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Lleven las cargas los unos de los otros, y así
cumplirán la Ley de Cristo el Mesías
6: 1-6

Lleven las cargas los unos de los otros, y así cumplirán la Ley de Cristo el Mesías ESCUDRIÑAR: ¿Cuál es la realidad del pecado en nuestras vidas? ¿Cuál es la obligación del creyente gentil con la Torá (Ley)? ¿Qué debemos hacer cuando la gente peca? ¿Cómo debemos restaurarlos? Y entonces ¿qué hacemos a menudo? ¿Qué debemos hacer cuando el pecador vuelve a ponerse de pie? ¿Por qué? ¿Qué advertencia nos da Pablo? ¿Cómo cumplimos con el verdadero significado de la Torá? ¿La Torá de Moisés y la Ley del Mesías son diferentes o iguales? Explíquelo con sus propias palabras. ¿Cuál es la razón por la que muchos creyentes no se molestan en ayudar a sus hermanos y hermanas que han sido atrapados por el pecado? ¿Cuál es el remedio de Pablo para eso? ¿Qué les estaba pidiendo Pablo que hicieran a los creyentes gentiles descarriados en Galacia?

REFLEXIONAR: ¿Cuándo fue la última vez que el pecado lo atrapó de manera importante como creyente? ¿Cómo llegó a ese punto? ¿Cuáles fueron las consecuencias de sus acciones? ¿Quién vino a su lado para ayudarlo a restaurarlo? ¿Cómo se manejó? ¿Cuándo ha tenido que confrontar el pecado en un compañero creyente? ¿En ese momento era lo suficientemente maduro en el Señor para manejarlo bíblicamente? ¿Mantiene el verdadero significado de la Ley (Torá) de amar a su prójimo? ¿El pecador respondió con comunión restaurada, o se resistió con la comunión aún rota con usted y su congregación? ¿Cree que tiene alguna responsabilidad si el pecador no se arrepiente? ¿Por qué si o por qué no? ¿Qué oportunidades le ha dado Dios para llevar las cargas de otros? ¿Qué tan liberador es saber que solo responderá de su propia carga, y no de cómo vivió en comparación con los demás?

Los creyentes gálatas no eran libres sin ley que podían vivir sus vidas de la manera que quisieran (al igual que nosotros no somos libres sin ley hoy en día), sino que estaban sujetos a una norma del verdadero significado de la Ley (Torá), que el Mesías defiende: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Vea Ntd2

El pecado es una realidad en la vida de todo creyente. Juan nos advierte: si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros (Primera Juan 1:8). De hecho, continúa diciendo: Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso, y su palabra no está en nosotros (Primera Juan 1:10). Porque todos ofendemos muchas veces; si alguno no ofende de palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo (Santiago 3:2). Si no estuviéramos expuestos al pecado no necesitaríamos la armadura de Dios: Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo (Efesios 6:11) y luego dice: tomad la armadura completa de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo hecho todo, estar firmes (Efesios 6:13). Tampoco (si no estuviéramos expuestos al pecado) necesitaríamos escuchar la advertencia de Santiago acerca de que cada uno es tentado cuando es atraído por la propia concupiscencia, y seducido (Santiago 1:14), luego su amonestación dice desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada (Santiago 21a).155

Pablo continúa trabajando para responder a la pregunta: “¿Cuál es la obligación del gentil creyente con respecto a la Torá (Ley)?” Esto sigue los pasos de 5:26 sin interrupción en el pensamiento. Él dijo: Hermanos, aun cuando una persona sea sorprendida en alguna falta (6:1a). El pensamiento es el de alguien que huye del pecado, pero el pecado siendo más rápido, alcanza al pecador y lo atrapa. Sin el Espíritu, los legalistas trataron a tales pecadores con mucha dureza (vea el comentario sobre La vida de Cristo Gq – La mujer sorprendida en el acto de adulterio). Pero, en contraste con ellos, Pablo declara: vosotros, los espirituales, restaurad al tal con espíritu de mansedumbre (6:1b) (Primera Corintios 2:14-3:4; Efesios 4:13-14; Hebreos 5:12-14), La palabra restaurad viene del griego katartizo, palabra usada en griego secular para reparar huesos rotos y en el Brit Hadashah para remendar redes de pesca. Entonces, los espirituales entre los gálatas, es decir, aquellos que todavía vivían sus vidas en dependencia del Espíritu, fueron alentados a restaurar a aquellos gálatas que habían dejado ese método por el método legalista que estaba siendo enseñado por los judaizantes (vea Ag¿Quiénes eran los judaizantes?).

