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Y allí delante de mí había un trono en el cielo
4: 1-11

Y allí delante de mí había un trono en el cielo ESCUDRIÑAR: ¿Quién es la figura en el trono? ¿Cómo es Él? ¿Quiénes son los veinticuatro ancianos? ¿Qué llevarán? ¿Qué piedras describen la apariencia del que está en el trono? ¿Cómo imagina Juan a las cuatro criaturas vivientes que palpitan con el poder eterno de Dios? ¿Cuál es la reacción de los veinticuatro ancianos a la alabanza y adoración de las cuatro criaturas vivientes? ¿Qué respuesta obtiene la figura central? ¿Por qué? ¿Qué dice esto acerca de quién es ELOHIM y cómo se relaciona con su creación? ¿Fue el ascenso celestial de Juan físico o espiritual?

REFLEXIONAR: Imagínese usted en esta escena. ¿Qué ve? ¿Qué escucha? ¿Qué sensación tiene? ¿Qué le impresiona del SEÑOR? ¿Cómo podría esta visión de Dios mejorar su vida de adoración? ¿y en su vida cotidiana? ¿aún lo ve en el trono para usted? ¿Puede confiar en Él, inclinarse y adorarlo? ¿Es Él digno? ¿Todavía Él está a cargo? Piense en cómo puede reenfocar su adoración personal y de su entorno hacia ADONAI y su gloria.

Parece haber una atracción poco común hoy entre creyentes y no creyentes por la vida futura. Les atraen los libros sobre el más allá, las experiencias cercanas a la muerte, los ángeles o los demonios (especialmente los vampiros y los hombres lobo) se venden como si no hubiera un mañana. Pero en contraste con esto, la Biblia registra a dos personas que realmente hicieron un viaje al cielo. El apóstolPablo (rabino Saulo) escribió acerca de ser transportado al tercer cielo, pero se le prohibió hablar sobre lo que vio allí (Segunda a Corintios 12:4).

El apóstol Juan también tuvo el privilegio de visitar el cielo. Sin embargo, a diferencia de Pablo, a Juan se le permitió entrar en detalles acerca de lo que vio en los capítulos 4 y 5. En estos dos capítulos registró la segunda visión que vio, la primera fue la del Mesías glorificado en 1:12-17. La Biblia se refiere al cielo más de quinientas veces, y otros como Pablo (rabino Saulo) (Segundo Corintios 12) y Ezequiel (Ezequiel 1), escribieron descripciones del mismo. Sin embargo, la descripción de Juan es la más completa e informativa de toda la Biblia. Nosotros escoltados por Juan, el discípulo a quien Jesús amaba (Juan 13:23), somos llevados más allá de este mundo terrenal a las realidades del cielo.152

Querido Padre Celestial, te alabamos por abrir la puerta a Tu santo cielo para que entren Tus hijos, al darnos Tu justicia, te amamos y seguimos. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en Él (Segunda Corintios 5:21) ¡El cielo será tan maravilloso!…Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4). Deseamos servirte con un corazón lleno de amor, porque el poco tiempo que tenemos en esta tierra pronto terminará. Todos los que te aman a Ti vivirán contigo para siempre en paz y gozo en Tu hogar eterno en el cielo (Romanos 10:9-10). En el nombre de Tu santo Hijo y el poder de la resurrección. Amén.

Después de estas cosas miré, y he aquí, una puerta abierta en el cielo (4:1a). La frase después de estas cosas, o meta tauta, se usa a lo largo del libro para indicar el comienzo de una nueva visión (7:9, 15:5, 18:1 y 19:1). Así que ahora la escena cambia de asuntos relacionados con la Iglesia en la tierra a una escena dramática en el cielo, enfocándose en el trono de Dios. Los capítulos 4 y 5, entonces, forman el prólogo de los eventos futuros como la Gran Tribulación, el Reino Milenial y el Estado Eterno (haga clic en el enlace y vea FqEl Estado Eterno) que se desarrollan en los Capítulos 6 al 22. Para preservar a Su novia le dice: te guardaré de la hora de la prueba que está a punto de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran en la tierra (3:10b), o el estallido de ira, la Iglesia será arrebatada antes de que el Mesías regrese (haga clic en el enlace y vea ByEl Arrebatamiento de la Iglesia), antes de que comience la Gran Tribulación (descrita en detalle en los Capítulos 6-19).

