Todos los varones de cada generación
deberán ser circuncidados a los ocho
días de nacidos
17: 9-14

Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos ESCUDRIÑAR: ¿Por qué cree usted que ADONAI escogió la circuncisión para ratificar su pacto con Abraham? ¿Qué demuestra la circuncisión (15:6, 17:1 vea Romanos 4:9-12)?

REFLEXIONAR: Si la circuncisión ya no se requiere del pueblo de Dios: ¿qué se requiere en este tiempo de nosotros (ver Gálatas 5:6)? La circuncisión entonces no confería la salvación como tampoco el bautismo lo hace hoy, sin embargo, esta verdad se olvida a menudo tanto en los círculos judíos como gentiles. ¿Por qué? ¿Qué significa la circuncisión del corazón para usted?

Dios también le dijo a Abraham: Cumple con mi pacto, tú y toda tu descendencia, por todas las generaciones (17:9). Esta es la respuesta de amor a los siete Yo estableceré (o Yo hare) en 17:1-8. El señor no está diciendo que Sus promesas son condicionales; no lo son, pero el principio es que las promesas incondicionales de Dios exigen una respuesta de nosotros. Es el mismo principio que aplica en nuestra salvación. Somos salvos incondicionalmente. Somos salvos por gracia mediante la fe, y no por obras (Efesios 2:8-9). En respuesta al amor de ADONAI por nosotros debemos mantener Sus mandamientos. Jesús dijo: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ellos son los que me aman (Juan 14:21); si los obedecemos o no, nuestra salvación está segura (Juan 6:37-40, 10:27:30), pero Elohim todavía espera que actuemos en respuesta a Su regalo de amorosa salvación (Santiago 2:18-26), y ese es el principio que opera aquí.

Los destinatarios del pacto serían Abraham y toda tu descendencia, por todas las generaciones. Su nuevo nombre apunta hacia sus descendientes. Mientras la historia judía continúe, esto es una práctica que se debe realizar. El Señor había prometido hacer Su parte en el pacto. Ahora Le dio a Abraham un medio por el cual él y sus descendientes mantendrían su parte del pacto.289 Dios también le dijo a Abraham: Cumple con mi pacto, tú y toda tu descendencia, por todas las generaciones. Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que todos deberán cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados (17:9-10).

Circuncidarán (o cortar alrededor) la carne de su prepucio, y ésa será la señal del pacto entre nosotros (17:11). Esta fue una decisión permanente. Ya no había vuelta atrás. Como en el pacto de ADONAI con Noé, en el pacto con Abraham habría una señal. En el pacto de ADONAI con Noé la señal fue el arco iris, y en Su pacto con Abraham la señal fue la circuncisión. En esta señal sería necesario el derramamiento de sangre. Esto sería un recordatorio perpetuo de andar en Sus caminos, siendo, por así decirlo, el sello del maestro en su siervo. Habría un recordatorio constante de que se trata de un pacto de sangre (15:7-21). Los rabinos enseñan que los ángeles toman esta sangre y la almacenan en un lugar especial. Cuando el Señor está enojado con Isra’el, Él mira a esta sangre y tiene misericordia de ellos. La circuncisión no era particularmente única en el mundo antiguo como lo es en el mundo actual. Hay otra cosa que la hace única.

Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes (17:12). Lo que hace única a la circuncisión judía es el momento. Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos aunque sea en shabbat (17:12a). Los rabinos enseñan que ADONAI juró a Abraham que todos sus descendientes que fueran circuncidados no serían enviados al infierno. Ellos enseñan que Abraham está delante de ADONAI cuidando el camino al sepulcro para que ninguno de sus descendientes que lleve la marca de la circuncisión, entre en el lugar de castigo divino. Sin embargo, si un judío moría sin arrepentirse, unos ángeles especiales vendrían y volverían a colocarle su prepucio. Por lo tanto, Él sería incircunciso y se iría al infierno. Abraham no le ayudaría porque él sería incircunciso.

Cada judío debía ser circuncidado, incluyendo aquellos siervos nacidos en su casa o esclavos comprados por dinero a un extranjero después de su nacimiento, los que no son su descendencia. Todos sin excepción, tanto el nacido en casa como el que haya sido comprado por dinero, deberán ser circuncidados (17:12b-13a).

De esta manera mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto perpetuo (17:13b). La circuncisión se practicaba en otros lugares del antiguo Cercano Oriente, pero aquí se logró un nuevo significado: mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto perpetuo. Judíos prominentes del Pacto Renovado como Juan el Bautista (Lucas 1:59-60), Jesús (Lucas 2:21), Pablo (Filipenses 3:5) y Timoteo fueron todos circuncidados (Hechos 16:1-3).

Si alguien no se identificó a sí mismo ni a sus hijos con esa señal física, estaría separado del pacto del Señor. 290 Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto (17:14). La frase, será eliminado, significa una muerte prematura. Hay un juego de palabras aquí y dice así: Si no se corta el prepucio, se lo corta a él. Un ejemplo de esto sería cuando Dios hirió a Moisés con una peste mortal, porque había dejado de circuncidar a su segundo hijo. Sólo cuando su esposa Séfora interviene y tiene su hijo circuncidado es salvada la vida de Moisés (vea el comentario sobre Éxodo Az – Seguramente usted es un esposo de sangre para mí). Así que el hecho es que la circuncisión requiere un corte.

Por otro lado, la circuncisión de la carne no lo hizo y no puede garantizar la salvación. En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor (Gálatas 5:6). La gente en el Tanaj se salvó exactamente como la gente de hoy se salva, por la fe. Importante como lo fue, la circuncisión era sólo un símbolo externo de los judíos. No era una prueba de la salvación. El Concilio de Jerusalén terminó todo el debate mediante la eliminación de la circuncisión como un requisito para los creyentes gentiles (Hechos 15:1-29). Por lo tanto, la circuncisión es del corazón (Romanos 2:28-29). La verdadera marca de un hijo de Dios no es un símbolo externo, como la circuncisión, pero si lo es la condición del corazón. 291

Abraham y todos los de su casa no se circuncidaron para convertirse en miembros del pacto de sangre. Ellos lo hicieron porque ya eran miembros del pacto de sangre. La circuncisión para ellos representaba lo mismo que representa las buenas obras para nosotros hoy. Las buenas obras no son necesarias para la salvación; son un resultado de la salvación (Santiago 2:14-26). Por lo tanto, los dos, los gentiles que creen sin ser circuncidados, así como los judíos que están circuncidados, tanto física como espiritualmente, pueden reclamar a Abraham como su padre en la fe (Romanos 4:9-12, 16-17).

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