Aquí, es importante notar que restaurar a alguien que ha sido atrapado por o en un pecado es un proceso delicado porque la Torá (Ley) también prohíbe avergonzar y abochornar a otros. La Ley Oral lo resume en pocas palabras, diciendo “El que avergüenza a su prójimo es como si derramara sangre ( Bava Metzia 58b), acerca de la Ley Oral vea el comentario sobre la Vida de Cristo Ei – La Ley Oral. Por lo tanto, el mandamiento se aplica solo a faltas morales graves. El único ejemplo que tenemos de los escritos de Pablo es que alguien estaba teniendo sexo con la esposa de su padre (Primera Corintios 5:1), pero el adulterio, la homosexualidad y la fornicación también son violaciones claras de los estándares de la Torá, (vea el comentario sobre Éxodo Dh – Moisés y la Torá). Ese es el tipo de cosas de las que estamos hablando aquí, no los pecados de cinco centavos y diez centavos de la personalidad y las deficiencias personales que todos tienen todo el tiempo. Si tuviéramos que reprendernos unos a otros por ese tipo de cosas, nunca terminaríamos. Todos pueden ver las fallas de todos. La amonestación de Pablo aquí no llama a señalar nuestras faltas; llama a traer corrección cuando surge alguna transgresión seria.156

Sin embargo, al restaurar a alguien sorprendido en alguna falta, es responsabilidad del creyente espiritual ayudar al pecador una vez que se recupere. No es suficiente simplemente ayudarlo a alejarse del pecado y luego dejarlo solo. Es inmediatamente después de la victoria espiritual que el Adversario a menudo realiza su mayor contraataque contra los hijos de Dios. Ser libre del pecado no es siempre ser libre de su tentación. El creyente espiritual que verdaderamente ama a sus hermanos en Cristo el Mesías, y desea sinceramente restaurarlos, seguirá pasando tiempo con ellos y estará disponible para aconsejar y alentar. La oración es el arma más poderosa que tenemos para vencer el pecado y oponernos a Satanás. Nada ayuda más a quien está sorprendido en alguna falta que acompañarlo en su carga tanto como la oración por él y con él.157

Luego, Pablo emitió una advertencia, cuando dijo: vosotros, los espirituales, se refería a aquellos que estaban caminando con la dirección del Ruaj Ha-Kodesh (vea Bv Camine por el Espíritu, y no por los deseos de la carne). Les dijo considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado (6:1c). También Pablo escribirá en Primera Corintios 10:12: Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. Hay un mandamiento directo de Ley (Torá), No aborrecerás en tu corazón a tu hermano. Reprenderás firmemente a tu prójimo, para que no incurras en pecado por su causa (Levítico 19:17).

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumpliréis así la ley del Mesías (6:2). Esta frase se origina en la queja de Moisés ante Dios de llevar la responsabilidad solo por el pueblo. Entonces dijo Moisés a YHVH: ¿Por qué maltratas a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia ante tus ojos, para que hayas echado la carga de todo este pueblo sobre mí? (Números 11:11)? ADONAI responde a la queja de Moisés declarando: Y Yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, para que soporten contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo (Números 11:17). Aquí, el llevar las cargas se asocia específicamente con el envío de Dios al Espíritu Santo, cuya presencia está designada para permitir que los líderes ayudaran con la carga ¿Acaso concebí yo a todo este pueblo o lo engendré, para que me digas: cárgalo en tu pecho, como una nodriza lleva al que mama, a la tierra que prometiste con juramento a sus padres? (Números 11:12).158

En lugar de traer una nueva Torá, Yeshua defiende el verdadero significado de la Torá. Al enseñar el significado más profundo de la Ley (Torá), Él la cumplió (vea el comentario sobre Éxodo Du – No penséis que he venido a abolir la Torá). Insistía en que la Torá no fuera pervertida por las tradiciones de los hombres, que se preservara la intención original de Dios, que el Espíritu prevalece sobre la letra. Vea el comentario sobre La vida de Cristo Ff – ¿Por qué tus discípulos rompen la tradición de los ancianos?, y vea el comentario sobre La vida de Cristo Ij – ¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa?. Vea Ntd2

El Espíritu prevalece sobre la letra (Mateo 5:21-48 12:1-15; Lucas 10:25-37, 13:10-17; Segunda Corintios 3:6). La obediencia a ella implicaba ambas acciones: seguirlo a Él como en Mateo 19:21 y ser guiado por el Espíritu Santo (Juan 14:26, 15:26, 16:13). Pablo también señalo estos mismos puntos en Romanos 3:31, 7:6, 12 y 14, 8:3, Segunda Corintios 3:6 y Hechos 21:20-24. Porque vosotros hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como oportunidad para la carne, sino servíos los unos a los otros por medio del amor (5:13). Entonces toda la ley queda cumplida en esta sola palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (5:14). Una forma de amar es la de aquellos que llevan las cargas los unos de los otros. Esta no es un nueva Ley: amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que teníais desde un principio: El mandamiento antiguo es la palabra que oísteis. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en Él y en vosotros, porque las tinieblas se van alejando, y la luz verdadera ya resplandece (1 Juan 2:7-8).159

Porque si alguno supone que es algo, siendo nada, se engaña a sí mismo (6:3). A primera vista, esta afirmación parece algo fuera de lugar. Pero a la luz del llamado a los creyentes espirituales a restaurar al tal con espíritu de mansedumbre (6:1c), la necesidad de tal advertencia se vuelve clara.