A pesar de que Cristo advirtió a Juan de antemano que él iba a ver lo que vendría, nada podría haberlo preparado para lo que experimentó ese día. Mientras Juan miraba, para su sorpresa, vio una puerta abierta (Ezequiel 1:1 y Hechos 7:56) que le permitió entrar al tercer cielo y la sala del trono de Dios. El primer cielo es la atmósfera de la tierra y el segundo cielo es el universo. Jesús (Yeshua), ascendió al cielo después de Su resurrección y Él se ha sentado a la diestra de DIOS desde entonces (Juan 14:2-3; Hechos 1:9-11, 3:20-21, 7:55-56; Romanos 10:6; Colosenses 3:1 y Primera Tesalonicenses 4:16). Como resultado de pasar por esta puerta abierta, el cielo se convirtió en el punto de la visión de Juan durante la mayor parte del resto del libro.153

Después tomar conciencia de la puerta abierta, dice: la primera voz que oí, como de trompeta, hablaba conmigo, diciendo: … (4:1b). La primera voz que Juan escucha le era familiar como la que había hablado con él en su primera visión (1:10). Como se dijo anteriormente, esta era la voz del Señor. Su voz sonaba como una trompeta debido a su calidad de autoridad y dominio. Entonces Jesús le ordenó específicamente a Juan: Sube acá, y te mostraré lo que debe suceder después de esto (4:1c). Es muy importante entender que Juan, que es creyente, está en el cielo durante los capítulos 4 al 22, y no en la tierra. En el libro se encontrarán dos frases clave, una es después de estas cosas, y la otra es simplemente después de esto. La primera frase, después de estas cosas, es cronológica. Lo que se describe después de esta frase sigue cronológicamente los eventos encontrados en el contexto anterior. La segunda frase, después de esto, simplemente se refiere a lo siguiente que vio Juan y no necesariamente implica cronología. En otras palabras, la siguiente visión de Juan puede seguir cronológicamente el contexto anterior, o puede describir algo simultáneo con ese contexto.154

Al instante estuve en espíritu; y he aquí un trono puesto en el cielo, y en el trono, uno sentado (4:2). Juan no fue llevado físicamente al cielo, pero solo lo vio en una visión que está clara por su declaración: Al instante estuve en espíritu. En el texto griego, la palabra “el” no está allí, simplemente dice: estaba en espíritu, no en el Espíritu Santo, sino en la esfera del espíritu (1:10). Allí delante de él había un trono real y tangible en el cielo con ADONAI, Dios el Padre, sentado. Él gobierna con soberanía (Salmo 11:4-5, 103:19; Isaías 66:1) desde Su Templo en el cielo (7:15, 11:19, 14:15-17, 15:6-8 y 16:17). Él no cambia, y tiene el control completo del universo. La posibilidad aleatoria de evolución no gobierna el universo. En cambio, el Creador soberano y omnipotente se sienta en Su trono y gobierna. El trono de Dios es central para este libro, de hecho, para toda la Biblia. Porque la palabra trono aparece 45 veces solo en este libro, mientras que solo aparece otras 15 veces en toda la Biblia.

Él es ELOHIM, Aquel en el trono. Cuando nos encontremos ante el ÉL que está sentado en el trono en toda Su gloria, honor y poder, y lo veamos a ÉL cara a cara, vamos a caer ante ÉL en adoración. Porque ¿quién puede estar delante de ADONAI, nuestro Dios?

Juan no nombrar a Aquel sentado en el trono, pero está claro que Él es ADONAI. El Capítulo 4 describe a YHVH el Padre y el Capítulo 5 describe a Dios el Hijo. Este es Él quevio Isaías en su visión: El año de la muerte del rey Uzías vi a Adonay sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldones llenaban la Casa (Isaías 6:1). El profeta Miqueas también lo vio: Vi a YHVH sentado en su trono, y al ejército de los cielos alrededor de Él, a su diestra y a su siniestra (Primera de Reyes 22:19). Daniel también tuvo una visión de este trono celestial (Daniel 7: 9-10), pero quizás la descripción más detallada de ADONAI en su trono nos la da Ezequiel (Ezequiel 1:26-28). La palabra sentado está en tiempo presente, Él nunca ha dejado su trono.

