mesiánica.

Dentro del Cuerpo de Cristo el Mesías continúan ciertas distinciones. Las diferencias en los antecedentes culturales y la herencia religiosa, las diferencias que Dios ha prometido a los judíos como pueblo y las diferencias en lo que se les ordena hacer. Incluso habrá una rama de gobierno judía y una rama de gobierno gentil durante el Reino Mesiánico (vea el comentario sobre Apocalipsis Fi – El Gobierno del Reino Mesiánico). Por lo tanto, los gentiles no deben tratar de evitar que los creyentes judíos reconozcan esas diferencias y construyan sus estilos de vida de una manera que las refleje, siempre y cuando se presten atención a las lecciones de Gálatas. Las cuales son que la igualdad y el compañerismo en el Cuerpo del Mesías entre judíos y gentiles deben ser nutridos y preservados. Nada en el Brit Hadashah impide que un creyente judío elija adorar con creyentes gentiles en la iglesia; del mismo modo, nada impide que un creyente gentil elija adorar con creyentes judíos en una sinagoga judía mesiánica. En cualquier situación, lo que manda el Brit Hadashah es el compañerismo y la igualdad entre judíos y gentiles en el Cuerpo.

Tercero, los creyentes en Yeshua son la simiente de la promesa de Abraham: ¿Cuál es la promesa sobre la que Pablo escribe aquí? Para averiguarlo tenemos que retroceder hasta el principio, cuando ADONAI dijo: Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldiga, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra (Génesis 12:3). Cualquier discusión sobre la simiente de Abraham primero debe tomar en cuenta su simiente natural, los descendientes de Jacob en las doce tribus de Israel. Dentro de esta simiente natural, hay un remanente creyente de judíos en todas las épocas, los justos del TaNaJ, la descendencia abrahámica, que un día heredarán promesas dirigidas a ellos. No que la Palabra de Dios haya fallado, porque no todos los descendientes de Israel, son Israel; ni porque son descendencia de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Es decir, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendencia (Romanos 9:6-8).98

Pero también está la simiente espiritual de Abraham que no son judíos. Y en este único versículo, Pablo resume todo su argumento a sus discípulos de Galacia: Y si vosotros sois del Mesías, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa (3:29). ¿Son los gentiles hechos hijos de derecho pleno de Abraham, o son hijos de segunda clase? Maimónides respondió una pregunta similar de un gentil convertido al judaísmo. En su “Carta a Ovadyah el prosélito”, respondió: “Tú debes decir, ‘Dios nuestro y Dios de nuestros padres’, porque Abraham es tu padre”. Esta carta se cita extensamente en Romanos 4:16. Pablo es igualmente insistente en la plena igualdad de los creyentes gentiles en el Mesías.99

Sugerir, como hacen erróneamente los amilenialistas, que los creyentes gentiles heredan las promesas nacionales dadas al remanente judío creyente, y que la Iglesia así suplanta a Israel o es el “nuevo Israel”, es ignorar la enseñanza clara y literal de la Biblia (vea AkEl movimiento de raíces Hebreas: Un evangelio diferente). Aquellos que son parte de tal movimiento están en grave peligro. Porque Yeshua declara: Yo testifico a todo el que oye las palabras de la profecía de este rollo: Si alguno añade a ellas, Dios le añadirá las plagas escritas en este rollo; y si alguno quita de las palabras del rollo de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad, de las cosas que han sido escritas en este rollo (Apocalipsis 22:18-19).

Los judaizantes enseñaban que, al someterse a los 613 mandamientos de la Torá, los gálatas gentiles se convertirían en la simiente, o descendencia de Abraham. Pablo afirma que este privilegio le llega a uno por creer en Yeshua. En Romanos 4, Pablo muestra que Abraham fue justificado por la fe, y por lo tanto fue considerado el padre espiritual de todos los que pusieron fe en el Mesías, ya fueran circuncidados o incircuncisos. ADONAI hizo que la salvación dependiera de la fe para que pudiera estar disponible tanto para judíos como para gentiles. Dado que Abraham es el padre espiritual de todos los creyentes, esto acaba con la falsa creencia de los judaizantes de que convertirse en judío por la observancia de la Ley de Moisés trae el favor divino y la salvación. Al pertenecer al Mesías, los creyentes también son descendientes de Abraham, porque el Mesías es la Simiente de Abraham. Puesto que los creyentes han entrado en una relación con el Mesías, son herederos de la promesa y son igualmente la simiente de Abraham.100

Juan en su visión en Patmos dice: Y oí una gran voz procedente del trono, que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y Dios mismo estará con ellos. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:3-4). El que venza heredará estas cosas, y le seré por Dios, y él me será por hijo (Apocalipsis 21:7).

Quizás, un judío practicante, no puede venir al Mesías para ser justificado hasta que primero haya estado con Moisés para ser condenado, ya que la ley revelaba el pecado. Pero una vez que ha ido a Moisés y reconocido su pecado, culpa y condenación, no debe quedarse allí. Debería dejar que Moisés le señale al Mesías (parafraseado).101

Querido Impresionante y Amoroso Padre, ¡Qué Grande eres! Alabado seas porque desde el principio cuando llamaste a Abraham, Tu plan era bendecir al mundo entero, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra (Génesis 12:3).

Te alabo porque el deseo de bendecir a todas las familias del mundo continuó con la oración de Salomón en la dedicación del Templo, pues oró por Israel diciendo: Cuando tu pueblo Israel sea derrotado ante el enemigo, por haber pecado contra ti; si ellos se vuelven a ti y confiesan tu Nombre, y oran y te hacen súplicas en esta Casa, entonces escucha Tú desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que les diste a ellos y a sus padres (2 de Crónicas 6:24-25).

Asimismo, cuando el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, venga de una tierra lejana por causa de tu gran Nombre, y de tu poderosa mano y de tu brazo extendido, y venga y ore hacia esta Casa, entonces escucha Tú desde los cielos, desde tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra puedan conocer tu Nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que a tu Nombre está consagrada esta Casa (2 Crónicas 6:32-33).

Cuán impresionante revelaste Tu gloria porque cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria de YHVH llenó la Casa (Segunda de Crónicas 7:1).

Alabado sea Dios porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, y derribó la pared intermedia de separación, es decir, la enemistad; aboliendo en su carne la ley de los mandamientos dados en reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo nuevo hombre, haciendo la paz; y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo por medio de la cruz, matando en ella la enemistad. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca; pues por medio de Él, los unos y los otros tenemos derecho a entrar por un mismo Espíritu al Padre. Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios (Efesios 2:14-19).

Te adoramos y deseamos devolverte todo de nosotros en amor. En el nombre de Tu Santo Hijo y el poder de Su resurrección. Amén

PÁGINA SIGUIENTE: Cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo Bo

Volver al esquema del contenido