Una de las principales razones por las que muchos creyentes no se molestan en ayudar a sus hermanos que han sido atrapados por el pecado, es que se sienten superiores a ellos y erróneamente, se consideran espiritualmente algo, cuando en realidad no son nada. Al igual que los fariseos, su preocupación no es realmente por la verdadera justicia que ADONAI da y que viene solo a través de la humildad, si no por su propia justicia, que no tiene parte en el Reino de Dios (vea el comentario sobre La vida de Cristo Db – Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos). Su deseo no es ayudar al pecador sino juzgarlo y condenarlo. En el mejor de los casos, ellos lo dejan para que se preocupe y sufra pensando, o diciendo: “Me metí en este lío y puedo salir”.

El orgullo puede coexistir con la humildad falsa y superficial, pero no puede coexistir con el amor genuino. Puede comprometerse con una mentira, pero no puede discutir con la verdad. Y la verdad es que la soberbia es el pecado supremo, primero en la lista de cosas que ADONAI odia (Proverbios 6:16-17). El creyente que piensa que es algo cuando no es nada, necesita ayuda para enfrentar su propio pecado antes de que pueda estar calificado para ayudar a alguien más a salir de un pecado. Primero necesita sacar la viga de [su] propio ojo (Mateo 7:5). Si se niega a ver su propia necesidad espiritual, solo se está engañando a sí mismo y es inútil para servir a nuestro Señor o para ayudar a sus hermanos en la fe.

Así que, cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloria sólo en sí mismo, y no en otro; porque cada cual llevará su propia carga (6:4-5). Nuestra primera responsabilidad es examinar nuestra propia vida, para asegurarnos de que nuestras actitudes y nuestra vida sean correctas ante los ojos de Dios antes de intentar dar consejo espiritual a los demás. ADONAI califica por Sus propios absolutos. Lo que realmente importa es lo que Dios ha hecho en usted y a través de usted sobre la base de su fidelidad y obediencia. Después de un examen honesto de nuestros propios motivos y acciones, si queda algún lugar para jactarnos, debe ser para gloriarnos en el Señor (Segunda Corintios 10:12-18).

El mandato: cada cual llevará su propia carga (6:5) parece contradictorio con lo que acaba de decir acerca de sobrellevad los unos las cargas de los otros en el versículo 2a. Sin embargo, aquí usa una palabra diferente. Esta carga (griego: fortion) se refiere a todo lo que se lleva, y no sugiere dificultad (vea Ntd 1). A menudo se usaba para las obligaciones generales de la vida que las personas son responsables de asumir por sí mismas. Para los creyentes, la carga puede referirse a las cosas que hemos hecho en el cuerpo, sean buenas o malas (Segunda Corintios 5:10; Primera Corintios 3:12-15) de las cuales daremos cuenta ante el tribunal de Cristo el Mesías (vea el comentario de Apocalipsis Fo El Juicio del Gran Trono Blanco). Por lo tanto, cada uno de nosotros es responsable de llevar su propia carga, incluso la carga ligera que el Mesías nos da (Mateo 11:30) hasta que finalmente lo veamos cara a cara (Primera Corintios 13:12).160

Y el que es enseñado en la Palabra, comparta todas las cosas buenas con el que lo enseña (6:6). Al igual que el versículo 3, este versículo a primera vista, no parece encajar en lo que Pablo se está enfocando en este pasaje. La aparente interrupción obvia, y la más común, es que Pablo está alentando a las congregaciones a pagarles a sus pastores de manera justa. Pero, aunque ese principio se enseña en otros pasajes del Brit Hadasha (Lucas 10:7; Primera Corintios 9:7-14; Segunda Corintios 11:7-12), no parece ser lo que Pablo está enseñando aquí. Acaba de hablar de restaurar a los pecadores, y en los siguientes versículos habla de sembrar y cosechar en la carne o por el Espíritu Santo.