Al tratar de describir lo indescriptible, Juan escribió: Y el que estaba sentado era semejante en su aspecto a una piedra de jaspe y de cornalina, y había alrededor del trono un arco iris, semejante en su aspecto a una esmeralda (4:3). Las piedras cornalina (o sardis)y jaspe fueron la primera y la última piedra en el pectoral del sumo sacerdote (vea el comentario sobre Éxodo Ga – Harás un pectoral para tomar decisiones). La cornalina (o sardis) era una piedra roja sangre encontrada cerca de Sardis (3:1-6), por la cual fue nombrada la ciudad, y representaba al primogénito de Israel Rubén. La piedra de jaspe se describe en 21:11 como cristalina como un diamante, que representa a Benjamín, que significa hijo de mi mano derecha. Entonces, las dos piedras representan a Jesús, el primer y único Hijo de Dios, quien se sienta a la mano derecha del Padre. Además, un arco iris, con el verde como color dominante que se asemeja a una esmeralda, rodeaba el trono. Las piedras intensifican brillantemente la luz alrededor del trono al reflejar la luz inaccesible, o gloria, que rodea al mismo ADONAI (Segunda de Timoteo 6:16; Salmo 104:2).

…había alrededor del trono un arco iris, semejante en su aspecto a una esmeralda (4:3b). El arco iris es muy importante y la Biblia se refiere a esto solo cuatro veces. La primera fue una señal después del Diluvio de que Dios nunca volvería a destruir el mundo de esa manera (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Génesis DaNunca más habrá un Diluvio para destruir la Tierra). Así, el arco iris habla de la misericordia del Señor hacia la humanidad, incluso en medio del juicio. El segundo se encuentra en la visión de Ezequiel donde vio que ADONAI tenía un resplandor todo en torno, a semejanza del arco que suele aparecer en la nube en día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia alrededor de él (Ezequiel 1:27c-28a). Las ocasiones tercera y cuarta se encuentran aquí y en 10:1. Evidentemente, el arco iris rodea perpetuamente el trono de ADONAI, o al menos en esos momentos (como en días de Noé, días de Ezequiel y los días de Juan) cuando los juicios de ELOHIM visita la tierra. El arco iris, por así decirlo, señala continuamente al remanente de creyentes en medio de un mundo impío maduro para el juicio, y que Él, como el Dios de toda gracia (Primera de Pedro 5:10a) …Y en medio de la ira, ¡Él se acordará de tener misericordia! (Habacuc 3:2b).155

La mirada de Juan se movió de Dios el Padre como el centro de atención hacia los demás en la sala: Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y sobre los tronos, veinticuatro ancianos vestidos con vestiduras blancas, y sobre sus cabezas, coronas de oro (4:4). En los veinticuatro tronos menores había veinticuatro ancianos que están en el cielo durante todo el período de la Gran Tribulación (5:5, 7:13, 11:16, 14:3, 19:4). No son ángeles (4:10, 5:8 y 11, 7:11); ellos no son los 144.000 (14:3); y no son la gran multitud (7:13-14). El número veinticuatro aparece seis veces en el TaNaJ. En todos los casos, está asociado con los sacerdotes de Israel (Primera Crónicas 24). La palabra ancianos se usa 77 veces en el Nuevo Pacto y allí también fueron los líderes y representantes. Cristo dijo a la iglesia en Laodicea: Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como también Yo vencí, y me senté con mi Padre en su trono (3:21). Por lo tanto, así como los sacerdotes representaban a todo Israel, estos veinticuatro ancianos rodearán el trono de Dios como representantes de una nación de reyes y sacerdotes, y representarán a todos los vencedores desde Pentecostés (o Shavuot) hasta el Arrebatamiento (4:8-9).156

Los ancianos estaban vestidos con vestiduras blancas, como lo son los fieles en el cielo. Jesús había dicho a la iglesia en Sardis: El que así venza se vestirá con vestiduras blancas (3:5, vea también 3:18, 7:9 y 19:8). Estar vestido de blanco simboliza la justicia de Cristo transferida a los creyentes en la salvación. Además, los ancianos, que representan a todos los creyentes, estos ancianos tenían sobre sus cabezas, coronas de oro. Estas son las coronas (Santiago 1:12; Segundo Timoteo 4:8; Segundo Corintios 5:10; Primero Pedro 5:1-4; Primero Tesalonicenses 2:19-20) de aquellos que han vencido al mundo a través del Mesías y se les da a los creyentes en el (bema) tribunal de Cristo (Segunda de Corintios 5:10). Las coronas indican que los veinticuatro ancianos habían sido juzgados y recompensados. Es muy importante notar que la Novia de Cristo (19:6-9) estará vestida de blanco, habrá recibido sus coronas y comenzará su reinado con Él en el cielo antes de que comience la Gran Tribulación.