Compartir proviene de la palabra griega koinoneo, que es la idea básica de compartir por igual. Es la forma verbal del sustantivo comúnmente traducido como compañerismo. Parece que Pablo está hablando de reciprocidad, no una parte sirviendo o proveyendo a la otra, sino que ambas partes comparten. El término más común utilizado en el Brit Hadashah para las cosas materiales que son favorables o buenas es halos. Pero aquí cosas buenas es el plural de la palabra griega agatos, que se usa en el Brit Hadashah principalmente para la excelencia espiritual y moral. Pablo usa esta palabra para describir el evangelio mismo, las buenas nuevas de cosas buenas (Romanos 10:15). El escritor a los Hebreos lo usa de la misma manera, de las cosas buenas (bienes llegados o bienes destinados a venir) que ahora han venido: Pero habiendo venido el Mesías, Sumo Sacerdote de los bienes llegados, por medio de un mayor y perfecto tabernáculo, no hecho por manos, es a saber, no de esta creación (Hebreos 9:11). Porque la ley, teniendo meramente una sombra de los bienes destinados a venir, no la imagen misma de las cosas, nunca puede perfeccionar a los que se acercan por medio de los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año (Hebreos 10:1).161

Las cosas buenas (o los bienes llegados) de las que se habla están definidas por el contexto. En 6:1-4, se advierte a los creyentes gálatas gentiles que tengan cuidado al acercarse a los pecadores que estaban esclavizados por el legalismo (6:1b), no sea que ellos también sean tentados por la falsa doctrina de los judaizantes. Por lo tanto, las cosas buenas (6:6) se refieren a cosas espirituales, ya que se comparan con las cosas malas de las que acabamos de hablar (6:3-4). Los judaizantes habían comenzado todo el lío agregando legalismo al evangelio que Pablo predicaba, de salvación igual a fe y nada más. Como resultado, el apóstol animó a los creyentes descarriados a regresar, dar el primer paso e iniciar una comunión con sus antiguos maestros. Entonces, en ese momento, podrían compartir con ellos la bendición de la gracia que sus maestros estaban disfrutando.162

Querido Padre Celestial, Nosotros ¡Te amamos! Gracias por cuidar tan tiernamente de Tus hijos, como trata un padre a sus propios hijos, animándolos, consolándolos y exhortándolos a llevar una vida digna de Dios, que los llama a Su Reino y a Su gloria (Primera Tesalonicenses 2:11c-12 NVI). Es maravilloso contemplar Tu rostro amoroso y meditar en Ti y en la alegría eterna de vivir contigo para siempre en Tu santo cielo; pero mientras aún vivimos en esta tierra, a veces nos llamas a luchar por caminos impíos que el engañoso enemigo trata de hacer pasar por buenos.

Es mucho más agradable sentarse al margen y ver la batalla que tener que participar, pero debemos recordar que el Señor al que ama disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo (Hebreos 12:6). Que nos guíes a tener tal amor, que corrijamos suavemente con el objetivo de restaurar a nuestro hermano. Hermanos, aun cuando una persona sea sorprendida en alguna falta, vosotros, los espirituales, restaurad al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado (Gálatas 6:1). En el nombre de tu santo Hijo y el poder de Su resurrección. Amén

Ntd1: la diferencia entre fortion y baros es que, fortion es simplemente algo que tiene que ser llevado, sin referencia alguna a su peso, pero baros sugiere siempre lo que es pesado y gravoso. Así, Cristo habla de su carga (fortion) como algo «ligero»; aquí baros sería un término inapropiado; pero la carga del transgresor es baros, «pesada». Contraste baros en Gálatas 6:2 con fortion en Gálatas 6:5. (fuente diccionario VINE)

Ntd2: La Ley es una unidad compuesta por 613 mandamientos, y todos ellos han sido invalidados. No hay mandamiento que haya continuado más allá de la cruz del Mesías. La Ley está allí y puede usarse como una herramienta de enseñanza para mostrar la norma de justicia de Dios, la pecaminosidad del hombre y la necesidad de una expiación sustitutiva. Puede usarse para señalar al Mesías (Gálatas 3:23-25). Sin embargo, ha dejado por completo de funcionar como una autoridad sobre los individuos.

La Ley de Moisés ha sido anulada y ahora estamos bajo una nueva ley. Esta nueva ley se llama: la ley de Cristo en Gálatas 6:2 y la ley del Espíritu de vida en Romanos 8:2. Esta es una ley completamente nueva, totalmente separada de la Ley de Moisés. La Ley del Mesías contiene todos los mandamientos aplicables a un creyente del Nuevo Testamento.

La razón por la que hay tanta confusión sobre la relación entre la Ley de Moisés y la Ley del Mesías, es que muchos mandamientos son similares a los que se encuentran en la Ley Mosaica, y, por lo tanto, muchos creyentes han llegado a la conclusión de que ciertas secciones de la Ley han sido retenidas. Pero ya se ha demostrado que este no puede ser el caso, y la explicación de la igualdad de los mandamientos se encuentra en otra parte. (vea: LA LEY DE MOISÉS Y LA LEY DEL MESÍAS mbs006m Por Dr. Arnold Fruchtenbaum)