Del trono salen relámpagos, y voces, y truenos; y delante del trono arden siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios (4:5). Después de los ancianos, la atención de Juan volvió a Dios Padre cuando los truenos retumbaron y los relámpagos salieron del trono de Dios (4:5a). Juan tuvo una vista previa de la ira del Señor apunto de ser lanzada en un mundo pecaminoso en los capítulos 6-19. Destellos de relámpagos, y voces, y truenos están relacionados con la presencia de ADONAI (Éxodo 19:16). Pero también están relacionados con el juicio de ELOHIM durante la Gran Tribulación. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos y un terremoto (8:5). Nuevamente, el santuario de Dios en el cielo se abrió, y en su santuario fue vista el arca de su pacto, y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande granizo (11:19). Y nuevamente, cuando el séptimo ángel derrame su copa de ira habrá relámpagos y voces y truenos, y se produjo un gran sismo: un terremoto tan grande y terrible cual no lo hubo desde que existe hombre sobre la tierra (16:18).

El Espíritu Santo también es visto delante el trono como siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios (4:5b). Ya hemos visto el simbolismo del número siete para representar la plenitud del Espíritu de ADONAI (1:4 y 3:1). Estos se entienden mejor como una representación del Espíritu Santo (Ruaj HaKodesh)de forma séptuple en lugar de siete espíritus individuales. Normalmente, el Espíritu Santo no se puede ver a menos que se encarne de alguna manera. Cuando el Espíritu de Dios descendió sobre Cristo en Su bautismo, la gente vio descender una paloma. Si no hubiera sido por la paloma, no habrían podido ver al Espíritu Santo. De una manera similar en la Fiesta de Pentecostés (Shavuot), la llegada del Espíritu Santo no habría sido visible si no hubiera sido por las lenguas de fuego (Hechos 2:3). Las siete lámparas de fuego son, por lo tanto, el medio por el cual somos informados de Su presencia. Él está continuamente listo para servir; Él nunca deja de ministrar. El número siete es característico de la perfección del Espíritu Santo y está en consonancia con la revelación de Isaías 11:2-3. Cada una de las tres personas de la Trinidad está presente en el trono, cada una en Su forma particular de revelación.157

Delante del trono hay como un mar de vidrio, semejante al cristal; y en medio del trono, alrededor del trono, cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás (4:6). No habrá fuente de bronce en el verdadero Tabernáculo en el cielo. La fuente de bronce, el único mueble en el Tabernáculo sin dimensiones específicas (Éxodo 30:17-21), se convertirá en un mar de vidrio, porque en ese momento ya no necesitaremos ser limpiados de nuestro pecado. Juan vio este vasto piso como un mar de vidrio resplandeciendo brillantemente como cristal. Cuando Moisés, Aarón y los setenta ancianos vieron al Dios de Israel: Bajo sus pies había como una hechura de piedra de zafiro, semejante en pureza a los mismos cielos (Éxodo 24:10). Ezequiel vio lo mismo (Ezequiel 1:22). Más tarde, Juan verá este mismo mar de vidrio, pero luego se mezclará con fuego. Antes de la segunda mitad de la Gran Tribulación, Juan verá una visión de mártires victoriosos parados sobre ella, cantando la canción de Moisés y la canción del Cordero. Sostendrán arpas y adorarán a Dios (15:2-3).158 Entonces el mar de vidrio se mezclará con el juicio de aquellos en rebelión contra Jesús antes de que lo veamos nuevamente.

…y en medio del trono, alrededor del trono, cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás (4:6b). Ezequiel nos da una descripción detallada de estos increíbles seres que se llaman querubines (Ezequiel 1:4-25). Ellos son un orden exaltado de ángeles frecuentemente asociados en la Biblia con el poder sagrado de Dios (Primera Samuel 4:4; Segunda Samuel 6:2, 22:11; Salmo 80:1, 99:1; Isaías 37:16). La descripción de Ezequiel de estos querubines señala que cada uno tenía cuatro características faciales diferentes (1:10 y 10:14). Sin embargo, desde el punto de vista de Juan, El primer ser viviente era semejante a un león, el segundo ser viviente, semejante a un becerro, el tercer ser viviente tenía rostro como de hombre, y el cuarto ser viviente era semejante a un águila volando (4:7). Estos cuatro querubines, que se reflejan en los cuatro estandartes en el campamento de Israel (vea el comentario sobre Éxodo Ep – El campamento de las doce tribus de Israel), jugarán un papel importante en los juicios venideros de la Gran Tribulación. Están allí al principio cuando uno de los cuatro seres vivientes llama al jinete del caballo blanco para comenzar su destrucción (6:1-2). Otro anunciará un desastre económico en la tierra (6:6), mientras que otro dará a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira del Dios (15:7).

La escena ante el trono de Dios Padre culmina en un crescendo de alabanza. Cada uno de los cuatro seres vivientes, cada uno de los cuales tenía seis alas alrededor, estaban por dentro llenos de ojos, y no se daban reposo día y noche, diciendo: ¡Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y el que es, y el que está viniendo! (Apocalipsis 4:8). Ellos van a alabar a Dios continuamente día y noche… (también vea Isaías 6:2-3)

Los capítulos 4 y 5 contienen cinco grandes himnos de alabanza, donde el tamaño del coro celestial aumenta gradualmente. Los himnos de alabanza comienzan aquí con los cuatro querubines como cuarteto. Entonces su adoración desencadena una respuesta de los veinticuatro ancianos.  Y cuando los seres vivientes den gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postrarán delante del que está sentado en el trono, y adorarán al que vive por los siglos de los siglos y colocarán sus coronas delante del trono…(4:9-10). Más tarde, todos los otros ángeles agregan sus voces (5:11). Finalmente, cada criatura en el universo se une en un poderoso clímax de alabanza a ADONAI.

Sorprendentemente, los veinticuatro ancianos se postrarán en adoración y colocarán sus coronas delante del trono… De repente, las hermosas coronas con las que ellos habían sido recompensados por su servicio fiel palidecerán de alguna manera y no tendrán sentido en Su presencia. Se darán cuenta de que su fidelidad ha sido posible gracias a Su fidelidad. Ellos no tienen nada que no les fuera dado a ellos; habían logrado sólo lo que Él hubiera querido. Todo es de Dios. Como resultado, sus coronas no serán realmente propia, y deben regresar de ellos a Él.

Claman: ¡Digno (axios) eres, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existieron y fueron creadas! (4:11). La dignidad se destaca como el tema principal en los Capítulos 4 y 5. La palabra griega axios significa merecedor. Dios el Padre es digno o apto de recibir gloria, honor y poder porque Él es el Creador. Antes que YHVH pueda ser verdaderamente conocido como Redentor, primero hay que creer en Él y reconocerlo como creador. Es probable que la acción de ellos sea seguida por millones de hombres y mujeres redimidos a quienes representan los ancianos, quienes también caen en adoración ante Él que está en el trono.159

La imaginación es una herramienta maravillosa que Dios nos ha dado y podemos imaginar posibles caminos que podríamos tomar en nuestras vidas. Cuando nos enfrentamos a una tarea desafiante, usamos nuestra imaginación para planificar cómo procederemos. Nuestra imaginación también es vital para nuestro sentido del juego: desde los juegos de “hagamos como” que jugamos cuando éramos niños pequeños hasta los complejos acertijos y rompecabezas que nos deleitamos en resolver como adultos. ¿Alguna vez piensa que su imaginación podría ayudar con la oración?

Esta sección de las Escrituras nos brinda una gran oportunidad para experimentar con nuestra imaginación. Mientras ora, cierre los ojos e imagine la escena que se describe aquí. Imagínese mirando a través de una puerta abierta que conduce al trono de Dios. Su luz brilla intensamente, todo está hecho de joyas preciosas y telas costosas… la belleza es abrumadora. Imagine a los veinticuatro ancianos, los siete espíritus de Dios y las cuatro criaturas vivientes que rodean el trono en majestuosa alabanza en voz alta.

Al entrar en la sala del trono de Dios, imagínese uniéndose a esa alabanza y adoración celestial. Cuente los atributos del SEÑOR uno por uno y alábelo por cada uno de ellos. Alábelo a Él por Su majestad y gloria, por Su justicia y santidad, y por Su amor y compasión. Alábelo también a Él por cada aspecto de Su creación. Recuerde las bendiciones que Él les ha dado a usted y a su familia y alábelo por cada una. Teniendo en cuenta toda la eternidad, no vamos a agotar las razones para alabarlo a Él.

Cuando ore hoy, asegúrese de usar su don natural de imaginación para ayudarse. Orar así tiene el poder de elevarnos desde un conjunto limitado y natural de expectativas a un encuentro con el SEÑOR en un plano espiritual que puede transformar nuestros corazones y llenarnos de paz. Deje que Dios ilumine su mente, a medida que lo haga, su corazón se ablandará y Su amor comenzará a conmoverlo.

Bondadoso Padre, Usted que vive en la luz gloriosa. Santo es Su nombre. ¡Todas las alabanzas y acciones de gracias le pertenecen a Usted, ELOHIM!Nos postramos ante usted que es digno.160